Partida Rol por web

I: El Puente de San Martín

I. Un puente de Toledo

Cargando editor
12/10/2013, 17:44
Isidro de la Hoz

En cuanto vuelve a ver a aquel hombre de nariz colgado desde aquella altura, Isidro grita desde lo más profundo del pecho:

- Pero se habrá visto...¡Menudo ceporro!

Acto seguido, echa correr sin importarle lo más mínimo los obstáculos del camino o más bien, sin siquiera contemplar la posibilidad de que aquel hombre sin estabilidad se moviera más de lo necesario y arrastrara consigo algún pedrusco que le pudiera caer en la cabeza y le dejara seco allí mismo.

- ¡Vamos, buen hombre! ¡Manténgase firme! ¡Estoy aquí!

- Tiradas (1)
Cargando editor
12/10/2013, 18:03
Lázaro ibn musta`rab

Al escuchar el grito de aquel desafortunado jornalero, corrí sin mediar palabra en su ayuda. Pocos segundos después ya me encontraba agarrando su mano. La caída era considerable, y aunque sería frenada por rió Tajo, aquellas aguas eran poco profundas y algo traicioneras. - Agarra fuerte. - Le dije al desdichado mientras con toda mi fuerza intentaba que no se me soltara. Sabía que no podría aguantar así mucho tiempo. Mire hacia mis compañeros esperando que alguno llegara presto a echarme una mano, nunca mejor dicho. Más sólo vi. al Hermano Ignacio rodar por el suelo penosamente...

...suerte que al poco llegó Isidro, ya éramos al menos dos para izar a quien mi colega acababa de llamar ceporro.

- Tiradas (1)
Cargando editor
12/10/2013, 21:58
Adso

Adso iba a contestar mordazmente al alarife cuando el andamiaje se vino abajo. Sonriendo por lo ocurrido se quedó observando como sus amigos socorrían al borrachín con quien habían compartido bebida y comida.

Mientras, pensaba para su adentros- Lo dije. Los libros no engañan. Lo que engaña siempre es la avaricia por tener más dinero.

Cargando editor
13/10/2013, 23:06
Narrador

Lázaro e Isidro son los primeros en llegar, y a duras penas entre los dos consiguen subir al desgraciado obrero. A pesar de parecer menudo, colgado al vacío bien parecía pesar varios quintales.

Isidro consigue alcanzar su mano y convencerle de que se la ofrezca, pero debido a los nervios, aquel beodo está sudando como un auténtico cerdo, haciendo que la palma de su mano esté tan resbalosa como si empapada en aceite se encontrase. Por suerte Lázaro consigue arragar de la otra muñeca al obrero y entre los dos finalmente le aúpan hasta tierra firme, entre gritos. El sonido del tablón de madera al caer en el Tajo, muchos metros más abajo, ni siquiera alcanza vuestros oídos.

A los bufidos de los tres hombres, consumidos por el esfuerzo, se les une Ignacio en primer lugar, quien también resopla debido a la trastabillada carrera que también se había pegado, y poco más tarde Adso, Arnau y Gabriel, quienes no se han dado tanta prisa en llegar.

Cargando editor
13/10/2013, 23:10
Trabajador del puente

-¡Santísima Virgen! -el efecto del vino parece haber desaparecido por completo del obrero, quien ahora se encuentra más sobrio que un juez- ¡Mil gracias, mil gracias! ¡No sé cómo podré compensarles, mis señores, por tamaño favor! ¡La vida les debo!

El hombre se deshace en abrazos y halagos hacia sus salvadores.

Cargando editor
14/10/2013, 23:09
Gabriel Torralbes

Al igual que el trabajador, pero con la cara algo menos pálida y más tranquilo, Gabriel se deshace en muestras de gratitud hacia vosotros.

-¡Tamaña muestra de valor y heroísmo non quedáranse sin recompensa, no en mi presencia, como que Gabriel Torralbes me llamo!

El alarife os vuelve a estrechar la mano a cada uno, mientras con la otra os da un pequeño achuchón en el hombro, con una sonrisa de oreja a oreja. El resto de trabajadores hacen bromas ahora con el pobre hombre que a punto ha estado de perder la vida, para intentar que se le pase el susto y recupere un poco el color.

-Singular grupo de viajeros forman, non cabe duda, et aún más buenas gentes son. Quisiera que durante el tiempo que fueran a pasar en Toledo sean mis invitados, ¿qué les parece, señores?

Cargando editor
14/10/2013, 23:23
Ignacio Martínez

Una sonrisa de oreja a oreja aparece en mi semblante. Las palabras del Toledano eran como la mano de nuestro Señor abriendo los mares. "Tened Fé, pues nuestro Señor proveerá"

-El placer será nuestro maese alarife.

Cargando editor
14/10/2013, 23:44
Arnau Arlat

A punto estaba el alarife de explicarnos algo interesante cuando un grito de terror se hizo dueño de nuestros oídos. Lázaro e Isidro corrieron cual gacelas en rescate del obrero con el que habíamos compartido viandas, y que en esos momentos pendía peligrosamente tan solo sujeto por una mano.

Una vez a salvo, el pobre hombre se deshizo en agradecimientos hacia sus salvadores. No era poco conservar la vida tras semejante susto. Di una palmada en el hombro de aquel trabajador y esperé

-Afortunadamente no le ha pasado nada! -digo sonriendo y agarrando el hombro del trabajador unos instantes. Una vez se repuso, esperé unos minutos antes de intentar retomar la conversación que estábamos manteniendo con el alarife.

-Cómo no! Será un placer ser invitados suyos -digo con amabilidad-. Por cierto, decíais, Grabriel, que íbais a contarnos la verdad... sobre qué?

Cargando editor
15/10/2013, 01:32
Lázaro ibn musta`rab

Parecía que empezabamos con buen pie en aquella importante ciudad. Habíamos salvado la vida a un hombre y un importante alarife, sin duda aburguesado, nos hacía sus invitados. La cosa no podía mejorar. - Aceptamos de buen grado tamaña invitación maesse, honrados nos sentimos. - Aún resoplaba después del esfuerzo izando al desgraciado que casi pierde la vida en las aguas del Tajo.

Todavía no terminaba de creerme el ofrecimiento del alarife. Nos ahorrariamos pagar posada y probablemente llenaríamos tripa con viandas de mayor calidad de las que en éstas se vendían. - Buen Gabriel, quizás debieramos dejarle con sus queaceres y non robarle innecesario tiempo. Gastaremos tiempo nosotros conociendo aquesta ciudad et luego daremos con vos en lugar y momento de su conveniencia. Denos señas et allí estaremos. - Interrumpí la pregunta de Arnau sobre el asunto que iba a contarnos el alarife, pués si era algo importante ya habría tiempo de que nos lo desvelara mientras nos invitaba a unos buenos vinos.

Cargando editor
15/10/2013, 16:23
Gabriel Torralbes

-Nada, nada -el alarife le resta importancia a las palabras de Arnau-. No se preocupen por eso ahora. ¡Ibrahim, ven aquí!

Un muchacho árabe, pequeño y algo escuchimizado, hace acto de presencia. Ni os habíais percatado de que andaba por los alrededores hasta que el alarife le hace llamar.

El chico se postra ante Gabriel de forma muy sumisa, y le llama señor, por lo que deducís que debe ser su esclavo.

-Acompaña a aquestos héroes recién llegados a mi hogar. Ya sabes qué has de decirle a Juana.

El alarife se dirige ahora al cazador, que había sido el último en hablar.

-Ibrahim les guiará hasta mi hogar, Lázaro. No habrán de gastar un solo maravedí mientras estén alojados en mi casa, ni habrán de perder el tiempo preguntando a los lugareños et dando innecesarios rodeos. Dejen que el buen Gabriel les provea de todo lo necesario... Créanme, este pequeño es todo lo que necesitan para moverse por todo Toledo. -el alarife sonríe, y, sin más, empieza a dictaminar órdenes a los obreros para que vuelvan a su trabajo, como si ya os hubiéseis marchado.

Cargando editor
15/10/2013, 16:26
Ibrahim

El pequeño chico, que apenas cuenta diez primaveras, asiente las palabras de su amo y se levanta, ahora con sus ropas llenas de polvo, se sacude un poco y se dirige hacia vosotros, muy educado, y en un perfecto castellano.

-Si tienen vuesas mercedes la amabilidad de seguirme... -un gesto de sus manos parece señalar el camino por el que llegásteis al puente de San Martín.

Cargando editor
15/10/2013, 21:07
Adso

- ¡Oh, que Dios le guarde! Mil gracias, maestro alarife- dijo Adso mientras comenzaba a seguir al pequeño Ibrahim.

Luego, lejos de los oídos del alarife se giró a sus compañeros y les dijo en bajo.- No está mal lo que hemos obtenido por unos andamios mal colocados. Quizás, si necesitáramos algo a lo mejor sería cuestión de recordárselo. Pues creo que era algo de eso lo que nos quiso contar y al final nada dijo- dijo Adso mirando sobre todo a Arnau, quien también había caído en la ausencia de respuesta o continuación del tema.

Cargando editor
15/10/2013, 23:12
Isidro de la Hoz

- Gratitud, la gente de Toledo está sin duda comportándose generosamente con nosotros.

Tras una nueva reverencia el joven que andaba a paso ligero tras el esclavo y siempre iba sonriendo arremete entre dientes contra el maestro.

- Espero que tanta generosidad no sea tan sólo para asegurar nuestro silencio sobre su "desastroso" sistema de andamios. - Todo ello sin perder ni la sonrisa ni los modales. - Buen día.

Isidro de la Hoz continúa su paso tras el niño árabe, quién estaba ejerciendo el mismo trabajo que solía hacer Isidro para su antiguo caserón.

Cargando editor
16/10/2013, 01:40
Ignacio Martínez

Tras las palabras del alarife, recojo mis pertenencias. Unas solas palabras cruzan mi mente para agradecer tal gesto para con nosotros:

-Que Dios os bendiga hermano

Tras esto, me preparo para seguir a la criatura de Alá por donde nos quiera guiar.

Cargando editor
16/10/2013, 03:07
Director

Notas de juego

Espero un último post de Lázaro y Arnau para cambiar de escena ;)

Cargando editor
16/10/2013, 10:18
Lázaro ibn musta`rab

La última frase de Adso encendió en mi la llama de la duda. Tanta generosidad para con cinco desconocidos daba que pensar. Cierto era que habíamos salvado a aquel desgraciado de una muerte segura, pero, ¿tendría relación el convite del alarife con la extraña colocación del andamiaje y por consiguiente la caida de aquel?. Fuera como fuera, aquello era cuanto menos extraño. - Gratitud don Gabriel, la su generosidad non tiene limite. - Acepte su invitación, pues de tontos hubiera sido rechazarla. Ya habría tiempo de averiguar que asuntos se traía entre manos el alarife.