- Bueno, ya sus veremos el asunto del reparto de dineros, más no perdamos tiempo, que este es valioso et breve. Definamos bien las tareas de cada uno, et quien habra de facer guardia en aquesta casa et quien fabra de marchar a prender la brea. - Me impacientaba un poco la indecisión de algunos, que todavía no habían expresado su opinión en asunto tan importante.
-Si no hay objeción, yo puedo acercarme también a los guardias. Aunque no soy un gran conversador creo que podría tener algún tema en común con ellos. O si lo preferís, ya que Lázaro se ofrece a encender la brea, puedo ser la segunda opción en caso de fracaso. Ya os digo que cualquier tarea me parece bien.
Miro al resto para ver qué preferencias tienen, debemos darnos prisa antes de que el alarife regrese.
- Yo, si no es mucho pedir, prefiero hacer guardia en la casa.
Adso se encogió de hombros.
- Lo que es seguro es que no creo que mi persona sea el idóneo para prender la brea. Mi físico hace tiempo que abandonó las causas de la cultura del cuerpo, no así la de la mente- dijo sonriente mientras señalaba su amplia panza.
Tras el sí común, Isidro comienza a entusiasmarse.
- ¡Genial, compañía! Yo aún soy joven y no estoy muy entrenado pero pese a ello se que soy ágil y puedo ser sigiloso. Por mi acepto esta emocionante propuesta del modo que mejor gustéis.
-Bien pues, informemos al alarife y tengamos cuidado de que el muchacho no esté al acecho de nuestros planes, que no sepa más de lo que ya ha escuchado. Acabemos de planear la estrategia con don Gabriel.
Mira a sus compañeros y si nadie se opone, asoma la cabeza y hace un gesto para que en interesado entre a parlamentar con ellos.
Gabriel y Juana entran de nuevo a la sala, expectantes.
-Espero que háyales cundido el tiempo, señores... Pues bien aprietan los minutos en esta tormentosa noche, que cada vez preséntase más corta. ¿Han tomado ya una decisión?
Juana apoya las manos sobre los hombros de su marido, nerviosa.
Intentando desde el primer momento tomar mi puesto, pregunto al alarife:
- Dónde se encuentra el crio?
Buena pregunta planteó Ignacio, y despues de que el alarife le respondiera hable yo;
- Aceptamos pues maestro, más necesitamos todos los detalles que pueda darnos. -
Cierto era que el tiempo era importante, pero no iban a ser tan necios de actuar sin haberlo meditado antes y llegar a un consenso. Esperaba que el alarife fuera consciente de que aquí nos la jugábamos todos.
Ignacio preguntó por el muchacho. Una vez estuviera asegurado que éste no escucharía sus planes ni vería su extraña reunión cerrarían el asunto y marcharían sobre el puente.
- Sí, aceptamos- coincidió Adso-. Pero nos tiene que decir, mejor pintar en un plano, clara et concísamente dónde están situados todos los componentes del trabajo.... los guardias; la brea; la situación de la calle y calles aledañas; por dónde nos puede llegar más guardias; un buen sitio donde poder vigilar... no sé... ¡todo!- dijo Adso enérgicamente.
Se notaba que no tenía un maravedí, pues este tipo de trabajos eran de los que huía como del diablo. Pero el hecho de que estuviera con gente que conocía y que necesitara el dinero habían sacado de muy dentro su vena más aventurera.
-El muchacho está arriba, preparándonos la alcoba a mi mujer y a mí -el tono de Gabriel es algo cortante, pareciese como si lo que hiciese con su esclavo no fuese de vuestra incumbencia.
Sin embargo la actitud del alarife cambia a una muestra de abrazos y agradecimientos cuando al fin confirmáis que llevaréis a cabo la misión.
Continuamos en la nueva escena ;)