Partida Rol por web

En mitad de la noche y tras haber superado más de un obstáculo, por fin se había logrado llegar al edificio que contenía aquello que te haría cumplir la misión.

Ya el suelo dejó de ser tierra húmeda y la vegetación se sustituyó por muros hechos de hormigón que de poco sirvieron para retener a los dinosaurios que arrasaron con el parque. A fin de cuentas a estas alturas deberías dar gracias de seguir con vida después de todo lo sucedido.

Apenas había iluminación porque se daba por hecho que allí no habría nadie. Ahora estabas a tan solo unos pasos de abrir la puerta principal para buscar el lugar donde los laboratorios encerrarían secretos digno manjar de especuladores y empresarios.

Por fin, el centro de visitantes. Si fuera un lugar seguro podré explorar de forma concienzuda el edificio, buscando algo para comunicarme con los jefes -pensó Anastasia admirando el edificio. Es difícil imaginar el lugar lleno de vida, con visitantes y trabajadores, sin la amenaza constante de dinosaurios acechando.

Con ese pensamiento en mente Anastasia se acercó al edificio con sigilo, tratando de estudiar su arquitectura y buscando otras posibles rutas de entrada. Como es lógico, si el edificio tiene dinosaurios en su interior, estos aguardarán, en su mayoría, en la planta baja. Escalar por las ventanas puede ser difícil pero beneficioso -pensó la mujer.

Tras una leve inspección se pudo comprobar que las ventanas estaban todas cerradas con un sistema de seguridad que probablemente había resistido la invasión de los dinosaurios.

El único acceso que no parecía tener la seguridad reforzada era la puerta principal, la cual con unos pequeños retoques de cerrajería podría abrirse sin problemas.

DH permanecía a la espera de que Smith terminara de examinarla. De pronto, este puso la oreja en la tierra. Cuando se levantó y comentó que algo caminaba lentamente hacia ellos, el militar tragó saliva. "No puede uno estar tranquilo durante unas horas..."

-Esto me da mala espina -murmuró sin dejar de mirar hacia la maleza-. Hay que moverse de aquí ya. No me quiero arriesgar a que aparezca alguno gigante, la familia al completo o un robot del futuro -dijo ahora mirando al científico-. Creo que no podemos hacer nada por ella, y menos en estas condiciones. Lo mejor será ir directamente al centro de visitantes... 

Mientras decidían que hacer el científico comenzó a dar muestras de estar asustado... estaba claro que tenían que hacer algo y rápido. La sugerencia de DH era realmente buena... pero dudaba que les diese tiempo a volver sobre sus pasos sin toparse de lleno con lo que fuera que se estaba aproximando.

- Cielos... creo que deberíamos escondernos... ya casi está- sijo hablando bajo poniéndose al lado del militar encorvado, moviendo los dedos de manera muy rápida.

El temblor de la tierra al ser pesadamente golpeada (en este caso pisada) alertó al militar. Ahora sí que lo estaba escuchando. Y a juzgar por el estruendo que originaba no era un dinosaurio pequeñito. No, aquellas sacudidas parecían proceder de las pisadas de Godzilla, quien lamentablemente formaba parte de la ficción. "Aunque conociendo a estos locos de las probetas..."

-Vamos, vamos, vamos -apresuró a Smith para que se escabullera entre la maleza más cercana, DH salió corriendo tras él-. Con suerte pasará de largo y tendremos tiempo para irnos de aquí en un chas. 

Antes de que DH le dijera que salieran pitando a esconderse, John ya había salido por patas rumbo al arbusto más cercano para quitarse de enmedio antes de que el dueño de las grandes pisadas hiciera acto de presencia. Vale le había quedado un poco cobardica... pero él era científico no un heroe.

Tanto John como DH reaccionaron ante tal ruido. Creyeron que quedarse ahí parados sería un grave error en vista de una amenaza.

A cada temblor que se acercaba a vuestra posición un gemido del dinosaurio herido se hacía más presente, no sin comprobar que los latidos de vuestro corazón eran tan fuertes que parecía que se iba a salir de vuestro pecho.

Una nueva pisada acompañada de un temblor... un nuevo sudor frío que recorría vuestro cuerpo.

Fue entonces cuando la vegetación de los alrededores se agitó revelando la peor de vuestras pesadillas.

Sus afilados dientes causaban pavor.

Aquella criatura medía más de 10 metros y a saber cuantas toneladas llegaba a alcanzar. Se detuvo durante unos instantes en mitad del claro donde el dinosaurio herido seguía gimiendo pero...

Aquella monstruosidad sabía que había algo más.

Los arbustos donde os habíais escondido a toda prisa aún se movían y el ruido no había pasado desapercibido. Tan solo os quedaba rezar para que no se percatase de vuestra presencia.

A John le temblaba hasta el tupe, tenía que haber reconocido antes que no podía salir otra cosa de la vegetación que no fuese el Rex... maldijo su suerte, su pajarita, al dios supremo maligno que lo veía todo repantingado en su trono celestial, mientras ellos se jugaban el bienestar de su anatomía humana ... a la machorra de Anastasia que los había dejado tirados como una colilla y a su curiosidad infantil por haberse desviado del camino... sólo deseó una cosa... que la muy pelleja se topase con un velociraptor para que supiera lo que era el sufrimiento... y mientras pensaba todo esto con el corazón que se le iba a salir por la boca aferró la mano de DH en un claro gesto de que no debía mover ni un músculo, quedándose más tieso que la mojama, con los ojos clavados en el bicho y rezando todas las oraciones habidas y por haber para que el Rex se entretuviese con otra cosa.

El temblor de la tierra era constante y las pisadas cada vez más cercanas. En cuanto apareció aquella imponente criatura, el militar abrió tanto los ojos que por poco no se le salieron de las cuencas. Por fortuna, llegaron justo a tiempo a los arbustos para esconderse. 

-La madre que me... -cerró la boca sin poder concluir la frase. Tenía los huevos de corbata. DH se había enfrentado a terroristas, mercenarios y toda clase de carroña humana pero esta situación empezaba a superarle. ¿Dónde coño se había metido?

Pese a tener un suculento plato gimoteando a escasos metros, aquel dinosaurio parecía astuto y lo más importante, tenía una buena percepción. Había detectado el movimiento de los matorrales sobre los que se ocultaban. Debían mantener el mayor de los silencios, como si estuvieran en un funeral; con la excepción de que los cadáveres podían ser ellos si los descubría.

El dinosaurio se detuvo frente a los matorrales a menos de un metro de distancia de donde estaba escondido DH, puesto que John había conseguido mimetizarse a la perfección con el entorno.

Pasaron unos 20 eternos segundos donde la criatura parecía estar intentando oler todo lo que había a su alrededor.

Tanto DH como John pudieron escuchar la respiración de tal majestuosa como letal criatura hasta que de repente dio un resoplido.

Agitó con la cabeza la maleza alrededor vuestra y esperó otros 10 segundos antes de darse la vuelta e irse de nuevo hacia el dinosaurio herido.

Con un voraz mordisco remató a la indefensa criatura que yacía en el suelo ahora en un charco de sangre mientras violentamente era despedazada por uno de los carnívoros más letales de la isla.

John se habría cagado literalmente sino hubiera sido porque el estómago se le puso en huelga de lo encogido que lo tenía, no había pasado más miedo en toda su friki vida, el Tiranosaurio Rex era sin duda un animal magnífico... pero molaba mucho más verlo en un museo, el aliento... le olía fatal y la caja de dientes era lo suficientemente impresionante para querer mantenerse lo más alejado posible de ella... la conclusión a la que llegó es que no le gustaba ser comida de Rex, aún así no pudo evitar maravillarse por las dimensiones del bicho y sentir mucha pena por la pobre dinosauria que le estaba sirviendo de desayuno "Tu sacrificio no será en balde pequeña" se dijo para sí a modo de epitafio.

El científico analizó la situación de ambos, tenían dos opciones... esperar a que Rex terminara de comer y de paso coger alguna muestar de sangre del desdichado hervíboro... o tratar de salir por patas en modo sigilo mientras el gran Saurio estaba entretenido. En esas estaba cuando giró la cabeza sin mover el resto del cuerpo para mirar a DH, era importante guardar silencio. Miró al militar abirendo mucho los ojos con el interrogante en la mirada.

DH se mantenía estático, sin mover ningún músculo de su cuerpo. Sabía que cualquier movimiento en falso era igual a la tumba. Con ese dinosaurio tan cerca, no había posibilidad alguna de reacción, de hecho reprimió como pudo las ganas de vomitar cuando su aliento mortal inundó sus fosas nasales. Por suerte, tras unos segundos que se hicieron interminables, el dinosaurio se dio la vuelta y fue directo hacia la víctima que tenía en el suelo. No tardó nada en acabar con ella. El principal temor del militar era que aunque disparase, probablemente su arma le haría cosquillas a semejante bestia. Sin un armamento pesado parecía inviable considerar que pudiera tumbarlo con la potencia de fuego que poseía su fusil. 

Con una seña con la cabeza, indicó a John que empezara a retroceder lentamente mientras el otro seguía entretenido devorando a la pobre criatura. "Mejor ella que nosotros..." -pensó dando unos pasos hacia atrás sin apartar la vista de enfrente.

John asintió con rápido gesto a DH, ahora que el bicho estaba entretenido lo mejor era pirarse y cuanto antes, eso sí lo más silenciosamente posible.