Partida Rol por web

Nos querían dividir, eso estaba claro. Entre ese ser formado por huesos, y los no muertos que Glaius confirmaban estaban atacando por sorpresa al interior del castillo... Tenía muy claro que la estrategia del enemigo era centrar la atención en el punto más peligroso, para que el más debil pudiera hacer el mayor daño.

Por un momento no supe a quien ayudar, e incluso lancé una mirada a mi hermanito esperando que el decidiera por ambos. Pero realmente fue Alanis la que supuso el punto de inflexión sobre la decisión. - Tiene razón hermanito... Nuestra misión como caballeros, además de defender a todos los ciudadanos, es proteger a la familia real... Y Glaius y los demás soldados van a necesitar nuestra ayuda... Bueno sobre todo la mia. Son no muertos, con suerte podremos vencerlo en poco tiempo y luego volver a ayudar a Alanis, pero debemos asegurar el castillo en primer lugar para que los ciudadanos puedan refugiarse.

Agarré la mano de mi hermano y le sonreí - Aunque si quieres apoyar a Alanis no te detendré. - Luego giré la cara para ver directamente a Alanis - La lanza de luz aún aguantará un tiempo más, pero intentaré mantenerla activa a pesar de la distancia Alanis. En caso de que necesites ayuda, lanzala al cielo. - De nuevo miré a los ojos a Fio - Hermanito lo siento... he estado bloqueada hasta ahora por algo que escuché ayer... He dejado que me afecte demasiado por miedo a poder perderte... Pero no voy a dejar que el miedo me venza nunca más, y pelearé porque no nos ocurra nada malo... Toca ir venciendo los traumas del pasado.

-Ayudaré a Glaius y al resto. hermanito ¿Vienes? - Al ver que iba a venir conmigo, le agarré de la mano para ir junto a Glaius para ver entonces el ejercito al completo. - Son muchos... no me queda otra que usar "ese" hechizo... No será suficiente pero debilitaré a mucho. ¿Podrás encargarte del resto? - Y tras recibir la respuesta me lancé a media altura y en el supuesto centro de todo el conflicto aunque en alto, para extender mis brazos y piernas concentrandome en todo el area alrededor.

Respiré hondo una vez y entonces lo convoqué - ¡CIELO SACRO! - Con dichas palabras una pequeña bola de luz que recorrió todo mi cuerpo ascendió al cielo entre las nubes, generando así un campo de unos veintemetros alrededor cuya luz caia directamente en vertical en el radio de veintemetros alrededor mía. - APROVECHAD AHORA - grité viendo que los enemigos empezarían a paralizarse.

Frenó en seco a su hermana y la miró fijamente a los ojos, sabía muy bien lo que debía hacer para parar todo aquello así que miró hacia Alanís y estiró de su hermana "lanzándola" hacia la caballero. - Quédate con ella, sé lo que hay que hacer. Cuídame cuando acabe y todo estará bien. Le sonrió intentando calmar a su hermana quien sabía lo que iba a ocurrir, era algo que solo había utilizado una vez en su vida y fue para salvarles la vida a cientos de hadas allí en el bosque. Algo peligroso para su propia integridad física pero que hiciera aquello solo quería decir una cosa: 

Había que centrar todos los esfuerzos en aquel hombre alado, el ejército no era nada en comparación a este. 

Marchó a toda velocidad hacia donde estaba avanzando el ejército de no muertos.

Una vez frente al ejército cerró los ojos, inspiró y cuando empezó a expirar, de el empezó a salir poco a poco todo el caos mezclado con su maná, una especie de miasma bastante peligroso y para nada constante que se veía sumamente inestable el cual de repente y solo para su percepción hizo volver atrás el tiempo empezando a ver las cientos y cientos de posibilidades que tenía de cambiar las cosas y entonces vio la que le interesaba, el hilo de acontecimientos que llevaba al Ejército de no muertos a atacar con éxito. Como si el mismo caos se tratara de unas tijeras cortó el hilo que unía ese evento con el presente, cambiando completamente el curso de los hechos. 

Los sucesos desde el punto de partida empezaron a caer como fichas de dominó. Provocó que un soldado se diera cuenta, que todos los magos de luz se concentrasen en un mismo lugar excepto Faith ya que se encontraba luchando contra el dragón, a la vez, todos crearon magia luminosa que dejó a los No-muertos reducidos a pura ceniza y con ello ya la amenaza cesó.

Tras eso Fío respiraba con dificultad, lo último que vieron sus ojos fueron las cenizas de cientos de miles de esqueletos junto a sus armaduras en el suelo, en un lugar completamente arrasado. Cayó en picado y con dureza contra el suelo quedando inconsciente completamente, con el cuerpo ennegrecido a causa del caos hecho miasma y en un estado completamente lamentable por la caída que le había provocado severos daños a tratar.

Una ligera punzada en el corazón de todos anuncia el cambio de un hecho, el caos está haciendo presencia en este mundo jugando con los hilos del destino fijado. Como tijeras de fatalidad todos visualizáis en vuestras mentes como todo un ejército desaparece y una serie de eventos empiezan a sucederse en vuestras mentes.
Lo primero que veis es como el Ejército de No muertos avanza con éxito hacia el castillo pero como película se rebobina en un momento dado y veis como un miasma caótico se apodera de la escena provocando que lo siguiente que se vea es el mismo lugar completamente desolado, lleno de cenizas y armaduras en el suelo pero nada más. 

Joder, no era agradable ver a un compañero con la cara como se la habíamos dejado entre el corte en la cara y sus ojos superllorosos por los polvos que le he echado... eso ha sonado superlascivo... debo apuntarlo para desequilibrar a alguien cuando hable con un negociante duro -¿Porque coño no paras Frey?- le pregunté ya algo preocupada, cuando vi que volvía a lanzar otro ataque, esta vez giratorio para supongo que golpear algo. Baeric lo volvió a esquivar, y a mi no me costo volver a bloquear su ataque con mi arma.

Desde luego en su cabeza debía estar yendo algo muy mal... y afuera sonaba a que algo estaba yendo bien... ¿estaban celebrando algo? ¡¿SE HABRÍAN CARGADO AL DRAGÓN?! No lo se... pero mejor no distraerme en este momento -¡Apunta a un punto no vital Baeric!- le dije al verle ejecutar su pirueta yendo hacia su pecho con su arma... ¡QUE NO LO MATE COÑO! Dejarle herido y inconsciente ya es suficiente... y si él se encargaba de herirle, yo cogí mi hacha con ambas manos por el mango para arrearle un golpe a su cabeza... con el lado romo de mi hacha. No quería matarle, solo dejarle K.O.

El peliazul lo daba todo por esquivar sus ataques y devolverlos sin perder tiempo, pero por desgracia para él Baeric tenía una cosa en mente, y era no fallar en su misión como caballero. Frey alzó su lanza, se lanzó con todo, pero falló por un par de centímetros en ensartar la cabeza de Baeric con su lanza pues el caballero halcón fue más rápido, atravesando la armadura del lancero y clavando su espada en un punto grave...

A pesar de esta terrible escena entre compañeros, Cytla continuó con su trabajo y, en un intento de convencerse de que había forma de salvar a Frey, le propino un golpe en la cabeza para noquearlo.

El caballero diamante se mantuvo en pie, mordiendo con fuerza sus propios dientes para no caer, pero finalmente dejó caer su lanza antes de caer arrodillado ante ustedes, siendo sostenido por la espada de Baeric que le hacía mantener el pecho levantado. Finalmente, Frey mostró un poco de humanidad nuevamente, enseñándoles una forzada pero orgullosa sonrisa mientras se proponía tomar el filo de la espada de Baeric con sus dos manos, causandose daños en estas.

-Larga vida... A... La Familia real... -así, se saco la espada para poder dejarse caer al frente, deteniéndose con sus manos para evitar dar directamente al suelo. En esa posición, Frey tenía la cabeza agachada y el cuello expuesto, tal como se colocaban a los criminales que serian ejecutados por sus crímenes...

Detrás de la barrera de Muramasa todos observaban en silencio, esperando ver la decisión que tomarían respecto a su compañero...

Lo que antes era un ejercito de no-muertos asediando el castillo, en un confuso instante se volvió polvo en el aire de los restos de aquellos esqueletos que en algún momento ya inexistente andaban... Justo entonces, el hada responsable empezó a desplomarse desde las alturas, sin ninguna fuerza que pudiese ayudarle a despertar en las próximas horas...

Mientras tanto, Alanís se enfrentaba contra aquel ser alado que amenazaba con ser un peligro mayor que el dragón. Por desgracia, la velocidad del enemigo fue mayor que la del proyectil que momentos antes bloqueo su ataque de espinas; le basto con girar a un lado para salir del camino del escombro, fijando nuevamente su vista en la rubia.

-Alanís... -había escuchado su nombre gracias a la mención de Faith. Entonces, el enemigo decidió descender hasta el suelo, quedando a pocos metros de la caballera que le encaraba. -. Perfect Warrior...

Los pocos restos de huesos que quedaban regados por la ciudad empezaron a volar hacia el extraño espadachín, quién levantó su arma para que todos los trozos saltasen a ella y se empezasen a unir. Tras breves segundos de construcción, el hombre pudo blandir su nueva arma: una pesada lanza esquelética que imitaba el arma original de Alanís.

-No te contengas...

Por otro lado, aunque el hechizo usado por Faith se había vuelto innecesario luego de la peligrosa acción de Fío, funciono para recuperar las fuerzas y heridas de los soldados en las murallas.

-Pudo manejar el caos con tan solo la mitad de sus energías... -comentó Glaius para él mismo. -. Espero que ahora el caos no lo maneje a él... -pues a pesar de estar alejado, el nigromante podía observar como el cuerpo de Fío empezaba a cubrirse levemente por manchas purpuras que asemejaban a la energía del caos, extendiéndose poco a poco desde su corazón...

Tal vez había funcionado, tal vez no... Ahora no podías saberlo.

Sabías que caerías, y eso estabas haciendo, pero nunca diste con el suelo de la ciudad, si no que llegaste más abajo, atravesando aquel vacío formado por el caos que habías liberado...

Finalmente, caíste suavemente sobre unas nubes caóticas, las cuales soportaban tu peso como el más suave colchón. No podías ver nada más allá, todo era oscuridad, caos, vacío... Pero no querías irte de allí. Te sentías ligero, libre, desnudo(literalmente)... Por un momento en tu vida no temías a lo que pudiese hacer tu descontrol.

Una suave serenata era susurrada en tus oídos mientras sentías un peso sobre tus caderas. Aquella silueta oscura se recostó sobre ti, mostrándote una amplia sonrisa mientras pasaba a acariciar tus brazos, morder tu cuello, dejar que sintieses sus pechos en el tuyo... De tratarse de un sueño, era muy realista, a excepción de que no habías explotado aún como ya lo habrías hecho por el simple contacto físico...

Allí todo era tan diferente, tan natural, tan... Agradable...

-Fío... -susurró tu nombre aquella figura de largo cabello antes de lamer una de tus mejillas, dejando que sintieses su respiración en tu rostro. -. Ya no me abandonarás... ¿Verdad, Fío?

Ya habías teniendo un encuentro con "eso" la primera vez que usaste todas tus energías, pero aquella vez deseaba más que una simple charla... Deseaba consumirte... Y... ¿Tu querías dejarla?

Mientras continuaba acariciando tu pecho y dejando que sintieses esas sensaciones que no podrías controlar despierto, múltiples tentáculos de Caos salieron desde la nube abajo de ti, colocándose sobre ambos para arroparlos y mantenerlos unidos...

-Puedo... Contar contigo... ¿Verdad?

Aquella sensación tan perdida en el tiempo.... Hacía casi 200 años que no se sentía de aquel modo, que no se encontraba con ella. ​​​​​

Ese lugar era para el la calma, pacífico y completamente ageno a la realidad pero sabía que existía, era la segunda vez que se encontraba allí y se veía cara a cara con esa mujer. Tumbado boca arriba dejó que se sentara sobre sus caderas, dejó que presionará sus pechos contra su pequeño cuerpo sin sentir que se estuviera rompiendo en pedazos como pasaría en la vida real por el estado en el que había caído. El roce, las caricias y mordiscos le hacían sonrojar pero no se movía, no debía evitarlo pues eso sería un mal mayor para el.

-Caos...  Alzó la mano, sintiendo como los tentáculos rodeaban los cuerpos de ambos mientras este le acariciaba la mejilla a la oscuridad. -Nunca te he abandonado...Le sonreía con calma, totalmente liberado del peso que suponía mantener ese miasma en su interior, de aquello que provocaba que sus emociones fueran tan cambiantes, tan.... Caóticas.

Ahí podía ser lo que debió haber sido, sus sentimientos ordenados al igual que sus emociones. Un chico calmado y amable, algo frío pero en absoluto tímido ni oscuro o negativo.

-Sabes que siempre estoy por ti, vivo gracias a ti... Pero no puedes corromperme es lo único que te pido en esta vida, quédate a mi lado. Te lo daré todo... Menos eso... Ese ente sabía muy bien la causa de que Fío no se entregara al Caos absoluto, la primera vez que ocurrió esto a nada estuvo de corromperse pero la voz de su hermana resonó en su cabeza como faro en tormenta oscura.

Una vez dijo eso, rodeó con sus pequeños brazos aquella figura y la besó con una naturalidad que ni el mismo comprendía, pero sabía lo que deseaba en ese momento Caos, deseaba una unión y por el bien de no morir en ese momento sabía que debía darle lo que quería o al menos, ese pequeña capricho carnal. -​​​​​-Jamás te voy a abandonar... Eres tan parte mía como yo lo soy de ti ahora...

Como era de esperar, la maestría de la espada era algo impresionante de ver en el caballero halcón, el cual logró atravesar la coraza de Frey de una sola estocada, provocando que Cytla le gritara que no apuntara a un punto vital, aquello por suerte ocurrió más tarde de lo que se esperó el caballero, pero el ver como ella le daba con el hacha para intentar dejarle inconsciente…un tanto osada a decir verdad, ¿las leyes eran claras en el asunto, no?, ¿Qué piedad debían de tener los traidores a la corona?

Cuando Frey terminó arrodillado frente a el y retiró la espada, Baeric no dudó en limpiar la sangre de la susodicha en las ropas de aquel caballero traidor. Más allá de la barrera todos le estaban observando, como si estuvieran esperando que el caballero terminara por arrebatarle la vida.

El se limitó a bajar la mano y tirar de los cabellos de Frey en dirección a Muramasa y la familia real, la cual se encontraba allí, expectantes.-Es un traidor, ha intentado asesinarme a pesar de haberle pedido repetidas veces que parara…hay dos maneras de proceder, le ejecuto aquí y ahora o se le interroga y si se decide la segunda opción…pediría a su majestad que me permitiera el honor de ser quien le interrogue.

Era una simple petición, quería llegar al fondo del asunto, pero si creían que era más sensato matarle…bueno, el se lo había buscado. Así que tranquilamente esperó a la resolución de aquello, sin soltar la cabeza del caballero, claro.

Alanis atajó a Faith lo mejor que pudo sin bajar la guardia de lo que estaba haciendo, pero por fortuna en esa ocasión el enemigo no atacó. El despliegue de Fío había sido impresionante, pero tenía serias dudas sobre si había sido necesario o la batalla estaba en un momento tan crítico como para un movimiento así. Sin embargo, no podía cuestionarse ahora mismo, si quería rendir donde estaba.

Observó que el enemigo blandía ahora una lanza de hueso, similar en forma a la suya, aparentemente dejando por el momento sus torrentes de astillas de hueso. Viendo que aparentemente un era una criatura no-inteligente, asintió al escuchar su nombre, apenas.

-¿Cual es tu nombre? ¿Quién te envía? -dijo esto mientras se inclinaba levemente hacia adelante para comenzar a cargar. Esto consistió en sólo un pisotón fuerte que usó para impulsarse hacia adelante, lanza de magia en alto a una mano, aprovechando que era liviana al ser una construcción mágica. Conservaba la suya usual en la otra palma por el momento.

Al ver como acontecian los hechos, y ver como incluso hasta mi hermanito se anteponía a todo echandome atrás del combate, no pude pensar en nada. Estaba bloqueada preguntandome como estaba sucediendo todo aquello, como Fio tenía tanto valor de actuar sin pensar en las consecuencias... Cuando me había vuelto realmente la hermana pequeña a la cual proteger y el el hermano mayor valiente y protector...

No obstante no todo era así. Nunca pensé que Fio volviera a usar ese poder, no pensé ni que fuera capaz de recordarlo de nuevo para usarlo... Pero no podía hacer nada. Ya estaba en uso, y sabía lo que ello conllevaba, sabía el sufrimiento que estaba a punto de suceder en su cuerpo y al mismo momento el dolor interno que iba a sentir yo. Y ahí se hizo presente.

-FIOOOOOOOOOOOOO - Grité en mitad de todo aquel combate centrando mi atención unicamente en lo que me importaba más que nada en este mundo.

Tanto así que me lancé en un impulso hacia el para agarrarlo en mitad del aire y que no cayera contra el suelo, mientras mi vista era dificultada por las lagrimas en mis ojos y mi cuerpo se envolvía en un manto de luz

-¡LUZ SACRA! - Invoqué nada más agarré a mi hermano, solo pensando en el, dejando que las lagrimas se llevaran el dolor que la oscuridad que intentaba corromperlo y al mismo tiempo yo trataba de erradicar - ¡LUZ SACRA! - Repetí otra vez sin dejar de llorar recordando la primera vez que Fio usó aquel poder y notando como mi corazón no paraba de latir con fuerza sabiendo las consecuencias de aquel hechizo, recordando las noches en vela esperando que Fio despertara, recordando a mi madre sufrir y mi llorar en shock sin poder hacer nada..

-ESTA VEZ, NO. ESTA VEZ SOY MAS FUERTE. ESTA VEZ... - ESTA VEZ NO TE DEJARE TOCAR A MI HERMANO - grité para nadie en realidad, aunque por sentimiento mutuo sabía para quien era, pues ahora mismo mi hermano estaría viendole - YO TE DESTIERRO. Oscuridad impura que tratas de corromper a tu invocador, deja de intentar gobernar este cuerpo en nombre de la luz ¡En nombre de la creación!

¡LUZ SACRA!

Y entonces allí donde estabamos Fio y yo, solo quedó un orbe luminoso cual sol que no dejaba ver lo que estaba dentro oyendose nada más que un grito femenino de dolor en su interior.

Hermanito, no me dejes sola.

Esto era muy raro... y desagradable de ver. A un compañero siendo atravesado por la espada de otro compañero... y yo siguiendo sin entender del todo que había ocurrido. ¿Porque Frey había intentado matarnos? No lo se... pero ahora que caía al suelo parecía haber... no se, recuperado la cordura... ¡¿QUE COÑO HABÍA PASADO?!

Nada más Baeric retiró la espada del pecho de Frey, yo saqué de mi alforja un kit básico de primeros auxilios, y comencé por tapar y ejercer presión en la herida del caballero, no sin antes claro apartar la lanza de éste de una patada claro. ¡No era plan de que se muriera mientras que Baeric se pensaba que hacer! -¡Cuidado coño que me lo mueves!- dije cuando tiró del pelo a Frey, claramente enfadada mientras continuaba tratando al "traidor".

Después de su charla, yo tenía algo que decir con mucha menos delicadeza y protocolo -¿Pero tu no le has visto la cara Bearic? ¡NO HAY QUE SER EXPERTO EN MAGIA PARA VER QUE ESTABA DEMENTE POR ALGO COMO MAGIA O COSAS ASÍ! ¡De ejecutarle nada!- le dije al caballero pegaso directamente. Yo ejecuto a los peores malandrines que no tienen pizca de redención... ¡pero a un compañero en mi vida! Y si Baeric lo intenta... admito que no lo dejaré.

Mientras escuchaba la oposición de Cytla contra el punto de vista de Baeric, Muramasa bajó el muro que dividía la sala del trono en dos para poder acercarse y asistir a la pelirroja con magia curativa; después de todo, si que resultaba ser un sacerdote...

-Fuese cual fuese la razón, no podemos permitirnos dejarle libre sin más -opinó el rey antes de alzar su mano hacia Baeric. -. Tienes mi autorización para encarcelar al caballero Frey e interrogarle. Si se descubre que fue manejado por magia, sera liberado y su traición sera perdonada.

Entonces, cuando la pelirroja estaba concluyendo con el tratamiento a su compañero, se vieron visitados por Zedron quién entró por una de las grandes ventanas de la sala del trono, aterrizando bruscamente como si hubiese saltado desde muy lejos solo para llegar allí.

-Sus majestades... -como era debido, hizo una reverencia ante los reyes antes de explicar su presencia. -. El dragón ha sido derrotado. Casi todas las personas de la ciudad se encuentran en el castillo, el resto esta siendo recogido por los caballeros. Me mencionaron que... Del dragón surgió un nuevo enemigo que amenaza con ser más poderoso, pero caballeros diamante se están encargando del problema. 

Luego de aquel informe, la familia real se quedo pensativa; un tanto tranquilizados por la pronta derrota del coloso escupe fuego, pero sin poder evitar preocuparse por la presencia de una nueva amenaza...

-Caballeros -se dirigió a ustedes Marshall. -. Con Zedron aquí ya no necesitamos de vuestro apoyo: salid y ayudad a derrotar al nuevo enemigo cuanto antes...

Pero cuando estaban por cumplir con aquella orden, Zedron se dio la vuelta.

-No... -interrumpió el gran caballero de armadura reluciente. -. Nadie saldrá de esta sala...

Repentinamente el ambiente comenzaba a volverse pesado nuevamente. Esa terrible sensación de que algo malo iba a pasar recorría vuestros cuerpos, y no podían evitar mirar fijamente a quién parecía ser el detonante de aquel pensamiento...

Empuñando su poderosa espada en una mano, y su gran escudo en otra, Zedron dio un gran salto para pasar sobre ustedes y llegar al otro lado de la sala, interponiéndose entre ustedes y las puertas que eran la única salida.

-¡Zedron! ¡¿Que significa esto?! -exclamó el rey indignado, pero no tuvo respuesta de su fiel servidor...

-Mierda... -nuevamente Muramasa preparó el muro divino, esta vez haciéndolo justo delante de los tronos para proteger únicamente a Marshall y a la familia real, pues el resto de caballeros presentes se habían posicionado ya para luchar. Además, de esa forma tendrían más espacio para luchar contra un enemigo más temible que cualquier cosa que hubiese afuera.

La criatura no respondió, simplemente preparó su carga al igual que lo hizo su rival: una fuerte pisada al frente para impulsarse y lanzarse hacia el frente, con su lanza de huesos levantada lista para atacar. Las posibilidades eran mínimas para aquellos casos, pero el guerrero esqueleto fue capaz de bloquear la lanza de luz con la punta de la suya, haciendo una prueba de fuerza nuevamente con su contrincante... Pero la lógica estuvo de lado de Alanís: A pesar de no hacer daño alguno al guerrero, su lanza esquelética se quebró en pedazos pocos segundos luego del choque, obligando al peliblanco a esquivar a la chica que en esos momentos seguía ejerciendo fuerza.

-Hmph... -obviamente, todas sus técnicas de no-muerto estarían en desventaja contra el hechizo de luz de Faith, pero... En el estado en el que se encontraba el hada, ¿cuanto tiempo le duraría aquella ventaja? Solo la voluntad de Faith lo diría...

Luego de que Alanís se detuviese y se diese la vuelta para encarar nuevamente a su oponente, esté observó sus propias manos durante unos instantes, cerrando los puños con fuerza antes de dirigir la mirada a la rubia.

-Me envía... La Salvación... -confesó antes de crear otra lanza de huesos a través de los trozos que habían salido volando antes; por más pequeños que fuesen, todo volvía a unirse y creaban el arma para el caballero dragón. Sin más palabras, se lanzó a toda velocidad hacia la caballera con la intención de embestirla con la lanza, usando sus alas para impulsarse y no perder velocidad en ningún momento: estaba dejando de contenerse...

Mientras tanto, Faith se encontraba superando la crisis de su hermano en el interior de aquella esfera de luz, alejada parcialmente del combate de la dragona.

Encerrada en aquella bola del luz junto a tu hermano podías ver como la corrupción del Caos se extendía por su cuerpo, detenido parcialmente por tus grandes esfuerzos de contrarrestar la energía caótica que deseaba consumirlo...

Ya no importaba lo que sucedía afuera, ya no te importaba lo que te podía suceder a ti, después de todo, si no tenías a Fío, ¿para que vivir?

Al estar tan cerca de él el caos también llegó a escalar tus manos, recorriendo lentamente tu cuerpo detenido solamente por tu intensa luz; a pesar de que la corrupción solo se extendía por tus manos, podías sentirla por gran parte de tu cuerpo, por el cuerpo de Fío...

Tal vez lo superaría, tal vez se recuperaría como la última vez, pero... ¿Y si no era así? ¿Y si era corrompido y lo perdías? No podías permitirlo...

Estando allí solo podía prestar atención a Fio, a mi interior y al dolor que sentía solo por curarlo... Era un momento critico en mi vida. Mi hermano pendía tan solo de un hilo, el cual necesitaba reforzarlo, y como era obvio eso tendría con sus consecuencias, pero no me importaban.

-Toma mi cuerpo para corromperlo si quieres... Tan solo intentalo. Pero la luz que guardo en mi interior te acabará consumiendo. No obstante si ese es el precio que tengo que pagar, dolor permanente hasta expulsar la corrupción de mi cuerpo, a cambio de abandones el cuerpo de Fio... Adelante. Gustosa estaré de pagarlo.

-Hermanito... Eres muy fuerte, más de lo que todo el mundo puede pensar... Más que yo incluso. A pesar de que puedas pensar que solo yo te ayudo a controlar tus poderes... La realidad es totalmente distinta... Fio, eres tu el que controlas tus poderes... Siempre has sido tu. Mis palabras te han podido ayudar a controlarte más o menos, o mis acciones... Pero siempre ha estado en tu interior, el control sobre el caos. Nadie más en este mundo es capaz de manipular el caos. Solo tu eres el único que puede... Yo tan solo... t-tan solo puedeo darte tiempo, puedo tratar de hacerte llegar mis palabras.... Me siento tan inutil... Ojalá pudiera entrar en tu interior, y luchar a tu lado... Pero no puedo. No existe hechizo que conozca que me haga hacer eso... Pero si se que puedes oir estas palabras, porque tu y yo - toqué mi corazón y luego el suyo - sentimos lo mismo.

-Así que Fio, hermanito. Levantate, y haz que el caos vea quien manda. Demostremos de lo que vale el poder ancestral de las hadas a todos. Demostremos que somos tan fuerte como para controlar a los poderes más arcanos... Demuestrame, que quieres seguir estando a mi lado ganando la lucha interior.

Luz sacra

Alanís avanzó de frente y sin miedo, sin responder ya que entendió que la mente de su adversario estaba dañada de alguna forma, o eso le parecía. Tenía los ojos bastante abiertos, sin querer perderse un detalle de los movimientos del enemigo y el entorno. La carrerilla que les separaba fue muy corta, pero el compilado de huesos en forma de arma le alcanzaron primero. Directamente había decidido aguantar el golpe con la coraza, que había funcionado parcialmente, pero sencillamente al estar compuesta de muchas piezas pequeñas le permitió deformarse y perder parte de sus componentes para que el resto del largo pudiese colarse por la división entre metal y metal en la parte baja del torso. Cerró el ojo, pero reaccionó inmediatamente, decidida a no ser la única que se llevara un golpe esa ronda. Dió un salto hacia atrás para tomar algo de distancia nuevamente y levantar el arma mágica sujetándola de forma claramente incorrecta en modo de empleo, desde el medio y en horizontal.

...por supuesto, eso era incorrecto siempre que se pensara en empuñarla. En ese caso sencillamente se arqueó levemente hacia atrás para en un movimiento balancear su cuerpo hacia adelante al igual que el brazo, usando el la magia como un proyectil brutal. El movimiento y esfuerzo hizo que la herida se resintiera, obviamente, pero no era algo que fuera a pasar a mayores sin ayuda externa. 

El rey permitió el encarcelamiento y autorizó a Baeric a interrogarle, pero si se demostraba que no era un títere de la magia…sería ejecutado por traición.-Por amor a mis compañeros…espero que Frey estuviera bajo los efectos de la magia su alteza.-Exclamó ignorando los berridos de Cytla.

Que gritara y pataleara no servía de nada, las ordenes del rey estaban por encima de todo, si a su alteza se le antojaba ejecutar a Frey ahora mismo, Baeric sería el primero en desenvainar, su honor y lealtad hacía el rey eran más importante que cosas mundanas como la amistad.

Por otra parte, entró Zedron, el cual explicó que el dragón fue derrotado pero que nuevos enemigos habían aparecido, llegó el momento de pelear de verdad contra aquel nuevo enemigo. Baeric hizo un gesto con la cabeza a su compañera, preparándose para encaminarse en dirección de esa amenaza, pero Zedron…también parecía ser presa de un hechizo o aquella locura colectiva que había afectado a Frey.

Rápidamente desenvainó y se preparó para atacarles. Baeric suspiró y nuevamente adoptó una postura de combate.-Espero que tus gritos sirvan de algo contra Zedron…y que su alteza esté de humor para perdonarles la vida a ambos, si no me da que voy a terminar manchando mi espada con la sangre de nuestros hermanos juramentados.-Respondió con un fuerte suspiro de melancolía.

En cierto modo era un reto enfrentarse a sus compañeros, ¿pero podría con Zedron?, desde luego era como una montaña, pero hasta el rival más grande podía caer ante su brazo de plata y su espada.

Menos mal que Muramasa vino a ayudarme con Frey... ya pensaba que sería la única que se preocupase por él. Que si, entiendo que le vayan a meter en una celda, eso lo entiendo no se vaya a poner a atacar de nuevo. Pero cojones... querer ejecutarle es mucho, hasta a los reyes les pareció demasiado y querían dejarle vivo a ver que pasaba.

Entonces, Zedron hizo una entrada heroica por la ventana... bastante innecesaria en mi opinión, pero es que él se lo podía permitir. Desde luego sus noticias me sorprendieron -Menos mal por Dios... no me voy a tener que enfrentar al dragonazo ese- pensé más que aliviada... aunque eso de que hubiera salido otro enemigo me mosqueaba -Bueno... quizás a ese si lo podamos derrotar entre todos... si es tamaño humano le meteremos hasta en el pasaporte- dije contenta y aguerrida, preparada para ir a por ese nuevo rival... pero entonces...

Casi se me va la mandíbula al suelo -No...- dije cuando veía ponerse al mismísimo Zedron ponerse en la puerta diciendo que nadie iba a salir -¡No me jodas! ¡¿EL PUTO ZEDRON TAMBIÉN ESTA LOCO?!- se que Bearic ya había criticado mis gritos, pero no por ello las iba a dejar de gritar... ¡como para no gritar! -Joder... voy a tener que sacar todos los trucos de la bolsa si quiero ganar junto con Bearic- dije esgrimiendo mi hacha con una mano, y mi mano dentro de mi bolsa... tocará ponerse seria... glups.