Sólo faltaban tres semanas para navidad, y la gente ya comenzaba a adornar las casas, por lo menos algunas, pero en la Fundación Kaynilatuy, ya era el tercer año en que no se celebraba navidad, antes, con el director, se celebraba y se hacía una cena para todos los alumnos que no fueran a sus casas, pero desde que la nueva directora estaba, ese tipo de celebraciones ya no se daban.
Pero habían más razones para estar preocupados, dos estudiantes fueron arrollados cuando iban a casa, y uno de ellos estaba gravemente herido, mientras que el otro, Shichiro, estaba lesionado levemente, sin embargo, no eran pocos los que pensaban que ese accidente no había sido tan accidente. Algo más grave había pasado.
Tsubasa recibió un mensaje de Aika, ambos habían intentado mantener una amistad con ciertas libertades, pero sin formalizar nada, la joven estaba aún complicada con su abuelo, por lo menos, sus primos estaban en casa y se preocupaban de ella, incluso la presencia de Akira era un alivio, pero sentía que la observaban y esa paranoia no era exageración. Andou no dejaba de observarla desde hace tiempo, incluso la había besado frente a todos a principio de años, como una forma de humillarla...
Abro el móvil y sonrío. Nunca fui buscando nada serio con ninguna chica, los asuntos del corazón no me habían quitado el sueño. Pero ahora era diferente.
No podía evitar caer hechizado en sus dos campos de lilas. En su sonrisa de aguas tranquilas. En las horas de sus abrazos.
¿Sería eso el anhelo de poder tenerla más cerca? ¿De formalizar eso con lo que llevamos ya un año en el aire? Lo nuestro era algo que llevábamos arrastrando desde hacía años sin saberlo. Desde aquel verano entre los campos de girasoles.
Quería incluso que mis padres y mis hermanos la conocieran. Me estaba volviendo un sensiblón, como ya avanzaba "mi sonrisita enamoriscada" o eso decía mi madre.
La pantalla se ilumina y tecleo en un segundo "Tengo muchas ganas de verte. ¿Me dejas invitarte a un chocolate caliente? Tengo algo para ti".
Pulso la tecla de enviar y me tumbo en la cama a esperar su respuesta.
Miró su celular, le había mandado un mensaje diciendo simplemente "¿cómo estás?", no decía nada más, pero el respondió rápidamente, Aika sintió que se le aceleraba el corazón, lo quería aunque nunca había confesado tales sentimientos, sólo besos locos, bromas, y más besos en donde sus cuerpos se acostumbran a la compañía del otro, pero ahora las cosas habían cambiado, y mucho, y debió limpiar sus lágrimas para poder leer bien su mensaje.
"Tengo muchas ganas de verte.
¿Me dejas invitarte a un chocolate caliente?
Tengo algo para ti".
- Oh, Tsubasa...- murmuró la joven, limpiando más sus lágrimas, sentía que iba a lastimar mucho a su amigo, demasiado, pero ambos creyeron que a Andou se le había pasado esa fijación con ella, pero no fue así, y ese mensaje era la muestra de aquello, el desgraciado se había tomado la molestia incluso de enviar un ramo de rosas, el cual ahora estaba en el tacho de la basura. Aika miró esa carta y los pétalos que había con desdén y tomó de nuevo su celular para mandarle otro mensaje.
"Debo hablar contigo, es urgente,
necesito que vengas a mi habitación,
me encantaría un chocolate caliente,
pero no es el momento para él. "
Escribió y lo envió, sabía que él podría pasarse a su cuarto, porque a pesar de las prohibiciones, ellos habían logrado colarse en las habitaciones de cada uno, burlando la seguridad para sólo dormir juntos, Aika se mordió el labio inferior, y pensar que habían hablado de tener su "primera vez", y aunque medio en broma, ella realmente deseaba estar con Tsubasa, mas ahora, sentía que todas esas ilusiones chocaban con la cruel realidad...
El teléfono vibra de nuevo y palpo la colcha buscándolo. La patalla se ilumina y yo leo con prisas, pero no es lo que espero encontrar.
Nada que ver con los mensajes de las semanas anteriores. Al momento se que algo no va bien, Aika lo deja bien claro en tres líneas que me hacen fruncir el ceño y releerlas una y otra vez.
Tengo un regusto amargo en la boca del estómago y, por primera vez, me tomo mi tiempo para prepararme.
Miro el reloj, las 10.30 de un sábado soleado y cruel. Me coloco los vaqueros color crema y el jersey rojo del día anterior, mientras me despeino un poco y elijo un par de libros al azar.
Cierro la puerta con un chasquido casi imperceptible y salgo al pasillos tras asegurarme que nadie me ha visto.
El conserje aparece 30 segundos después doblando la esquina y yo bostezo mientras me desperezo.
-Buenos días. Si, una larga noche de biblitoeca...- Le digo, contestando a su pregunta.
Coloco una sonrisa cansada y me encojo de hombros mientras camino lentamente y espero que desaparezca por el pasillo.
Después, solo me queda cambiar de pasillo y ando cinco metros más hasta situarme en la puerta de Aika. Por suerte está al principio del largo corredor.
Dos llamadas, silencio, dos llamadas, silencio, una llamada.
Ella parece estar esperándome al otro lado y ni siquiera me da tiempo a terminar de tocar a la puerta cuando ya estoy dentro, guiado por su mano en mi brazo.
¿Tiene los ojos rojos? Kado... aquí oasa algo y parece muy serio...
Estaba impaciente, asustada, y se movía como un león enjaulado dentro de la habitación, esperando que Tsubasa lograra llegar a su cuarto sin ser descubierto, aunque la vaga idea de que fuese descubierta con él, en el cuarto, y que ambos fuesen expulsados, no le parecía tan terrible, pero lo lamentaría por Tsubasa, él es un buen chico como para terminar fuera de la escuela por actos "inmorales", como a´si los catalogaría la directora. Tragó saliva y se mordió el labio inferior, y al escuchar sólo uno de los golpes en su puerta, fue hacia esta y la abrió haciéndolo entrar en la habitación rápidamente...
- viniste... ejem...- dijo, intentando parecer tranquila, pero era difíciles, Aika nunca se caracterizaba por ser una persona nerviosa, pero en ese momento, estaba realmente distinta, no había hecho una broma de algo, ni se había acercado para abrazarlo, de hecho, mantenía una distancia con el chico.
- Tsubasa-kun... debo hablar contigo - lo miró por unos segundos a los ojos, y luego desvió la mirada, mordiendo su labio inferior, y tomó una gran cantidad de aire, pero aún así no pudo hablar, de hecho se giró hacia la ventana, se veía el sendero que llevaba a las canchas, y los faroles rompiendo la oscuridad de la noche, miró esa noche tan eterna, y respiró profundamente.
- Tsubasa-kun, Fuchirinawa-san me pidió ser su novia y he aceptado, - tragó saliva, estaba pálida, pero aún así se dio la vuelta para poder verlo a los ojos, su amigo se merecía eso, y aunque la odiara, ella debía decírselo, además, si se alejaba, mucho mejor, sí, mucho mejor, se intentó calmar, deseaba decirle que estaba siendo obligada, pero la idea de que le hiciera lo mismo que a Shichiro la aterró - debía decírtelo... sé que me odiarás y está bien...- se abrazó así misma, con una expresión de mucha pena.
-¿Qué... debías... decírmelo? ¿DEBÍAS?- Remarco la última palabra con energía antes de contenerme de nuevo y mantener la calma -Fuwa, creía...
Creía que por fín te había encontrado, que eras tu. Que da igual que esto dure un día o un año... ¡O una vida! Oh Aika-chan... quería estar contigo. Cogerte de la mano en el parque. Tirarte palomitas en el cine y besarte entre risas, a escondidas, por los pasillos.
-Creía que significaba algo más para ti. Que al menos, si me estaba equivocado, algún día me lo dirías mirándome a los ojos. De forma sincera.
No te odio Aika, no podría hacerlo aunque pusiera toda mi alma en el empeño porque...
porque mi corazón ya es tuyo
... porque no soy así. Creía que teníamos algo bonito y yo no he aprendido odiar a la gente a la que quiero.
Cojo aire a bocanadas para no morir asfixiado por mis propios sentimientos. Siento que los zapatos comienzan a enraizarse al suelo y que como permanezca un minuto más allí seré incapaz de marcharme sin haber intentado siquiera tocarla, rogarle por algo que esta más que claro que ha muerto. En este instante. En esta habitación.
Me meto la mano en el bolsillo y le dejo sobre el escritorio el pequeño regalo que he encargado para ella. Un llavero ovalado y plano, a modo de medallón con una combinación secreta, en el que tuve la estúpida idea de guardar una foto de nosotros dos el verano pasado.
En aquel campo de girasoles que tiempo atrás nos había visto correr y jugar bajo el sol.
-Un click a la izquierda, otro a la derecha y pulsando en el centro- le digo sintiéndome más estúpido aún. Mendigando su amor, como si una foto pudiera reparar un amor inexistente.
Y sin más, abro la puerta y me dispongo a irme con todo mi mundo echo añicos.
Cuando alza la voz remarcando la palabra "debías", Aika apretó los ojos y se encogió de hombros, su respiración se cortó porque creyó que le comenzaría a gritar o que le diría algo horrible, que le diría que era una desgraciada o algo, pero no, Tsubasa no era así, y ella debió esperarlo, él era un buen chico, un... un chico al que quería mucho, al que.. sí, al que amaba, y ahora, por su culpa veía su corazón destruirse por sus palabras. Maldito Fuchirinawa, mil veces maldito!.
Levantó la vista y lo quedó mirando, su cabeza estaba abombada pero aún así escuchaba parte de sus palabras, y miró con los ojos llorosos el regalo, ¿te rendirás tan simple? se preguntó la joven, y sus ojos quedaron fijos en esa pequeña cajita, esa noche debió ser distinta, esa noche debieron haber formalizado, jurarse amor bajo el foco de luz, o algo romántico. Algo, no esto.
Aika no podía decir nada, estaba pasmada por el miedo, el odio y el dolor de ver a quien tanto quería herido, pero el joven dijo sus últimas palabras explicándole el funcionamiento del llavero, lo vio partir. Aika intentó mover su cuerpo, correr tras de él, pero no pudo, era mejor así, Tsubasa debía estar lejos de ella, muy lejos, o podría pasarle lo mismo que a la hermana de Tetsuya. Y lo dejo partir, que la puerta se cerrara y terminara esa historia para siempre, incluso la amistad, porque lo que ella había hecho, ni amistad merecía... nada...
Pero no pudo, Aika apuró el pasó, y antes de que Tsubasa abriera la puerta, ella lo tenía abrazado por el talle, apretándolo con fuerza, con su mano rodeando su talle, su respiración se entrecortó por el miedo, e intentó hablar... solo la verdad debía salir, pero era una verdad que podía tener muchas consecuencias...
- me está obligando...- por fin dice - no puedo decirle que no... no puedo... le dije... que accedía... para que me dejara en paz...creo que tiene algo que ver con.. con el accidente de la hermana de Tetsuta-kun... estoy aterrada, no... no me dejes... por favor...- esa era la verdad, una dolorosa verdad.
Me estoy yendo... no me lo puedo creer...
Y la puerta se abre con un chirrido, con desgana. Y yo agarro el pomo y la acerco hacia mí. Y me muerdo el labio inferior para no gritar por la rabia y la impotencia que me consumen en este momento.Y me vuelvo a quedar quieto. Todo mi cuerpo se paraliza porque mis oidos se acosumbran a su voz que me habla. Porque mi cuerpo huérfano responde a su leve contacto de nuevo.
Porque una tenue llama se enciende de nuevo en mi. La cabeza de una cerilla ardiendo que vueve a conectar mis dos áreas perdidas del cerebro, las mismas que se fuerzan por cohexionar las palabras de Aika.
Un momento... Andou... Aika... El accidente... ¿Tendrá algo que ver realmente? Si es así ya ha ido bastante lejos. Y alguien tendrá que hacerle ver que puede ser el rey de este internado, pero que no somos sus títeres rotos... Tendré que hablar con Tetsuya urgentemente...
Me giro para mirar con ternura a Aika, que se aferra a mi jersey cian, como tantas otras veces. La veo asustada, pero vuelve a ser la misma.
Pero ahora no es el momento de Andou, Kado... tienes cosas más importantes que arreglar.
Y respiro aliviado y sonrío. Y pese a que hoy más que nunca odio a Andou por encima de todo... Sonrío casi extasiado, durante un momento. Pese a todo lo que me estaba lloviendo encima, pese a Ariasu... al menos Aika seguía aquí.
-Aika, mírame... no me voy a ir. No puedo, no quiero y no se dejarte sola con esa... - escupo las palabras- con esa bestia de Andou.
Le alzo la cara, obligándola a posar sus ojos en los míos
-Aika, voy a luchar por tí porque te quiero.
Aika sintió que estaba abriendo una caja de Pandora, y que sólo causaría problemas y dolor, pero Tsubasa en vez de salir corriendo en busca de Andou, se giró hacia ella, y la abrazó, pidiendo que la viera a los ojos, ella levantó el rostro y lo quedó mirando, sus ojos se llenaron de lágrimas, no sabía que hacer, no tenía pruebas, sino suposiciones, pero Andou le insinuó que pudo haberlo hecho, y cuando le preguntó, no negó ni afirmó. Le dolía la cabeza, pero aún así, sentía que deseaba estar con su amado Tsubasa.
Lo estrechó con mucha fuerza, rodeando su talle con sus manos y se levantó para besar sus labios suavemente, un tímido beso que la ayudaba a relajarse, porque Tsubasa producía eso en ella. Los últimos dos años no habían sido buenos para la chica, el accidente de su abuelito - y única familia cercana- luego que Alek la dejara sin mayores explicaciones para irse, rompiéndole el corazón y ahora el accidente de Ariasu y Andou nuevamente la estaba rondando, aquel chico estaba realmente obsesionado con ella, pero Aika creía que ahora la dejaría en paz.
- también te quiero Tsubasa-kun - ronroneo, más tranquila, y restregó su mejilla contra sus ropas. Abrazados se quedaron un rato, hasta que Aika lo llevó a la cama, y se recostaron juntos, Aika se apoyó sobre su pecho, tomando su mano, y escuchando los latidos de su corazón, tenía miedo, pero ese momento no era para tales niñerías.
- me presionó, pero no me dijo que haya sido él, pero no lo negó, Tsubasa, no sé si él pudiera estar detrás de aquello, pero aun así, muero de miedo...- se mordió el labio inferior.
Un solo beso de Aika disipa los nubarrones de mi cabeza, aunque tampoco hace que asomen los rayos del sol. Cada vez me gusta menos esta historia y me cuesta encontrar una solución, si es que la hay.
Le seco las lágrimas con el dorso de la mano y le beso la frente, el pelo, las mejillas, la punta de la nariz.
Me dejo conducir hasta la cama y me tumbo cuan largo soy, pasando un brazo por la cintura de Fuwa y acercándola hacia mi. Apoyando su cabeza en mi pecho.
-¿Y que vamos a hacer ahora Aika-chan? No voy a renunciar a ti, pero tampoco podemos ir cogidos de la mano por los pasillos.
Aika se encogió de hombros, y quedó con su pecho apoyado sobre el pecho de Tsubasa, movió la cabeza de lado a lado, pero en vez de decir algo, terminó con su oreja apoyada sobre el pecho de su amado Tsubasa, buscando sus manos para entrelazar los dedos, le gustaban sus manos, eran fuertes y muchas veces se imaginó sintiéndolas en torno a su cuerpo, incluso ahora, sentir sus dedos rozando la piel de su cintura la hacía estremecerse.
- pues...- por fin habló, y se levantó un poco para poder verlo desde arriba - igual desde antes no podíamos andar de la mano... Tsubasa- se sonroja porque iba a proponer algo que era descabellado y peligroso - creo que sería mejor... que no nos vieramos más, aunque creo que no aceptarás, ¿cierto?- se sentó en la cama, y se inclinó hacia delante, dándole la espalda a Tsubasa, su largo cabello cubría su espalda - Tsubasa-kun... ¿estarías conmigo en secreto?... mientras encuentro las pistas sobre el accidente de Ariasu-chan? - no se atrevió a verlo a los ojos, estaba nerviosa de proponer algo así, Tsubasa tendría que soportar verla en brazos de Andou, mientras ella lograba desenmascararlo..
Ahora, quince minutos después, vuelvo a estar tumbado en una cama. Pero todo, abosutamente todo ha cambiado. Los nervios, la sonrisa, la emoción.
Y todo deberá cambiar a partir de ahora... ¿Pero qué es lo que debe de cambiar? ¿Donde se establecerá ahora la difusa línea de lo que debemos hacer y lo que no de cara a todo el mundo? Un escalofrío recorre mi espalda y me permito una tregua por hoy. No pensarlo.
Aika se separa de mi y odo mi curpo protesta perezoso. ¿Por qué no podemos seguir aquí toda la vida? Escondidos, solos, felices...
Y entonces ella le hace esa proposición. Una trampa laberíntica para un ratón en busca del queso. Una bofetada a mi orgullo, a mi tranquilidad, a mi vida.
- Sabes que no voy a decir que no Aika-chan... Es tan difícil negarte algo, cuando me miras e incluso cuando no lo haces- bromeo un poco para destensarnos y retomo el hilo - Intentaré contenerme cerca e Andou o de cualquiera persona que pueda sospechar. Intentaré ser tu... ser tu amigo. Pero no me pidas que lo consiga siempre, no me pidas que tenga buena cara a todas horas. Me estás poniendo a prueba Aika-chan y no se cuanto tiempo seré capaz de soportarlo. Sin... sin bromear contigo, sin llevarte a casa los sábados para tomar pastas de té, sin ir al cine, al parque de atracciones, sin echarte fotos bajo el sol.
<<Nunca he estado con nadie, quitando los amoríos de primaria. Me refiero a alguien a quien quisiera de verdad y ahora esto... Venía con la intención de proponerte algo totalmente distinto- bajo la voz hasta convertirla en un murmullo- totalmente formal. Totalmente felíz.
Aprieto la mandíbula y me llevo las manos a la cara, al pelo, otra vez a la cara. Estoy derrotado y exháusto. Ni siquiera se si tengo ganas de llorar o de emprenderla a golpes con algo.
Andou 2 - Kado 0
Iba a jugar con fuego, se estaba dando cuenta de aquello, iba a hacerlo y se iba a quemar, porque Tsubasa no iba a tolerar tanto, no iba a tolerar que él al tocara o que intentara besarla o algo, Aika se estremeció, y luego intentó razonar, ¿era lo mejor?, No, esa fue la respuesta, debería terminar todo con Tsuabsa, pero cuando él dijo que había ido a su habitación con la idea de formalizar, ella realmente se emocionó, sus ojos se llenaron de lágrimas, y se volvió hacia él para besarlo con ternura, con mucha ternura.
- no está bien esto - dijo entre besos - no, deberías alejarte de mí y ya, pero no lo harás... o por último intentar solo ser mi amigo, pero tampoco lo harás, eres demasiado cabezota para eso -se rió, y se sentó de nuevo en la cama, jalando de sus manos para se que se sentara también, Aika tragó saliva y pasó sus manos por su cabello, por su rostro, lo quería y mucho.
- no aceptes, eso deberías hacer - susurró, y se fue montando sobre él, hasta que sus piernas quedaron rodeando sus muslos, él sentía el peso de su cuerpo delicado sobre sus caderas - no... porque no te resistirás, y tengo miedo que te haga algo.. aww.. - se estremece y lo abraza con fuerza - también quería algo formal, pero necesito... obtener esas pruebas, y el miedo... de que te pase algo malo, no... Tsubasa, te quiero demasiado - Aika escondía algo, ella sospechaba de la directora en el accidente de su abuelo, y deseaba llegar hasta el fondo de esa historia, y estar cerca de Andou, y por tanto de esa mujer,le ayudaría... aunque eso significaba dejar atrás a su amor.
-Tienes toda la razón- le digo riendo mientras le robo pequeños besos a medida que sigo hablando -No te preocupes Aika-chan, siempre llevo un libro encima ¡Un buen objeto contundente!- prefiero bromear porque no me apetece absolutamente nada seguir discutiendo el tema. No quiero desperdiciar más minutos a solas.
Me acerco a su oído, apartándole el pelo con apenas un roce de mi mano -¿Sabes qué me apetece ahora?- Le susurro midiendo las palabras y silabeándolas muy despacio -Olvidarme de todo. Cerrar los ojos y jugar a que este día no ha existido. Un universo paralelo... Aika-Chan, me apeteces TÚ.
Y no le doy tiempo a más, puesto que la alzo casi en peso y la tumbo en la cama bruscamente. Me pierdo en el olor de su pelo, el sabor de su boca y me entretengo con el primer botón de su camisa.
¡CENSORED! jajajajaja ya recrearemos escenas tórridas!!!
Cerramos la escena con este post ¿No?
Siento haber tardado tantísimo. No me mates Aika! :*
Iba a replicar, decirle que sí, que olvidaran ese día horrible, pero para eso, tendrían que olvidar los días anteriores, o mejor, la amiga de Shichiro no estuviera en el hospital, pero Aika aún así creyó que mejor era dejar ese día atrás, y disfrutar de él, de sus caricias de sus besos, pero no esperó que la tomara en vilo y la tendiera en la cama, Aika abrió mucho sus ojos, y algo asustada lo quedó mirando, no sabía si esa noche iba a pasar, no sabía, igual mejor no, no tenía protección, sin embargo, Aika se irguió un poco y fue por su boca, por sus labios, y lo besó con pasión, acomodándose bajo su peso, y dejándolo abrir su camisa lentamente, un botón, un segundo botón, revelando que no había nada bajo esa prenda de ropa. Aika abre los ojos, y pone su mano sobre la mano de Tsubasa...
- no... no llevo nada abajo...- murmuró, sonrojada, estaba muy nerviosa, asustada, ya eran muchas cosas, pero realmente querías seguir besándolo...
ejejejeje, nooo, nada de censura XD a menos que te incomode, y no te mato, mientras no me dejes abandonada t.t
Mis dedos se frenaron en seco ante la confesión de Aika. ¿Debería seguir? Era lo que quería, lo que necesitaba... posiblemente no lo correcto, pero eso quedaba en segundo plano.
Seguí desabrochando los botones de la camisa, el primero con parsimonia y el último con avidez y dedos torpes. -A...Aika si no quieres seguir lo entenderé...- le digo mientras le acaricio el cuello y me quedo en el límite de sus pechos.
Respiro entrecortadamente y mi mente funciona a mil por hora. Algo en mi entrepierna comienza a ponerse muy duro.
Pues si la máster me deja, seguimos con la escena a nuestro ritmo (o al mío, más bien... ), ya que no tenemos que esperar a nadie.
A ver que tal se me da esto... que en mi vida he escrito relato erótico xD
Aprieta sus ojos, Tsubasa no pierde el tiempo y sigue desabrochando su camisa, estaba nerviosa, asustada realmente, pero respira agitada, incluso su pecho se movía de arriba hacia abajo, pero cuando él menciona que es mejor detenerse, ella asiente apenas, era lo mejor, el futuro era incierto y ambos estaban demasiado asustados y con un gran problema a cuestas como para complicar todo más de lo que ya estaba.
- si.. mejor.. detengámosnos... además, debes volver ya... a tu cuarto.. no quiero que te metas en problemas con lady terror - así llamaba a la directora, - no te quiero lejos de mí, - besa sus labios - y si te echan.. no podremos estar juntos... de nuevo - le sonríe sonrojada, pero la mano de él a lleva al borde de su propio pecho derecho, preguntándose si él había hecho algo así antes..
-No.. no puedo irme ahora... si es por... por la situación- el rubor sube a mis mejillas y la vergüenza comienza a tocar a mi consciencia. Clavo la vista en sus ojos para no mirar hacia otra sitio más tentador.
-Déjame al menos que me quede a dormir esta noche. No me puedes apartar de tu lado después del día de hoy y pedirme que me marche. No me dejes solo...- se que el tormento está volviendo a cruzar mi rostro y me muerdo el labio inferior para intentar pensar en otra cosa. En sus piernas...
Estoy colapsado, rodeado y sobre todo, embriagado.
Reparo en que mi mano sigue en ese punto límite y respiro hondo mientras la desplazo hasta su hombro izquierdo para terminar deslizando la camisa por sus brazos y por su espalda.
Estaba nerviosa, cohibida, la joven levanta el rostro y busca sus ojos, ambos parecían felices en ese momento, cerró los ojos, y se deslizó hacia sus labios, muy lentamente, muy lentamente hasta encontrarse con su boca, con su calor. Sentados se quedaron, con las piernas entrelazadas, y el descubriendo sus hombros, su espalda, Aika sujetó sobre su pecho la camisa de su pijama y lo miró sonrojada.
- está bien... pero por la madrugada deberás irte, no quiero problemas para los dos.. ya tenemos muchos - sonrió la joven, y sujetando aun la camisa contra su pecho, bajó su rostro - eh... estoy nerviosa... - mojó sus labios y se fue recostando en la cama, muy lentamente y bajando sus manos, para que él pudiera seguir descubriendo su piel tan clara y blanca, pero se arrepintió en el último momento, y se giró, cubriendo su torso. Pero giró su rostro y le sonrió sonrojada.
- eh... mejor no...no seguir, ven, duerme conmigo - susurra, mientras arregla sus ropas, y lo jala para que puedan dormir abrazados.
Lo siento >.< se me había pasado... pero ya fui terminando.^^