Partida Rol por web

El cura se dirige al Temporal y le pregunta...hijo, ¿cuándo piensas votar?

Sentado en un viejo banco, El Temporal meditabundo especulaba:

Sí, esto ya lo he vivido; acusan al inocente adjudicándole toda clase de abominaciones únicamente porque aquella infortunada alma escapa de la normalidad, mientras que los verdaderos culpables ríen y salen libres de sus males.

He de analizar la situación con cabeza fría si es que quiero hallar a los culpables y redimir a este pueblo maldito de sus atrocidades, pero yo mismo me encuentro dubitativo sobre quiénes son los conspiradores demoniacos y su bestia.

El policía y su malsonante acusación me causan rechazo y levantan mis sospechas. Creo que votaré en contra de él. Pero, ¿y sí este ingenuo y ofuscado hombre no es más que una víctima de su propia ignorancia?

El vagabundo y la enfermera salieron en mi defensa. Ambos no parecen gozar de la popularidad de este prejuicio pueblo, por lo que no puedo evitar mirarlos, yo un alma condena, con cierta compasión. No obstante, la duda invade mi mente: ¿Pretenderán ganar mi simpatía saliendo en mí favor? ¿Serán nobles sus intenciones? La vida me ha enseñado que de buenas intenciones está empedrado el camino hacia el infierno, por lo que no puedo fiarme tan rápidamente de ellos, ni de nadie en general.

Sí hay alguien que se gana con creces mi desconfianza, es El cura. Gazmoño como buen clérigo, no me extrañaría que haya abandonado al carpintero crucificado para ir detrás del dios de los condenados. Además él...

Mientras pensaba todo esto, El cura lo interrumpe repentinamente y increpándole por la demora a la hora de elegir su voto.

- En contra de usted, por supuesto - Le responde El temporal dejando a El Cura atónito

El vagabundo, la enfermera y el cartero por un lado; la hierbas, la profesora, la doctora y la modista por otro. La lechera no tengo ni idea de qué pie cojea, y el cura tres cuartas de lo mismo. El temporal vota al cura por meterle prisa para que vote, el policía vota al temporal porque se vio obligado, el barrendero está missing...y el proxeneta, en fin, me huele raro, pero no sé...

Tengo un lío de padre y muy señor mío.

El comerciante ya estaba cansado de escuchar las acusaciones, su mono tenia claro quien era el asesino. Pero como tenian que ser cuatro, pensaba reservar la opinión de Amelio para más adelante. 

-Creo que el policia se ha precipitado en elegir un sospechoso, pues ese es su trabajo habitual. Está acostumbrado a identificar cacos y criminales y por consiguiente es normal que haya acusado al aldeano más sospechoso entre nosotros. El temporal no destaca por inspirar confianza precisamente. Así que yo pienso que ese no es suficiente motivo para acusar al policia. Después se levanta de la silla y se pone de pie en el centro de la cabaña. Sigue hablando a los presentes.

-El vagabundo, el temporal, la enfermera y el cartero se han lanzado enseguida contra él, lo que me hace sospechar de ellos. La enfermera ha sido la más efusiva en atacar a quienes culpan al policia, por lo que mi voto es para ella.

Pues no te digo que mi jefe va por ahí diciendo que tengo pelos en las piernas, que si pincho porque me los quito con la maquinilla y no sé qué más, mientras a mí  me dice lo contrario; que si eres suave como el culito de un bebé, que si me quiero casar contigo, vida mía... ¡Será falso el tíoooo! Claro!como se lo hago todo gratis... Encima el muy egoísta ni siquiera tiene un triste detalle conmigo ¡Ni la cesta de Navidad me da el muy tacaño! 

Ha llegado la hora de independizarse.

Qué te den, Ametrino..

Mi voto va para ti.

si tú temporal te has rebotao por que el cura te ha preguntado por tu voto es que algo tramas,si tuvieses la conciencia tranquila no habria razón para actuar así.Ea ya lo he dicho.

Tras un intenso debate los aldeanos deciden por fin (¡POR FIN!) acusar a la enfermera de los terribles crímenes acaecidos en los dos últimos días en el otrora pacífico Castronegro. Su condena será LA MUERTE y su método de ejecución LA HORCA.

Mientras su cuerpo sin vida cuelga del árbol más alto del pueblo, el proxeneta, SU ENAMORADO, procede a reunirse con ella entre demasiados litros de alcohol y demasiados gramos de cocaína. Su nota de suicidio, manchada de lágrimas y vómitos, resulta ilegible, pero a nadie se le escapa por las fotos que encuentran en las casas de ambos (y algún vídeo... ehm... privado) que la razón de su muerte es el prematuro fallecimiento de su amada. Ninguna otra prueba que los delate como cultistas se halla durante la inspección.

Reconcomido por la muerte de la hija del alcalde, que estaba a su cargo, y también la de dos inocentes enamorados, el tabernero opta por autoejecutarse de un poco pulcro disparo en la cara con la escopeta de su difunto padre. Tampoco en su negocio ni en su vivienda se topan los aldeanos con ningún objeto inculpatorio.