Partida Rol por web

El vagabundo se lanzó hacia el barrendero, gritando:

-¡Estas mintiendo, hombre!-dijo, perdiendo el control-. Te has equivocado gravemente. Si fueras el cupido los habrías salvado, eso creo yo. No estoy completamente seguro de lo que digo, pero me parece ridiculo que llegues hasta estos extremos para justificar tus actos.

JA!mira que rapido has saltado para defenderla y las amenazas solo han idi dirigidas a vosotros dos...Poli corrupto.

Ya te gustaria a ti que la doctora no fuese cultista policia...

-GRRRRR- Bruce quiere moler a golpes al barrendero, pero el vagabundo lo sujeta.

Después de relajarse un poco, respira hondo y contesta: -Yo estoy diciendo desde hace horas que la doctora para mí no es culpable, GENIO.

-No nos cuentes milongas barrendero, si se descubre el pastel, y la doctora es cultista, ten por seguro que nuestras miradas se van a dirigir hacia ti. Curiosamente ella acusaba al vagabundo, lo tachaba de hombre lobo, al igual que tu. ¿Casualidad?.

No te queda ninguna coartada, cupido? ja, dejaste que tus propios enamorados murieran cuando podrias haberlos salvado a los dos. ¿Coartada de ser medium? siempre rezagado a la hora de votar, como queriendonos hacer ver que eras el medium para que pensaramos que buscabas el consenso con los muertos. Vaya truquito mas inteligente, siempre decidiendo el rumbo que iban a tomar todas nuestras vidas. De esta no te escapas barrendero, lo juro por la memoria de las almas en pena.

Los aldeanos comienzan a discutir entre sí cada vez más acaloradamente, gritándose amenazas de muerte unos a otros. Aun antes de que se pronuncie el último de ellos la doctora sabe que está condenada, por lo que aprovecha el barullo para intentar escabullirse. Se acerca con sigilo a la puerta pero, una vez allí, alguien mira en su dirección y la increpa.

-¿Dónde vas, doctora? ¡El consejo no ha terminado!

Son ya varios aldeanos los que esperan una respuesta. La doctora se gira, titubea, voltea de nuevo, abre la puerta rápidamente y escapa con celeridad por la calle mayor. A sus espaldas, los alaridos de la masa enfurecida la persiguen.

En su huida, incursiona por el bosque y llega a la cabaña del pescador, pero no consigue despistar a sus rastreadores, que la rodean junto al lago helado. Se acercan a ella lenta pero imparablemente y, dominada por el pánico, marcha sobre el hielo. No llega muy lejos antes de que éste se resquebraje bajo sus pies y la doctora se hunda para no emerger nunca más. Los aldeanos asisten impasibles al espectáculo. No se mueven y no hablan durante minutos. Sólo observan la calmosa superficie congelada que ha engullido al principal de sus sospechosos.

Sin emitir ni un sonido vuelven al pueblo e indagan en la vivienda de la recién fallecida, descubriendo multitud de pruebas que la señalan como cultista.

El vagabundo duras penas pudo contener al policía, y mientas lo sujetaba pudo oler su aliento alcoholico.

Así que no estas tan sobrio, compañero.

-Calma, Bruce, todo se verá, todo se revelará-dijo-. Pero esa forma tan burda de intentar acusarnos, barrendero...y esa treta de revelarte como el cupido, ¿a quien quieres engañar? Algo ocultas. No se que sea, pero algo estás ocultándonos.

Eso es lo que te gustaria que creamos verdad?Y lo que pretendias hacer ni lo intentes no me da miedo pegar a un asesino-Decia mientras sujetaba su mortifero cinturon.