-El acto desesperado de quién no puede caer más bajo, lamentable, y más lamentable que haya estado a mi servicio. Temo que voy a pasar largas horas de reflexión en el templo para comprender como expiar mi vergûenza -dice con temblor en la voz, quizás de ira, quizás de miedo, probablemente de ambas. -Mea alegra ver que la ciudad cuenta con tan excelentes protectores, una lástima que los actos ruines como este estén más allá de cualquier vigilia.
Ilustre magistrado, ha sido una jornada muy extenuante, si no le importa creo que deberíamos retirarnos a descansar y serenar la situación. Sé que no dejará esto desatendido, pero imagino que la ciudad tiene otros problemas como para que la prive de un magistrado y tres protectores. Cualquier cosa que necesite de mi puede hacérmelo saber con un mensajero, yo correré con los gastos. -luego se gira para dar cara a los protectores -Mi más profundo agradecimiento honorables.
Ya han caído las luces del día.
El fornido hombre descansa en el febril sueño del dolor.
-Ahora Hokelsa, explícame que hace un errante dormido sobre mi altar. Y no te preocupes por él, si no me equivoco mañana actuará como si no hubiese pasado nada, no es lo que le conviene, pero lo hará.
Mientras dice esto se dedica a recoger todo lo utilizado en la cirugía, las pinzas y otros elementos de acero los pone en un cubo que la joven se lleva a otra habitación, el resto de útiles, incluida la aguja y el hilo de seda sobrantes de la pequeña bobina los tira a un cubo junto con el papel que ha usado para mantener las zonas limpias y secas.
-No puede quedarse aquí, esto debe estar limpio y dispuesto por si viene otro que necesite un remiendo.
Los hombres de antes llevan con gran cuidado al protector a un lecho suave pero firme. En el transporte despierta.
-Honorable protector, esta noche la va a pasar aquí, nos han dicho que evite el uso de analgésicos, ya que si un punto se suelta conviene saberlo antes de que la hemorragia sea un problema mayor. Aún así conviene que descanse, por lo que si el dolor le impide dormir le traeremos alivio. -dice uno de los hombres.
Tras preparar un auténtico festín de comida delicada que se sirve fría se sientan a la mesa. Están mucho más tranquilos que cuando se encontraban rodeados de hombres armados y suspicaces.
-Honorable, ya le he dicho se movía de forma extraña, como si no supiese como mover una pierna, no sé como describirlo mejor, el caso es que tenía esa forma de moverse de un lisiado, pero no exactamente eso. Y el señor Figore lo conocía, se acercó a él, se estaba como saludando, llegaron a cambiar dos un par de palabras me parece, tampoco estaba fijándome mucho. Y luego sin más le golpeo en la cabeza con la tinaja, luego se agachó como si fuera a socorrerlo, como si no pensase que pudiera haber hecho tanto daño o no lo prendiera. Luego se levantó y se fue, yo salí a ayudarle a ponerse en pie cuando vi la sangre. -dice el hombre
-Un borracho que se tambalea no tiene nada de extraño, pero si insiste en que no era natural... yo no noté nada así.
Ya tienes claro que la mujer quiere evitar a toda costa rumores de demonios sobre su establecimiento, pero no crees que hasta el punto de mentir, simplemente duda y prefiere decantarse por lo de no ha pasado nada raro.
Puedes realizar una prueba de cognición por si de repente a tu personaje le ocurre una epifanía.
La dificultad es 9. Así que por fuerza tienes que dejar de lanzar al menos un dado. No pasa nada si no la superas, esto es solo por si de repente se alinean los astros. Piensa que tu personaje ha recibido mucha más información circunstancial de la que yo te puedo dar como jugador, gestos, escenarios, y todo eso se puede juntar con recuerdos y vivencias.
—El dolor no será un problema—le responde—. Por favor, agradezca a la señora Dagime los cuidados que me ha prestado.
Dicho esto, Karu lucha por no reprocharse su falta de competencia en combate, ya que después de todo cumplió su labor de proteger. Ya más sereno, entra en un estado meditativo destinado a favorecer la sanación.
Motivo: Meditación
Tirada: 6d8
Dificultad: 4+
Resultado: 5, 3, 4, 6, 5, 7 (Suma: 30)
Exitos: 5
Agarrando al rastrero traidor, para que ni se mueva.
Podeis ir tranquilo sabedor de que desenredaremos esta madeja.
Y mirando al magistrado.
¿Cómo deberiamos proceder con este individuo sin honor?
Mi querida Dagime -Dice Hokelsa con serenidad, franqueza y una calida sonrisa- Solo puedo decirle que esto tiene que ver con los ultimos acontecimientos que azotan la ciudad. Me he visto en la obligacion de ayudar a este honorable hombre, sin pedir por ello mis cuentas. Se acerca a ella y le toma con sus dos manos su mano derecha. Pero, estoy seguro que si pudiese quedarse aqui un dia mas, para evitar que sus heridas empeoren, podria mi humilde persona conseguir algo de su agrado. Teniendo en cuenta su hospitalidad y sin querer abusar de ella, me gustaria quedarme cerca de el, para evitarles a ustedes males mayores.
No se si deberia tirar diplomacia o coaccion para que nos deje quedarnos un dia mas en su casa. Aun no manejo tan bien las sutilezas de este sistema.
La cháchara, las medias verdades, el querer preservar la reputación, los cuentos de alcoba, los suspiros románticos (Entrecortados, brotando de los cuellos más hermosos y floreciendo entre los labios más apetitosos), los marujeos de barra, los pastelillos y simplemente el estar todo el día metido en una casa de las flores, encontrando y perdiendo continuamente las fuerzas para continuar con mi investigación, me sumen en un pozo sin fondo, como si fuese espectador de tres comedias de enredo al mismo tiempo, sin relación entre ellas. Pero entre toda esta sobrecarga sensorial de información deteriorada o fragmentos inservibles surgen a veces las revelaciones más inesperadas... ¿Qué me susurran los oráculos?
Motivo: COGNICIÓN
Tirada: 2d8
Dificultad: 9+
Resultado: 8(+2)=10, 8(+2)=10 (Suma: 20)
Exitos: 2
De repente todo cobra sentido, no se trata de demonios o lisiados. Lo que pasó fue que estaba empleando un truco de ilusión. El tal Figore debía ser muy bueno, ahora que lo piensas llevaba al menos dos runas consigo, la del sello del sobre y la de la cartera. Quizás contaba con protecciones que el atacante desconocía. El caso es que Figore lo descubrió, vio que no era su amigo, y el otro presa del pánico de que se descubriera el complot lo asesinó. Quizás solo intentara noquearlo y robarle, pero debió ver que no era tan simple quitarle la cartera sin exponerse demasiado tiempo.
Eso explicaría casi todo, menos la herida del cuello. Puede que fuera para asegurarse que estuviera muerto y no pusiera en aviso a otros, eso no lo tienes tan claro.
Luego está el detalle de lo del hombre que llegó casualmente y con prisas por coger la cartera, seguro que está implicado. Y eso significa que el magistrado está en peligro, aunque le acompañan dos, si Gaaru ha llegado a tiempo tres protectores.
Y Galoko, esa mujer que va a atormentar tus noches con su ausencia, lo sabe. Claro que lo sabe, Keldairai su aprendiz, ella pasó tiempo con Figore, tienes la corazonada de que Figore le ha entregado algo a Keldairai, y eso significa que Galoko lo tiene. Tienes la sensación que el hombre era demasiado listo, y que el contenido de la cartera es falso, que el auténtico tesoro está en otro sitio. No se fiaba del personal de palacio, estaba más cómodo y seguro en el mundo de las flores, que de día son hermosas y de noche fragantes. Un mundo que guarda los secretos de todos, pues esa es su función. Pero los dueños no saben nada, en estas cosas cuanto menos gente involucrada más a salvo está el secreto.
Por supuesto esto es solo una suposición.
-En mi opinión deberíamos llevar a esta escoria con nosotros hasta que nuestra sed de verdad quede saciada. Aunque si los demás preferís ejecutar la pena de muerte aquí y ahora, no seré yo quien se oponga. Por cierto, ¿No deberíamos avisar al otro protector? no me acuerdo su nombre, el que os acompañaba.
Abrí los ojos. Parecía que me había quedado al margen de los sucesos durante un tiempo mientras los protectores llegaban a tiempo de detener el intento de asesinato del traidor sobre el delegado, incluso parecía que había llegado a dormirme.
Nada más lejos de la realidad, estaba pensando. Estaba pensando que aquello no me convencía. El delegado no me estaba convenciendo más de lo que me convencían las palabras de su servidor que les había traicionado, pero parecía más inteligente. O al menos, más cauto.
Muy bien. Nos retiramos. Sin embargo, delegado Askuro, debo solicitarle no solo que esté disponible para atender a los mensajeros que podamos enviarle, si no también a que no abandone la ciudad hasta que resolvamos este tema. No solo ha ocurrido un asesinato vil. Existe un complot de traición y usted y su comitiva se han acabado por posicionar en pleno centro del huracán. Incluso...
Incluso le planteo la cuestión de que permita que la ciudad ponga la figura de un protector para cuidar su persona. Existe un severo riesgo sobre su salud y mientras no resolvamos este asunto, usted puede ser objetivo de asesinato.
Le da la opción al delegado a aceptar que algún protector se incorpore a su corte cercana y espera su respuesta. Tras esto, continúa.
En cualquier caso, me temo que debo requisar esta cartera y su contenido. Especialmente el contenido que ha compartido conmigo. Cuando todo esto termine, le será devuelto. - A diferencia de lo anterior, en esto no le estaba dejando opción. Era una imposición.
Escuchó la opinión del último protector en hablar
Lo mismo se extiende a ese hombre. - Dijo señalando al traidor - Ha de ser juzgado y sentenciado por conspiración, traición, complicidad de asesinato y varios intentos de homicidio. Así como toda una serie adicional de cargos menores. Como corresponde a la sociedad civilizada en la que vivimos, este proceso tendrá lugar con las garantías pertinentes. Garantías que existen para proteger a la sociedad y que me permiten asegurarle que este hombre será castigado acorde a su crimen. - Y también torturado para intentar obtener información sobre el complot. No le cabía duda, aunque esa faceta de la justicia no le correspondía a él ni conocía los detalles.
Me recuestoen el banco mientras miró a las artistas y los dueños trabajando laboriosamente en un pequeño festín para la cofradía de cuervos en que el magistrado y los protectores nos habíamos convertido. Todo cobra sentido. Me había sentido confuso, perdido, pero hay veces en que para poder abordar un puzzle hasta sus últimas consecuencias, hay primero que analizar hasta la más mínima pieza y tenerlas todas bien a la vista. Alcanzado ese punto, cada unidad se desliza sola, bajo los dedos, completando una imagen que si no no carecería de sentido.
Lo que más me inquieta ahora mismo es saber de la suerte de mis compañeros. Tal vez se encontrasen en problemas más graves de los que yo podría haber previsto y estamos haciendo preparativos y esperando para nada, pero por ahora prefería darles el beneficio de la duda, cargado con la fe ciega en sus buenas artes como estrategas y guerreros.
Me quedo mirando a Galoko, intuyendo el peso que debe transportar ahora mismo, y su empeño por ocultárnoslo. Dudo entre tratar de arrinconarla, ya que abordarla de esa manera rompería definitivamente la confianza establecida (aún edificada sobre mentiras, la lujuria se cobra su parte...) o esperar a la llegada de mis compañeros, ya que, una vez informados, posiblemente podrán requerir de ella la última pieza de este enigma con más facilidad que este esclavo de las flores en que me reconozco.
¿Podría tirar ESCRUTINIO para tratar de saber si Galoko está esperando el momento de huir o pude parecer dispuesta a colaborar?
Si, como tienes tu valor reducido en 1 la exigencia que de normal sería 3 ahora es 4. Con eso sólo intentas empatizar, intentas entender sus intenciones por sus gestos más superficiales. A partir de ahí las ventajas importan, y como las inviertas también, si eres muy descarado y no guardas nada para sutileza, puede que se de cuenta y las exigencias aumenten, por otro lado si no guardas algo para intensidad o precisión, puede que lo que hagas sea malinterpretar... tu me entiendes creo.
Tras recitar las palabras que me desvinculan de mi condición de hombre y me trasladan a una en la que hablo en nombre del Rey añado
-Por los crímenes cometidos, en nombre de su majestad el rey, yo Dagio Nara, magistrado en pleno conocimiento de las circunstancias te sentencio a muerte. Como exige la compasión del fuerte al débil, el reino escuchará un último deseo por cuyo cumplimiento se velará siempre que sea merecido. En adición ignorando los últimos y descarriados pasos, se te concede la elección de morir decapitado en lugar de colgado como recompensa por años en el buen camino.
Secuestro de personaje. Esto no se va a usar pocas veces, solo cuando algo es incoherente con la ambientación, por motivo evidente de desconocimiento del cual soy culpable.
El magistrado es la justicia, no hace falta más que su palabra para la sentencia. En Gasiro no se estila la tortura, salvo que se esté muy convencido de que esa información es de extrema importancia para preservar la paz. Ejecutar a un hombre de una forma tan digna se considera un acto de misericordia, pues la pena por el simple atentado y confabulación contra figuras del cargo público es la horca.
Evidentemente un magistrado requiere testimonios y testigos, pero con solo la mitad de los crímenes de los que no te cabe duda alguna de su autoría ya es suficiente. La espiritualidad/religión de Gasiro exige que todos tengan armonía, un individuo perturbado solo causa perturbación al resto y a sí mismo, y eso es muy peligroso, esta gente debe ser eliminada, por lo que su sentencia no te pesa, aún habiendo otros culpables, aún sabiendo que otros caerán, la condena de este es una decisión fácil.
Al escuchar esto el hombre se destensa, sus músculos se relajan notoriamente. Se sienta sobre sus piernas y tras un momento de reflexión dice -Acepto la condena, mi deseo es que se me permita escribir una carta personal y otra pública. En cuanto las haya finalizado, cosa que me tomará menos de un décimo, ruego que se me decapite en suelo santo donde mis remordimientos no puedan pudrir la tierra, y ruego que sea el protector del Loto y do de la Golondrina quien ejecute la sentencia.
Dicho esto se aproxima a un mueble de la habitación con paso firme, como si fuera decidido a cruzar la pared, coge papel, tinta y pincel. Tarda realmente poco. La primera carta que dobla y entrega al magistrado apenas le toma el tiempo de cien latidos. La segunda un poco más extensa la deja sobre la mesa.
-Estoy listo, el palacio tiene un templo a unos cientos de pasos.
Frente a la aceptación del magistrado todos salís de la habitación. Ganikusi recoge la carta pública. Se nota que hay protestas y desacuerdos, se nota que hay disconformidades y reproches, pero todos las guardan, todos han oído la sentencia, todos han oído las palabras del Rey, todos han sido testigos de la compasión y la han aceptado, le van a dar un final digno a un hombre.
Al llegar al templo se arrodilla frente a un altar de equilibrio -Que mi huella en el mundo sea amable y no se corrompa como hizo el que la dejó. Luego levanta el cuello para ofrecer a Gaaru Nagata todas las facilidades. Notáis que pese a temblar ligeramente no titubea. Tiene miedo, está aterrado, pero ha resuelto que no va a desperdiciar su último respiro en ser un cobarde.
El sable de Nagata silba tras unos instantes de concentración, no se escucha golpe alguno, en la silenciosa noche solo se escucha el suave susurro de la hoja al volver a la vaina y el sonido de la cabeza contra el suelo. El golpe fue casi perfecto, el cuerpo no se desmorona hacía un lado sino que se desploma sobre si mismo.
A estas alturas muchos curiosos del propio palacio están fisgoneando, pero todos tienen cuidado de no decir nada.
El que debe ser el jefe de mantenimiento del lugar dice -Id a por dos hombres, debemos limpiar esto enseguida. Vaya día, cuatro cuerpos añade por lo bajo, pero dado el sepulcral silencio se escucha como si lo hubiese gritado.
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De camino a la casa donde os espera Deno leéis la carta.
El deseo me corrompió, obre en detrimento de hombres buenos para obtener un beneficio personal bajo, mi espíritu fue débil y ahora yo estoy muerto.
Pero dentro de los hombres buenos no está el que fuera mi señor, ruego que se crean las palabras de quien ya no gana nada con la mentira.
Me arrepiento, y así completo el vergonzoso camino, pero ahora soy libre
Acero amable
que corta los eslabones forjados de mentiras y promesas
El reino está a salvo pues lo protegen hombres cuya habilidad en todos los campos sobrepasa cualquier leyenda, ha sido un honor ser derrotado por tan formidable adversario. Ahora solo tienen que seguir su camino, pues el destino está cerca pero aún no lo han alcanzado.
La siguiente intervención ya será en la casa de las flores con Deno
Te despiertas pronto por la mañana, todo parece haber ido bien, el gran hombre duerme en silencio, con un gesto de paz, como si el dolor no fuese con él.
Al salir de la sala de recuperación ves a la joven
-Buenos días Hokelsa, estamos a punto de desayunar, por favor acompáñanos.
La mesa muestra un despliegue de panecillos.
-Buenos días Hokelsa, ¿Cómo te va? hace al menos un mes que no te pasabas por aquí, y eso me entirstece, siempre has sido un muchacho muy interesante, sino fuera por que eres un poco sinvergüenza intentaría que te casaras con mi sobrina. -bromea con un tono que conoces bien.
-Seguro que Hokelsa tiene loquita a más de una, yo no puedo competir contra ellas -dice la joven para reforzar el tono jobial. La muchacha es bonita, no es una belleza, su cara es simple y común, y su cuerpo no es una maravilla, pero es un cuerpo de alguien sano, está claro que se cuida y por ello es bonito, pero no cuenta con un atractivo natural, aún así es una mujer encantadora y habilidosa, mucho habría que luchar para merecerla.
Sentandose en la mesa para acompanarlas dice: Muchas gracias por la invitacion. Saben bien que no merezco tanto alago y les aseguro, que mi reputacion habla mas que de mi mismo, saben que tengo un muy buen corazon. Pero, por desgracia, bien es que estoy casado con mi trabajo y dudo que nadie pudiese ser feliz a mi lado -Dice Hokelsa, con un tono triste en su voz, mientras toma uno de los panecillos y lo abre en dos.
Mirando a la joven aun con el panecillo la mano y sin haberle incado el diente a pesar de los ruidos producidos por su estomago, dice: Aunque debo admitir adorable Keldjoal,que estoy seguro de que seriamos felices los dos y que tendriamos una familia adorable... pues todo lo que te rodea exclama de perfeccion y belleza. Termina Hokelsa, dejando el tiempo de responder antes de probar bocado
Motivo: Cortesia: Alago
Tirada: 5d8
Dificultad: 4+
Resultado: 6, 4, 7, 3, 8 (Suma: 28)
Exitos: 4
Tirada de elogio... siempre hay que llevarse bien con la gente util ;-). 5 exitos.
A todo esto, me gustaria aprovechar que voy a quedarme aqui un par de dias para intentar aprender todo lo que pueda de medicina. Asi al menos n pasare mi tiempo a matar moscas. No tengo ninguna intencion de dejar solo al calvete
Durante el desayno Hokelsa dice: No crean que pienso abusar de su hospitalidad, mientras mi cuerpo se queda inerte en un rincon de su acogedora casa. Diganme en que puedo ayudarles y sere todo SI. Termina Hokelsa con una sonrisa, buscando una complicidad con las dos mujeres