Partida Rol por web

La Carta de Emmeline Marsh

1. La Llegada al Pueblo

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16/04/2010, 21:34
Coraline Ravenwood

Coraline recorrió el dormitorio, de tramo a tramo, a pasos lentos, deteniéndose en algunos detalles. O Melita entiende de restauración o algún amigo…Se inclinó y examinó con detenimiento el pie del armario. Impecable. Qué extraño. Los muebles no presentaban arañazos ni signos de carcoma. Lucían muy bien cuidados, sin los signos propios del deterioro. Como si…

En ese momento, las palabras de Alfred irrumpieron el hilo de sus pensamientos. Se dirigió hacia la silla donde se hallaban distribuidas unas figurillas por las que le había preguntado su prometido, tomó una de ellas entre sus dedos y la giró.

Ni idea. ¿De dónde las habrá sacado Melita?

Luego, volvió la mirada hacia su prometido y le preguntó— ¿Sabes si alguien más visita a Melita o si algunos de los vecinos la ayuda en el… mantenimiento de la casa?— Su mirada se volcó ahora sobre los muebles y los señaló con un vago ademán. —No tienen signos de carcoma. Ni yo podría hacerlo mejor.

Dicho esto, se dispuso a desempacar las pocas cosas que había traído. Sus dedos volvieron a toparse con un pequeño envoltorio. Después de la cena se lo entrego. Y, finalmente, echando mano a su móvil, confirmó lo que ya intuía. No había cobertura. Hizo un mohín de resignación. En fin, mañana llamaré a Candice.

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16/04/2010, 22:46
Joseph Marsh
Sólo para el director

Me detengo a mirar las estatuillas extrañado.

¿Desde cuando compra estas cosas la abuela? Me pregunto dándoles vueltas entre mis manos. De todas formas no es lo que más me preocupa ahora mismo.

Dejo la maleta sobre la cama, y me dedico a recorrer la casa. Quiero ver con mis propios ojos qué ha pasado.

Subo a mirar cómo se encuentra el tejado. Mi hermano y su novia estarán ocupados hablando con Melita. Yo me voy a ocupar de inventariar los desperfectos.

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17/04/2010, 14:28
Alfred Marsh

Al ver que Coraline tampoco reconocía las figurillas, Alfred se alejó del tocador y se dispuso a sacar algunas cosas de su maleta. Mientras se aseguraba de haber cogido todo lo que necesitaba para el corto viaje, ella llamó su atención y Alfred levantó la cabeza, pensativo.

No lo sé. Es posible que alguien la ayude, pero eso no es muy propio de Melita. Siempre le ha gustado hacer las cosas por sí misma... Ya ves que ni siquiera nos ha dejado a Joseph y a mí que la ayudemos en la cocina...  Miró el armario que Coraline había estado observando. Tal vez enviase los muebles a un restaurador...  Aunque, viniendo de Melita, algo así hubiese sido muy extraño...

Entonces, al sacar una camisa de la maleta, la carta que Melita les había enviado a él y a Joseph calló sobre la cama. Alfred la miró fijamente y recordó su impresión la cuando la había recibido. Aunque, pensándolo bien, Melita ha hecho algunas cosas poco habituales últimamente... Volvió a meter la carta en la maleta y la cerró.

Voy a ver a Joseph. Quisiera hablar con él acerca de cómo abordar el problema de la reparación de todo lo que el agua ha estropeado antes de bajar a comer y...

Pero no acabó la frase. Abrió la puerta lentamente y salió al rellano. Se dirigió a la puerta de enfrente y llamó dos veces.

Joseph, soy yo. ¿Puedo pasar?

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19/04/2010, 17:19
Director

Joseph ya había salido de su cuarto, pero antes de que le diera tiempo a ir a ningún sitio, se topó con su hermano, que estaba tras él, llamando a su puerta.

Coraline había salido detrás, y se encontraban los tres en el pequeño rellano de la primera planta. En el piso de abajo se oía a Melita caminar de la cocina al salón, y después de vuelta a la cocina. Parecía estar llevando las cosas para la comida, porque se escuchaba el tintineo de platos y copas.

 

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19/04/2010, 18:59
Alfred Marsh

Alfred dio un paso hacia atrás porque la veloz aparición de su hermano le había pillado desprevenido.

¡Oh, vaya! Me has asustado, Josh. Si tienes un momento, me gustaría comentar contigo una cosa antes de bajar a comer. Creo que deberíamos decidir cómo abordar el tema de la carta de Melita. Encuentro todo esto un poco extraño y me gustaría esclarecerlo cuanto antes, pero no quisiera que la conversación estropee la visita. ¿Tú qué opinas?

Alfred estaba impaciente. Cruzó los brazos sobre el pecho para tratar de disimular su ansia por recibir una respuesta de Joseph. Pero antes de que su hermano hubiese tenido tiempo de contestar, añadió: ¿no crees que Melita parece un poco distinta? Y la casa... no sé, Josh...

Sin terminar esa última frase, ya que no sabía cómo explicarle a su hermano sin sentirse un poco ridículo el hecho de que le preocupase tanto el distinto aspecto del piso superior de la casa en comparación con el inferior, se quedó por fin en silencio y esperó.

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20/04/2010, 00:37
Joseph Marsh

- ¿Distinta? No sabría decirte, Alfred. Yo sólo la he notado más cansada, y después de las lluvias me parece normal. Iba a subir a mirar el estado del tejado para vigilar que no entre más agua antes de pasar a arreglar el resto. ¿Qué esperabas Alfred? Es muy mayor, y está sola.

Suspiro resignado. ¿Quién movería a Melita de esta casa? Ni con una grua. Vuelvo a mirar a mi hermano antes de preguntar:

- Oye, lo que si veo raro es que haya estado de compras. En mi habitación hay unas figuritas rarísimas. Por lo demás... bueno, habrá que ponerse manos a la obra, para dejar la casa en condiciones.

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20/04/2010, 15:30
Alfred Marsh

Alfred, viendo que su hermano obviaba el tema de la carta, torció el gesto aunque no dijo nada al respecto.

Bueno, quizás tengas razón y tan solo sea cansancio. No había pensado en el tejado, buena idea. Pero déjalo para después, ahora no es momento de que te pongas a trepar... Sonrió a Joseph, aunque la idea de ver a su hermano sobre un tejado viejo, húmedo y posiblemente podrido no le hacía ninguna gracia. ¿Y si resbalaba? Podría hacerse mucho daño... Se giró hacia Coraline y su voz volvió a tornarse suave. Creo que los tres deberíamos ir bajando. Podemos deshacer el equipaje más tarde. El viaje me ha abierto el apetito y... Cortó la frase repentinamente al darse cuenta de lo último que Joseph había dicho. Volvió a mirarle sorprendido y se dirigió de nuevo a él. ¿Figurillas? Pero, ¿también en tu cuarto? Sobre el tocador de nuestra habitación hay unas figuras extrañas y bastante... feas. ¿De qué son las tuyas?

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20/04/2010, 23:42
Coraline Ravenwood

Coraline permanecía anclada en el umbral de la puerta escuchando la conversación de Alfred y Joseph. Sus ojos se pasearon de uno a otro de los hermanos. Pues sí, a ella también le pareció un poco exagerada la preocupación de su prometido, pero aquello de las figurillas... Bueno, quién sabe, 'sobre gustos no hay nada escrito'. En algunos remates había visto cosas muy raras, mucho más extrañas que aquellas cerámicas.

Pero debió admitir que aquello le picaba un poco la curiosidad, no pudo descubrir su origen, quizá eran poco menos que unas baratijas, pero aún así... No parecía propio de Melita, al menos así lo entendió después de las reacciones de ambos nietos de aquella mujer. Si ellos no conocen a Melita, entonces, quién...

Pero ya habría tiempo de preguntarselo a ella después de la cena. En un momento u otro se escucharía su voz, llamándolos. Ya podía oler el aroma de la comida, y aquello que fuese que haya preparado Melita, tenía un aroma exquisito. Mucho había escuchado Coraline sobre la mano maestra de la abuela de Alfred en cuestiones culinarias. "Nadie cocina como Melita", era el epígrafe bajo cualquier plato que degustasen. Hoy descubriría cuanto de verdad tenía aquel aserto.

Coraline se cruzó de brazos y esperó, apuntalada a la jamba de la puerta.

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21/04/2010, 00:17
Joseph Marsh

- No tengo ni idea de qué son. Se las habrán regalado, si no, no me lo explico. De acuerdo, bajemos a comer. Pero conste que luego me voy a mirar el tejado. Vosotros podeis examinar la planta baja para que empecemos los arreglos. Bueno, cuñada, ¿lista para bajar?

Miro a Coraline, que está muy silenciosa.

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21/04/2010, 00:29
Coraline Ravenwood

Coraline frunció el ceño preocupada y replicó a las palabras de Joseph:

—No creo que sea buena idea que subas de noche al tejado: además de que no verás en detalle el estado en que se encuentra, puede ser peligroso —Luego, asintió a su pregunta—. Sí, estoy famélica. Y lo que sea que haya preparado Melita, huele muy bien.

Por último, se volvió hacia Alfred y le preguntó, mejor dicho, lo invitó con una sonrisa a flor de labios:

— ¿Vamos?

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21/04/2010, 13:40
Alfred Marsh

Alfred se volvió hacia Coraline.

Sí, bajemos.

Pasó un brazo por los hombros de su prometida para bajar juntos al comedor y tiró levemente de ella para incitarla a caminar.

Creo que Joseph tiene razón, me preocupo siempre demasiado por todo. No debería darle tanta importancia a esos detalles y tratar de disfrutar de la visita. A fin de cuentas, hacía mucho que no se reunía la familia... Pues lo dicho, ¡se acabaron las preocupaciones! Aunque no estaba muy convencido de sus propias palabras. Alfred siempre se preocupaba demasiado por todo y le daba muchas vueltas a todo, quizá por eso Coraline y Joseph se llevaban tan bien, porque ella encontraba en Josh una persona más relajada con la que reírse de las cosas sin haber tenido que analizarlas por todas partes antes. Sabía que no podría disfrutar realmente hasta asegurarse de que todo estaba en perfecto orden y de que Melita se encontraba en perfectas condiciones, pero no podía evitarlo, era su forma de ser, una persona sensible y muy responsable.

Casi sin darse cuenta miró brevemente a su hermano al abrazar a Coraline. Por mucho que quisiese a Joseph, no podía evitar sentirse un poco celoso de la buena relación que él tenía con su prometida y sentía la infantil necesidad de llamar su atención inmediatamente en esas ocasiones, como intentando que ella se olvidase de que Joseph estuviese allí por un momento.

Si quieres, puedes ayudarme con las reparaciones, cariño. Creo que tú sabrás mucho mejor cómo reparar los muebles que se hayan estropeado. Entonces le llegó un olor desde la cocina. Tienes razón, huele de maravilla. Vamos deprisa, me muero de hambre.

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21/04/2010, 14:42
Joseph Marsh

Me rio suavemente ante el repentino entusiasmo de mi hermano.

- Eso está mejor. Ah, no estaría de mas tirarle de la lengua a Melita, a ver si por casualidad ha visitado a algún médico... Ya sabes lo testaruda que es. Pero venga, no la hagamos esperar más. Coraline, seguro que se muere por lucirse ante ti.

Decido encabezar la marcha, y bajo las escaleras en busca de Melita.

- Melita, ¿te ayudamos con la mesa? Pregunto en voz alta antes de encontrarla.

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21/04/2010, 16:37
Coraline Ravenwood

 

Coraline devolvió el gesto de su prometido pasando su brazo por la espada y lazándolo por la cintura, y no le pasó desapercibida la fugaz mirada que Alfred le echó a su hermano. Sonrió divertida ante eso. No era la primera ni sería la última vez que ocurriesen algunas pequeñas escenas de ese tenor. Y Coraline las tomaba como un juego de niños, como esa típica competencia entre hermanos, sin secuelas que lamentar  sino todo lo contrario. De algún modo, mantenía a Alfred bien dispuesto. Expectante y solícito. Amable y cordial. ¿Qué más podía pedir?

―Pues claro que quiero. Aunque si los otros muebles se encuentran en el mismo estado que los de la alcoba que ocupamos, mi trabajo será nulo―Siseó una breve risita entre sus labios―. Pero puedo echarte una mano en lo que necesites ―Remató sus palabras con un beso en la mejilla de Alfred.

Cuando ingresaron en el salón comedor, la mirada de Coraline se derramó en derredor, deteniéndose en esos detalles que describen el alma de una casa.

 

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23/04/2010, 01:18
Director

Notas de juego

FIN DE ESCENA 1