Partida Rol por web

El enano refunfuña sobre la falta de conocimiento de la forma de vida enana y orca.

- Los orcos odian la luz solar, por eso atacaron a la tarde en Roca Durgis. El mandar patrullas depende del consejo de cada ciudad pero si quedan pocos enanos como pasaba en Roca Durgis puede ser un despilfarro de recursos, los pueden cazar poco a poco.

No creo que tengamos problemas, si hubiese orkos por el lugar ya los hubiésemos detectado- digo- ahora lo que me pregunto es lo siguiente: ¿vamos a entrar en la ciudad? lo digo para no perder más tiempo aquí. Al fin y al cabo, hemos cumplido nuestro objetivo y tenemos otro asunto más importante que resolver.

Mervin se aclara la garganta y se dirige a sus compañeros -Ya que estamos aquí, me parede apropiado escoltar a nuestros amigos enanos hasta las puertas de Veta de Plata -  Acto seguiro se gira hacia el enano gruñón - Sin embargo para ello quiero tener la promesa de Dunkin de que después se nos dejará ir con el cilindro de Wooden camino a Erethor.

- El cilindro es del clan Durgis y por tanto de los enanos. El consejo de Veta de Plata deberá decidir qué hacer con él.... luego añade un poco incómodo, aunque si mientras nos dirigimos a la puerta alguien sale corriendo en otra dirección yo no podría seguirlo y hasta que tuviera audiencia con el Consejo no podría avisar...

El comentario de Durkin es bastante elocuente, resulta obvio que no confía en que sus gobernantes respeten la última voluntad del Señor de Roca Durgis.

-Si así están las cosas, creo que nuestra obligación con los refugiados ya está más que cumplida. Veta de Plata está a tiro de piedra y no hay señal de peligro en los alrededores. No es indispensable que los acompañemos, tampoco necesitamos ir para aprovisionarnos. Por mi parte creo que ahora es el momento de dirigirnos a las tierras élficas.

El gnomo estrecha la mano de Dunkin a modo de despedida.

- Siento mucho el mal que traje a tu pueblo, espero que algún día podáis perdonarme.

 Me despido de Dunkin. Muchas gracias por todo Dunkin, espero encontrarme de nuevo contigo en otras condiciones mucho más alegres y que no perdamos la esperanza para acabar con la sombra.

Aun dolido por todo lo que ha pasado en el camino, Drogner se despide. Perdonanos, de nuevo te lo pido, y cuida de esta gente, que ha sufrido mucho. Ojalá nunca lleguen aqui esos malditos orcos. Es una semilla de esperanza, estos niños son el futuro de la sangre de fata. Cuidaos mucho, espero poder regresar a veros pronto. Tambien tennos presentes en tu pensamiento, iniciamos una nueva mision, importante y dificil. Gracias.

 Buena suerte Dunkin- con ese último comentario, me doy la vuelta esperando a que el resto del grupo se despida y podamos irnos de allí a cumplir nuestra verdadera misión.

Durante unos instantes sostengo la mirada de Dunkin sin mediar palabra.

Se que estos últimos días han debido ser de una gran dureza para tí. Nuestros corazones sufren con el dolor de los tuyos, pero por mucho que podamos empatizar con vosotros, jamás podremos experimentar la misma sensación de pérdida.

Mervin desenfunda lentamente su espada y sujeta la hoja sobre las palmas de las manos - Lo que si te prometo es que la sangre que arrebate Hendedora irá destinada a saciar la sed de venganza de los tuyos.

Tras devolver la espada a su funda Mervin se despide de Dunkin con una inclinación de cabeza. - Id con mis mejores deseos, maese enano. Os deseo a tí y a los tuyos lo mejor... y os doy las gracias por vuestra comprensión.

Dicho esto da media vuelta y se dirige junto a Samuel, a la espera de partir.

Me giro indiferente y retomo el camino por el que habíamos venido.

El enano refunfuña cuando ve que os acercáis a él, se imagina lo que va a pasar.

- Woden fue un gran dorith y nunca deshonraría su memoria pero creo que al final de su vida se equivocó. Si no hubiera atraído a esos malditos elfos esto no habría pasado y ahora vosotros queréis continuar su decisión, suspira cansado a estas alturas por la intensidad de los últimos días y por los años que le pesan.

- Entiendo que hagáis honor a vuestra palabra pero yo no abandonaré a los míos cuando un ejército de orcos les ronda, buena suerte.