Partida Rol por web

Te levantas, como cada mañana, muy temprano. Hay mucho que hacer. A primera hora, te diriges hacia el Boston Globe,  tal y cómo le habías dicho a Gordon Summers. 

Aún un tanto agotada, pero histérica por la posibilidad de una noticia, cruzas las puertas del Boston Globe. El edificio es inmenso, con unas puertas acristaladas enormes, y dos grandes guardias de seguridad custodiándolas. 

Cuando entras, te diriges hacia tu zona de trabajo, en el segundo piso. Allí, el ritmo es frenético como siempre, todo el mundo tiene su lugar y su sitio, y parece que todo el mundo se mueve a gran velocidad haciendo todos sus quehaceres. Tu mesa se encuentra en una esquina, con una maquina de escribir y algunos papeles desperdigados. Tu periódico diario te espera como siempre ante la mesa. Pero hoy no has venido a eso...

Apenas había conseguido conciliar el sueño esa noche. La excitación por la aventura en la que me embarcaría las próximas horas y la expectativa de una buena noticia sólo conseguían que mi adrenalina se disparara. Así que me maquillé intentando disimular las ojeras, tomé un rápido café con una tostada, recogí mi maleta y me dirigí al periódico en mi coche como hacía casi todos los días.

Entré en la redacción saludando a todo el mundo y aproveché que el jovencito que nos hacía los recados andaba por allí para pedirle otro café. Cuando llegué a mi mesa dejé todas mis cosas pero ni siquiera me molesté en sentarme, tenía cosas más importantes en la cabeza. Con paso decidido me dirigí al despacho del jefe, con él era con el primero que tenía que hablar.

- ¿Se puede? -pregunté en voz alta mientras picaba a la puerta.

Tu jefe, o principal superior es el director del periódico, con el que todo el mundo intenta hablar para todo tipo de cuestiones. Mientras esperas su contestación al otro lado de la puerta, un par de chicos se chocan contigo, ves a otro par corriendo de un lado para otro... Lo normal, este sitio siempre ha sido un tanto caótico, mucho que hacer, y un poco tiempo para sacarlo todo antes del ejemplar de mañana, sin perdernos ninguna noticia. 

Desde el otro lado, oyes hablar al señor Whitalker un tanto alterado sobre unos borradores del periódico de mañana. Buf... No parece su mejor día. Finalmente, su inequívoca voz, te indica que pases, aún con un tono alterado y claramente de disgusto. 

- Hola Jefe -pienso que lo mejor será que le diga que me voy a ausentar de la forma más rápida posible, para no darle demasiado tiempo a replicarme.- No le voy a robar mucho tiempo, así que iré al grano. Ando tras una noticia que me parece bastante jugosa, pero necesitaré ausentarme del periódico por lo menos un par de días. No hay ningún problema en que lo haga ¿verdad? -intento poner la cara más inocente de la que soy capaz.

 Se queda ensimismado un segundo... Nunca me acostumbraré a que una mujer trabaje en un periódico. 

Alza la vista, de repente... Volviendo en sí. Parece un poco menos disgustado. 

- No se preocupe, todo por una gran historia. Confío en su capacidad para seguir grandes noticias, puede asuntarse cuanto desee, siempre y cuando sea con grandes fines para el periódico. 

Habla de manera ruda, y algo incómoda, moviendo su bigote de un lado para otro, y sujeta un puro de gran calidad, al que parece agarrarse como si pudiera quitarle todo estrés o tensión. 

Estupendo, cuanto primero me libre de él primero podré empezar a investigar, no tengo mucho tiempo hasta mi cita con Gordon.

- Entonces me pondré manos a la obra ya. Muchas gracias, Jefe, seguro que no se arrepentirá. -Me dispongo a salir del despacho pero me detengo dudando antes de abrir la puerta.- Por cierto Sr. Whitalker, ¿ha oído hablar de la familia Crosswell? ¿Sabe algo de ellos?

Mir hacia su mesa, ordenando sus papeles. 

- Pues la verdad es que no... ni me interesa... Yo organizo el periódico, tu te organizas de la investigación. Si me disculpas tengo mucho que hacer. 

Se dirige con paso firme hacia la puerta y grita: 

- ¡¡¡¡Naaancy!!!!

Mientras continúa con sus asuntos. 

Escapé de allí lo más rápido que pude para no seguir escuchando sus gritos. Al salir, me crucé con la pobre Nancy que entraba con su libreta en la mano.

- Uf... hoy está hecho una fiera... -sin esperar ninguna respuesta me dirigí a mi mesa.

Miré el reloj y comprobé que todavía me quedaba algo de tiempo hasta mi cita en la Biblioteca. Me senté y revolví mis papeles para ver si tenía algo urgente que resolver antes de irme, pero parecía que todo podía esperar hasta mi regreso. Me recliné en la silla mientras mordía el lápiz pensativa ¿a quién le podré preguntar en el periódico? voy a ver si localizo al viejo John(*), al fin y al cabo es el más antiguo del periódico, seguro que él sabe algo de esa familia.

Entre todo el caos y el ajetreo del periódico, te resulta difícil encontrar a tu compañero. Es una de las personas que más tiempo lleva trabajando allí, lo que también supone que con el tiempo ha ido adquiriendo más responsabilidades. Cuando finalmente el encuentras, el hombre está hablando por teléfono con un tipo, te mantiene a la espera, para a los diez minutos colgar ágilmente. Es un hombre al que le falta poco para jubilarse, y con su edad, tampoco ve muy bien que una mujer se gane la vida de manera independiente. 

Te mira de arriba a bajo unos segundos, y luego te pregunta que necesitas de manera indiferentemente mientras apunta cosas con una pluma de calidad en un bloc de notas de blanco. 

Me siento un poco cohibida ante la presencia de aquel hombre, al fin y al cabo era toda una institución y un ejemplo a seguir en el periódico.

- Disculpe... sé que está muy ocupado pero ando detrás de una noticia y necesitaba saber si usted ha oído hablar de la familia Crosswell y si conocía su historia. ¿Me puede ayudar?

Levanta su mirada de su bloc de notas, algo disgustado, y te mira fijamente. Por esto... las mujeres no deberían trabajar, es muy difícil decirles que no a algo. Ladea la cabeza un segundo. 

- El nombre no me suena, pero he vivido muchas noticias, no recuerdo cada una de ellas, aunque me gustaría. Sin embargo, cuando quiero encontrar información sobre otros artículos de periódico voy a la biblioteca, allí están todas las publicaciones del Boston Globe, considerablemente clasificadas, si algún artículo sobre ellos, lo encontrarás allí.  

- Precisamente mi intención es dirigirme ahora hacia la Biblioteca... Muchas gracias por su tiempo. -Dejé a mi compañero y volví a mi puesto de trabajo a recoger mis cosas.

Aunque todavía era temprano, decidí que aquel era buen momento para acudir a mi cita, de todas formas tampoco me quedaba mucho por hacer aquí y no iba a conseguir ninguna información, así que salí del periódico.

Mientras conducía el coche en dirección a la Biblioteca iba pensando en tomarme otro café, y ya había perdido la cuenta de cuántos llevaba, ya que estaba llegando antes de tiempo a la cita con Gordon.