Una vez Austère terminó de desparasitarse retomó la conversación con su maestro. Su maestro era vampiro de gran sapiencia, pero muy reservado. Resultaba irónico que su chiquillo fuera su opuesto y que sin embargo estuvieran tan unidos.
El vástago de Nosferatu recordaba que el príncipe les había facilitado un almacén por dormitorio, pero la idea de compartirlo con Stepan no le atraía demasiado. Había perdido el interés en el cainita tras la monumental paliza a manos (o mas bien patas) de un lobo, y si compartían dormitorio se vería en la ética obligación de hablarle.
-Maître, tengo una petición que haceros antes de que nos separemos... ¿Sabéis como salir de aquí sin terminar vagando sin rumbo por los túneles? Solo por esta noche preferiría evitar a algunos compañeros.
Algo sorprendida y pensativa tras las palabras de su sire, asiente levemente.
-Lo tendré muy en cuenta maestra, se bien que no soy afable habitualmente, pero dado el caso lo procuraré ser con el grupo. Le contesta mientras se rasca la cabeza, dando a entender el esfuerzo que le supone. -Sin duda estaré alerta en todo momento, procuraré ser los ojos del grupo. Añade en tono mas serio.
Tu sire se encoge de hombros.
-No se nada de ese tal Zelios, salvo que es un arquitecto nosferatu. Por lo que dicen construye grandes obras, puede que lo contrate para fortificar el baluarte si cuando ves sus edificios te da buena impresión. Y Radu no es mas que un jovencito jugando a dar sus primeros pasos en un mundo que cree conocer.
Puso especial énfasis en la palabra cree.
Tirada oculta
Motivo: Radu
Dificultad: 8
Tirada (4 dados): 7, 3, 7, 4
Éxitos: 0 Fallo
Tirada oculta
Motivo: Zelios
Dificultad: 8
Tirada (4 dados): 4, 8, 3, 3
Éxitos: 1
Básicamente he sumado tu puntuación de sire a las tiradas anteriores, pero no consigues éxitos adicionales... Otra vez sera.
Tu sire ríe amablemente ante tu comentario, sus hombros se movían levemente cuando lo hacia.
-Vaya, parece que no son tan buenos amigos tuyos según parece. Estos túneles fueron construidos por los ventrue y guardan con celo secretos. Y no gustan de compartir mas que pequeñas partes del entramado, como esta cámara. Pero no te preocupes un ghoul os escoltara hasta la salida. Estoy convencido que te sabrás evitar al grupo a la perfección.
-Se los ojos del grupo, pero solo de quienes lo merezcan. -Añadió cripticamente, justo cuando unos pasos comenzaron a resonar.- Volvamos, ese debe ser el escolta que os llevara donde pasareis el día.
Te tomo suavemente por el brazo para conducirte hasta la sala principal de nuevo.
La puerta se abre y el mismo ghoul que os condujo hasta aqui es el culpable de su opertura. Os espera para conduciros al almacén en el que podreis pasar el dia para marchar por la noche bien descansados.
Tras el estan Thraven y su sire que ya parece preparada para seguir al ghoul.
Marcad de nuevo a Thraven.
Si quereis seguir interpretando algo con vuestro sire podemos seguir en modo "flashback", mientras la historia avanza, si quereis hacer algo de camino al almacen o antes de partir, decidlo ahora o callar para siempre.
En algun momento durante la semana que viene cambiaremos de escena y capitulo, nos pondremos en marcha y habra experiencia para todos!
Austère se despide de su sire, no antes de dejar escapar una lagrima de sangre y despedirse con un nuevo abrazo.
-Maestro, prometo cumplir la misión y saldar esa deuda pendiente. -Dice cuando el nosferatu se separa de él, no solo haciendo referencia a la deuda de su sire, sino a la que sentía que le debía a su maestro.
-¡Para nuestro próximo encuentro os deleitaré con fantásticas historias sobre mi viaje! -Dicho esto el engendro se reúne con el ghoul, impaciente por empezar la misión cuanto antes.
Me ofusco en el túnel XD
Melvin observa como el ghoul entra de nuevo a la sala. Y como no hacerlo... no podía haber sido más brusco. Sin el más mero afecto por su tacto, la puerta se desquebrajaba poco a poco en agudos chillidos inexistentes, clamando un poco de cuidado y delicadeza, palabras que el ghoul parecía no comprender.
Bueno... - concluyó Melvin - parece que el tiempo escasea. Saldaré vuestra deuda, pero no sé con que fin se hará. Ya sabes... nuestra sangre nos separa del resto, y en ocasiones solo nosotros tomariamos un rumbo que los demás calificarían de... demencial - hizo una pequeña mueca y prosiguió - En fin... espero verle cuanto antes, mi señor, mi sire, Mordin Markov.
Melvin le hizo una leve reverencia a su sire y abandonó la esquina en la que estaban situados.
Desconecto Auspex una vez abandono mi posición con Mordin.
Si hubiera alguna conversación más que haya podido escuchar y entienda escirbemela en otro post^^
Melvin abandona el rincón en el que había estado conversando con su sire, para volver al centro de la sala, donde parecía que el ghoul que les guió hasta allí debía hacer lo mismo, pero en sentido opuesto al contrario... o quizás no...
Parecía que Austerio había terminado de tratar los temas pendientes con su sire, y se disponía a partir. Melvin se le unió, observando al repugnante nosferatu durante un instante. Pero Melvin parecia más preocupado por otro de los allí presentes... por alguna extraña razón, Melvin se acercó al ghoul visiblemente afectado, incluso algo enfadado.
- No hacía falta ser tan brusco. Piensas alertar a toda la multitud de an... ... ...rque así no creo que nos ayudes demasiado... algunas partes no se entendían bien, pues eran susurros que el malkavian revelaba a su intermediario.
Después de darle el discurso y ver la cara de circunstancia del ghoul, se dispuso a partir en cuanto todos estuvieran preparados. Era un alivio que ya no se sintiera afectado, pues parecía que explicándose un poco todos podrían ser mejores y aportar lo mejor de cada uno, incluso los ghouls que les acompañaran.
Asintio con la cabeza a Su sire, quizas habia estado manteniendo una conversacion con el, o solo recibiendo una reprimenda, por el rostro de Razvan no se podria adivinar, ya que seguia siendo aquel impasible abismo sin sentimientos, de mirada fria y perdida, pero Stepan no parecia muy ofrendido, busco con la mirada por la sala, como si le faltara algo, y despues camino hacia la puerta, tenia asuntos que atender antes de el amanecer en la ciudad, y no habia tiempo que perder en despedidas.
Una vez fuera, se reunio con Ian y la joven mujer que habia comprado- caminemos- propuso, y empezo a andar, por lo visto, Ian habia conseguido despertarla, aunque aun estaba muy palida y seguia algo aturdida. Stepan le tendio la mano esperando que la agarrase, mientras le devolvia la espada a su aprendiz, el cual ahora volvia a portar en el cinturon la suya y en la espalda el mandoble de su maestro.
- No tengas miedo, sorpendida por los acontecimientos, verdad? eso es normal...- dedico una falsa sonrisa a la joven y esta, finalmente, acepto coger su mano, quizas, movida mas bien por el mareo y la necesidad de un punto de apoyo que por confianza- ahora cenareis, debeis reponer fuerzas- volvio a hablarle a la joven, Ian parecia impresionado, no solia tratar a sus tentempies de esa manera, lo mas normal es que la ubiera desmembrado o dejado seca y al amanecer el deberia estar enterrandola.
- dejame ver la herida...- dijo llevando una de sus enfudadas manos en guante negro al menton de la joven y volteo ligeramente la cabeza de esta, viendo el mordisco por el que se habia alimentado- no podemos entrar asi en una taberna verdad?- y se quito el guante, pasando los dedos por el cuello de esta, parecio borrar la herida- me llamo Stepan, y el es Ian, mi guardaespaldas, como os llamais?
El extraño comportamiento de aquel ser de la noche la dejo confundida, ahora parecia ser el mas amable del mundo, cuando hacia apenas unas horas la habia dejado inconsciente por el dolor producido al morderla, pero la herida desaparecio, y con ello quizas algo de desconfianza, estaba ambrienta, asi que el escuchar las palabras cenar y taberna, le abrieron los ojos, y por fin, se armo de valor para hablar- soy Alexandra señor...-
El grupo camino por la ciudad, buscando una taberna abierta y sin gente a estas altas horas de la madrugada, con el pretexto de ser aventureros, entraron en una y cenaron, mas luego volvieron al almacen donde Stepan pasaria el dia, sus pertenencias y armadura estaban alli esperandoles. Ian se encargaria de la guardia por esta vez.
Alberto dió un abrazo a su Sire. - Maestro, limpiaré nuestro nombre con el trabajo que me adjudicáis con honor y complacencia. - Finalmente, un apretón de manos y una leve reverencia, fueron los últimos saludos de los españoles.
El cainita volvió a colocarse el sombrero en su posición y se preparó para salir de la estancia, erguido y orgulloso.
Alberto saludó a su Sire. - Maestro, cuanto tiempo sin vernos. ¿como esta? - El noble, estrechó la mano de su mentor. Esperó su respuesta y preguntó. - ¿De que tipo de favor se refería el príncipe? Si no es mucha molestia comunicarme el mensaje, por supuesto. Si me lo permite, me gustaría saber los detalles para realizar mejor mi cometido.
Conversación con el sire
Alejado de todo el mundo, en aquel almacen abandonado, camino junto con Ian y Alexandra, busco sus pertenencias y las aparto del resto, apilo varias cajas como si marcara su territorio, dibujando un perimetro, vejas costumbres familiares: Saco un espejo de plata pulida y suspiro, su mentor habia cambiado en el tiempo que no se habian visto, y el habia descuidado esta extraña aficion, pero por mas que se concentro y empezo a tocar, no encontro la inspiracion, asi que desistio y se dispuso a descansar.
Motivo: que bueno estoy y que culito tengo
Dificultad: 7
Tirada (6 dados): 5, 3, 5, 9, 2, 2
Éxitos: 1
en realidad es 10, asi que ningun exito ni fracaso me quedo como estoy
El hombre devolvió el apretón de manos con firmeza, aunque no con todas sus fuerzas, sabias que a pesar de su aspecto físico podía literalmente pelearse con un toro a mano desnuda.
-Bien Alberto, todo lo bien que puede estar uno de los nuestros. La deuda se remonta a años atras, cuando yo era tan joven en la noche como lo eres tu, me salvo de una buena, fue uno de esos días que me perdió la boca. Ya me extrañaba que tardara tanto en pedírmelo de vuelta, pero ahora no me puedo negar, así son nuestras costumbres. Lo malo es que tampoco lo puedo cumplir y por ello te envío a ti en mi lugar. Pero no es tan malo, es una buena ocasión para ti de hacerte un nombre y de paso matamos dos pájaros de un tiro.