Partida Rol por web

Al Nosferatu le sorprendió el buen trabajo de Lorens y no pudo sino felicitar a su marioneta por su buen trabajo. Había sido la sangre mejor invertida en toda su aventura. Si, incluso mejor que el cambio de look de sus guardaespaldas.

Melvin había intentado en vano arruinar sus planes. Si su compañero creía que aquello era suficiente para evitar participar en la reunión estaba muy equivocado. Antes de acercarse al príncipe debía pedir permiso y para eso debía entregar la nota "¿Puedo acercarme?" a alguien de confianza... y por momentos eran menos los candidatos a ser sus amigos. Era una lastima que con lo complejas que eran sus marionetas aun no supiera como crearles órganos internos e intestinos para poder defecar. Un regalo a cambio de la hospitalidad de Melvin.

-No importa, ya le pondré una bien grande y calentita cuando tenga tiempo.

Tras anotar en su mente y libreta la traición de su compañero, ordenó a Lorens acercarse a la que parecía ser su única aliada, Blythe.

-Escucha mi querida Lorens, lo estas haciendo muy bien. Ahora quiero que salgas de la mochila de nuestro amable compañero y te acerques a la señorita Blythe, la dama del lobo. Dale el papel número 4 y si te dicen que puedes acercarte al príncipe haz una reverencia propia de una dama y entrégale la carta ¿Lo has comprendido querida?

-Este tipo de espera se hace tediosa, aunque e de admitir que es lógico que sienta curiosidad por ese grupo tan pintoresco.- Balbuceaba mientras caminaba de alrededor de la habitación lentamente y curioseaba el interior sin aparentar mucho interés en nada concreto.
-Después de tanto tiempo inmóvil, cuesta estarse quieto, no es que sea impaciente, uno siempre se puede entretener.- Hablaba en voz alta para si mismo, a la vez que dejaba exhibir dos bolas del bolsillo y empezaba a entretenerse con ellas haciéndolas pasar por todos sus dedos de la mano derecha, mientras seguía observando el lugar a modo de distracción.

Alberto estuvo algo callado en las últimas horas, pero tocaba la diplomacia. - Muchas gracias por su amabilidad príncipe Radu, descuide en que se lo haremos saber a Vencel en cuanto tengamos oportunidad. Sus servicios nos están siendo muy útiles para nuestra misión. - El español volvía a sus manías de caballero y, sentado en la silla, agachó la cabeza en gesto de reverencia y respeto. 

Luego se inclinó apoyando sus codos y antebrazos en la mesa. - Dice usted que fuimos atacados por los hombres de un Grangrel, "El cazador". ¿Que puede contarnos de ese personaje? ¿Que podríamos hacer si nos lo encontramos a él o a sus hombres? Sería de mucha ayuda conocer los peligros de estas tierras para nuestro próximo viaje.

El Tzimisce Escucha a Alberto, como siempre conciliador y sumiso. Aportando lo que el nunca afirmaria con sus propios labios, aunque es necesario que alguien diga. Asiente con la cabeza cuando este termina, apoyando el agradecimiento a Radu.

Espero respuestas a las preguntas de su compañero, sin aportar nada mas al tema, mas ayuda siempre supone mas favores.

En esos momentos, Blythe se agacha para recoger algo del suelo, es la marioneta del nosferatu que parece ser que ha salido de la mochila de Melvin.

Una vez sobre la mesa, la marioneta hace una reverencia al principe cruzando las piernas y subiendo levemente la falda y se acerca hasta a el para entregarle una especie de nota.

Radu, con la ceja levemente inclinada observa el extraño espectaculo y con cautela toma la nota, leyendo con interes.

-Vaya, parece que vuestro amigo tiene bastante imaginación. Solicita amablemente planos y anotaciones, para poder llevar a cabo vuestra construcción. Me temo que no será posible, no dispongo de ellos, pero me pondre en contacto con el propio Zelios. Mitru es un gangrel que cree que las ciudades estan corrompiendo la naturaleza y es terriblemente territorial, no le gustan los forasteros, tiene bajo su proteccion varias aldeas por toda Transilvania, si os lo cruzais lo mejor es tratar de salvar el pellejo, como se suele decir. Es una criatura tremendamente poderosa en espacios abierto y conoce los bosques mejor que nadie.

El principe da una palmada para concluir la frase y señalar un cambio de tema.

-Bien, alimentaos y comenzaremos la visita.

-Radu-

Radu hace una seña a un ghoul en una de las esquinas de la estancia, en el que hasta ahora ni siquiera habíais reparado, y este se apresura a salir de la habitación, presumiblemente a por alimento para vosotros.

El príncipe os escucha mesándose la barbilla pensativo y sin perder la atención ni un instante. 

-Así que venís de parte de Vencel a alzar una construcción cerca de mis tierras, lo conozco, es un cainita inteligente. Por donde decís que os atacaron, seguramente hayáis sido victimas de un gangrel llamado Mitru al que llaman El Cazador, y sinceramente me sorprende que sigáis de una pieza como para contarlo...

En ese momento, el ghoul tras llamar a la puerta, vuelve a entrar acompañado de una mujer y dos hombres, todos desnudos, que se aproximan a una esquina de la habitación y se arrodillan con la mirada clavada en el suelo.

-Podéis alimentaros y después os enseñare el castillo, incluso puedo poneros en contacto con Zelios el arquitecto y adelantaros algunos recursos de los que habéis perdido, seguro que Vencel recordara este gesto de amabilidad, pero por si acaso, no estaría de mas que vosotros también se lo recordaseis.

-Alberto-

Alberto estuvo algo callado en las últimas horas, pero tocaba la diplomacia. - Muchas gracias por su amabilidad príncipe Radu, descuide en que se lo haremos saber a Vencel en cuanto tengamos oportunidad. Sus servicios nos están siendo muy útiles para nuestra misión. - El español volvía a sus manías de caballero y, sentado en la silla, agachó la cabeza en gesto de reverencia y respeto. 

Luego se inclinó apoyando sus codos y antebrazos en la mesa. - Dice usted que fuimos atacados por los hombres de un Grangrel, "El cazador". ¿Que puede contarnos de ese personaje? ¿Que podríamos hacer si nos lo encontramos a él o a sus hombres? Sería de mucha ayuda conocer los peligros de estas tierras para nuestro próximo viaje.

-Radu-

En esos momentos, Blythe se agacha para recoger algo del suelo, es la marioneta del nosferatu que parece ser que ha salido de la mochila de Melvin.

Una vez sobre la mesa, la marioneta hace una reverencia al principe cruzando las piernas y subiendo levemente la falda y se acerca hasta a el para entregarle una especie de nota.

Radu, con la ceja levemente inclinada observa el extraño espectaculo y con cautela toma la nota, leyendo con interes.

-Vaya, parece que vuestro amigo tiene bastante imaginación. Solicita amablemente planos y anotaciones, para poder llevar a cabo vuestra construcción. Me temo que no será posible, no dispongo de ellos, pero me pondre en contacto con el propio Zelios. Mitru es un gangrel que cree que las ciudades estan corrompiendo la naturaleza y es terriblemente territorial, no le gustan los forasteros, tiene bajo su proteccion varias aldeas por toda Transilvania, si os lo cruzais lo mejor es tratar de salvar el pellejo, como se suele decir. Es una criatura tremendamente poderosa en espacios abierto y conoce los bosques mejor que nadie.

El principe da una palmada para concluir la frase y señalar un cambio de tema.

-Bien, alimentaos y comenzaremos la visita.

No cabía en si de gozo y orgullo. Su pequeño plan había salido bien, aunque lamentablemente había tenido que depender de la "ayuda" del Malkavian. Sin embargo Austère felicitó a Lorens por cumplir tan bien su encomienda y le ordenó retirarse del mismo modo que se había acercado, con una reverencia educada y regresando a la mochila de su compañero. Mientras durase el ritual aprovecharía a robar algunas especias, solo por el placer de hacerlo.

Su mente siguió receptiva a la información dada por Lorens, sin embargo en su podrida cabeza seguía dando vueltas a algo que el príncipe había dicho, y que casi le hacía temblar de emoción.

-¡ZELIOS! ¡VOY A CONOCER A ZELIOS! ¡Que nervioso estoy! ¿Que me ofuscaré* para la ocasión?

Asintio ante el permiso del anfitrion y cogio a uno de los hombres, lo volteo y quedando de espaldas al grupo lo mordio en la muñeca en la arteria radial. Bebio un poco, mas lo pidio para comprobar que el principe de verdad se ofrecia a ayudar que por otra cosa. ya tendria tiempo despues de cazar en las cercanias a su gusto.

Alberto agradeció la información con un asentimiento de cabeza. - Muchas gracias por todo Príncipe Radu. Mas aún por su hospitalidad. - Se acercó a uno de los humanos que sería su cena y le hincó el diente al recipiente.

Melvin agradeció al príncipe su hospitalidad con una reverencia, y se dispuso a alimentarse como muestra de respeto. Esa visita guiada de Radu le mantendría entretenido mientras reposaban de su viaje, que parecía que no tardaría mucho en volver a empezar.

Tras finalizar la reunión, volvéis a salir y de nuevo os juntais todos, tanto el grupo como Myka y su pupilo, el príncipe os pasea por todo el castillo durante un buen rato, mostrando de las torres ha los calabozos, elogiando en todo momento el trabajo de Zelios.

Aunque no lo hiciese, es algo evidente para cualquiera con un mínimo sentido del gusto, la forma del castillo es imponente y altiva, sin perder elegancia, tiene algo que invita a fijarse en cada detalle detenidamente. No podéis evitar imaginar vuestro torreón como una copia a escala del propio castillo ahora que Radu os a prometido poneros en contacto con el arquitecto.

La visita se alarga hasta las que faltan apenas unas horas para el amanecer.

-Podéis pasar el día en el castillo, daré orden para que mis vasallos os preparen un carruaje y los recursos tal y como habíamos acordado y que no os demoréis mas en vuestra pequeña empresa. Mis ghouls os indicaran vuestros aposentos pero antes... Me gustaría mantener unas palabras en privado con vos, Stepan.

Dijo, abriendo de nuevo la puerta en la que habíais mantenido la primera reunión esperando a que el susodicho accediese a la reunión.

Tras finalizar la reunión, volvéis a salir y de nuevo os juntais todos, tanto el grupo como Myka y su pupilo, el príncipe os pasea por todo el castillo durante un buen rato, mostrando de las torres ha los calabozos, elogiando en todo momento el trabajo de Zelios.

Aunque no lo hiciese, es algo evidente para cualquiera con un mínimo sentido del gusto, la forma del castillo es imponente y altiva, sin perder elegancia, tiene algo que invita a fijarse en cada detalle detenidamente. No podéis evitar imaginar vuestro torreón como una copia a escala del propio castillo ahora que Radu os a prometido poneros en contacto con el arquitecto.

La visita se alarga hasta las que faltan apenas unas horas para el amanecer.

-Podéis pasar el día en el castillo, daré orden para que mis vasallos os preparen un carruaje y los recursos tal y como habíamos acordado y que no os demoréis mas en vuestra pequeña empresa. Mis ghouls os indicaran vuestros aposentos pero antes... Me gustaría mantener unas palabras en privado con vos, Stepan.

Dijo, abriendo de nuevo la puerta en la que habíais mantenido la primera reunión esperando a que el susodicho accediese a la reunión.

Enarco una ceja ante la petición, pero solo fue un momento. De todo el grupo el era el unico transilvano de pura sangre. Aunque ignoraba el porque de su llamamiento, podia imaginar mil razones para este, Asintio ante la peticion con una sonrisa y una leve reverencia- porsupuesto mi principe, sera un honor acompañaros en una reunion privada- Dicho esto entro en la sala y se mantuvo de pie al lado de la mesa donde hacia no mucho habian estado manteniendo una conversación todos.

Lamentaba no poder contemplar el castillo, al contrario de Lorens, quien estando ahí era incapaz de valorar la elegancia y magnificencia del edificio... Pero aquel era el menor de sus problemas, debía encontrar un lugar donde pasar el día si no quería terminar luciendo un bronceado "negro hollín".

Austère siguió paseando por los callejones, el vampiro no era exigente y cualquier lugar discreto y a cubierto le parecía buen lugar. El engendro tenía por costumbre dormitar en los cementerio, sobre todo en los acogedores y polvorientos panteones. Cuanto mas sucios estuvieran mejor, era señal de que nadie entraba desde hacia mucho... Por otro lado era lo mas parecido a una posada con desayunos, pues los muertos mas podridos aún podían servir de alimento al cainita. Lo que a otros les pudiera asquear para Austère era un bocado exquisito... Aunque para que eso fuera posible debía "cocinarlos" con un ritual de Mortis.

-"Vive CON y DE los muertos, pues son los únicos vecinos conformistas". -Citó, recordando otra de sus muchas enseñanzas. Esta vez no sabía decir si era de la propia cosecha de su maestro o robada de algún desafortunado Capadocio.
 

Tras no demasiadas vueltas encuentras el cementerio de la ciudad, y por suerte para ti cuenta con un mausoleo. Asegurándote que nadie te ve, te cuelas en el lugar.

Como todos los mausoleos es un lugar frío, con exceso de polvo y sobretodo silencioso. Te debería bastar para pasar el día, pues según a prometido el príncipe mañana proseguiríais con vuestro viaje.

Pasáis y volvéis a sentaros sobre esas enormes sillas de madera maciza, el príncipe te estudia por un instante antes de comenzar a hablar.

-He visto tu aura -Dice sin irse por las ramas- si no he dicho nada, es por la amistad que me une con tu sire, pero si yo lo he visto cualquiera con cierto grado de dominio puede verlo. Seria estúpido que pienses que por estar en Transilvania y ser territorio tzimisce puedes hacer lo que quieras, cuida bien tus actos, si muchas voces empiezan a pedir tu cabeza ni tu sire podrá salvarte... Y aunque luego tome represalias, una vez alcances la muerte definitiva, a ti poco te importara.

Hace un gesto con la mano para indicar que puedes irte.

-Eso era todo, solo quería regalarte ese consejo. Ve a descansar, mañana tenéis una larga jornada de viaje.

El lugar era de su agrado, y con la debida precaución se coló en el sitio. El engendro se frotaba las manos y asentía con la cabeza como signo de aprobación, el lugar le parecía confortable pues le recordaba en algo a la guarida de su mentor. Aquel lugar olía a la misma muerte, pero no era una sensación perceptible al olfato, sino mas bien a un tipo de sexto sentido que solo él podía sentir.

Su maestro no solo le había dado buenos consejos y un extenso repertorio de refranes que le habían servido como código de supervivencia y espionaje, también le había enseñado algo de filosofía, sobre todo aquella estrechamente relacionada con la muerte. Al cabo del tiempo Austère había empezado a creer que se había convertido en un puente que comunicaba el mundo de los vivos con el de los muertos. Aunque aún era incapaz de escuchar a las voces de las almas errantes (al contrario que su maestro) en ocasiones tenía la sensación de no estar solo.

Con estos pensamientos en mente miró a su alrededor, los únicos muertos que ahora le interesaban eran los cuerpos inertes y no sus molestos dueños. Antes de descansar aprovecharía para preparar el ritual y alimentarse con calma, pues a su próximo despertar podía surgir cualquier imprevisto...

A pesar de que te cuesta un rato poder abrir los sarcófagos en los que están los cadáveres, finalmente lo consigues y encuentras alguno que es apto para el ritual y te dispones a alimentarte, pues estas convencido de que mañana sera una larga noche, otra vez en el camino junto a tus compañeros.