Partida Rol por web

Me autocito de las reglas del juego :)

Pues bien, si puedes invocar uno de esos aspectos en una tirada (la complicación en general no se puede, pero a veces hasta eso) puedes gastar temporalmente uno de tus puntos de destino para, bien sumar dos al resultado de la tirada, bien repetirla otra vez.

Gracias por la aclaración, aun no me hago al sistema xD

Pues.. creo que lo dejaré tal cual ahora. Con la tirada con éxito y ya ^^

Dedicas unas cinco horas a investigar sobre los metales pesados, y lo cierto es que no son tan peligrosos como esperabas. O sea... son peligrosos, claro. Y deberíais moveros de esta playa. Pero lo son a largo tiempo. No notas radiación en ellos, y aunque no son precisamente el mejor lugar para estar, piensas que las enfermedades que estáis padeciendo no tiene relación con los mismos.

Día 6. En algún lugar a orillas del Mar, vomitados en mitad de una playa de arena tan negra como el carbón. Ya media tarde. Calor y humedad. Sin nubes sobre el cielo.

- ¿Ves?-  la voz de tu cuñada Martha te sorprende cuando acabas de terminar tus anotaciones sobre la arena de la playa, y sus pasos se acercan hasta ti. No viene sola, y no tienes que volverte para saber que tu hermano le acompaña- Te dije que no se había olvidado de nuestra Gina, y que estaba buscando en sus libros formas de como curarla. ¿Has encontrado algo, Aldous?- notas el tono esperanzado en su voz

Día 6. En algún lugar a orillas del Mar, vomitados en mitad de una playa de arena tan negra como el carbón. Ya media tarde. Calor y humedad. Sin nubes sobre el cielo.

La llegada de su cuñada y su hermano fue providencial, en cierto modo, respiró profundamente mientras se ponía en pié tratando de librarse de la capa de arena negruzca que se le había adherido a los pantalones.

—Quedarnos parados aquí solo va a agravar nuestro estado —anunció con decisión, aunque apretó los labios mirando a sus familiares, casi no se atrevía a preguntar —. ¿Cómo está Gina?

Respiró profundamente dirigiendo una mirada a los libros.

—Los residuos de esta playa no son buenos, tenemos que movernos, alejarnos de aquí —explicó mirando a ambos esperando el apoyo, especialmente, de su hermano —. Quería consultar a Francine antes de hablar con Dona, sus visiones nos ayudaron a encontrar el manantial de agua. Quizá los cátedra nos guarden alguna revelación más. Pero.. es un hecho, tenemos que movernos pronto.

Día 6. En algún lugar a orillas del Mar, vomitados en mitad de una playa de arena tan negra como el carbón. Ya media tarde. Calor y humedad. Sin nubes sobre el cielo.

- ¿Cómo va a estar? ¿acaso has hecho algo para evitarlo? Si ella no te hubiera hecho caso y no se hubiera puesto a cavar- te dice con resentimiento, aunque es evidente que tus palabras le han amedrentado y no puede evitar mirar un segundo a su esposa que, en efecto interviene.

Día 6. En algún lugar a orillas del Mar, vomitados en mitad de una playa de arena tan negra como el carbón. Ya media tarde. Calor y humedad. Sin nubes sobre el cielo.

- ¡Basta Liam!, tu hermano no tiene la culpa de como es este lugar, y lo sabes. Ha estado buscando como ayudar a nuestra Gina, ¿no lo ves? Enfadarte no va a ayudarla.- Martha te toma entonces las manos, y notas como una bocanada de optimismo su confianza en ti, aunque no puedes dejar de observar en sus ojos la inmensa preocupación por su hija- Gina está igual. ¿No hay nadie que sepas que puede ayudarnos en las curas? Dalida hace lo que puede pero... aunque no ha empeorado no mejora. ¿No puede esperar hablar de movernos a ayudar a Gina?

Día 6. En algún lugar a orillas del Mar, vomitados en mitad de una playa de arena tan negra como el carbón. Ya media tarde. Calor y humedad. Sin nubes sobre el cielo.

Aunque Martha había intervenido, se sintió frustrado por lo que su hermano le decía, impotente por no poder aportar un hálito de esperanza para su sobrina. No ahora al menos.

—Quizá Dona sepa de alguien, pero la única que sé con certeza que podría ayudarla está fuera —musitó algo molesto, pero molestarse no iba a solucionar nada —. Hagamos esto. Iré a hablar con Dona, vosotros hablad con Francine, quizá ella escuche algo que susurren los cátedra. Quedarnos sentados, lamentándonos, no nos aportará ningún beneficio salvo la desesperación. Ahora que madre ha partido tenga respuestas para nosotros.

Hablaba con la convicción del creyente, aferrado a las predicciones de su hermana que habían dado resultado para encontrar el agua. Recogió sus libros para envolverlos con el fardo que debía protegerlos.

—Las llamas del conocimiento alumbraran la oscuridad que nos atenaza —proclamó con solemnidad mirando a su hermano y cuñada —. Seamos esa llama en esta hora oscura. Haré todo lo que esté en mi mano por el bienestar de Gina, cualquier cosa, lo sabéis y, aun así, os doy mi palabra.

Día 6. En algún lugar a orillas del Mar, vomitados en mitad de una playa de arena tan negra como el carbón. Ya media tarde. Calor y humedad. Sin nubes sobre el cielo.

Encontrar a Dona no es difícil. Se encuentra hablando con un grupo de cuatro mujeres, compuesto por Lanza Blanca, Loca Zoraida, Naighty y Siniestra. Al ver que te acercas a ellas guardan silencio, salvo Dona que se gira, y te sonríe.

- Aldous... cuéntame, ¿como está Gina? ¿necesitáis algo los cauni?

Día 6. En algún lugar a orillas del Mar, vomitados en mitad de una playa de arena tan negra como el carbón. Ya media tarde. Calor y humedad. Sin nubes sobre el cielo.

Aldous asintió a modo de saludo a Dona y a las reunidas con ella, una agradable sonrisa a ellas antes de empezar hablar, aunque con la preocupación indisimulable en los ojos.

—No mejora, pero gracias a los Cátedra tampoco empeora —respondió moviendo la cabeza —. Melpron está fuera, ella podría atajar mejor los males, hasta entonces queda hacer cuanto podamos.

Respiró profundamente antes de proseguir, la dureza de los días eran astillas que perforaban con insistencia. Paseó la mirada sobre las jóvenes antes de acabar en Dona.

—Pero podemos hacer otra cosa. Alejarnos de esta playa. Los viejos libros que nos dieron los Cátedra hablan de que lugares como estos no son sanos, la escoria y los metales de la arena negra podrían agravar nuestra situación —apretó los labios hablando con rectitud —. Debemos movernos. Alejarnos de la arena negra, dirigirnos al estanque de agua que encontramos. Allí también hay ruinas, lugares donde podernos refugiar. Quedarnos aquí, parados, solo nos irá debilitando. Al menos allí hay agua, un refugio más sólido que cuatro maderas en una playa.

Echó una mirada al campamento, comprometido con su proposición.

—Podemos luchar por sobrevivir, o marchitarnos aquí. Un último esfuerzo, para todos. Todos estamos juntos en esta empresa —miró entonces a los ojos de Dona, pero también a los de las demás féminas, esperando que su propuesta calara.

Día 6. En algún lugar a orillas del Mar, vomitados en mitad de una playa de arena tan negra como el carbón. Ya media tarde. Calor y humedad. Sin nubes sobre el cielo.

Día 6. En algún lugar a orillas del Mar, vomitados en mitad de una playa de arena tan negra como el carbón. Ya media tarde. Calor y humedad. Sin nubes sobre el cielo.

Es evidente que tus palabras no dejan indiferentes a las cinco mujeres que conversan. Y por un instante estás casi seguro de haberte ganado a Dona. Pero justo entonces, Siniestra niega con la cabeza, despectiva.

- Los hombres se dejan vencer por cualquier dificultad- dice con tono de molestia- ¿Acaso esperas encontrar algún lugar perfecto para nosotros? Acaban de comentarme que las algas de este mar pueden comerse. ¿Quieres que perdamos eso? ¿y para ir donde? ¿para qué? Irse en una zona como esta, con heridos y enfermos, es una estupidez.

Día 6. En algún lugar a orillas del Mar, vomitados en mitad de una playa de arena tan negra como el carbón. Ya media tarde. Calor y humedad. Sin nubes sobre el cielo.

El tono es taxativo, y claro, pero notas que el resto de las mujeres presentes no está tan convencida como Siniestra. Antes sin embargo que ninguna pueda meter baza, Dona alza la mano.

- Todos queremos lo mismo, y es el bien para nosotros y para los presentes. Lo trataré con Dan. Escucharé a los que tengan algo que decirme y luego, tras consultar las visiones y los espíritus, Dan y yo decidiremos. ¿Algo más en apoyo de tus pensamientos y opiniones, Aldous?