Partida Rol por web

La Séptima Flota

Thrawn

Nacido en las décadas finales de la República Galática, Mitth'raw'nuruodo (su auténtico nombre) era el hijo de una ilustre saga de militares pertenecientes a las Fuerzas de Defensa Chiss. Su planeta, Csilla, forma parte del Dominio Chiss, un sector de las Regiones Desconocidas colonizada por ésta raza. Los científicos que han podido examinar la fisonomía chiss coinciden en que la raza tiene una evidente base humana, sobre la cual ha existido una divergencia fruto de millones de evolución separada.

El joven Thrawn tuvo una carrera destacada en las Fuerzas de Defensa, llegando a ocupar el rango de comodoro (al mando de su propia flotilla) en la misma época en la que la República mandó una misión para explorar las Regiones Desconocidas, la "Vuelo de ida", que al mando de un maestro jedi Jorus C'Baoth. Thrawn, que había contactado en años previos con comerciantes y contrabandistas humanos procedentes de la Galaxia, había aprendido el idioma básico, y armado de esos conocimientos quiso negociar con el maestro jedi (ya que violaba el Espacio Chiss). Espiando esa comunicación, el entonces senador Palpatine contactó inmediatamente con el comodoro Chiss por un canal privado, presentándose como "alguien muy importante para el futuro de ambos pueblos". Tras explicarle el peligro que suponían las exploraciones del "Vuelo de ida", convenció a Thrawn para que atacara por sorpresa las naves de la misión, matando al maestro C'Baoth y sus discípulos.

El Gran Almirante junto a su mano derecha, el capitán Pellaeon

Aunque el asunto le valió una reprimenda por parte de las autoridades del Dominio Chiss, la alerta de Palpatine estaba justificada. Una fuerza sin identificar atacó el espacio chiss en al menos tres ocasiones, siendo Thrawn el encargado de frenar éstos salvajes ataques. El enemigo, al que apodaron "Forasteros lejanos" poseía una tecnología superior en algunas áreas a las fuerzas chiss, aplicando unos patrones de ataque muy concienzudos y destructivos. Solo a costa de brillantes maniobras y fuertes bajas, los chiss pudieron repeler aquellos ataques, que creyeron parte de una flota de invasión. Sin embargo, Thrawn sabía que eran meras partidas de exploración de una raza que habitaba en otra galaxia...

Debido a las bajas sufridas bajo su mando y a alguna retirada ocasional que el Alto Consejo interpretó como una derrota, Thrawn fue licenciado con deshonor. Quiso protagonizar un golpe de estado, pero fue detenido in extremis y el Dominio Chiss lo expulsó a un planeta primitivo más allá de sus fronteras, Myrkr, un mundo forestal donde habitaban especies animales con un dominio intuitivo de la fuerza (los vornskrs). Sus presas, los ysalamires, habían desarrollado una burbuja protectora contra la fuerza pura (una barrera dentro de la cual toda actividad midicloriana se detiene). Aunque el planeta no tenía especies inteligentes autóctonas, era conocido por algunos naturalistas y contrabandistas de la galaxia, que ocasionalmente cazaban a los ysalamires para hacerse con su codiciada piel. Fue en uno de esos viajes en los que Thrawn se coló de polizón en una de esas naves y, después de amenazar a su capitán con un blaster, protagonizó un tiroteo en el que mató al resto de tripulantes. Sin embargo, la nave quedó varada saliendo del hiperespacio, topándose con un destructor imperial durante el mismo año de la Proclamación Imperial (al final de las Guerras Clon).

El capitán del destructor encargó al coronel Voss Parck que inspeccionara la nave varada. Identificando por su uniforme al coronel como un oficial de la autoridad galáctica que ya conocía de antemano, Thrawn se entregó sin resistencia al oficial. Éste suponía el primer contacto oficial entre el Imperio y la raza chiss, por lo que el coronel informó a sus superiores y recibió la petición oficial del mismísimo Palpatine para que llevara a su presencia a aquel hombre, al que recordaba del incidente del "Vuelo de ida". El emperador se reunió a puerta cerrada con Thrawn, el coronel Parck y Darth Vader, sondeando la posibilidad de que el prisionero mediara con el Dominio Chiss para establecer una alianza con el Imperio, algo en lo que el chiss estuvo de acuerdo, pero solo a cambio de la oportunidad de poder ingresar en la Academia de la Flota.

Voss Parck captura al joven Thrawn

Completando su instrucción en un tiempo récord, y a pesar de que fue sujeto a numerosas vejaciones de carácter racista por parte de sus colegas humanos, Thrawn se licenció como primero de su promoción con el rango de teniente, iniciando una carrera meteórica plagada de éxitos militares que le llevó en poco tiempo a ser capitán de su propia nave, y posteriormente alcanzar el rango de vice-almirante. Sus triunfos en las Regiones Desconocidas y frente a los rebeldes en Lothal le atrajeron la simpatía de Vader, junto al cual destapó un intento de traición del gran almirante Demetrius Zaarin un años antes de la Batalla de Hoth. El emperador lo ascendió directamente al rango de Gran Almirante, ocupando el puesto del hombre al que mató en un intenso duelo a pistola en el interior de su destructor clase Ejecutor. Éste ascenso molestó al resto de grandes almirantes, aunque le valió el respeto de algunos subordinados como la que sería también gran almirante Rae Sloane o la mano del emperador, Mara Jade, que le ayudó en su cometido.

Inmediatamente, Thrawn tomó el mando de la Séptima Flota, derrotando una rebelión en el Borde Exterior al mismo tiempo que Darth Vader conquistaba Hoth. Su fama crecía por momentos, y sintiendo que el resto de moffs y grandes almirantes planeaba un golpe contra él, el emperador le mandó al Laberinto Rishi con la misión de conquistar ésta región para el imperio, convirtiéndola en una marca defensiva contra la que sentía inminente invasión de los "Forasteros lejanos", para la que estaba preparando al Imperio con un aumento gradual de sus fuerzas militares. Sintiendo que el fin de la Rebelión estaba cerca, debido a la construcción de la Segunda Estrella de la Muerte, regaló al almirante su Hipercrucero, el Eclipse, que se convertiría en su buque insignia.

El Emperador nombrando a Mara Jade "sus ojos y sus oídos" en la Campaña del Laberinto

Tomando posesión de ésta nave, Thrawn se alejó de la Galaxia, más allá de las anomalías hiperespaciales, rumbo a una campaña de conquista que entraría en los anales de la historia. Sintiendo que la naturaleza de las anomalías respondía a la fuerza, el emperador designó a Mara Jade, su mano, como espía y mano derecha del Gran Almirante, "sus ojos y oídos" en aquella empresa. Para alivio de los rebeldes, la Séptima Flota abandonó la Galaxia, liberandoles de un importante enemigo para la que sería su campaña final contra el emperador en la Batalla de Endor.

Un hombre sagaz, brillante estratega, erudito e incansable estudioso de las más diversas ciencias y artes, Thrawn es un oficial poco ortodoxo cuyo estilo de mando difiere del tradicional en el Imperio. Frente al terror de las purgas, él concede espacio para el error, siempre que se rectifique. "La derrota es el mejor maestro", es uno de sus dichos más famosos. Le gusta planear exhaustivamente sus ataques, usando la sorpresa y el engaño allá donde la fuerza bruta no puede llegar. Habitualmente, antes de batallar con un enemigo, conoce a fondo su cultura, incluso el arte de su pueblo, siendo capaz de ésta manera a anticiparse a las reacciones instintivas de sus adversarios y maniobrar de manera que obtenga la victoria con pocas bajas en su bando. Por éste motivo, y debido a sus reformas, los hombres a su mando lo idolatran. Más allá del temor que infundía Darth Vader, Thrawn es para sus subordinados un ejemplo, un líder nato bajo cuyo mando la victoria es mucho más que una remota posibilidad, si no un hecho cotidiano. Sus hombres irían con él a las puertas del infierno, derrotarían a sus demonios y volverían triunfantes de la campaña, solo si su almirante está en el puente de mando durante la batalla.

La Flota

Una de las más poderosas fuerzas del Imperio, la Séptima Flota era el orgullo del Emperador. Solo la flota personal de Vader y la legión 501 podían compararse a la fuerza militar de aquellos soldados escogidos entre los reclutas más sobresalientes, clones más destacables y veteranos con las mejores hojas de servicios.

Un crucero clase Intedictor patrullando el Laberinto contra los piratas Bok

La flota está formada por más de un centenar de destructores, entre los que destacan el arma de diseño personal del Gran Almirante, los cruceros clase Interdictor. Éstos cruceros, equipados con pozos de gravedad artificiales, pueden impedir que las naves enemigas salten al hiperespacio. Además, el gran almirante es experto en utilizarlos para crear efectos gravitatorios que dañen las naves enemigas, o que posibiliten a su flota ejecutar sus famosos "saltos de precisión", pequeños saltos al hiperespacio que colocan a sus naves en posiciones de superioridad frente al enemigo, facilitando en gran medida sus espectaculares victorias.

El buque insignia, el Eclipse, es el único Hipercrucero de su clase. Un monstruo armado con mil cañones y turboláseres, decenas de cañones de iones y un superláser equivalente a uno de los haces que formaban el poder de fuego de la primera estrella de la muerte. Ésta nave, orgullo de la flota, cuenta además con pozos de gravedad artificial y un complemento de 150.000 soldados, 600 cazas TIE y 100 TIE bombarderos. Su casco reforzado, capaz de espolonear y partir en dos hasta a los cruceros clase Ejecutor, forma una mole capaz de ocultar la luz solar a una región de un planeta vecino, de donde viene su nombre.

Comparativa de tamaño entre el Hipercrucero Eclipse y un crucero clase Victoria

El resto de sus fuerzas, la forman una flota cuyos oficiales son recompensados por tomar la iniciativa en maniobras valientes, astutas o decisivas. Sus soldados y pilotos, encantados con sus populares reformas, forman un basto ejército dispuesto a luchar hasta la muerte. Su segundo al mando, el capitán de navío Gilad Pellaeon, es un sólido oficial que luchó en las guerras clon y que se había hartado de las derrotas imperiales frente a los rebeldes, además del uso de sus hombres como "carne de cañón" según la doctrina Tarkin y los designios del Emperador.

Como fuerzas especiales, la flota cuenta con una compañía de Soldados de la Muerte, además de Tropas de Choque y soldados de asalto de diversas iniciativas fallidas que mostraron su valía táctica. Como guardia personal, Thrawn utiliza una escolta de guerreros noghri, cedidos por Darth Vader después de su gran victoria conjunta contra el gran almirante Zaarin.

Guardias noghri en la sala de conferencias del Eclipse

Las reformas de Thrawn

"Las fuerzas imperiales tenían la moral baja, estaban acostumbrados a la incompetencia y la derrota. Thrawn nos devolvió el orgullo, la humanidad y la ilusión por la victoria, en la que nos convertimos en expertos". Con éstas palabras, Pelleaon resume lo que para la Séptima Flota ha supuesto la campaña de reformas que Thrawn implantó desde el mismo momento en el que tomó el mando.

Tratados como carne de cañón por el Emperador, los soldados y pilotos del imperio estaban sumidos en un ciclo de moral decreciente, acentuada por la destrucción de la Primera Estrella de la Muerte y solo en parte paliada por la pírrica victoria en Hoth. "Es mucho mejor ser amado que temido, aunque el temor sea una herramienta útil", decía el gran almirante.

Como parte de las reformas, Thrawn exigió y reemplazó con su propia fábrica de armamento (alojada en el interior del Hipercrucero Eclipse) las viejas armas imperiales que tantas derrotas habían propiciado. Los cazas TIE se equiparon con escudo y mejoraron su armamento, las versiones del TIE advanced equipadas con hipermotor se entregaron a los ases con más de cinco victorias aéreas, los soldados de asalto recibieron armaduras Fase 4 capaces de detener el bláster... y los soldados recuperaron sus nombres. Éstas, entre otras muchas, son algunas de las reformas que han llevado a la Flota a ser la fuerza de combate más temible de la galaxia:

• Mejorar el entrenamiento de todas las tropas, incluidos los cuerpos auxiliares. De ésta manera la flota gana tropas auxiliares en caso de abordaje o ataques a gran escala.
• Posibilitar el servicio a especies no-humanas, pues "solo un imperio donde todos pueden luchar codo con codo es un imperio que merece la pena defender". La filosofía de la "alta cultura humana" fue declarada ilegal en la Flota, y la tenencia de propaganda o pasquines de la misma acarrea penas de prisión o licencia con deshonor.
• Equipar con escudo a las naves de la serie TIE, así como entregar cazas y bombarderos TIE avanzados a los pilotos más sobresalientes.
• Premiar la originalidad táctica, la toma de buenas decisiones (aunque impliquen retiradas) y las aptitudes que cabrían esperarse en la escala de mando. A diferencia de la Doctrina Vader, el fallo se acepta siempre que conduzca a una mejora de la actitud en adelante. "Un fallo es comprensible, un error, que la reindicencia de un fallo, es inaceptable.".

• Se eliminan los castigos corporales y la tortura para las tropas propias, canjeándose por servicio penal, prisión o degradación en el rango.
• Los stormtroopers reciben de serie mejor armamento, con una variante del E-11 con cañón intercambiable para su conversión en fusil de asalto, así como recibir cascos con funcionalidad completa, carga de batería extra y armaduras Fase 4, capaces de detener el bláster además de diseminar sus efectos.
• Las compañías de infantería reciben como personal adjunto un paramédico, un artillero experto en explosivos y un suboficial ingeniero para el establecimiento de campamentos.
• Las tropas de tierra tienen ahora acceso a medios de transporte blindados como tanques hover o APCs, para mejorar su rapidez de despliegue y posibilidades de supervivencia en guerra urbana y asaltos en campo abierto.
• Los soldados recuperan el uso de su nombre (o reciben uno nuevo a su elección) en la documentación oficial, durante su periodo de descanso, en ceremonias o durante las guardias. Se aconseja a los oficiales aprenderse de memoria los nombres de sus hombres, así como a reconocer sus rostros (cuando no se trata de clones indistinguibles). El número de serie se conserva para su uso en situaciones de combate (no revelándose de ésta manera la identidad al enemigo) y para facilitar la labor de mando.
• Los periodos en los que es permitido según ordenanza retirarse el casco aumentan: consumo de raciones, confraternización con civiles o población local, dentro de la base si no se está de guardia, durante galas, revistas y condecoraciones, etc.
• La calidad de las raciones de comida aumenta. En bases y destructores, se proporciona comida "civil" cocinada y servida en comedores. Los oficiales tienen acceso a comida de mejor calidad, aunque ocasionalmente las tropas acceden a ella para festejar victorias o celebrar festividades importantes. Las raciones de combate pasan a convertirse en packs de raciones rehidratables que cuentan con un calentador sin llama para poder tener acceso a comida caliente, masticable, de alto poder calórico y sabor decente.
• El buen comportamiento se recompensa en forma de condecoraciones propias, o con acceso puntual a comodidades extra, impropias del rango.
• Se pretende establecer un contacto amistoso con los civiles y población nativa, acudiendo en su ayuda en labores de policía, extinción de incendios, ayuda en caso de catástrofes o patrullas defensivas frente a amenazas externas.
• Se aconseja a los mandos racionalizar las fuerzas propias, no conceptualizándolas como "recursos reemplazables". De ésta manera, se premia especialmente a oficiales que alcanzan victorias en las que la ratio de muertes propias-enemigas son favorables.

El Laberinto Rishi

Descubrimientos

Situado a varios años/luz del solitario sistema Kamino, el Laberinto Rishi es una galaxia enana que orbita la galaxia conocida. Situada más allá de las Regiones Desconocidas, se había mantenido inexplorada durante miles de años. Tan solo algunas misiones de reconocimiento del Dominio Chiss o la Antigua República habían rozado sus anillos exteriores, donde había pocos planetas habitables dignos de mención.

Sin embargo, unas sondas automatizadas lanzadas hace décadas, en la fase final de la República, detectaron planetas habitables (y habitados) en los anillos medio e interior. Tratando de aliviar las crecientes tensiones en el Borde Exterior con la Federación de Comercio y el espacio Hutt, así como para dar salida a una creciente población que hacinaba a algunos de los mundos del Núcleo (como Coruscant o Corellia), la República organizó una flota de exploración y colonización conocida como "La Flota Katana". Debido a unas extrañas anomalías en el viaje hiperespacial más allá de la Galaxia conocida, la flota perdió el contacto con los puestos más alejados de la República durante su viaje inaugural. Éste fue uno de los motivos por el cual las Guerras Clon pillaron a la República sin fuerzas militares dignas de mención: con la "Katana", se perdieron muchas buenas naves y tripulaciones.

Tropas de la muerte preparando un asalto contra los Bok

Las sondas detectaron transmisiones en Básico, de lo que parecían asentamientos de razas inteligentes, y estaba previsto mandar una fuerza de socorro para investigar lo sucedido. Las Guerras Clon pospusieron éstos planes, hasta que la llegada al trono de Palpatine situó el problema en perspectiva. El emperador notó que en éste extremo de la galaxia estaba sucediendo algo al márgen de la fuerza, algo que ya sintió hacía muchos años, durante la crisis del "Viaje de ida". Por eso, nadie mejor para hacer frente a la amenaza que alguien que ya conocía dicha amenaza: Thrawn. Al mando de la séptima flota, su misión era la de adelantarse al enemigo, colonizando y conquistando el Laberinto Rishi para convertirlo en un fortín, una marca defensiva que hiciera ganar tiempo a la flota imperial para defender la Galaxia de depredaciones exteriores.

Una colonia en Zygmun IV, planeta del anillo interior del Laberinto

Desde Kamino, el viaje de la flota de Thrawn se realizó con motores sub-luz, ya que las anomalías no permitían un viaje seguro a través del hiperespacio. Tardaron un año en llegar al Laberinto Rishi, en cuyas inmediaciones si era posible realizar saltos con cierta seguridad, una vez que se hubiera cartografiado toda la región (algo más difícil de decir que de hacer). Afortunadamente, ya se les habían adelantado en el empeño. Dos naves de la Flota Katana, las últimas que conservaban cierta operatividad, les recibieron con un emotivo saludo. Llevaban décadas atrapados en el Laberinto, y muchas de las naves habían quedado inservibles a causa de los saltos, o se habían estrellado contra los planetas. El mando de aquella flota decidió desmontar las naves y usar los materiales para crear asentamientos e industrias básicas en varios planetas del Laberinto, comenzando así la colonización proyectada por la ya desaparecida República.

Los planetas del Laberinto eran ricos en materias primas de la que Galaxia comenzaba a carecer, y los colonos se habían asentado en planetas habitables mayormente poblados por especies autóctonas no-inteligentes o en un estadío cultural preindustrial. Con algunas de ellas, como la cultura guerrera Bok, hubo choques armados y una creciente escalada de tensión. Ahora, con las fuerzas de Thrawn, el asunto de los Bok se pudo resolver de un modo bastante expeditivo (y algo épico). Los colonos se mostraron agradecidos por aquella ayuda contra las especies autóctonas hostiles, y se sumaron al esfuerzo bélico y material de Thrawn en su exploración de los confines del Laberinto.

La anomalía crece

En zona este del anillo exterior del Laberinto, un mundo habitable y prometedor: Drafeliv. Posee especies naturales a partir de las cuales se puede sintetizar Kolto de mucha pureza, un sustitutivo del bacta con infinitas aplicaciones médicas. Los colonos de la flota katana lo habían colonizado tímidamente, y sin embargo durante las décadas sucesivas, y a pesar de la dureza del entorno pantanoso y selvático, habían prosperado.

Paralelamente, Mara Jade investigaba las extrañas concentraciones de la anomalía, que no parecían un fenómeno puramente natural, si no guiado por alguna especie de extraña mano invisible. Era como si algo, o alguien, deseara aislar el Laberinto Rishi de la Galaxia y a ésta del resto del Universo conocido. Algo poderoso, que se acercaba cada vez más. Los nativos y colonos hablaban de "espías en la sombra", pequeños pelotones de observadores que atacaban ocasionalmente los asentamientos más lejanos, provistos de una tecnología poderosa y nunca vista en la Galaxia. Atacaban, tomaban prisioneros y material y luego, se esfumaban borrando casi todo el rastro.

Mara Jade

Thrawn y sus aliados chiss poseían cierta información sobre los enemigos, con material capturado y grabaciones de sus luchas de hacía décadas. Parecía tratarse de alguna clase de raza tecnológica de espíritu militarista, que tenía sus ojos puestos en la conquista de la Galaxia. Durante décadas, éste cauto enemigo parecía estar recabando información sobre ellos, sobre sus puntos fuertes, sus sistemas de armas y defensas. Quizá el Emperador había acertado mandándoles allí, ordenándoles fortificar el Laberinto. Thrawn se empleó bien a fondo en ésta tarea, y aliado con los colonos, creó una floreciente industria encaminada a convertir aquellos planetas en un pequeño pero solvente reino, una fortaleza que contara con la tecnología necesaria para servir de colchón en caso de invasión.

Los ataques se iban volviendo más frecuentes, y los soldados temían que la gran invasión estaba al llegar. Mara lo ha presentido, a pesar de que la comunicación con la Galaxia es casi imposible (los mensajes por vía convencional tardarán un año en llegar al puesto más alejado del imperio, donde podrán retransmitirse mediante la HoloRed). Los últimos mensajes de Coruscant les ordenaban prepararse para repeler ésta invasión y defender los mundos del Laberinto.

Y ahora, una llamada de socorro en Drafeliv parece una de las pistas más sólidas. ¿Otro ataque de diversión, o quizá una cabeza de puente? El almirante despacha tres destructores clase Victory a la zona para que investiguen el suceso...

Drafeliv