Partida Rol por web

Habéis viajado a través del Valle Perdido. Un lugar aislado desde el principio de los tiempos entre recónditas montañas de muros acantilados de grava y  barrancos impenetrables y silenciosos. Atravesado sus bosques antiguos llenos  de bestias que se arrastran entre la espesura.  Cruzado las frías corrientes de los ríos de aguas blancas y vadeado las cascadas del norte. Visitado ciudades olvidadas y mugrientas, ruinas de antiguos poderes que descansan sobre la llanura. Y por fin habies llegado a vuestro destino. En este templo maldito y oculto, subterraneo y húmedo, lleno de trampas y pasillos estrechos de mármol y piedra. Aquí, en la ultima y más profunda de sus estancias, está vuestra recompensa: LA ESPADA SAGRADA

El templo dedicado en su tiempo a Roden, el Dios Rata, fue abandonado décadas atrás a la interperie por sus ocupantes y cultistas. Desde entonces la lluvia y el granizo de las tormentas han ido tragando poco a poco el resplandor de sus mármoles y  el musgo sus murallas y cúpulas. Ya poco o nada queda de todo aquello que fue. Solo piedras de caliza  y pilares de madera de pino y cedro podridos sobre el horizonte y los trasgos que huyen de las tierras frías han buscado refugio aquí con sus harapos y espadas de metal negro,  reclaman los escombros como su hogar y durante las noches encienden sus hogueras y entonan sus terribles cánticos de muerte y sangre. 

La última estancia

Después de dos días guiados por Ssisz por los túneles que divagan sin sentido en las entrañas del templo olvidado, esquivando los ojos dorados de los guardias y vigías trolls, atravesando cámaras vacías antes dedicadas al antiguo Dios y ahora conquistadas por el  hedor nauseabundo de las despensas y mataderos de los trasgos, acampando sin  fuego y racionando la escasez de pan y tocino seco, después de descender por tétricas y abandonadas escaleras casi a ciegas, por fin, llegaron al ultimo corredor, y allí, justo cuando creían que lo habían conseguido, fueron sorprendidos por los trasgos y entonces se enfrentaron las armas y el metal y se vertió la sangre entre aullidos y quejas y los cuatro lucharon con valor y asi consiguieron huir de los refuerzos que llegaban con sed de sangre y clamando venganza, y corrieron hacia el unico lugar donde podia escpara, hacia las entrañas de piedra, hasta el ultimo corredor del templo y hacia la estancia que guardaba su deseado tesoro: la espada estaba detras de aquella ultima puerta.

Situación

Estais en el mismo pasillo del mapa. Es un estrecho corredor en el que los trolls han cavado un agujero en un lateral con quien sabe que intenciones. Detrás vuestra la puerta que habeis atrancado para que los trasgos no os sigan, la están empujando con todas sus fuerzas usando algun ariete improvisado y mientras chillan y gimen y piden vuestra sangre.  Delante la ultima puerta antes de conseguir la espada. Está cerrada con llave pero ya es el ultimo obstaculo que os queda por superar. El camino ha sido largo y la lucha con los trasgos ha tenido sus consecuencias...

Y de súbito las voces cesaron  y tambien aquellos gemidos y aullidos de terror y entonces todo quedó en un silencio oscuro y negro menos por las lenguas de luz naranjas que la antorcha de Robard proyectaba sobre las paredes húmedas y cubiertas por un musgo verde que trepaba hasta el techo. Los trasgos habían cesado en su empuje y retirado quizás a buscar refuerzos  o puede que para dar un rodeo y todos miraron entonces a aquel agujero abierto en la roca pared y pensaron que ese estrecho tunel podría a lo peor conducir a algun tipo de pasadizo o conducto que los trasgos usaban como alternativa para llegar a la sala que escondía la espada sagrada. 

—Si a esta antorcha le pasa algo  y no podemos repararla, debemos dar por sentado que nuestros huesos descansarán en este sórdido túnel —sentenció Robard, más para romper el silencio que para advertir algo que probablemente todos ya sabían. Tenía  fija la mirada en el fuego que iluminaba y calentaba el sombrío túnel, veía como las llamas ondeaban y se renovaban, tratando de adivinar cuanto de vida útil aun le quedaba—. Realmente no creo que esos sucios trasgos se hayan dado por vencidos, conocen esta ratonera mucho mejor que nosotros y no dudarán en usar eso como ventaja. Más vale que Ssisz, nuestros ojos en este lugar, sea más listo que los que profanan el santuario de su dios.

Miró a sus compañeros de una forma que dejaba adivinar que esperaba una orden o un mandato.

Miró con una mirada cargada de significado a Robard.

-Entonces más vale que no le pase nada a esa antorrrcha. No he viajado tanto como parrra pasarr el rrresto de mis días en este nido de rrratas. -Miro a Ssisz. -No lo decía por ti.

Se acercó al túnel y toco su bordes. Esperaba que su conocimiento sobre los tuneles le dieran una pequeña impresión de que era exactamente aquello.

-No es que tengamos mucha más alterrrnativa pero me gustarrría saber hacia donde estamos llevando nuestrrros huesos antes de adentrrrarnos en un oscurrro túnel. ¿Te suena de algo este túnel, Ssiz?

Se apoyó sobre sus rodillas descansando brevemente después de la acción.

Este túnel no fue construido por los míos dijo Ssisz

Cuando todo aquel murmullo desapareció de repente, Fidhean se asustó. ¿Qué clase de horrores enviarían ahora aquellos piel verde? Pensó preocupado.

Se detuvo un momento para aclarar la mente y para ordenar sus pensamientos. No se podía permitir que el desánimo lo cogiese en tan precaria situación. No podían fracasar, no podían mostrar cobardía, solo restaba ceñir las espadas y superar lo que fuera que los esperaba más adelante... Sea lo que sea que aquello implicase. 

Fue mientras intentaba barrer aquel desánimo que Robard comentó sobre lo elemental que resultaba la antorcha para el bienestar del grupo, propinado así otro elemento por el cual preocuparse. Y le gustase o no, sin el fulgor que aquella antorcha proporcionaba, estarían condenados.

"Hemos llegado hasta aquí y les hemos pateado el puto culo ¿Por qué no seguir por aquel próspero camino?" Bromeó Fidhean en tono despreocupado. "Y dado que ya saben que estamos aquí, entremos y terminemos esto de una vez por todas".

El «Este túnel no fue construido por los míos.» resonaba en la mente del pícaro, mermando la pobre confianza que de por sí ya tenía sobre el porvenir del grupo en el túnel.  Estaban atrapados, aparte de la pared cerrada con llave, la única salida que tenían era esa perforación a un lado de la pared hecha por trolls, y al menos para Robard, ese conducto debía ser último recurso. «¿Quién sabe con qué nos encontraremos si decidimos seguir por ahí? Nada bueno seguro» pensó.

—Iré hasta esa puerta y veré que puedo hacer, sé abrir algunos tipos de cerradura. Cruzemos los dedos para que la que esté allí tenga un mecanismo que pueda burlar —dijo mientras se palpaba sus bolsillos buscando sus ganzúas con la mano del brazo desocupado—. Necesitaré que alguien me sostenga la antorcha, y tampoco estaría mal que alguien, con arma en mano, se quede vigilando el túnel.

Tras trancar el pasaje para evitar la avalancha de trasgos el hombre rata apretó su espalda en la hoja para evitar que entrasen. Tras unos cuantos embistes de repente paran de golpear y se hace el silencio en la sala.

Esto no gustar a Ssisz. Trasgos no dejar en paz. Tramar algo. Algo malo.

Se puso a oler el aire tratando de detectar si el enemigo estaba todavía en la sala contigua o se habían desplazado a otro lugar. Movía la cabeza por las rendijas en la puerta mientras escucha la conversación del resto del grupo.

- Templo ser templo a Roden, el gran dios rata, no ratonera ni tampoco nido de ratas.

Ratonera estar antes más arriba en las colinas.

Se quejó con cierta melancolía  por los tiempos en los que su pueblo ocupaba el lugar, pero sin dejar que esta le templara su actividad.

- Haber que pensar rápido. Trasgos malos traman algo malo.

Se acercó al enano que examinaba el tuner.-

- Ssisz saber que este tunel ser nuevo. No estar antes. Ssisz ayudar a saber origen del tunel pero deber pagar a Ssisz. Ssisz traer aventureros a la sala de la espada. Ssisz cumplir trato. Aventureros deber pagar Ssisz ahora.

Robard avanzó con cuidado y paso a paso y  fijandose bien donde ponía los pies no fuera a pisar algun mecanismo o trampa y llegó hasta la puerta tras la que se suponía estaba la estancia y la espada esa tan sagrada y cara. Alargó la mano en la que llevaba la antorcha y la puerta se iluminó naranja y parecía muy sólida y también recia y no tardó en estar examinando bien una cerradura habilmente forjada con la forma de una cara algo grotesca y que daba algo de repelus. Estaba fabricada con algun tipo de metal.  Puede que de una aleacion de cobre

Bretchtanz realizó una especie de pequeño gruñido de desaprobación.

- Esa desprrreocupación nos puede meterrr en prrroblemas. Perro es cierrrto que no hemos llegado aquí porrr casualidad.. Le guiño el ojo al elfo y empezó a caminar hacia al lado de Robard. Necesitaba la luz para ver mejor aquel túnel y poder desentrañar sus misterios. Más aún cuando ahora sabía que no lo habían construido las ratas.

-Trrrae. Dijo cogiendo la antorcha, mientras se situaba en un lugar donde podía alumbrar a Robard a la vez que conseguía ver el túnel que le traía de cabeza.

Mientras  observaba el túnel empezó a dirigirse a SSisz.

- Aún no hemos llegado a la sala. No, hasta que no vea la espada con mis prrropios ojos no habrrra pago. Se tocó la barba pensativo. -Además con todos esos trrrasgos ahí fuerrra ¿como planeas salirrr sin nuestrrra ayuda? Alzó los ojos para mirar directamente a Ssisz. -Soy un enano y como tal nunca falto a mi palabrrra. Dijo hinchando el pecho con orgullo. -Te pagarre cuando se cumpla el contrrrato rrrealmente. Si quierrres tener el dinerrro antes, ayudanos a acabarrr antes. Vamos, ayudame con este túnel.

"Ssisz, tal como dijo mease Brechtanz, recibirás tu paga inmediatamente después que entremos en aquella sala. Ni un minuto antes, ni un minuto después" dijo el elfo con determinación, pero sin llegar a ser desagradable. "Ahora, deja de pensar en el dinero, y tratemos de salir de este periplo con vida... Que ya suficiente tenemos con eso" finalizó en tono conciliador, pues no se podía permitir que aquel mercenario los dejase a la buena de dios en aquel momento.

Mientras sus compañeros evaluaban el túnel, y la situación en general, Fidhean cogió su flauta y comenzó a entonar una vieja melodía mucho tiempo atrás aprendida. Su intención era la de brindar al grupo algo de esperanza, porque ciertamente la necesitarían si pretendían salir de allí con vida.

El tunel fue excavado hace relativamente poco. Un mes quizás. No mas de tres meses. Huele a limpio y crees notar una muy ligera brisa por lo que dirías que el tunel conduce al exterior.