Con el zurrón lleno de monedas que sangre,sudor y lágrimas había costado ganarlas, nuestros protagonistas emprendieron el camino de vuelta cada uno a su vida y sus correspondientes asuntos, Beltrán y Alonso intentaron indagar algo en casa de Pedro Ramales, pero no hubo suerte con ningún miembro de esa familia o quizás fuera que simplemente, no había nada más que lo que ya habían descubierto: no había ningún fantasma en las ruinas, sólo un hombre que había sido asustado y cuya imaginación y poder de sugestión era enorme y un grupo de bandidos que usaban las ruinas como cuartel general , pero que gracias a vosotros había sido exterminados.
Iñigo y Mateo permanecieron bajo el techo de Gonzalo Guzmán hasta que se recuperaron de sus heridas, Mateo quedó con una cojera de por vida e Iñigo quedó sin ojo y algo corto de entendederas. Pero finalmente, también abandonaron Bullas.
En el sótano de la mansión, la sangre joven del criado de Gonzalo mana borbotones de su cuello degollado, manchando las señales diabólicas que maese Gonzalo aún con el cuchillo en la mano, ha dibujado en el suelo. Antes de que el velo de la muerte cierre sus ojos, le entrará un helor inhumano y sentirá más que verá la presencia de "algo"...
- TE HAS PORTADO BIEN , MI FIEL ORIEUS. EL MOLINO ESTÁ LISTO PARA LANZAR LA INMUNDICIA . ¿ CIERTO ES?
-Sí, mi señor Guland, príncipe de los infiernos. Ahora mezclaré el centeno consagrado con vuestra inmunda semilla con el otro y , los que coman del pan que con él se hará, caerán víctimas de la lepra...
¡ para mayor gloria de mi señor!