Partida Rol por web

Un dia mas despiertas en la posada.

Nada tiene que ver con el palacio donde vivias, rodeada de comodidades y lujos, criados que te ayudaran a vestir y hermosos vestidos de seda pero al menos ahora eras libre de decidir tu destino.

Tu pequeña habitacion contaba con pocos lujos pero estaba limpia y era todo cuanto necesitabas.. no obstante esa mañana tuviste un mal presentimiento.

El invierno se acercaba y desde la ventana de tu cuarto podias ver el cielo plomizo tapando el sol pero eso no era todo. Se decia que el mal se siente a si mismo y eso era lo que sentias, un mal cercano, una inquietud que comenzaba a oprimirte el pecho.

A Erikia no le gustaba nada lo que estaba presintiendo. Se frotó el hombro con cuidado, casi sentía que le incomodaba un poco. Suspiró. Necesitaba dejar salir esos sentimientos, recurría poco a esa canción, y solo para los clientes mas morbosos que necesitaban una dosis de oscuridad o de decadencia a su día.

Tomó una citara de buena calidad, la mejor que pudo proporcionarle el local como obsequio, y comenzó a tañir sombríamente las cuerdas a modo de ensayo y descarga. Aquella voz suya cambio a ser otra completamente distinta, emocionante y bella como un cristal reflejando la luna, pero entonando aquel requiem le daba una forma sinuosa a la desolación. Esa clase de canciones las había compuesto intentando entender a aquel antecesor suyo y de todo Seimhel, Alaric.

En tu entorno, al voltearte, ¿estas seguro de saber que rostro tienes detras?

Entierras profundamente tus garras en la oscuridad y despedazas la noche...

Un solo del instrumento, rápido y desconcertante separó este trozo de canto del otro. Y empezó a cantar con mas sentimiento y voz.

Las gotas de lluvia se convierten en sangre que corre por tus mejillas...

Si ya no tienes donde volver...

Acarició con suavidad el instrumento, en un movimiento de dedos suave y casi insinuante.

Ven hacia estos dedos, estos dedos mios.

Con estos dedos te atraparé y te llevaré conmigo.

No hay retorno posible del insondable abismo.

De la eterna oscuridad...

Un último susurro de las cuerdas cerró la corta tonada, dejandole una sensación extraña, algo mejor, pero siempre le dejaba un sentimiento agridulce.

La pequeña suspiró, y procuró dejar estas sensaciones rezagadas. Tenía la fortuna de poder contar con varios atuendos monos para lucir, producto de la variedad de presentaciones y temáticas, aunque su favorito era el rosa que era digno de una cortesana con sus detalles florales y vuelos. Arregló el sombrero coqueto correctamente de modo de que junto con un mechon de cabello cayera con estudidado cuidado sobre uno de los ojos, y decidió bajar por el desayuno tras cepillar el cabello oscuro para arreglarlo de forma correcta. Era bastante ordenada, cosa que traía de familia. Se sentía algo feliz de que, de a poco, empezar a hacer cosas por si misma tan banales como esa.

Mientras descendia la escalera iba repasando el itinerario de hoy, aparentemente una interpretacion compleja de violín (de las cosas mas difíciles de tocar hasta el momento dada la intensidad y complejidad de la melodía entramada) y algo de canto enérgico de un tema nuevo que había prometido presentar.

Desde la escalera escuchaste bastante jaleo.

Muchos hombres y mujeres de clase alta estaban llegando a la ciudad, al parecer el rey se disponia a dar una fiesta con motivo del decimo aniversario de su coronacion. Por este motivo todas las habitaciones de la posada estaban reservadas u ocupadas, lo que significaba que tendrias un publico numeroso y de gusto selecto durante algunos dias.

El dueño de la posada iba y venia atareado, preocupado por satisfacer a cada uno de sus huespedes con la atencion apropiada mientras servia desayunos con mas comida de la que muchos campesinos probarian en una semana.

Al llegar al piso de abajo encontraste, como esperabas, todas las mesas llenas de hombres y mujeres con pomposos ropajes, hablando de temas sin importancia y chismorreando sobre sucesos de la corte.

Sentiste los ojos de alguien clavandose en tu nunca. Al girarte encontraste una cara conocida sonriendote. 

Era un chico mayor que tu, hijo de una familia de las pocas que tenian relacion con la tuya, descendiente de un linaje de hechiceros que se remontaba al principio de los tiempos.

- No esperaba encontraros aqui.- dijo con una sonrisa despreocupada.- De hecho no esperaba encontraros ya que, segun dicen, se os trago la tierra hace un tiempo y nadie supo mas de vos, mi señora.- dijo manteniendo las formas aunque no falto de un ligero tono de descaro.

Tu familia estaba por encima de la suya en todos los aspectos, en poder magico y politico, en riqueza, en posesiones...

- Vuestro padre os busca con desesperacion, si me permitis informaros.-concluyo señalando el asiento vacio frente a el, levantandose gentilmente para acercaros la silla. 

Oh oh, fue lo primero que pensó al encontrar un rostro conocido. Aceptó con amabilidad sus gestos, escuchando sus palabras y sonrió alegre.

-Mi padre se preocupa demasiado, yo le avisé que quería marcharm. Por favor, no le digas nada -pidió, mirandole un tanto apenada.

- No es mi intencion delataros, señora.- dijo con dulzura.- Mas me consta que vuestra marcha fue tomada como un acto de rebeldia. Sois muy joven y vuestro padre tenia planes para vos. Mando a varios de sus hombres de confianza tras su rastro y algunos mercenarios estan al tanto del gran valor que teneis para él, mi señora. Habeis de tener cuidado.

¿Planes? No le gustaba mucho la perspectiva.

-¡Lo tendré!- dijo animada, y continuó enérgica- Fuera de casa el mundo se ve basto y hermoso...hasta ahora no me arrepiento, ahora espero que mi vocación sea del agrado de la concurrencia. A veces doy recitales de música aqui, espero que puedas quedarte a ver uno.

- Debo quedarme.-dijo con una sonrisa.-Mi familia me ha enviado para conocer los pormenores que se traman en este reino.-dijo y despues susurro.- Estan pasando cosas en el mundo... se habla de despertar a Seth, de atraerle a este mundo y de cosas por el estilo. Nuevos cultos estan resurgiendo y tu padre recibe poder de todos ellos...pronto tendra el necesario.

Hasta una pequeña de poca edad como ella sabía sobre el nombre de Seth (aunque ella aún mas debido a su herencia).

-No suena muy bueno -dijo, también en susurros- Pero ojalá no suceda nada como hasta ahora. Creo que el mundo como esta ahora es muy bonito.

Miró por la ventana, y escuchó el trinar de un ave matinal. No parecía muy probable que a Seth le gustasen las mismas cosas que a ella. Pensamientos infantiles, de una mente infantil, claro.

Muy bien.- dijo él mirandote con ternura.- Nos veremos, pronto.-Aseguro y se levanto despacio para marcharse.-Si me disculpa, tengo deberes que cumplir.

El chico se fue dejandote sola de nuevo

Erikia se dedicó, tras saludar, a un desayuno variado y tranquilo. Le gustaba mucho lo dulce, pero primero gustaba de alguna cosa opuesta como un pastel de queso y jamón, pero al final siempre estaban las magdalenas coquetamente decoradas con penachos de crema o una porción de arroz con leche por nombrar algunas.

De a poco fue dejando del todo la rara senación al despertarse, y se sentía contenta de haber saludado a Atlerth.

Algo toco tu pierna y escalo por ella, posiblemente atraido por el dulce.

Era un monito pequeño, del tamaño de un puño, que seguramente seria la mascota fugada de algun noble.

Erikia se quedó en silencio unos instantes, mirando fijo al animalito. Luego lo tomó con cuidado, encantada.

-¡Que lindo! -dijo risueña, acariciandole con cuidado el estómago. Se dio cuenta de que estaba mirando la comida, y lo dejo con cuidado sobre la mesa para acercarle un pastelillo.

-No creo comerlos todos, anda