Tiberio cojo mis libros de la habitación... es lo único que tengo que recoger... el resto es reemplazable...
Tan pronto acabaron de bloquear la puerta Tiberio salió corriendo en dirección a la habitación de Laia regresando un instante más tarde portando otra bolsa de cuero con algunos libros y quedando junto al resto a la espera de Morgul Rast
Sigo esperando a cualquier movimiento por parte de la turba enfurecida.
Sé que fue una de las últimas cosas en ser posteada antes del parón así pues por si ha pasado desapercibido ahora que retomemos... recordar que enviama un pensamiento a Asavar.
No espero saber si me ha escuchado, si no le llega pues nada mala suerte pero al releer lo último posteado me ha parecido importante recordarlo para que no quedara en saco roto. Un saludo.
Laia hizo su magia. En mitad de la habitacion se abrio el portal donde antes habia un espejo de cuerpo entero. El espejo hizo ondas como si estuviera hecho de agua y alguien hubiera lanzado una piedra en el. Las ondas se hicieron mas grandes y el reflejo cambio.
Visteis al otro lado un bosque, grande y espeso, hermoso. Todos lo atravesasteis, con mas o menos miedo. Cada uno de los que pasaba suponia un peso extra para Laia. Nunca habia abierto un portal para tanta gente, ademas Morgul era un adulto cuyo peso se doblaba y suponia un esfuerzo extra para la chica.
Tiberio no podia ayudarla activamente, solo le daba animos creyendo en ella y en su poder pero sin usar el suyo. Despues de lo visto y de como afectaba la mezcla de poderes, podia pasar cualquier cosa.
Todos atravesaron el espejo, era la unica salida. La gente tiro la puerta abajo y casi alcanzan a Laia, la ultima en atravesarlo.
Algo paso....
Algo no muy bueno...
Fuerzas oscuras intervinieron y os desviaron de algun modo....
Caisteis como si hubierais saltado de una altura considerable. Encontrandoos en un lugar tetrico y sombrio.
Morgul parecia agotado, destrozado....no podia ni hablar.
Intervinieron en el portal.... use mi poder para que no... nos enviaran al interior de un volcan... pero...no se donde... no se...- Eran pensamientos confusos. Estaba mal.- El nos a visto... teneis que escapar, llegara pronto... correr....
No puede recibirlo, tenias magia oscura bloqueando. Hice tiradas enfrentadas para resolverlo pero tu pj no sabe eso.
La turba enloquecida entro en la torre, tirando la puerta con el tronco de un arbol, ansiosa de sangre.
Entraron y desvalijaron la morada del mago, habitacion por habitacion pero nadie se encontraba alli. Una mujer aseguro que se habian metido dentro de un espejo y desaparecido ante sus ojos.
Sin nadie a quien culpar, los ojos del nombre buscaron otro chivo expiatorio. Despues de los magos, los extranjeros siempre habian sido buena carnaza.
- ¡Apresarle!.- grito señalandote desde su caballo.- Todo empezo cuando llego el y sus amigos barbaros. Los barbaros son aliados del mago oscuro, deben morir para pagar lo que han hecho.
Ok ok si no quería saber el resultado sólo recordarlo por si en el parón la nota había quedado olvidada que a veces pasa. Peor para él xD
En ese momento, cuando la gente empezó a asaltar la torre y vió que no había signos de vida en el interior, Asavar hechó a correr hacia los caballos:
-Bien, han conseguido escapar, ya puedo largarme.
En ese momento, escuchó los gritos de Lord Bragost y giró la cabeza,viendo que le señalaba
-Mierda, por intentar hecharles una mano voy a morir yo
Aceleró la carrera hacia los establos, intentando coger un caballo para poder huir.
Si llego sin problemas,cojo un caballo y me voy, si me alcanza la turba, saco el espadón.
Vaya impresionante portal... Tiberio permanecía tranquilo a la espera de la conjuración sabiendo que Laia lo conseguiría sin problema, la situación era tensa sin duda pero perder la calma era lo último.
Abierto el portal espero el último antes de Laia, si la puerta cedía no la dejaría allí.
Tras el viaje Tiberio torció el gesto tan pronto retiraba el polvo de su ropa y observaba su entorno, pensativo... Todos han llegado pero esa caída... este lugar... Laia no pretendía traernos aquí... maldición.
Durante un instante permaneció en silencio escuchando y atento antes de agitar los brazos hacia él:
- Vámonos ahora mismo... esto no ha salido como esperábamos y debemos escapar... se acercan oscuras fuerzas... rápido no hagáis ruído - sin llegar a gritar advirtió rápido a los presentes
Laia ¿estás bien? Sin duda un trabajo excelente querida por desgracia han interferido oscuras fuerzas... viene a por nosotros... nos vamos YA
Tiberio dejó de mover los brazos y ofreció la mano a Laia para ayudarla a levantarse
Una vez más y no la última... gracias maestro
Tiberio asintió a Morgul Rast con sus ojos puestos en los del hechicero antes de advertir a sus compañeros sobre la necesidad de correr
Me levanté ayudada por Tiberio del suelo... Mi tez estaba pálida y cerea... el portal había supuesto un gran esfuerzo... nunca había realizado un portal de aquellas dimensiones...
Mire lo que nos rodeaba y mi rostro se lleno de decepción...
Siento haberos traido hasta aqui... no pretendía este lugar... pero algo o alguien superior a mi ha interferido...
Escucho las palabras de Tiberio y miro a Morgul: ¿Estais bien, Morgul?... Necesitamos irnos cuanto antes...
Miro a los demás y digo: ¿Estais todos bien.?.. tenemos que irnos cuanto antes... mis manos se apoyaban en mi vientre... el esfuerzo aún era presente en mi cuerpo... y sentía flaquezas a pesar de intentar hacerme la fuerte...
Avanzo por el portal y no se donde acabamos, dicen que no estamos en donde debiamos miro hacia los lados alarmado pero yo no tengo la más minima idea de donde nos encontramos, no conozco esta zona.
¿Donde estamos? ¿Por donde? Pregunto desconcertado al verme en un lugar totalmente desconocido.
Mientras Kaen despierta y responde... ¿hay alguna zona evidente hacia la que correr? En la imagen se ven unas ruinas... quizá alguna zona espesa decente para huir de manera discreta etc. no sé
Kaen tras el golpe abrio los ojos.... Nuevamente estaba alli rodeado de aquellos que le detuvieron, prisionero con libertades... si de seguirles o seguirles eso era interesante. Cierto recelo crecion en el joven cirquero mientras se ponia en pie en el mas absoluto de los silencios.
- Tenemos que irnos, apóyate en mi - susurró Tiberio al tiempo que se aproximaba a Laia antes de encaminarse hacia la espesura