Partida Rol por web

Nasha observa como el doctor saca de su mochila algunos útiles porque va muy cargado.

-Yo llevaré ésto-dice señalando a todos los objetos que ha dejado Frank.

Se guarda todo en la mochila, excepto los utensilios de cocina que ya llavaba y el cuchillo.

-Si nadie va a coger las botas, usaré el cordón para improvisar un cinto para el cuchillo-ayudándose de las costuras de la cinturilla del pantalón se lo ata como puede.

Nasha recoge el instrumental que le faltaba para cocinar- Bueno, si quieres llevarlo tú, perfecto. Así va todo centralizado.

Luego, Greg empieza a hacer la mochila que ha cogido y comienza a meter cosas. No se limita a meter cosas sin más, sin orden aparente o cuidado alguno, si no que realiza toda la operación con sumo cuidado y con la práctica que dá el hacer tantas veces el equipo para ir al combate. Mete una manta que coloca de manera que ocupe el fondo y la parte que pega la espalda, para amortiguar los posibles ángulos puntiagudos que podrían clavársele en la espalda. Aprendió muy rápido lo incómodo que resulta ir caminando durante 25 km con algo mal colocado en la mochila que se le clava en la espalda sin poder parar a reajustar la mochila. Luego mete algunos víveres y por último saca de sus bolsillos unas pilas que cogió en el edificio del bufete y su teléfono móvil, que sólo lleva ya por si acaso, y lo mete también, dejando la mochila abierta para meter más cosas que no puedan llevar sus compañeros de viaje.

Cuando acaba echa un vistazo a los guantes, y cree que podrian ser de utilidad para la cuerda o cualquier otra cosa.- Me quedo con estos guantes también. Ya que no parece haberles echado el ojo. -dice bromeando al doctor Mason.

Dana vacía la maleta y selecciona lo que va a meter en una de las mochilas pequeñas. Deja aparte la tienda de campaña, muy pesada y voluminosa, un par de mantas y un par de refrescos y cuatro latas de conserva pequeñas. El resto lo mete en una mochila, fijándose bien como el militar organiza la suya. Qué curioso, parece una forma cómoda de llevar las cosas. Nunca se me hubiera ocurrido organizarlo así.

Cuando el militar se da cuenta de cómo se fija Dana en su forma de organizar las cosas, la abogada le devuelve una sonrisa.

- Creo que estoy lista. Cuando queráis vamos a mi casa.

Tenisha se mantuvo al margen de la discusión, observando el garaje, ella ya había tomado la difícil decisión, de dejar todo atrás y salir de la ciudad y con suerte de esa cuarentena de la que tanto hablaban.

Observo con interés como organizaba la mochila aquel hombre y como Dana lo imitaba, ahora había como cuatro mantas sin usar y sabiendo lo que ella misma transportaba, pensé que ese método seria lo mas lógico para llevar lo mas cómodo posible tanto trasto, seguramente inútil, pues quien sabe cuando tendría opción de usarlo.

Saco todo de su mochila y la reorganizo de nuevo de la misma forma que ellos dos.
-Creo que es un método muy útil.-Admitió al imitarlos. También metió una lata mas de comida

El sargento parece que abandona temporalmente su actitud seria y sonrie cuando ve cómo las mujeres imitan su forma de colocar las cosas en la mochila.- Bueno, qué es lo que sobra, ¿comida? Eso no puede sobrar. Puede sobrar cualquier cosa, menos comida. De eso hay que llevar todo lo que podamos. -y comienza a meter en su mochila, que aún está abierta, lo que le sobra a Dana. Mientras lo hace, lanza a Walter una fugaz mirada crítica al ver que su mochila está casi vacía, pero no le dice nada.- Bueno, aún falta la casa de Dana.

Por último, ve que tiene el hueco justo para una botella de agua, y como aún queda una encima de la mesa donde habian reunido cosas de la casa del doctor, la coge también y cierra finalmente su repleta mochila, tirando con fuerza del cordón que obtura la boca de la mochila para que quede todo bién ajustado. Después cierra la solapa de la mochila y ajusta también esas cintas. Por último se coloca la mochila y ajusta las cintas de las asas, y después da un par de saltitos y se remueve para hacer mover hacia los lados la mochila y comprobar que esta bién sujeta. Cuando levanta la cabeza, se encuentra al resto mirándole. Tal vez sólo la militar mejicana supiera lo que había estado haciendo. Sonrie nuevamente y se coloca la cuerda en bandolera por encima de todo. Se nota algo cargado pero cómodo para caminar con todo eso.

Cuando al parecer todos están listos, se reúnen en el hall antes de dirigirse a casa de Dana. El doctor Mason echa un último vistazo a su casa antes de salir. Quizá para mucho tiempo.

De nuevo deja una nota en el recibidor, junto a la entrada, para el hipotético (y cada vez más remoto) caso de que su Sonya pudiese volver a casa. Pero nunca se sabe...

En ella explica de forma concisa lo ocurrido, sus conclusiones clínicas sobre el brote, algunas recomendaciones, reseña las personas con las que ha formado el grupo y sus intenciones en este momento, así como la idea de dirigirse al sur, hacia el parque estatal de las Oak Mountains.

Cuando abandona el domicilio cierra cuidadosamente la puerta echando la llave…

Antes de salir, Walter enseña a propósito el abultado contenido de la mochila, que si bien no es apreciable a primera vista, si lo es a una segunda, a la vez que le devuelve la mirada crítica a Hayes, antes de volver a ponérsela al hombro. No se molesta en buscar ropa más cómoda o nada más. Ya lleva suficiente peso y no parece que nadie quiera llevarse nada más de allí. Además, ya ha dicho una vez que pusieran allí lo que los demás no pudieran cargar. No se va a molestar en repetirlo. Además, aquella situación era demasiado irreal e incómoda. Y con suerte, si encontraban a James, todo cambiaría. Al menos para él. Y cambiar la camisa sucia y sudada por un jersey no iba a cambiar el hecho de que las calles de Birmingham estaban tomadas por muertos vivientes, que era, sin lugar a dudas, lo que más le molestaba. Ya listo de nuevo para salir, Walter espera al resto, y avanza intentado mantener su ritmo en lo posible. 

Greg asiente con la cabeza a la mirada de Walter mientras el doctor se despide de su hogar y deja una nota en la entrada.

Cuando se reúnen en la entrada para dirigirse a casa de Dana, Nasha sostiene en la mano la caña de pescar y una lata de refresco.

-He organizado lo mejor que he podido la mochila y esto no hay forma de que quepa-se queda mirándo ambos objetos y lo cargados que van el resto de sus compañeros-¿Me temo que no os cabrán a vosotros tampoco, verdad?

Dana mira a Nasha y aprieta los labios pensativa. La caña de pescar es más importante que muchas otras cosas. Si vamos ahí fuera a la intemperie, como bien sugiere el doctor Mason, tendremos que buscar un sitio cerca de un río para tener agua y podríamos pescar para obtener comida. Coño, de hecho tendríamos que conseguir una o dos cañas más.

- Querida, -dice dirigiéndose a la militar mejicana- lleva la caña aunque tengas que dejar otra cosa. Si nos vamos a la montaña puede salvar más vidas esa caña que un arma.

Y luego se dispone a salir en dirección a su casa, atenta por si algún zombi se ha aproximado a la zona en las horas que han estado en el interior de la casa.

Nasha le responde a Dana.

-Perdona, pero todo lo que llevo es imprescindible-le responde- por eso mismo os estaba preguntando si os cabía a vosotros-se queda unos instantes pensativa-Lo único que se me ocurre es atarla a la mochila. ¿Tienes alguna cuerda Frank?

Greg recuerda que Hiro uso el cordón de algunas cortinas para fabricarse algo que no sabe muy bien para que es, pero se le ocurre que que se podria usar tambien como cuerda para atar cosas, como la caña de pescar.

- Oye, acabo de acordarme. ¿por qué no sacrificamos un par de cortinas más y cogemos el cordon? Podrias atar la caña con eso, y podria servirnos para mas cosas. -dicho esto, mira a Frank como pidiendole permiso, ya que al fin y al cabo esta hablando de SUS cortinas.- O también podemos cogerlo de tu casa Dana.

- Mmmm… Sí, claro, coged algunos cordones si quereis – un distraído Frank levanta la cabeza de la nota de despedida para Sonya que estaba releyendo – Después de haber desmontado la escalera en casa del pobre Mike no voy a quejarme yo por unas cortinas…

Mira lo que está haciendo Nasha y entonces añade:

- Aunque eso que intentas va a resultarte muy incómodo cuando lleves unas horas caminando ¿No? – y añade – ¿Has pensado en atarlo en un lateral de la mochila?

- Si,en la espalda te va a molestar bastante. -comenta mientras se dirige hacia las cortinas.- Deja, yo te hago el apaño.

Corta con el cuchillo de cocina y coge un par de cordones, que usa para atar en dos puntos la caña de pescar al lateral de la mochila de Nasha.- Ya está, entre el carrete y las anillas del sedal no se caerá.

Tenisha estaba lista y esperando al resto sentada, descansando la espalda lo máximo posible hasta que fuera necesario caminar y sentir el peso de la mochila repleta en sus hombros.

Le hubiera gustado recoger aquella caña y terminar con la discusión, lo ultimo que necesitaban era caldear mas el ambiente, pero como el resto, tenia la mochila repleta y teniendo en cuanta que aun tenían que llegar a la de Dana, que no pintaba lejos, era incluso ridículo planteárselo, una vez allí, tal vez tendría que volver a remover su contenido.

-Muchas gracias por el apaño-le dice al militar-Creo que ya nos podemos ir.

El grupo finalmente abandona la casa del doctor, que vuelve a cerrar con llave al salir. Encabezados por Greg y Dana, se disponen a cruzar la calle Oxmoor atentos a la posible aparición de nuevos zombis.