Partida Rol por web

Te alejas invisible del grupo, hasta llegar a donde se encuentran los trabajadores. Preguntas durante un buen rato por el ninfario encontrando respuestas oscas, sin embargo, en cuanto insinuas que vas a pasar a ser nuevo miembro del mismo, todos comienzan a actuar muy cordialmente hacia ti.
Por alla! dice uno

La guio señorita, es por aqui... se ofrece otro.

Al final, llegas a una gran carpa donde hermosas damiselas tan pequeñas como una bota, o tan grandes como el techo del lugar, se acomodan comodamente en sillones de piedra y almoadon.

Una mujer de unos treinta años se acerca a recibirte. Lleva aretes enormes colgando de sus orejas, perlo negro abultado en forma de rulos, y un hermoso vestido.

Buenos dias señorita! Su nombre es...?

Elara baja la mirada un momento, mirando desde el suelo hasta terminar en los ojos de aquella mujer.
Mientras saca un pequeño frasco de perfume de una bolsa en su cintura y se coloca un poco en su cuellos.
Sacude un poco su pelo y luego dice:
La Muerte.
Luego vuelve a desaparecer para atravesar el ninfario rápidamente.

En cuanto te colocas el perfume, la mujer de pelo abultado cae despatarrada al suelo. Comienzas a recorrer el gran salon. Enormes cojines desparramados por doquier, comienzan a ser aplastados por sus cadaveres ocupantes. Doncellas de diversos tamaños, fallecen sin llegar a dar un suspiro.
Pasas por unas habitaciones cerradas con cortinas, y corriéndolas con la mano puedes ver parejas desnudas abrazadas por el beso de la muerte.

A lo lejos, al final del salon a unos diez metros, un grupo de jóvenes, conversan animadamente con un hombre de unos treinta años, quien les está tocando una melodia con una flauta. Al ver a todos cayendo muertos al suelo, gritan asustadas.

El joven mira sorprendido y dejando caer la flauta por la sorpresa, comienza a extraer un pergamino de un estuche fijado al cinturon...

Tomando el pergamino entre sus dedos, logra desenroscarlo. Sin embargo, tanto el como las tres doncellas, caen muertos cuando te acercas al grupo....Nadie vivo queda en el ninfario.

La bruja levante el pergamino del suelo y mira el hombre preguntándose quien era, aunque de cualquier manera siente que poco debía importarle tal cosa.
Con una sonrisa en la cara Elara abandona el lugar.
A mi nadie me rechaza.Pensó...

Recoges el pergamino y sales afuera. Al parecer todo sigue igual. A lo lejos, puedes ver que los empleados siguen trabajando en las rocas. La tienda de la comida está ocupada ahora por tan solo un grupo de individuos que se encargan de la limpieza.

Seguiré con el objetivo principal, buscar a aquel clérigo de Dispater.