Partida Rol por web

Lirresh prosigue su exhibición con el arco y descarga dos saetas contra un engendro que había superado la defensa de dos hombres tras unas cajas y les atacaba por la espalda. Casi en el aire por el impacto, cae al suelo ante los aldeanos anonadados. Pero no tienen tiempo de regodearse, pues los enemigos no parecen disminuir en número...

Imbrodiel observa el tiro impecable de su aliado y se enfurece. Nadie es mejor que el con el arco. El elfo se concentra y tensa el arco hasta su punto limite. La flecha sale disparada tan rapido que Imbrodiel no tiene tiempo ni de ver si impacta. Carga en un parpadeo y lanza otro proyectil a la aberracion.

Notando la mirada furiosa de Elgar'len al sacar el pequeño eslabón que brilla tenuamente no puedo evitar dirigir una mirada confusa al fragmento y pensar qué es lo que significa exactamente. Alcé la mirada rápidamente al ver como Darren se quedaba acorralado entre las llamas junto con la bestia. Reacciono ante la estratagema de Elgar'len lanzándole un virote arcano que le pueda distraer de su atención hacia el caballero...

Eshara prosigue ayudando a más aldeanos, y al girarse tiene la cara horrorizada.

¡Cuidado! - grita Eshara.

Veis aparecer varios engendros que sin duda habrán sido avisados de alguna manera por su jefe, y se incorporan al combate.

Cae de una maldita vez engendro mal parido....aullo Marwina en su mente, concentrandse fisicamente en meterle mas y mas flechas al grotesco elfo; Darren ya habia sentido sus caricias y aunque Marwina estaba convencida de que sus ataques habia acertado, el vigor de la criatura la permitia seguir en pie como una pesadilla de la que uno no se puede despertar....

Marwina falla su disparo y Darren sigue siendo acosado por el poderoso engendro.

      El acoso del endiablado ser no cesaba, pero parecia ir perdiendo intensidad, al tiempo que las flechas y energias mágicas de mis compañeros seguian dirigiendose hacia él. Eso me dio fuerzas renovadas, por lo que busqué algún lugar donde su dura piel pareciese menos resistente para descargar un golpe con fuerza, a pesar de que éstas me estuviesen fallando.

Darren supera las protecciones del demonio y le hace algo de daño, y se nota que ya está bastante herido. Pero continúa en pie, negándose a abandonar este mundo tan fácilmente.

Mientras, los engendros se acercan rápidamente, impidiendo tener un objetivo claro a Lirresh y fallando éste su tiro... Tras ellos más se acercan, y en pocos segundos se os echarán encima...

Hora de poner fin a esto....penso Marwina, con la flecha lista en el arco...tenia uno o dos segundos antes de tener que esquivar la carga de los engendros de los demonios, pero esperaba que con la caida de su jefazo, los engendros reaccionaran como titeres sin cabeza...

Vamos, vamos....Marewina se concentro en la punta de su flecha, recorriendo en una decima de segundo mentalmente donde la queria y como atravesaria a su enemigo...satisfecha la dejo volar....

Imbrodiel dispara una vez mas pero falla por mucho. La situacion es extrema y sus nervios parecen estar resisitiendose. Dentro de poco tendrá que soltar el arco y sacar las espadas para ayudar en el cuerpo a cuerpo.

Observando que Darren se las puede apañar bien con Elgar'len y que Marwina ya le está dando apoyo. Prefiero concentrarme en los demás engendros que atacan el pueblo y dan caza a los aldeanos. Me fijo en el más cercano y apuntando con mi vara concentro mi magia formando virotes arcanos dirigidos a la bestia...

Mientras la flecha de Marwina pasa entre los engendros para llegar y clavarse en el jefe, la de Imbrodiel se pierde en la distancia sin siquiera rozar a su objetivo. Eshara sigue salvando aldeanos, y Tayza se dedica a los engendros que llegan, hiriendo a uno muy poco.

Herido y destrozado, Elgar'len golpea a Darren con fiereza y de todo su cupero surgen llamas que le abrasan. Despues comienza a lejarse del campo de batalla, en retirada.

¡¡Raaargh!!

      El rugido que surgió repentinamente desde lo más profundo de mi ser era una mezcla a partes iguales de dolor e ira. El potente golpe de la criatura me habia pillado por sorpresa y habia sido terrible, haciendo imposible que contuviese el grito... pero parecia que no me equivocaba, ese golpe habia sido una tentativa final para conseguir escapar, estabamos acabando con él... Con un grito, me arrojé en su persecución con el afán de rematarlo, impidiendo que con su huida pudiese recuperar fuerzas y volver a atormentar alguna población.

¡No huyas, criatura cobarde!

Darren sacude con fuerza y rabia a la abominación llamada Elgar'len. Traspasa sus protecciones lo justo para infligir la herida que terminaría con la vida de la criatura. Ya agotada por el combate y desangrandose, cae sin fuerzas para continuar.

A la vez que Elgar'len expira el último aliento, un chillido de dolor surge de los engendros tenebrosos. Siguiendo al terrible grito, emergen de sus bocas unas formas fantasmales mezclandose con el aire en un remolino de niebla. Los espíritus se fusionan en una nube verdosa por encima de vuestras cabezas, revolviendose como en una tormenta, tras lo cual surge de Elgar'len la luz más poderosa e impía que hayáis visto, dirigiéndose hacia el cielo en un resonante grito. Dispersa el resto de formas con un trueno y se marcha, dejando tras de si una oscuridad y silencio repentinos en toda la villa.

Donde habían estado un momento atrás los engendros ahora se encuentran los elfos del clan dalesiano. Algunos muertos o heridos, otros desorientados intentando saber donde se encuentran. A los pies de Darren ya no se encuentra la forma de la abominación, sino la de un cazador elfo, muerto por las mismas heridas que acabaron con Elgar'len. El demonio de la rabia se ha ido, y la amenaza de los engendros con él.

Parece percibirse un gran alivio en todo el pueblo. Los aldeanos heridos comienzan a emitir algunos aullidos de dolor, y las mujeres y niños comienzan a salir de sus escondites llorando desconsoladamente. El resto de aldeanos están agotados y se sientan donde pueden para descansar del esfuerzo.

Todos menos tres personas. Mientras una sacerdotisa de La Capilla va de herido en herido atendiendo a los más graves, Tarl Dale va acercándose a Darren, que se encuentra cubierto de sangre, tanto suya como del elfo que ha abatido. Y Eshara comienza a atender a sus amigos elfos entre sollozos, agrupándolos para que descansen.