Tarl Dale se acerca a Darren y le toca el hombro.
¿Estáis bien, bravo guerrero?
Después os mira a los demás, que estáis más lejos. Se nota su agradecimiento en la mirada.
Imbrodiel se acerca a Darren y lo ayuda a incorporarse.
-Parece que se te dan mejor las aberraciones que las arañas. De ahora en adelante tu te encargas de los primeros y yo de las segundas ¿Eh?
Cualquier rastro de la antigua animadversion entre el elfo de la elferia y el noble humano se habia visto eliminada y reemplazada por admiración y respeto. Juntos, se podia apreciar que la complicidad habia rellenado el hueco dejado por la rivalidad basada en tópicos.
Tras abatir al engendro, un suspiro de alivio brotó de mis labios, y al mirar alrededor y ver cómo los engendros se desvanecian me dejé caer sobre las rodillas, vencido por el dolor y el agotamiento. Al ver el cuerpo del elfo muerto frente a mi me apoyé en la espada y dediqué una rápida plegaria a Andraste, por todos los caidos y por el perdon de las pobres almas de esos elfos turturados por un espiritu maligno.
Cuando alcé la mirada vi a Tarl Dale y traté de incorporarme con cierta dificultad, por suerte, Imbrodiel acudió a tiempo de ayudarme a salvar la dignidad, gesto que le agradecí con una mirada, al tiempo que dejaba reposar un poco de mi peso sobre su hombro.
Algo molido y cansado, Tarl Dale, pero me recuperaré. Como dice mi compañero, parece que deberia plantearme entrar a la capilla como templario especializado en abominaciones... Lastima que eso me obligaria a llevarme mal con algunos compañeros.
Al decir eso, apreté el hombro del elfo. Con esas palabras en apariencia sencillas estaba diciendo mucho más de lo que parecia... Tenia una misión, y debia cumplirla, si... pero habia encontrado un grupo de personas fascinantes, y, si el destino lo permitia, dedicaria mi vida a lo que habiamos estado haciendo aqui: vagar por Ferelden combatiendo el mal y las injusticias... con una visión más objetiva que, por mucho que me pesase pensar en ello, la que tenia la capilla.
Dejo a un lado mi postura ofensiva para mirar todo lo que hay a mi alrededor. Ahora es cuando realmente yo me tenía que mantener más ocupada que nunca. Me acerqué a Darren que fue el que más palos recibió de la abominación justo para escuchar sus palabras y sentir un ligero escalofrío. (Él sólo casi se había encargado de la bestia, yo no duraría ni un segundo...)
—Vale, vale, ya hablaremos del futuro, ahora vamos a atender las heridas de todos —golpeé suavemente la armadura de Darren con la punta de la vara—, quítate todos los hierros para que pueda vendarte y aplicarte los... ungüentos de manera más efectiva —me giré para mirar a Imbrodiel y a Marwina—. ¿Los demás habéis recibido más heridas?
Marwina miro a los elfos, resoplo una vez y lamiendo suavemente las plumas de una de sus ultimas flechas la devolvio a su carcaj, el combate habia sido una maldita pesadilla, esa cosa que los dirigia parecia inmune a todo lo que le echaban encima pero al final, el humano Darren habia sido capaz de clavarle una espada en su negro corazon.....si bien que se transformara en el elfo que era originalmente habia sido una sorpresa desagradable pero por el lado bueno, los demas engendros volvian a ser la gente de Eshara..
No....replico secamente Marwina a la pregunta de Tayza, una vez acabado el combate, guardo su arco, dispuesta a echar una mano con lo que fuera necesario...dentro de poco volveria al bosque, a donde debia estar, lejos de demonios, humanos como el idiota del herrero y otras lindezas de la civilizacion.....aunque sus compañeros no eran mala gente despues de todo, quizas alguno necesitase a una exploradora avanzada....claro que para eso tendria que hablar con ellos y el don de gentes era la ultima de la larga lista de habilidades pendientes de desarrollar de Marwina.....
Oh, bueno, todo eso podia esperar...por el momento tendria que dar gracias al lobo terrible por no ser el plato de la cena de un demonio y que infiernos, eso ya era bastante-....
Las gentes comienzan a recuperarse poco a poco. Los aldeanos más enteros comienzan a tapar los cadáveres de sus familiares y amigos, y los heridos son atendidos debidamente. Todos arriman el hombro para trasladarlos lo mejor posibles, en carretillas, carretas y camillas improvisadas. Tanto las puertas del templo como de la posada se abren de par en par ofreciendo camas, cuidados, comida... es una aldea pequeña, todos se conocen y las rencillas lógicas de los vecinos se olvidan en estos días aciagos. Los elfos por su parte hacen lo mismo con los suyos. Los muertos, que antes eran engendros, son llorados y trasladados a un lado. Eshara se afana con Lirresh en ayudar a los heridos, y organizan a todos.
Pero no todo está perdido. La sacerdotisa se acerca a Eshara y le ruega que lleve a los elfos a la capilla. Allí serán tratados como deben. El resto de aldeanos los miran con recelo, pues aquellos elfos eran los causantes de este desastre. Pero Eshara parece inmune a esto, y se acerca a Coalan. Muerto en su combate personal con el demonio llamado Elgar'len, lo coge en volandas y lo lleva al templo. Eso parece conmover a la aldea, y algunos comienzan a ayudar a los elfos a retirar a sus congéneres.
Una vez organizada la tarea, Eshara se acerca a vosotros. Pero su mirada parece perdida, y al llegar se agacha sobre el cuerpo del elfo abatido por Darren con lágrimas en los ojos. Desde el suelo, sin miraros y acariciando la cara relajada, en paz, del elfo, os susurra.
Gracias, nobles guerreros. Todos hoy hemos perdido a seres queridos. Todos hoy tenemos a alguien a quién llorar. Pero la esperanza no se ha perdido, y nuestro pueblo continuará vagando por estos reinos por siempre. Algún día quizá nuestros pueblos se odien un poco menos, o se comprendan un poco más, y quizá así se logre un mundo mejor en Thedas.
Debo pediros una última cosa. El amuleto que desencadenó todo esto. Nuestro pueblo se hace responsable de lo ocurrido, a pesar de que no haya sido deliberado. Y nos haremos cargo de enterrar de una vez por todas ese amuleto y el poder corrupto que porta. Es lo menos que podemos hacer.
Eshara levanta el cadáver de su amigo y se dirige al templo, con los demás.
Tras mirar a mi alrededor, satisfecho con lo que veia, accedí a quitarme la cota de malla y demás parafernalia para estudiar con mis propios ojos las heridas y facilitar el trabajo de la sanadora. Busqué un tocón en el que sentarme, y desde él contemplé la escena, emocionado al ver cómo el gesto de Eshara habia propiciado una respuesta favorable de los aldeanos... era agradable ver cómo elfos y humanos dejaban de lado sus eternas rencillas, aunque fuese solo algo momentaneo y motivado por lazos de dolor. En ese momento se acercó nuevamente la elfa y se detuvo frente a su amigo antes de hablar... me costó disimular una mirada de rencor al cadaver, motivada por el escozor de las quemaduras.
Ha sido un placer ayudar, Eshara... Lamento mucho vuestras perdidas, y espero que lo sucedido aqui sirva al menos para motivar ese entendimiento del que hablas... al menos, en lo que a mi respecta, me a ayudado a crear unos vinculos inesperados...
Hum....protesto marwina en su mente conforme se ponia al trabajo, despejar la zona, ayudar a los aldeanos a cargar con sus deudos, a los elfos en su limpieza....normalmente no era asi pero...cuando el que transportas era el cuerpo de un ser querido, les era dificil no romper en lloros y ahi es donde entraba la gente como Marwina, aquellos silenciosos y eficientes que se dedicaban a su trabajo en eficaz silencio antes que andarse por las ramas.
Bien...replico secamente con un cabeceo a las intenciones de Eshara de hacerse cargo del amuleto; cuanto mas profundo enterraran esa cosa maldita mejor, ¿ no podian arrojarlo al mar en el interior de un saco de argamasa? o al interior de un volcan ya puestos a pedir...en fin, con sencilla resignacion, Marwina se dedico a las labores necesarias y deseando largarse al bosque cuanto antes...alli al menos los bichos eran mas honestos....
Aunque en la ciudad, tenia...compañeros...algo curioso esto de tener compañeros...era algo nuevo y Marwina aun tenia sus emociones enfrentadas al respecto...
Tarl Dale se acerca a Eshara y le ofrece la mano y una sonrisa.
Por mi parte, os pido disculpas en nombre de Vintiver por los problemas que hubo en la fiesta hace unas semanas, y os doy las gracias por intervenir y no dejarnos solos ante el peligro. Somos conscientes de que tu pueblo ha sufrido tanto o más que el nuestro, y estaremos eternamente en deuda con vosotros. Sabed que siempre seréis bienvenidos en esta aldea.
Después se vuelve hacia vosotros.
Y no puedo deciros menos a vosotros. Este problema no tenía nada que ver con vosotros, pero aún así os ofrecistéis a intentar ponerle solución. Thedas carece de suficientes hombres y mujeres honrados como vosotros para luchar contra las amenazas del mundo. Muchos guardias grises querrían soñar con llegar a ser como vosotros. Me siento honrado de haberos conocido, y de la misma forma que Eshara, seréis siempre bienvenidos en Vintiver.
Os estrecha la mano a todos.
Y ahora si me disculpáis, debo atender a la gente. Podéis descansar en la posada, la tenéis gratis. Y cualquier cosa que necesitéis, mañana lo podemos hablar. Seguro que habrá alguna forma de compensaros por vuestra ayuda.