Axys esquiva facilmente el rayo que el Juez Minos les ha lanzado, y se cubre con los brazos la terrible ráfaga de polvo que los envuelve, a un lado de él Alkaeius antepone su escudo mientras la cresta de su casco corintio revolotea ante la fuerza del viento.
-¡MALCO!... ¡HERMANO!...- Grita Axys al no ver nada a traves de la densa cortina de polvo que se agolpa con fuerza impidiendo poder ver al frente.
Motivo: Esquivar rayo paralizador
Tirada: 1d10
Dificultad: 6+
Resultado: 9(+4)=13 (Exito)
No reparo en pensar demasiado y empujo a Cassandra a un lado para en el mismo movimiento esquivar el rayo que viene hacia nosotros. El llamado de Axys me pone al tanto que no fue dañado tampoco, alisto la daga que me entregó Radamantis "Estaré preparado para cualquier oportunidad que me pueda dar" Me dirijo hacia Cassandra y le ayudo a levantarse para acto seguido ir donde escuché la voz de Axys haciendo el menor ruido posible. "Él nos podrá ver o también le será una limitante visual? espero que sea así"
Motivo: Esquivar
Tirada: 1d10
Dificultad: 6+
Resultado: 6(+4)=10 (Exito)
Motivo: Sigilo
Tirada: 1d10
Dificultad: 6+
Resultado: 6(+7)=13 (Exito)
Minos levanta los brazos y alza la mirada sus ojos se iluminan con tal intensidad que incluso los rayos azules traspasan la ventisca contrastando el lugar color ocre.
-MI VISTA ES PODEROSA... Y ACTUARÉ CÓMO LO QUE SOY... JUZGARÉ POR LO QUE VEA Y PETRIFICARÉ SU VIDA HASTA QUE EL TIEMPO CARCOMA SUS HUESOS...- Un poderoso rayo sale de cada ojos del jue y al bajar el rostro el haz de luz traspasa el umbral tratando de localizar a cualquiera de los mercenarios que pueden observar el halo de luz a través de la ventisca.
-Minos - el juez supremo-
Fue ooooo Pre ooooooo
Res ooooo F.V oooooo
Des ooooo Car ooooooo
Agi oooo Ref oooo
Int ooooooo Per ooooo
Habilidades:
- Inmune al daño físico-
Bendiciones (Perséfone):
- Ira de Perséfone (Rango 5)
- Espíritus de Hades (Rango 9 - Quimera)
- Mirada de gorgona
- Marchitar (Rango 4)
- Vigor oscuro (Rango 4)
Daño: 2d10+5 (ataque con Báculo)
Vitalidad: 110 + 40 DI: 9
Deben tirar agilidad (1d10/df6 con modificador de agilidad) nuevamente pero esta vez el que falle quedará petrificado.
Hay una luz que se mueve entre la niebla y estoy seguro que es nuestro objetivo el responsable de esta luz, al pasar cerca de mi la esquivo lo mejor que puedo e inmediatamente arremeto a esta. "No es mucho lo que pueda hacer, pero debo intentarlo"
Me enfoco en el foco de luz y rodeo para salir de la niebla. Tengo algo de ventaja, él es un dios y yo un simple mortal, la inmortalidad te hace arrogante y poco cuidadoso ante un ataque... y más si viene por parte de un insignificante humano. Lanzo la daga que me proporcionó Radamantis y acto seguido mis otras 7 dagas. "Guíame padre, esto es lo último que podré hacer aquí, puede que sea yo el arrogante por intentar asesinar a un dios... pero en este momento, es mi única salida. Perdóname y guíame."
Motivo: petrificado?
Tirada: 1d10
Dificultad: 6+
Resultado: 9(+4)=13 (Exito)
Motivo: Atacar a Minos con daga de Radamantis
Tirada: 1d10
Dificultad: 9+
Resultado: 7(+7)=14 (Exito)
Motivo: Atacar a Minos con daga de Radamantis
Tirada: 7d10
Dificultad: 9+
Resultado: 1(+8)=9, 10(+8)=18, 3(+8)=11, 8(+8)=16, 7(+8)=15, 7(+8)=15, 2(+8)=10 (Suma: 94)
Exitos: 7
Motivo: Daño de cada daga
Tirada: 8d8
Resultado: 4(+9)=13, 5(+9)=14, 4(+9)=13, 5(+9)=14, 6(+9)=15, 2(+9)=11, 3(+9)=12, 5(+9)=14 (Suma: 106)
Hice un daño crítico siendo un total de 106+13=119
La daga de Radamantis tiene algún efecto de daño?
Los rayos que lanza Minos son dirigidos a Cassandra que desde el último golpe ha quedado aturdida, Axys se acerca lo más rápido posible a la bruja y abre desmesuradamente los ojos.
-¡¡¡CUIDADO CASSANDRA!!!...-
Axys cómo puede se abre paso entre la ventisca y lanza una daga al percibir al juez dentro de su rango de tiro.
La daga pasa silbando y en vez de incrustarse en el pecho de Minos esta lo atraviesa como si de un fantasma se tratara.
-ES LO QUE ME TEMÍA, NO LE PODREMOS HACER DAÑO A UN JUEZ DEL INFRAMUNDO...-
Alkaeius guarda su espada y se adelanta con el escudo al frente para tratar de llegar hasta donde esta Cassandra.
Sin saber si ha escuchado la ultima acción del hoplita, Malco lanza la Daga Oxidada y esta da en el blanco los ojos del Juez dejan de desprender luz y sus púpilas vuelven a ser de mortal, el juez vuelve a sentir dolor y miedo al ver la daga incrustada en su pecho.
De pronto ocho quivas se incrustan en su cuerpo, el Juez cae de rodillas y lanza un ultimo y devastador ataque a la para de que comienza a sangrar.
-Aún no estoy... derrotado...- Minos cae de rodillas y la ventisca deja de rugir, todo se queda en silencio.
Pueden observar que de un brazo del Juez escurre sangre su báculo yace en el suelo.
Motivo: Mirada de Gorgona
Tirada: 1d10
Resultado: 8(+4)=12
Mirada de Gorgona
El héroe proyecta una mirada capaz de petrificar a cualquier enemigo.
Dificultad: 12
Lanzamiento: Inmediato
Efecto: Esta bendición solo afecta a un objetivo, cuando se lance se deberá tirar 1D10 y sumar el rango de la bendición, y el objetivo deberá tirar 1D10 y sumar su Fuerza de voluntad, si el resultado del objetivo es inferior quedará petrificado.
*No podrá utilizarse con enemigos grandes.
Cassandra debes tirar 1d10+tu fuerza de voluntad y superar el 12 que saque para librarte de ser petrificada.
Los ataques previos me habian dejado aun bastante desorientada, el gran juez del inframundo habia aparecido, y su magnifico poder no tardo en convencerme por que este ser del inframundo era exactamente un juez del infierno.
Habia tenido tiempo suficiente de contemplar las manos de ese ser de pesadilla, eran muy parecidas a las mias, garras, la marca de Hades en el era aún mas aterradora, por primera vez la locura fue desplazada, y reemplazada por un miedo pueril, que hizo que durante todo el curso de la batalla, me mantuviera agazapada en el suelo, observando a mis compañeros dejandose la vida, mientras combatían con el.
Entonces la mirada del juez se posó sobre mi, en el momento en que Axys valientemente y Alkaeius intentaban protegerme, sentí mi cuerpo comenzar a petrificarse, las piernas se me hacian pesada, y una fuerte comezon aparecia en las zonas de mi piel que se resecaban antes de convertirse por completo en piedra.
Pero he llegado tan lejos, la vuelta a casa debe estar tan cerca, que no me podia dar por vencida, cerré mis ojos y comenzé a murmurar una entonación en honor a Hékate, la señora de la magia, tendría el poder suficiente para detener los hechizos de aquel juez del infierno, casi por inspiración divina, un hechizo llegó a mi cabeza, proveniente de alguna lengua antigua perdida mucho ha, tan rapido la murmuraba que la piel de piedra que cubria mi cuerpo comenzo a caerse en pedazos mientras mi piel "humana" volvia a quedar tan suave, y lastimada como antes de que se convirtiera en tierra, el juez estaba muriendo, me bastó una mirada para percatarme de que su arma estaba cerca, no podiamos dejarlo retomar el control.
Abrí los ojos, y una luz blanquecina que pronto se volvió de un azúl acuoso intenso se apodero de mis ojos, mi voz casi siempre histerica y demente, se dejó escuchar potente y serena, mientras comenzaba a entonar un nuevo hechizo, estaba cerca de Axys y Alkaeius, por lo que no iban a necesitar de una mirada detallada para percatarse que en el momento en que mis labios se abrieron y pronunciaron la primera sílaba, un sonido lejano parecido al rugir del mar se dejó escuchar en aquellos infiernos, una fuerte brisa cargada de un fuerte olor a salitre envolvió mi cuerpo, la capa purpura desgarrada ondeo con fuerza por detrás de mi espalda, me puse en pie lentamente, mientras una de mis manos se elevaba con la palma abierta y aquellas garras extendidas como intentando tocar el techo de los avernos. Mi cabello comenzó a elevarse lentamente tambien, por efecto de un viento marino que no se sabia de donde venía.
Entonces mientras el hechizo continuaba, la roca del suelo que se encontraba alrededor mio, de Axys y de Alkaeius, comenzó a vibrar, se escucho un suave crujido, antes de que las piedrecillas volaran por los aires, y grandes borbotones de agua que pronto se convirtieron en potentes chorros comenzaran a brotar de la piedra, el agua al caer no alcanzaba a tocar el suelo, comenzaba a formar una espiral alrededor de nosotros tres, pronto el sonido borbotante de la lava del lugar, quedó cubierto por el ruido de agua que brotaba en un torrente incontenible, y comenzaba a agolparse alrededor de nostros el hechizo continuaba, tal cual lo habia aprendido en una visión enviada por Poseidón...ahora era mi turno de moverme...no podia seguir siendo una carga para mis compañeros, lamentaba tanto mi ausencia total en estos ultimos combates, por mi ineptitud, era tiempo de demostrar, que esta gata tenía garras, y estaba dispuesta a matar para proteger a los suyos...el rugido ensordecedor del agua que ya comenzaba a formar una especie de muro eliptico alrededor de nosotros, fue una respuesta muda a mi pensamiento.
Cuando estuviera listo, uno de aquellos torrentes golpearía, y el otro intentaria atraer el báculo del juez, para que este no tuviera oportunidad de defenderse y rematarle.
Motivo: Contra la petrificación
Tirada: 1d10
Dificultad: 12+
Resultado: 9(+3)=12 (Exito)
Motivo: la mano de poseidón
Tirada: 1d10
Dificultad: 9+
Resultado: 5(+5)=10 (Exito)
El efecto de la daga que me otorgó Radamantis fue inmediato, la mirada de Minos cambió completamente y la niebla a desaparecido, pero no a muerto, le queda un resquicio, un último aliento. Cuando mi ataque cesa Cassandra vuelve en si y no es para nada un movimiento cualquiera el que realiza, el báculo de Minos se aleja de él, "Esta mujer es magnífica, gracias." Sin pensarlo demasiado saco la daga parazonio y emprendo carrerilla para encontrar un punto letal con el cual darle fin a Minos. "Entre sus ojos estará bien"
El disparo da de pleno entre los ojos de Minos quien cae al suelo tras esto. Me detengo... miro lo que nos rodea... todo está en silencio. "¿En verdad maté a un inmortal? Radamantis lo quería en verdad finiquitado, esa daga..." Ya no hay vuelta atrás, esto lo hice por salvar a Axys y la propuesta de Radamantis era la única opción que teníamos. "¿Lo era?... igual ya no hay vuelta atrás"
Volteo mi vista hacia lo que queda de nuestro grupo, cansados y desgastados. "Nuestro tiempo aquí a terminado, ya volveremos cuando sea nuestra verdadera hora" Me dirijo al cuerpo de Minos para sacar los quivas y la parazonio sin extraer la daga de Radamantis, "No se que efecto cumpla, pero prefiero dejarla incrustada"
Camina hacia mis compañeros. -Es hora de irnos de aquí y creo que con el báculo de Minos ya tenemos suficiente para que Radamantis nos crea que cumplimos con nuestro encargo. ¿Entonces no iremos por pie o Radamantis vendrá?... se lo que sea vayámonos de aquí. Me acerco a Axys. -¿Estás bien? Ahora tenemos algo que contarle a Apolecio, aunque no hemos terminado con la tarea por la que terminamos metidos aquí. Poso mi mirada sobre Cassandra. -Tendré muy en cuenta no hacerte enojar en un futuro. Y por último pasando la mirada de uno a otro. -Vámonos, aún no era nuestro momento de venir al inframundo.
Motivo: Disparo entre los ojos de Minos
Tirada: 1d10
Dificultad: 9+
Resultado: 7(+11)=18 (Exito)
Motivo: Daño con daga parazonio
Tirada: 1d6
Dificultad: 9+
Resultado: 5(+9)=14 (Exito)
El ataque con los Quivas era de +13
Daño previo 150-119=31
Daño actual 31-28=3 (No se si con un golpe a la cabeza es un daño x2 o x3, si es x3 estará muy muerto, de lo contrario es posible que alguien lo restaure en su último momento y tenga un enemigo para el resto de mi vida, ciego pero inmortal)
El silencio del inframundo es algo raro, indescriptible, cómo escuchar y no escuchar, cómo cuando se sumerge la cabeza en el mar, a eso sonaba aquel lugar después de que Malco finaliza su conversación.
Un par de aplausos resuenan a las espaldas de los ladrones, la mirada de Radamantis se clava en los ojos de Cassandra que es la única que lo percibe de inicio.
-Os agradezco su invaluable servicio...- Una maligna sonrisa se dibuja en aquel juez del inframundo, levanta las manos y Malco junto con Axys se elevan por los aires mientras sienten una fuerte opresión en sus gargantas.
-El trato fué hecho por uno de ustedes, el cuál ya no existe y por tanto las almas que aún permanecen en la carne y hueso serán juzgadas en este instante...-
Alkaeius trata de desenfundar su espada pero los ojos de Radamantis brillan aún más despidiendo un haz azul paralizando al hoplita.
-La hija de Hécate tiene la marca de hades...- Radamantis devuelve la mirada a Cassandra. -Puedes irte y buscar tu propia puerta hacia el mundo mortal... estos tal vez me pertenecen... la balanza decidirá...-
Malco tu instinto te avisaba de que algo andaba mal desde un inicio, no se puede hacer nada físicamente contra un juez del inframundo.
Piensen bien cómo salir de esta en el siguiente post, Malco debes de tirar 2d100/df50 con 30 puntos de tu vitalidad como modificador, desglosada (la primera tirada te representa a tí, la segunda a Axys) para no caer inconcientes ante la opresión del cuello.
"Me he divertido... he dejado avansar a Radamantis lo que mide su cadena, es hora de regresarlo a su lugar... nada sucede sin que yo lo apruebe... Aeneas... vuelve a tu cuerpo intacto, toma tu lanza y atravieza al traidor...
Le haré sentir dolor antes de castigarlo severamente... anda y obén tu venganza... pués tu madre no ha pisado el inframundo... no ha llegado su momento... todo fué una vil mentira fraguada por Radamantis..."
Hades, Señor del Inframundo.
Después de que Malco realice la tirada, puedes aniquilar a Radamantis, Hades te ha colocado intacto y con tu lanza en las manos justo a la espalda del Juez.
Algo ha cambiado en tí... haz caminado entre los muertos y eso te ha convertido en hijo de Hades, desde ahora él será tu Dios protector.
El tiempo parece detenerse por un instante, Radamantis aparece y no es para nada un buen presagio lo que siento. "Algo está muy mal y eso no es bueno si incluye a un inmortal" Una conclusión que no tarda en ver resolución. "Cobar..." es lo que alcanzo a pensar antes de ser atrapado por los poderes de Radamantis... una fuerte presión en el cuello es lo que siento, nada que sea increíble estando frente a un inmortal. Toso mientras retomo mi aliento.
-Cobardía, una cualidad muy fácil de ver en muchos inmortales... y Radamantis no es falto de ella. "Padre se que me estás observando o eso espero, aquí estoy frente a otro inmortal, mi día de suerte. Si me estás escuchando, necesito el poder de tu salto"
Mi pensamiento no demora en tener respuesta, Hermes está muy atento en mi y salto ipso facto hacia donde se encuentra el cuerpo de Minos para tomar la daga, probar suerte contra Radamantis quien no se espera esto y si Minos sigue con vida...
Motivo: Vivir
Tirada: 2d100
Dificultad: 50+
Resultado: 66(+30)=96, 99(+30)=129 (Suma: 225)
Exitos: 2
Motivo: Bendición de Slato
Tirada: 1d10
Dificultad: 9+
Resultado: 7(+3)=10 (Exito)
Motivo: Lanzar daga hacia Radamantis
Tirada: 1d10
Resultado: 8(+11)=19
Cassandra tiene el báculo de Minos, ¿eso le da alguna facultad? en caso de que aparezca nuevamente.
La oscuridad absoluta que rodea el alma de Aeneas se disipa y es reemplazada por una oscuridad más profunda. Sólo que esta oscuridad está viva. En esa oscuridad habita nada menos que Hades, Dios de los muertos. Mientras el cuerpo de Aeneas es restaurado, Hades le revela que los motivos por los cuales decidió ir al infierno eran sólo mentiras de Radamantis para manipular al pelirrojo y lograr la muerte de Minos. Una furia asesina invade la mente de Aeneas.
Un parpadeo después, se encuentra a espaldas de Radamantis, lanza en mano. Listo para dar rienda suelta a esa furia. Pero mientras avanza velozmente hacia el juez, otra luz comienza a brillar en su alma. La luz de la esperanza. Por primera desde que entró al inframundo, puede ver una oportunidad de volver con su familia.
Sin emitir siquiera un grito, atraviesa la espalda del juez con un movimiento ascendente. Sus cuerpos se juntan por el movimiento y el pelirrojo susurra
-Mentiroso...
¡Sorpresa!
Master, si debo tirar para la estocada, decime.
No hay necesidad de tirar, Hades te ha permitido inflingirle dolor a Radamantis, tienes que cambiar la imágen de tu personaje por una más oscura pues ahora lel inframundo es tu aliado y Hades será tu protector principal.
Radamantis detiene la daga con la mirada y la gira hacia Malco, sonríe ante el intento del ladrón de hacerle daño.
El juez no puede creer cuando la punta de una lanza atraviesa su pecho y logra ver el metal ensangrentado abriendose paso entre sus pectorales.
¡AAAARGHHH!... ¡¿P-POR... QUÉ?!... ¡Y-YO DEBO SER EL JUEZ PRINCIPAL.. N-NO MI HERMANO...- Radamantis suelta cae de rodillas sin dar crédito al dolor que siente y lo más increíble... su pecho sangra profusamente.
El haz de luz azul deja de brillar, su aura desaparece. El cielo se oscurece y una helado vientecillo comienza a sentirse, anunciando que le señor del Inframundo se acerca.
El cuchillo se detuvo en el camino, no tuve éxito en mi acción, pero Aeneas aparece de la nada y clava su lanza en la espalda de Radamantis atravesándola hasta el pecho, no hubiera hecho otra cosa en su lugar. "¿Como es que puede sangrar, ya no es inmortal?" Mi pensamiento se detiene en el momento que el techo cambia como si fuera un cielo corrupto, algo que solo se podría ver en el inframundo. "¿Qué está pasando y ahora que ocurrirá?"
No solo el remedo de cielo es novedad, el ambiente también cambia. Si el inframundo no me había sido tan horrendo, en este momento puedo sentir que en verdad no debería estar aquí y que posiblemente no vaya a salir... nunca.
Aeneas saca su lanza del cuerpo del difunto juez y mira a su alrededor. Su atención se centra en los demás supervivientes del viaje al inframundo. Recordando el momento de su muerte, el pelirrojo mira sus manos asimilando que Hades le ha dado una segunda oportunidad. El frío viento que se acerca anuncia la llegada del mismísimo Hades. Si bien es quien lo ha ayudado, no puede evitar sentir cierto nerviosismo. Sin emitir palabra alguna, levanta la vista en busca de la deidad.
La oscuridad se extiende y el tiempo parece detenerse mientras un halo negro tan espeso como la tinta se materializa en una figura humanoide poderosa e intimidante.
-AH RADAMANTIS... HE DEJADO QUE CONTINÚES SÓLO PARA DIVERTIRME CON LOS SUCESOS DESNCADENADOS...- La deidad se materializa en un gigante con halo negro rodeado de sombras.
Con un movimiento de su mano derecha hace aparecer unos pequeños demonios de piel escamosa y parduzca arrastran el cuerpo inerte de Minos y luego el de Radamantis aún retorciendose del dolor y dejando un rastro de sangre.
El señor del Inframundo se vuelve a dirigir a los mercenarios restantes sin tomarle importancia a los lamentos del Juez de Oriente.
-NINGÚN SER VIVO DEBE PISAR EL INFRAMUNDO, NO PUEDO DEJARLOS SALIR, VIVOS... SIN EMBARGO... ALGUNOS HAN CAÍDO EN MIS DOMINIOS ESO LO TOMARÉ CÓMO PARTE DEL PAGO POR LA AFRENTA DE IRRUMPIR EN MIS DOMINIOS... LA OTRA PARTE DEL PAGO PARA DEJARLOS SALIR CON VIDA ES QUE LLEVARÁN MI MARCA EN SU CUERPO...-
Los ojos de la deidad brillan cómo carbones al rojo vivo, levanta la mano izquierda, al momento de que las uñas le crecen da un zarpazo que destroza medio rostro a todos los mercenarios que se encuentran de pie ante la expectante situación, Cassandra, Malco, Alkaeius y Axys se llevan las manos a la cara ante un intenso dolor, postrados ante la deidad y aún con el ardor en sus rostros se dan cuenta al mirarse unos a otros que tres cicatrices atraviesan su lado izquierdo de la cara.
-AENEAS... AHORA QUE ME HE QUEDADO SIN JUECES TE OFREZCO EL LUGAR DE RADAMANTIS CONVIRTIENDOTE EN INMORTAL Y JUZGUES A MI LADO LAS ALMAS DE ORIENTE...- Hades con un movimiento abre el cielo negruzco y la tierra comienza a temblar una inmensa escalera de piedra emerge y un delgado rayo de luz se filtra alejando a cuanta criatura del inframundo se encuentre cerca, incluso a los mercenarios ahora les parece mas intensa la luz que antes ingresar al inframundo.
Hades se dirige a los castigados. -HAN CORRIDO CON SUERTE... SU HORA AÚN NO HA LLEGADO... SALGAN DE MIS DOMINIOS Y NO VUELVAN SIN SER LLAMADOS...- Con la mirada les señala las escaleras y permanece paciente a la espera de la respuesta de Aeneas.
Homenaje a Shanks.
El dios del inframundo en persona, es un acto casi único, no muchos pueden vivir para contar algo así y no se si me siento privilegiado por esto. El lado izquierdo de mi rostro arde, un pequeño precio por venir al inframundo sin ser mi hora, pero no podía dejar a mi hermano aquí, no me lo perdonaría. Algo que no me esperaba, Ares le está ofreciendo un puesto de trabajo a Aeneas, la inmortalidad a cambio de habitar en estos hermosos parajes, una oferta tentadora.
Me agacho para recoger la daga de Radamantis. "Será un buen recuerdo" voy hacia Axys y le doy una palmada en el hombro mientras lo miro a los ojos pensando. "Logramos salir de aquí hermano" Volteo a ver a cada quien y digo. -Vamos, esta es una oportunidad que no debemos hacer esperar. No me siento especialmente contento pero estoy vivo. Fue una visita muy costosa.
Subo las escaleras pensando nuevamente en la empresa que nos trajo a este punto. "¿Aún estará con vida o la maldición de Atenea lo consumió ya? ¿Padre, que nos espera ahora? tengo una marca de Ades la cual no se que conlleve, pero sigo con vida... por ahora"
Pinche One Piece, no me puede agradar. xD
Aeneas recuerda con amargura a su familia pensando que ya no podrá verlos cuando quiera. Por otro lado, tambien contempla que su intención original era asegurar el bienestar de su familia, aun a riesgo de perder la vida.
El pelirrojo mira a Hades y asiente solemnemente con la cabeza. -Mi señor... mentiría si dijera que no desearía poder completar el viaje que me trajo hasta aquí antes de aceptar el cargo. Pero entiendo que hay en este momento almas que deben ser juzgadas, incluyendo algunas que he traido conmigo...
Acepto con humildad el cargo que me ofreces y juro honrarlo con toda mi capacidad. Si me permites, quisiera dirigir una palabra a los demás supervivientes.
El nuevo juez enfrenta a los recien marcados y se acerca a ellos.
Parece ser que esto es el adios. Quisiera pedirles una vez más que recuerden su promesa. Prometo que no me olvidaré jamás de ustedes, especialmente al momento de ser juzgados. -Declara con una serena sonrisa.
Espero que no nos veamos pronto. -Agrega al fín alejándose de ellos lentamente.
Groso Shanks.
-¡SEA ENTONCES!- Conclúye el señor del inframundo mientras con un ademán Hades materializa una arpía y la pone bajo el servicio de Aeneas nuevo Juez de Oriente, y le otorga una espada de obsidiana junto con una gruesa capa formada por sombras y cenizas.
La mujer y los tres hombres con vida suben por las escaleras de piedra sin voltear atrás, en cuanto el último pie pisa el exterior la gruta se cierra y los primeros rayos del amanecer comienzan a filtrase por entre las ramas de los enroscados árboles que abruman al pantano.
Algo ha cambiado en su interior, han experimentado una oscuridad infinita y han logrado volver a ver la luz del sol, Hades les ha dejado una marca pero les permitió conservar la vida, el obsequio más preciado que no cualquiera sabe valorar.
FIN DEL ACTO 1 "Una oscuridad infinita" EL INFRAMUNDO
Conclusiones en el Ágora.