Ireena se incorporó.
—Yo estoy agotada. Me retiro a mis aposentos. Espero que mañana, antes de que partáis, podamos desayunar todos juntos.
Ismark asintió para levantarse con ella.
Os dejo el turno de mañana, viernes, por si queréis añadir algo más y el lunes ya nos ponemos con el desayuno antes de partir hacia algún sitio. Será por ganchos ahora :D
- Deberían hacer un manuscrito ampliando ese tipo indicaciones, como guía para los nuevos visitantes... - murmuró Jarvo atendiendo a las explicaciones del Menor y dándose cuenta que él había supuesto que el bosque era más cercano a Vallaki que a Kretz.
Asintió cuando los hermanos dieron por concluida la velada y él hizo lo mismo por su parte.
- El molino nos queda más cerca e Ian se va a quedar más tranquilo eliminando la posibilidad de encontrar a su amigo allí... - pensaba mientras buscaba postura en el jergón. - Lo bueno es que la haciendo pilla cerca de Kretz y Coates podrá ayudar al tabernero. Con suerte, a Davdak se le habrá pasado el malhumor cuando lleguemos allí...
La noche fue inusualmente reparadora y sucedió sin contratiempos. Cuando los aventureros bajaron a la taberna Danika, la dueña, había preparado un completo desayuno pensando, sin duda, que Lord Coates habría convencido a sus compañeros para traer información del Mago de los Vinos. Aún así no mencionó nada mientras servía las abundantes bandejas y dejó al grupo que tuviera su cota de intimidad para decidir sus próximos movimientos.
Ireena e Ismark se habían sumado al grupo para desearles suerte en su viaje. El plan de los hermanastros era hablar con el burgomaestre de la ciudad para intentar adquirir una propiedad dentro de las murallas para rehacer sus vidas. Por supuesto el grupo sería bienvenido siempre que quisiera descansar en ella. Al parecer Ismark se había enterado de que Vargas Vallakovich consideraba que la fuerza de Strahd se basaba en el terror y la desesperanza y por ello en Vallaki se sucedían celebraciones continuas para levantar el ánimo de los ciudadanos. No parecía un mal lugar para quedarse a vivir.
El único que no estaba presente en aquel desayuno era Rictavio. Cuando preguntaron por él la tabernera les informó que era un hombre de costumbres y que normalmente al amanecer iba siempre a ver que su yegua y carromato estuviesen bien. Solía volver al el mediodía.
Y bien... antes de abriros una escena nueva ¿cuál es vuestro primer destino? ¿o hacéis algo más en la ciudad antes de iros?
Ian se levantó de mejor humor que cualquier otro día desde que se había metido en este jaleo. El desayuno le levantó el ánimo aún más. -¿Vamos al molino ese después de desayunar?- preguntó con la boca llena de comida...
Yo voto por el molino que queda más cerca... XD
- El molino lo tenemos cerca. - convino Jarvo mientras se atiborraba de las viandas con las que aquella mujer les había dado los buenos días. - Y, de camino a Kretz, podemos comprobar la Hacienda.
Habían colocado el mapa sobre la mesa y el bardo señalaba las localizaciones sin llegar a tocarlo.
- Salvo que queramos conocer al mono antes de abandonar las murallas de la ciudad... - sugirió divertido mientras miraba al resto a ver si estaban de acuerdo en ir primero al molino.
—El tiempo corre en nuestra contra —dijo Davdak saboreando el excelente desayuno—. Cada día que pasa ese demonio de Strahd se ríe en nuestra cara y la escupe con sorna. Si consideráis necesario parar en el molino, lo haremos así, pero deberíamos de aprovechar las pocas pistas que tenemos.
Yo voto "lo que diga la rubia" XDD