Partida Rol por web

A la mañana siguiente los aventureros se prepararon para partir con el alba. No habían podido descansar convenientemente¹ pero habían tomado la decisión de partir de inmediato. Nadie se acercó a darles la despedida. El burgomaestre se había levantado temprano para hablar con el sepulturero local y el ambiente en general era lóbrego y silencioso. Los guardias evitaban mirar directamente al grupo, como si su sola presencia fuera un mal augurio.

Así que después de ensillar los caballos y desayunar frugalmente el grupo se puso en camino cuando la guardia de la puerta les abrió los portones con los primeros rayos del sol².

Coates subió a su caballo pensativo. Aquella estancia en Krezk no había resultado como a él y a sus compañeros les hubiese gustado.

No sólo tenían a la saga detrás de sus pasos, esperando un movimiento en falso sino que ahora tenían vetada la entrada a Krezk o, al menos, era lo más probable después de la noche pasada.

Miró a sus compañeros.

- Creo que es menester visitar al Mago de los vinos. Al fin y al cabo nos pilla de paso y el tabernero verá con buenos ojos el tener noticias de sus familiares.

Ian asintió mientras cruzaba las puertas. -Además así podríamos animar un poco a los habitantes del valle y de esta aldea en particular.- hizo un gesto de saludo a los soldados aunque ni le miraran. Cualquiera que montara guardia, y más en un lugar como este, se merecía el respeto de Ian.

Al salir miró el paisaje. -Creo que deberíamos ir por el camino, sin atraer más problemas innecesarios. ¿Qué opináis vosotros?

- El camino me parece correcto. - respondió un Jarvo sin su alegría habitual mientras cabalgaba junto a sus compañeros.

Seguía teniendo claro que debían resarcir a aquella familia directamente aunque solventaran el problema de los viñedos, solo esperaba ser capaz de encontrar un pago suficiente.

Davdak se unió al grupo cuando abrieron el portón. No dijo nada, simplemente se quedó detrás del grupo con el ceño fruncido dispuesto a seguir al grupo a cualquiera que fuera su próximo paso.

Parecía que su herida había mejorado durante la noche o, al menos, estaba limpia.

De vez en cuando levantaba la cabeza y miraba casi con desprecio a sus compañeros.

Y así los viajeros se alejaron de las murallas de Krezk en busca del Mago de los Vinos...