Sólo es un trabajo de mensajero. ¿Porqué encargarlo a un Guardia Real?
La respuesta es que la paz no es algo que se pueda dejar a un mensajero normal...
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Francia y España llevan en guerra 3 años.
Hace unas semanas, después de tanto tiempo esperándolo, pérdida casi toda esperanza, la Reina Ana ha dado a luz un niño, un heredero. Y el Rey Luis XIII, feliz, decide otorgarle una gracia. Lo que ella pida. Y ella pide la paz. Luis XIII acepta porque ha dado su palabra, pero no se expondrá a una posible humillación pública si España la rechaza.
Así que la propuesta será secreta. Tan secreta que sólo un hombre de confianza, honor y valor probados, pueda llevarla. Sólo un Guardia Real puede ser el portador de la misiva. Deberá viajar, a caballo, de París a Madrid, en 10 días y entregarla en mano.
El destino de dos naciones dependen de él.
Vamos a utilizar, como base, Septimo Mar. Pero, de momento, sólo para cosas muy básicas, para no liarnos.
A medida que le vayamos pillando el tranquillo, iremos utilizando más reglas.
Partida privada