Ah, joven, Corvis... la llaman Ciudad de Fantasmas, ¿sabes?. Fué fundada hace 900 años por unos mercaderes que navegaban por el Rio Negro y la Lengua de Dragón, justo en las orillas de un puerto natural formado por el cruce de los dos rios. Creian que el comercio fluvial haría crecer la ciudad y... estaban en lo cierto. Al principio lo pasaron mal, pero hoy en día, la ciudad tiene 100.000 almas llamándola hogar, y cada día llegan más. La ciudad importante más cercana es Punta Bourne, unas 20 leguas al oeste y más lejos, río arriba se encuentra la infame Cinco Dedos.
La mayor parte de los habitantes de Corvis son humanos, aunque hay elfos y enanos. Si necesitas un herrero, encontrarás tiendas de enanos en el burgo de los armeros. Si necesitas encontrar músculos, el puerto está plagado de matones. Lo mejor será que por las noches, te mantengas en el burgo de comerciantes, donde siempre hay un guardia a mano. Mucha gente más dura que tú, apareció flotando en el puerto.
Al estar construida sobre un pantano, la gente tiende a edificar hacia arriba, más que a lo ancho. Por debajo del nivel de la calle, se encuentran las ruinas de la Vieja Corvis. Sobre ellas, están las agujas de Nueva Corvis, hogar de la élite comerciante. Entre medias están los hogares de la gente normal y todo se encuentra conectado por rampas, puentes, canales y túneles.
A la construcción colaboraron los grandes Siervos de Vapor. Los primeros gigantes de metal se trajeron hace 300 años. Construyeron edificios, construyeron carreteras y colaboraron en los muelles. Actualmente trabajan allí, cargando mercancías.
Para no perderte, mejor contrata un guía. La ciudad original, fue absorbida por el pantano, y ahora es un laberinto de catacumbas frecuentado por los gamberros y cosas peores. Mejor no entres en la ciudad Subterránea.
¿Por qué llaman a Corvis, Ciudad de Fantasmas? Dicen que la Vieja Corvis está embrujada por los fantasmas de los primeros colonos. La gente piensa que cualquiera que se ahogue en los canales o puerto está condenada a vagar por la ciudad eternamente. No hay ni un solo alma en Corvis que no haya visto una sombra en la noche.
Se acerca la Noche Más Larga. Una vez al año, un eclipse oscurece los cielos, y en Corvis es la fiesta principal. Una fiesta que dura toda la noche y en la que los juerguistas abarrotan las calles.
Creo que ya sabes lo suficiente, ¡ten cuidado chico! Espero verte en un futuro.
Corvis es una ciudad surcada por canales, vías fluviales y oscuros callejones en los que cualquiera puede desaparecer fácilmente sin dejar rastro. El pantanoso terreno y el cercano bosque del Viudo parecen mala elección para ubicar una ciudad, y ha sido un trabajo de titanes para mantener la infraestructura. A pesar de todo Corvis ha prosperado, y conforme los edificios se vienen abajo por la ausencia de un terreno firme o sencillamente se hunden en lodo, los esforzados ingenieros y obreros siguen construyendo edificios nuevos sobre los caídos. De hecho, los cementerios de Corvis son notoriamente difíciles de conservar debido al cenagoso suelo y a la misteriosa magia que satura la propia tierra. Se dice que los muertos no descansan en paz ni siquiera en terrenos santificados y que a menudo se alzan para perseguir a los vivos; de ahí el apelativo “Ciudad de Fantasmas”.
Pese a tan ominosas características, Corvis florece, pues se trata de un nexo de comercio vital entre Cygnar y Rhul así como el hogar de los famosos (algunos dirían que infames) Tratados de Corvis que han dado origen a los modernos Reinos de Hierro. Desde luego, Corvis es un cajón de sastre. Su diversa y pintoresca cultura, centro de aprendizaje, sociedad mercantil y localización de primera la convierten en un núcleo principal para aventureros, colonizadores, comerciantes, estudiantes y barqueros. Estos detalles, combinados con su fantasmagórica reputación hacen que Corvis sea una de las ciudades más famosas de todos los Reinos de Hierro.
Adicionalmente, la Ciudad de Fantasmas se ha visto asediada por invasiones, agitaciones políticas y guerras de bandas en sus sórdidos barrios. Las susodichas invasiones, tanto de no muertos como de foráneos skorne, encabezados nada menos que por el rey depuesto Vinter Raelthorne (quién al parecer escapó de las garras de unos intrépidos aventureros en el último segundo). Pero incluso estos inquietantes acontecimientos se han visto eclipsados por la reciente invasión de Llael por parte de Khador.
Las noticias del frente llegan a diario y los lugareños ya las prevén independientemente de los embellecimientos. Un gran número de refugiados se ha abierto camino hacia el sur, y muchos de los desplazados rondan por Corvis, al igual que los fantasmas de su apodo, sin saber qué hacer en el presente o qué les depara el futuro. En el exterior de la ciudad se han levantado varios campamentos de tiendas y demás alojamientos temporales, y la Iglesia de Morrow local procura ayudar a estas personas. Algunos lugareños sin escrúpulos se aprovechan de esa situación en beneficio propio dando con formas de estafar a los recién llegados o cobrando precios absurdos por productos comunes. Este hecho, unido a la cantidad de soldados que atraviesan la región, ha hecho que la población de la ciudad de su capacidad. El hacinamiento ha llegado a niveles inaceptables, agravado por el nefasto clima local. La tensión es palpable en Corvis, pues se teme que un nuevo ataque de Khador porga a la ciudad en un peligro aun mayor.