Uy, parece un perro con problemas de sarna. Harley es la primera en responder.
-Cállate Harley- le pido muy seria. Me quedo mirando durante un buen rato al perro grotesco que tengo delante de mí, tratando de encontrar algún rasgo que me sea familiar, que identifique a Malak de algún modo, debajo de todo aquel pelaje y protuberancias. No lo encuentro. Como dije, no soy buena en esas cosas.
Ah, pero eres buena en algo? aparte de desvestir a la gente caprichosamente, quiero decir... Harley vuelve a ser la misma escéptica de siempre.
-Vale- acepto su petición, que viniendo de un adulto es como una orden para mí. Me acerco a él y rodeo cariñosamente con mis brazos una de las protuberancias que asemeja más a una pierna.
-Pero puedo al menos saber si Padre está bien? y mis primos?- pucheros -Te prometo que no te preguntaré nada más!- contesto, mirando hacia arriba, a su especie de cara, hocico o lo que sea que tenga, con un cierto deje de entusiasmo. No puedo negar que a pesar de la situación tan horrible la vida empezaba a ser entretenida.
Es lo que tiene estar como una regadera.... suspira Harley, como telón de fondo.
Suelto al perro deforme y me acerco a Papi para ver como está, parece respirar correctamente. Luego camino, saltando por encima de los cadáveres, hacia mi primo.
-Despierta Primo, ya se han ido!- trato de sacudirle.
Espera! Porque habriamos perdido el sentido?
-Hemos prometido no preguntar nada al respecto, Harley. No empieces tú ahora- la regaño y sigo tratando de despertar a nuestro primo, que parece haber caido dormido, a pesar de toda esa sangre a su alrededor...