Partida Rol por web

Miro por la puerta y tras ver que no hay nada ni algo raro, salgo en direccion al ascensor para avisar a las demas chicas.

El pasillo estaba abarrotado de infectados. Pero todos ellos habían sido derrotados, así que simplemente estaban tirados en el suelo. Algunos simplemente boca abajo pero otros se encontraban en las posiciones más extrañas que uno podía pensar.

Cuando Xavier llegó el ascensor llegó una vez más hasta la planta, el joven adolescente se percató de que no había nadie dentro. Sus compañeras ya no se encontraban en él. ¿Qué habría sido de ellas?

Me dirijo corriendo otra vez de vuelta al cuarto y cuando llego  les digo a los que estan en el -Bien, no hay nadie en el ascensor, por lo tanto podemos movernos ya, ¿tu nos guias no?- digo mientras miro a Susan e intento no pensar mucho en lo que les a podido pasar a las otras dos.

Akira se prepara, habia que salir ya. Se cuelga la nebera con las cosas

-Yo lo llevaré, ya podemos irnos

Y se encaminó a las escalreas con sus compañeros. Estaba atento a esas criaturas, podrian volver a alzarse en cualquier momento, y no queria que le pillasen por sorpresa...

Cuando salimios de la habitacion, lo hago sin dejar de mirar a un lado y a otro, nerviosa, y asustada. Trato de guiar a los dos hacia la cabina de mando, confiando en no encontrar mas seres por el camino.

Empiezo a correr a una marcha mucho mas lenta que en mis entrenamientos para ir detras de quien nos guia y no delante, voy sin cansarme y algo ... aburrido la verdad, "odio ir tan lento, es mejor darle caña, pero si le doy caña no sabre a donde ir a si que a ir lento toca".

Estando por fin de acuerdo, los tres supervivientes comenzaron el descenso a la planta 6 por el camino que Susan considera más adecuado.

A pesar de que querer ir en silencio, las ganas de llegar al destino les hizo que comenzasen a correr desde un principio. Iban los tres muy pegados. En cabeza Xavier que se giraba de vez en cuando para seguir las instrucciones que Susan, la segunda en la fila, le iba dando y en último lugar, cargado con el maletín, los dos frascos y una espada iba Akira.

Todo iba perfectamente. Lo único que tenían que esquivar era infectados que ya habían sido "vencidos" con anterioridad o algunos que había caído por las escaleras.

Pero no todo fue un camino de rosas. Dos pisos más arriba, bajando por las escaleras de la planta 8, se escucharon unas risas que a Akira le resultaban de lo más familiares. Los tres miraron al techo. ¡Había infectados que andaban por las paredes, adheridos a ellas y armados con palos del casino! Sin pensarlo dos veces los tres compañeros comenzaron a bajar con más rapidez, casi sin ver los escalones y saltándolos de dos en dos.

Al ser el último, Akira fue el primero que recibió un palazo en todo el costado, pues había más de esos infectados pegados por las paredes. Al menos consiguió proteger el maletín...

Por su parte, Xavier, que iba bajando de tres en tres los escalones, tropezó con un infectado que estaba en el suelo y cayó rodando el trampo de escaleras que quedaban hasta llegar a la planta 7, aunque allí mismo se le avanlanzaron dos infectados que andaban por allí, estirándole de las extremidades con fuerza. Lo hubieran destrozado de no ser porque ya llegaban Susan y Akira que chocaron muy fuerte con ellos. Aunque doloridos, los tres volvieron a levantarse y continuaron bajando las escaleras.

Ya faltaba poco para llegar... ya faltaba muy poco... Distraído y mirando al suelo, Xavier no se percató de que le estaban esperando delante infectados de pie colgando del techo, riendo maliciosamente. Lo cogieron y lo subieron al techo, lanzándolo escaleras arriba. Tuvo suerte de que Akira, que también era capaz de adherirse por las paredes, trepase por estas y lo cogiese, haciéndole descender una vez más y proseguir el camino.

Iban tan deprisa descendiendo que cuando llegaron a la planta, Susan, que ahora iba en cabeza, fuese atrapada por los pies por un infectado que estaba en el suelo. Ella cayó de boca y sintió un gran y profundo dolor en el tobillo. Al parecer el infectado le había mordido.

Con la ayuda de sus dos compañeros logró librarse de él y a la vez llamaron con fuerza a la puerta, que, para su sorpresa, la abrieron enseguida.