—...No sería una Cronista de Gallador si necesitara que me presentaran, Ahmed—interrumpió la mujer al príncipe—. Puedo hacerlo sola.
La joven dio unos pasos hacia adelante, hasta ponerse frente a los tres aventureros e hizo una reverencia.
—Niobe. Bardesa, trotamundos, contadora de historias, hacedores de héroes y por encima de todo Cronista de Gallador. Siempre dispuesta a cantar vuestras aventuras.
Niobe y Voltabeldar se unen al grupo. Ya te he asignado los PJs para que les hagas las fichas. Son un bardo y un espadachín respectivamente, ambos de nivel 2.
Kilian asintió ante las palabras de Ahmed.
- Mejor eso que volver con las manos vacías –pensó.
Tras eso vio aparecer de nuevo a Voltabeldar y no pudo reprimir una sonrisa de incredulidad de la que se escapó a su vez un suspiro. Por lo poco que lo había conocido, tenía la absoluta certeza de que el gnomo sería tan buen combatiente como cargante. Y entonces apareció ella
– ¿Una bardesa? –se preguntó.
Él ya había tenido ocasión de ver actuaciones de estos, pero siempre en recintos, animando El Faro en muchas ocasiones o el Tintineo en alguna ocasión bastante más esporádica. Lenguas de plata que sabían sacar partido de las situaciones para llevarlas a su propio beneficio… Y esta en particular era guapa, muy muy guapa se podría decir, seguro que si quisiera no le costaría mucho engatusarlos. Desde luego, no sabía que podría aportar alguien como ella a esa misión, pero podría causar problemas si no sabía utilizar las armas que portaba.
- El de pelo oscuro es Ambroos y el de pelo claro es Fausto –respondió dando una explicación bastante simple pero acertada para poder recordarla con facilidad. – A mi podéis llamarme Kilian…
Parecía como si quisiera añadir más información a su presentación, pero ¿Qué iba a añadir? Si total, era un guerrero que aún no tenía la certeza de haber conseguido alcanzar un gran logro del que poder vanagloriarse. Y de Ambroos y Fausto, de ellos apenas conocía nada, aunque mejor que fuese así. Tras eso guardo silencio, quizás partiesen ipso facto, pero puede que aun tuvieran alguna consigna más que darles
—¡Jiajiajiajiajia!—rió Voltalbeldar rizándose los bigotes—. Así que vamos a encargarnos de ese tonto jefe kobold, ¿eh? Es una jugada peligrosa jefe. ¿Y si nos quedamos sin ejército?
—Por eso hice que tuviéramos esta cueva como punto de encuentro y no la propia guardia de los kobolds—le respondió el príncipe—. Matadlos a todos. Podremos echarle la culpa a los trasgos.
—Un acto poco heroico...—dijo Niobe con el ceño fruncido.
—Pero útil y necesario—replicó Fausto—. No sólo por descabezar a los kobolds y tenerlos bajo tu dominio, sino porque eliminas a un mal líder. Esas criaturitas no se van a creer ninguna historia de un kobold reencarnado, así que sin duda alguna es la mejor opción que su alteza tiene.
—¿Entonces qué?—añadió ansioso Ambroos—¿Empezamos?
- Tienes razón. -respondió Kilian a Níobe asintiendo. - Sin embargo, aunque no dejase de ser como dices, tenemos que detenerlo. Tras la caída de los trasgos ese falso chamán adquirirá aún más poder. Y si ya es un mal dirigente, mejor ni pensar del peligro que podría suponer en un futuro para todo aquel que quiera habitar en estas tierras. - concluyó el guerrero a modo de reflexión.
- En fin, pues entonces vayamos partiendo hacia esa guarida a la que su alteza ha hecho referencia.