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Las Cabezas de la Hidra: El barón proscrito

La Posta de Guntar - Off-topic

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20/02/2019, 20:51

Bueno chicos, aqui tenéis a los PNJs que se unirán a esta aventura. ¿Serán todos amigos? ¿Alguno será enemigo? ¡Eso es cosa vuestra!

Victoire Leblanc. Esta arquera de Gaelia siempre soñó con ser paladín de Nihal, sin embargo sus aspiraciones fueron cortadas por su padre, un importante comandante del ejército gaelo. Frustrada, Victoire acabó fugándose de casa y aunque se formó como arquera, las puertas del ejército estaban vedadas para ella. Sin otra cosa que hacer, la joven decidió emprender una vida aventurera.

 

 

Gambrinus Cervezarrubia. Este mago mediano es bastante extraño. Altanero, vehemente, reflexivo, inteligente y de bruscos cambios de opinión uno nunca sabe qué esperar de él. Pocos hay que representen mejor que él el concepto “el fin justifica los medios”.

 

 

Oripell. Oripell es el familiar de Gambrinus. Se trata de una cerveza animada que es todo lo contrario que su amo. Divertida, irreverente, alocada, divertida e incluso desquiciada siempre llama la atención allí por donde pasa. Lo cierto es que no pegan ni con cola, pero su relación aunque llena de altibajos está cimentada bajo un fuerte vínculo.

 

 

Niobe. Esta alocada, alegre y divertida bardesa se define a sí misma como Cronista de Gallador. Su forma de vida se basan en el fomento de los actos heroicos para que ella pueda cantarlas. De pasado misterioso,  a esta joven la define la frase “la alegría nos hace invulnerables”.

 

 

Voltalbeldar. Este histriónico y teatral gnomo de largos bigotes es discípulo del legendario espadachín beldiano Montoya. Todos los que conocen al duelista creen que de todos sus aprendices, nadie como él ha aprendido de sus maneras y su forma de ser. Eso ha llevado al gnomo a presentarse como el “heredero de Montoya”.

 

 

Kroggar Martilloardiente. Este sacerdote de Moraddin representa el prototipo de enano recto, obstinado y malencarado. La lista de cosas que odia es larga: los elfos, los caballos, los barcos, el agua, la cerveza aguada, los malos modales, el polvo, el color amarillo, aquellos que se burlan de su forma de hablar y esa maldita manía de los humanos de creerse mejor que los demás.

 

 

Lía Sianodel. Esta druida de Mebsuta es un caso único y es conocida como la arquitecta druida. A diferencia de la mayoría de los suyos, ella lleva muchos años viviendo en la civilización dedicándose al diseño y construcción de viviendas y parques, siempre buscando una simbiosis entre el mundo natural y el civilizado.

 

 

Alexei Copper. El joven y sencillo Alexei es el ejemplo de joven hecho a sí mismo. Hijo de unos granjeros, la vida en el campo siempre se le quedó pequeña. La visita de su tío desde Ifriqtia dio un vuelco a su vida que culminó con su marcha a ver mundo. Es vistoso ver a un mercatio luchando con un alfanjón.

 

 

Rooga. Esta barbara viene de los montes Kavkaz, la frontera entre Mercatia y Ashahi. Desde niña creció con las historias le contaba sobre la Cuadrilla de la Leñadora, en especial con Gwendolynne la semiorca. Cuando la Cuadrilla liberó Rhovesia fue para la semiorca el detonante de que tenía que salir a ver mundo.

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07/03/2019, 20:11

Ejemplo de Trasfondo

1. Historia

Quizás el sufrimiento y el amor tienen una capacidad de redención que los hombres han olvidado o, al menos, descuidado.

Durante mucho tiempo lo conocieron como el Matarife de Trisia, uno de los peores bandidos que moró en Valle de Oro, pero para mi es Airo el Escudo Defensor. ¿Quién soy yo? Yo soy Idria, Cronista de Galador, buscadora de héroes. Ésta es la historia de uno de esos héroes.

Airo no nació con ese nombre, como tampoco lo hizo con el de Matarife de Trisia. Él nació como Krostas hijo de Rogus, del Khan del Oso en las Estepas de Trisia. Se decía que por sus venas corría la sangre de Voltarón el Mataosos, el primer licántropo hombre-oso del khan, maldito tras matar a uno de esos animales con sus propias manos desnudas. Uno de los mayores héroes de la tribu.

Airo era rebelde hasta para los estándares de un pueblo bárbaro.Impetuoso, agresivo y brutal. Carecía de ese honor que poseen esas gentes, no escuchaba y mucho menos obedecía a sus mayores y cuando peleaba era como una bestia salvaje, furiosa y sin control. Un monstruo sanguinario y sin control que acabaría siendo capaz de matar a uno de los hijos del Khan en una pelea. Ese día, con ese terrible acto, el más horrible que uno puede cometer, Airo comenzó su particular descenso a la oscuridad.

Como no podía ser de otra forma Airo huyó. Primero fue a Merovia y allí se enroló en un navío, La Perla del Sur, capitaneada por Trizo Barrilpinchado, capitán mercante y ocasional corsario. Cuando Airo me contó que el capitán era un mediano, me costó entender cómo podía haber aceptado estar a las órdenes de alguien que no le llegaba ni a a la cintura. Pero por lo visto Trizo además de capitán era un guerrero consumado y vio como le daba una paliza a un trío de rufianes. En esa época el bárbaro sólo entendía la razón de la fuerza.

Sin embargo la vida marinera no fue del gusto de Airo que pronto se dio cuenta de que el barco no era su lugar. Igual que las grandes ciudades le agobiaban por la afluencia de gente en tan poco espacio, lo mismo le ocurría con el barco.  El bárbaro tenía claro que en cuanto el barco llegase al primer puerto dejaría el navío. Aun así el viaje tenía reservado un lugar para la sorpresa cuando fueron abordados por los piratas del terrible capitán Kai’Katoa el hombre-tiburón y su banda de sajguaguines. La contienda terminó en tablas con pérdidas en ambas tripulaciones. Para Airo fue una lucha interesante, pelear en zonas estrechas contra un enemigo que sólo piensa en matar o morir, pero no fue suficiente para que deshechara su idea de volver a pisar tierra.

Finalmente La Perla del Sur hizo escala en Puerto de Oro y ahí fue dónde el bárbaro desembarco. No sólo puso tierra de por medio con los suyos, sino que se encargó de poner todo un mar. Pero no fue esa ciudad su destino final, Airo no soportaba la vida en la ciudad por lo que no tardó en marcharse de allí para acabar uniéndose a una banda de salteadores de caminos. Su líder era una terrible enana conocida como Urta la Rebanadora.

Con su brutalidad sanguinaria, Airo fue ganando reconocimiento entre sus compañeros hasta convertirse en uno de los hombres de confianza de Urta. En esa época creía haber encontrado su lugar en el mundo. Uno terrible, pero uno al fin y al cabo. Pero antes de encontrar la luz, Airo tenía que sumergirse todavía más en las tinieblas.

Urta tenía un largo historial como salteadora de caminos porque elegía bien sus presas. Era una líder conservadora, los suyos no vivían en la opulencia de los grandes botines, pero vivían y en un oficio como ése, vivir para ver un nuevo día era algo importante. Pero el tropiezo siempre llega y a Urta le llegó con el asalto equivocado.

Lo que parecía una sencilla carreta de campesinos se convirtió en la trampa urdida por la Cuadrilla de la Leñadora, un grupo de aventureros que comenzaba a ser famoso. Créanme cuando les digo que podría pasarme años cantando sobre Ryvianne la Leñadora y sus compañeros.

La batalla no tardó en decantarse del lado de los aventureros, cuyo objetivo final era capturar con vida a Urta. Los demás acabaron muertos, heridos, huídos o inconscientes. Ese fue precisamente el caso de Airo, que aunque moribundo, acabó sobreviviendo.

Mermados en número y sobretodo en moral, los restos de la banda de Urta se arremolinaron en torno a la figura de Airo. Fue entonces cuando empezó a ser conocido como el Matarife de Trisia. Uno de los bandidos más crueles y sanguinarios del Valle de Oro. Al igual que Urta, elegía con inteligencia las víctimas de sus asaltos, pero a diferencia de ella, se aseguraba de que no hubiera supervivientes.

Llegados a este punto, seguro que os estáis preguntando cómo alguien como Airo con ese alma desgarrada y esas manos bañadas en sangre pudo convertirse en un héroe. Pues porque hasta el demonio más terrible puede encontrar la redención, si él quiere. No es nuestro nacimiento quien nos marca, sino nuestras decisiones.

Al igual que la Cuadrilla de la Leñadora fue a por Urta, otro grupo de aventureros fue a por el Matarife de Trisia seis meses después de que se hiciera con el liderazgo de los bandidos. Eran conocidos como las Siete Espadas. Eran un grupo joven, atrevido pero no estaban aún cocidos. El enfrentamiento fue igualado, pero se decantó del lado de los bandidos. Pero Airo fue gravemente herido y el único clérigo que tenían había muerto en la refriega. Una de sus heridas se infectó y sin curación mágica posible no había esperanza para él.  Sin amor alguno por su brutal líder, los bandidos aprovecharon su momento de debilidad para abandonarlo a su suerte. Su destino parecía sellado. Y en cierto modo así fue. Ese día murió el Matarife de Trisia.

Airo despertó en Puerto de Oro, en concreto en el templo de Derthelas, Señor de la Luz. Estaba vivo y sano. Lo primero que vio al despertar fue a un anciano sacerdote y la forma en que le miró, destrozó su ya desgarrada alma en mil pedazos. Porque Airo confesó. Confesó todos y cada uno de sus pecados. Las vidas que había arrancado, los bienes que había arrebatado, las monstruosidades que había cometido. Cuando le pregunté por qué hizo eso, fue porque en esa mirada vio el amor más puro que jamás podría sentir. No era el amor romántico, ni tampoco el amor paterno. En palabras de Airo era mucho más. Era un amor divino. Airo vio en los ojos de ese anciano el amor que Derthelas podía llegar a sentir por alguien tan terrible como él.

Cualquier persona habría entregado a Airo a la justicia, pero no ese sacerdote. Ese hombre santo, porque sólo un santo podía redimir a un sanguinario asesino con una mirada,  sabía que él podía dar mucho más vivo que muerto. Así que decidió darle a Airo su nombre y después organizó un viaje hacia Ciudad de Melendur. Antes de iniciar su auténtica redención tenía que instruirse en los principios del Señor de la Luz, y si era lejos de Valle de Oro, mejor. Ya había hecho mucho mal en esa zona. Un momento, no os he dicho el nombre de ese anciano, ¿verdad? Posiblemente lo conozcáis. Abraham Herschel, el Sanador Albo.

Airo salió de Puerto de Oro acompañado de un paladín y un sacerdote, Isaea y Thaddeus. Ambos tenían dudas sobre el antiguo salteador pero pese a ello obedecieron las órdenes de Abraham. Los tres juntos iniciaron un viaje y fue durante ese viaje cuando yo le conocí.

Recuerdo la primera vez que lo ví. Imponente, furioso, gigantesco, con ese enorme hacha entre sus manos. Mentiría si dijera que yo misma no sentí terror. Y eso que salvó mi vida. Nos encontrábamos en  el Bosque del Manto Blanco y en esos momentos yo huía de un terrible oso-lechuza. Pensaba que estaba perdida cuando apareció interponiéndose entre nosotros dos. Si os acordáis, al principio de esta historia le llamé el Escudo Defensor. No lo hice porque portara ninguno. Él era el escudo. Él me protegió de la bestia con su propio cuerpo.

Una vez a salvo y tras haber superado la impresión del encuentro, lo tuve claro. Airo era lo que siempre había buscado. Un auténtico héroe que se encontraba forjando su camino. Era mi sueño hecho realidad, mi fin como Cronista de Galador. Seguiría a ese hombre hasta los infiernos si hacía falta para ser testigo de sus actos y cantarlos como era debido. Así que sin dudarlo me uní a esos tres en su viaje a Ciudad de Melendur.

No creáis que Airo me contó todo esto en la primera noche, no. Tuvieron que pasar muchos soles y muchas lunas  para que el reservado y desconfiado bárbaro de las Estepas de Trisia confiara en mí. Pero lo acabó haciendo y cuando conocí la verdad, la pasión que ya de por sí me inspiraba su figura comenzó a arder como la mayor forja enana que podáis imaginar.

Todavía en el bosque, tuvimos un encuentro con los elfos del clan de las Hojas Caídas. Resultó que Thaddeus tenía por sus venas sangre del clan. Después de la experiencia del oso-lechuza fue un encuentro agradable. Sobretodo para mí, que después de mucho tiempo viajando sola, necesitaba dormir en un lugar en el que sentirme segura. Además también me sirvió para conocer historias sobre la tragedia de los elfos.

Una vez en Ciudad de Melendur Airo comenzó su instrucción en la fe de Derthelas. Y no todo fue fácil. Algunos lo despreciaron por sus orígenes incivilizados. Algunos de los pocos que conocían la verdad de su historia no confiaban en él y lo sometían a duros castigos con el fin de que abandonara. Sólo dos fieles del señor de la luz estuvieron a su lado en todo ese tiempo. Isaea, uno de sus compañeros de viaje y una sacerdotisa llamada Argenta. Pero Airo lo soportó todo e incluso superó la ansiedad que le provocaban las grandes ciudades.

Un año después, nadie diría que se trataba de la misma persona. Sabía leer y escribir. Tenía un conocimiento moderado sobre el mundo en general y sobre los preceptos de Derthelas en particular. Incluso su estilo de combate se había visto refinado siendo ahora algo más que una lucha basada en el instinto. Seguía quién aún desconfiaba de él, pero con su perseverancia y su dedicación se había hecho un lugar entre los fieles del Señor de la Luz.

El momento culminante llegó dos meses atrás cuando Abraham llegó a Ciudad de Melendur. El anciano sacerdote ofreció una ceremonia ante todos los fieles en la que bendijo a Airo y lo consagró al Señor de la Luz como uno de sus campeones, uno de sus libertadores..

Actualmente Airo sirve como guardia en el templo de Derthelas esperando su momento. No sé siente muy agusto en esa posición, pero sabe que hay muchos ojos puestos en él y no está dispuesto a defraudar a Abraham o a sus compañeros después de todo lo que han hecho por él. Algunas noches se desquita, deambulando por la ciudad y ayudando a aquellos que se ven asaltados en un callejón oscuro o evitando algún robo, pero sin que nadie sepa que se trata de él. ¿Que cómo lo sé yo? Porque tengo que estar junto al héroe, tengo que contar su historia. Y también porque fue idea mía.

Y aquí estoy yo también esperando, porque el día que le encomienden su primer trabajo yo estaré a su lado. Yo seré quien cante su vida. Así me lo prometí el día que le conocí y así será. Lo juro por mi honor de Cronista de Galador.

2. Breve cronología.

Hace 23 años. Nace Krostas.
Hace 3 años. Krostas mata al hijo del jefe.
Hace 2 años. Urta es capturada y Krostas se convierte en el Matarife de Trisia.
Hace 1 año. Krostas es renombrado como Airo y viaja a Ciudad de Melendur.

2.3. Rostros conocidos

Rostros conocidos

Idria. Humana mujer. Bardo. La narradora de esta historia. Dice servir a un dragón e cobre llamado Galador, el cual insta a sus “cronistas” a buscar héroes sobre los que cantar sus acto. Alocada, alegre y divertida bardesa de pasado misterioso, a esta joven la define la frase “la alegría nos hace invulnerables”.

 

 

Urta la rebanadora. Enana mujer. Guerrera. La primera líder del grupo de banddos al que Airo se unió, en contra de lo que muchos piensan sigue viva. Hay alguien misterioso que está contratando grupos de aventureros para que le traigan vivos conocidos bandidos para entregarlos a la justicia. Grupos como la Cuadrilla de la Leñadora o las Siete espadas. Pero la verdad es que ni Urta, ni ninguno de esos bandidos es llevado ante la ley. ¿Por qué? Es un misterio.

 

 

Zuren. Humano varón. Bárbaro. El hermano menor de Airo. Abandonó hace seis meses su tribu para buscar a su hermano para poder capturarlo, llevarlo de vuelta a la tribu y restaurar el honor familiar.

 

 

 

Abraham Herschel. Humano varón. Clérigo de Derthelas. Conocido como el Sanador Albo, Abraham es el claro ejemplo de hombre santo. Algunos incluso lo consideran el hombre más cercano al Señor de la Luz. Sin embargo este ahora anciano sacerdote, nunca ha tenido aspiraciones dentro de la iglesia, teniendo una vida itinerante por las Tierras disputadas.

 

 

Isaea. Humano varón. Paladín de Derthelas. Hijo de granjeros, al joven Isaea siempre se le quedó pequeña su aldea natal. Cómo Airo, su vida cambió el día que conoció a Abraham Herschel cinco años atrás. Pese a sus reticencias iniciales, acabó apreciando y confiando en el cambio del ex-salteador de camino. El bárbaro le considera su mejor amigo y la persona en la que hoy día más confía.

 

 

Thaddeus. Semielfo varón. Clérigo de Derthelas. Junto a Isaea, Thaddeus acompañó a Airo a su viaje a Ciudad de Melendur. Pero a diferencia del paladín, nunca llegó a confiar en él. En Ciudad de Melendur nunca formó parte del hostigamiento al bárbaro pero tampoco hizo nada por evitarlo.

 

 

 

Hoffen. Gnomo varón. Clérigo de Derthelas. El sacedote Hoffen fue la persona que más se opuso a la presencia de Airo en el templo de Derthelas de Ciudad de Melendur. Pese a que no se atreve a desafíar ni a sus superiores, la opinión del gnomo es clara, el bárbaro merece es pagar por sus crímenes ante la ley. Desde el primer momento ha dirigido a un grupo de fieles contra Airo buscando que se rindiera en su camino en la fe de Derthelas. Ni que decir tiene que hasta ahora ha fracasado en su intento, pero a él no le importa. Ese bárbaro no es digno de Derthelas y hará lo que sea por expulsarlo.

 

Argenta. Humana mujer. Clérigo de Derthelas. Junto a Isaea y Niobe, Argenta es el tercer pilar en el que Airo se ha apoyado durante todo este camino. Ella fue la primera persona que instruyó al bárbaro en los preceptos de Derthelas. Cuando le conoció, como casi todos los fieles de Derthelas se mostró reticente. Pero con el paso del tiempo esas dudas se convirtieron en admiración y finalmente esa admiración se convirtió en amor. Un amor del que Airo no es consciente.

 

 

Trizo Barrilpinchado. Mediano varón. Espadachín. El Capitán de La Perla del Sur, es un marino mercante y ocasionalmente corsario que navega a lo ancho y largo del Mar de las Serpientes. Conoció a Airo cuando éste se enroló en su tripulación siendo capaz de ganarse el respeto del bárbaro. Impresionado por sus dotes de combate intentó convencerle de que siguiera en la tripulación pero el mar no estaba hecho para él.

 

 

Alora. Elfa mujer. Bardo. Esta joven elfa del Bosque del Manto Blanco forma parte del clan de las Hojas Caídas. Desde la muerte de su maestra, lleva varios años recopilando historias sobre la caída de los elfos. Llama a su obra La Tragedia Élfica, una oda al antiguo imperio. Se hizo muy amiga de Idria transmitiéndole a su colega que su próximo objeto de estudio sería la historia del Árbol Hueco.

 

 

Kai'Katoa Faucesangrientas. Hombre-Tiburón varón. Guerrero. El capitán de una banda de piratas sajuaguines, Kai'Katoa navega tanto por la superficie como por el fondo marino convirtiéndole en uno de los mayores peligros de dicho mar. Existe un rumor tras ver como el pirata ha ignorado navíos pesqueros de que el que el licántropo parece tener una lista de objetivos concretos.

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12/06/2021, 10:07
Kernel
Sólo para el director

Nou

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03/08/2021, 15:03
Kernel
Sólo para el director

A

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11/08/2021, 20:43
Taiko

Tiradas para subir de nivel a Voltabeldar y Níobe

- Tiradas (2)
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14/10/2021, 16:50
Kernel

Era pa que no se borrara xD.  He dejado la partida en pausa, hasta que me vuelva la inspiracion. Tengo el combate a medio preparar pero... tengo el sindrome de SPU xD.

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