Partida Rol por web

La mayoría de los aventureros se dirigieron al interior de la posada mientras Niobe y Mara hablaban. Solo se quedaron fuera Victoire y Alexei que estaban charlando, Helmuth y Gambrinus. El mediano que se quedó sólo observando pensativo junto a la puerta de la empalizada el camino por el que se había marchado la duquesa, mientras que el rufián charlaba con Guntar.

—¡Si hombre! ¡Esto es lo que me faltaba!—dijo la bardesa fingiendo indignación pero aguantándose exageradamente las ganas de reír—¡Que te pongas a dar órdenes sin ser todavía baronesa! ¡Pues no! ¡Y si no te gusta que te llame sicansíos, no haberte postulado!

La cronista no pudo soportarlo más y comenzó a carcajear con ganas.

—Iré a hablar con Kroggar y Helmuth, ¿vale?

Sin embargo no hizo falta que hablara con Helmuth porque el rufián no tardó en acercarse a las dos. Antes de que nadie dijera nada, el joven hincó una rodilla y le tendió su estoque.

—Soneto—dijo con tono ceremonial—, aquí tenéis mi espada y mi vida. Vuestras son para que os sirvan en vuestra conquista por la baronía de Wald.

Al terminar se levantó y miró a las dos jóvenes con media sonrisa.

—A cambio sólo quiero un puesto en vuestra corte—comentó como el que no quiere la cosa—. Canciller o diplomático… O ambas cosas. Lo de las supercarteras ministeriales mola. Y tranquila que me aseguraré de tener ayudantes competentes para cuando yo no esté. No es que me pirre eso de ser un pez gordo, pero a mi padre le haría muy feliz. Por aquello de haberme dado una educación y eso.

¡Helmuth se ha unido al grupo!

Riéndose aún por la conversación con Niobe, Mara asintió ante la propuesta de la bardesa mostrando su total conformidad.

Tras haber escuchado a Helmuth, Mara se quedó mirándolo. Aunque sus formas hacia ella no le gustasen, algo le decía que sería útil. Además, el mismo se había presentado voluntario, por lo que al menos denotaba que tenía confianza en ella.

- Esta bien, cuando llegue el momento, decidiremos cuál será tu posición en esa futura corte. –dijo asintiendo y añadió en un tono pícaro. - Yo también tengo que asegurarme de tener gente competente para cuando tenga que ausentarme. Ahora si me disculpais...

Y dicho esto, se encaminó hacia donde se encontraban Victoire y Alexei, para con un ligero carraspeo decirles:

- Perdonad mi interrupción, cuando hayáis terminado vuestra conversación y tengáis un momento, me gustaría hablar con vosotros.

Tras la respuesta afirmativa de ambos, Mara les comentó:

- Bueno, supongo que os imagináis por qué quiero hablar con vosotros. Sinceramente me gustaría que me acompañaseis, si no tenéis ningún inconveniente, para liberar estas tierras de la amenaza del Barón Proscrito. Hace unas horas hemos comenzado algo… y ahora me gustaría poder finalizarlo. –percatándose de que no había dicho nada de una posible recompensa, se apresuró a decir. – Por supuesto si lo conseguimos, había pensado en repartir parte de los posibles futuros impuestos durante tres meses. Aunque si quisierais seguir protegiendo estas tierras con posterioridad, seguiríais recibiendo un pago por ello.

Mara hizo una ligera pausa y finalmente les preguntó:

- ¿Os parece adecuado? Si tenéis alguna sugerencia estoy aquí para escucharla. –concluyó esperando ambas respuestas.

Una sonrisa incómoda se dibujó en el rostro de Victoire.

—La verdad es que lo siento Mara pero... yo también quiero ser baronesa—la arquera puso cara de circunstancias—. Sabía que esto iba a pasar desde que hablaste, pero es más incómodo de lo que parece.

Parecía que la joven gaélica no sabía dónde meterse.

—No creas que pienso que no puedes ser una buena baronesa, estoy segura de que así sería. Pero hay momentos en la vida en las que una tiene que dar un paso al frente.

El silencio de Alexei y su gesto también incómodo fue muy elocuente. Sin duda rubio se había comprometido con Victoire.

Mara les sonrió, no estaba enfadada ni nada por el estilo, sabía que algo así podría ocurrir. Aunque no podía evitar estar un poco triste por no poder contar con ellos.

- No os preocupéis, es totalmente comprensible. Estoy segura de que tú también podrás ser una gran baronesa Victoire, y sin duda Alexei, será un compañero valiosísimo. –les dijo sin dejar de sonreírles.

Sabía que quedarse más tiempo allí solo serviría para incomodar más aún a sus compañeros. Así que se acercó a Victoire, agarro su mano y le dijo:

- Bueno, si por algún motivo fracaso, me alegro de que este lugar pueda quedar en buenas manos. Ahora creo que volveré dentro. –dijo soltando la mano de la arquera y señalando la posta. - Ciao muchachos.

Mara se dirigía de camino cuando se percató de algo, se giró y les dijo: - Una última cosa, en caso de que yo consiguiese acabar con el Barón, mi segunda parte de la oferta sigue en pie. Quisiera poder contar en un futuro con vosotros.

Y esta vez sí, Mara con paso firme, se dispuso a entrar de nuevo en la posta.

—Lo mismo digo—dijo Victoire con una triste sonrisa.

Con una sensación amarga, Mara entró en la posta justo cuando Niobe se dirigía a la puerta para hablar con ella. La cronista tampoco parecía muy animada, lo cual era un preludio de como debía de haber ido su conversación con el enano.

—Malas noticias. Kroggar dice que ni pensarlo. Literalmente "está harto de la maldita manía de los humanos por llamar la atención" y que "no está dispuesto a alimentar ese repugnante ego humano"—la joven suspiró—. Tampoco ha habido suerte con Victoire, ¿verdad?

Hizo una ligera mueca con la boca en señal de desaprobación a lo que le estaba diciendo Niobe. Le hubiese gustado contar con Kroggar como también con Victoire y Alexei. Pero no podía ser, y ahora tendría que buscar nuevos compañeros porque tres le parecía un numero demasiado corto para tan importante misión. Finalmente le dijo a Niobe sin perder la sonrisa:

- Pues no, tampoco hemos tenido fortuna. Victoire quiere ser baronesa y Alexei se ha comprometido con ella. Si alguien más quiere acompañarnos, está dentro de esta posta. –sentenció dando una visual a los allí presentes y continuó diciendo. – Así que creo que debería probar suerte ¿no crees?

De los allí presentes, solo le quedaba preguntar a Lia, Voltabeldar y Gambrinus. A pesar de que Gambrinus y su familiar Oripell le habían causado una grata impresión y Voltabeldar y ella ya se conocían, quiso comenzar con la elfa. Así que, con aire decidido, Mara se acercó a Lia, se sentó cuidadosamente cerca de ella y en tono despacio y educado le habló:

- Buenas Lia, si no te molesta, me gustaría saber si estás interesada en la misión que la duquesa nos ha encomendado. Si te habías planteado ser baronesa o si, por el contrario, no te importaría apoyar a alguien para que lo fuera. Como habrás visto, antes me postulé para ello y estoy buscando compañeros que se quieran unir a nosotros…  y me preguntaba, si tu aceptarías –concluyó Mara, la cual, esos momentos de incertidumbre en los que tenía que esperar una respuesta la ponían tan nerviosa que empezó a sentir como gotas de un sudor frio bajaban a su espalda.

Lía se cruzó elegantemente los brazos y giró su cabeza para mirar a Mara. La elfa estuvo un rato en silencio antes de responder a la espadachina.

—¿Y por qué debería de aceptar unirme a ti?—preguntó—¿Qué ofreces que el príncipe Ahmed o Rooga no ofrezcan? ¿Por qué eres diferente?

Mara dio un largo suspiro antes de responder, pasó su mano por la frente para colocar en su sitio un mechón rebelde y le contestó:

- La verdad es que no sé qué van diciendo u ofreciendo Rooga o el príncipe Ahmed. Por lo que no te puedo dar una contestación para la pregunta de qué es lo que nos diferencia. –contestó Mara con cierta pesadumbre, para continuar diciendo en tono más enérgico.

- Pero si te puedo hablar de lo que yo ofrezco. Hasta el momento las personas que han aceptado unirse a mí, recibirán un pago totalmente diferente el uno del otro. Y es porque no quiero venderles esto como una recompensa por un trabajo cumplido.  Pretendo que se vea como una ayuda a las personas de estas Tierras. Para que puedan vivir tranquilas en armonía, sin temor a que nadie les arrebate lo que han ganado con su esfuerzo ni vivir con miedo a las represalias que un grupo de bandidos puedas ocasionarles a ellos o a sus familias. Busco personas comprometidas con esa idea, la idea de hacer de que entre todos podamos hacer de estas tierras, un lugar mejor.

Por un momento Mara se calló. Sabía muy bien que es lo que quería decir, pero intentaba no aturrullar a la elfa con su retórica, sino que esta afianzase lo que le estaba proponiendo.

- Por eso busco compañeros, que quieran darle forma a esa idea. Si solo estás interesada en conseguir unas monedas y proseguir tu viaje, te recibiría con los brazos abiertos, pero lo haría aún más, si decidieras unirte y que nos ayudásemos mutuamente a conseguir el esplendor de este lugar.

Mara esta vez sí, se quedó definitivamente callada esperando la respuesta de Lia.

La elfa permaneció de brazos cruzados mirando a Mara a los ojos. Tras otros segundos en silencio respondió.

—Pensaré en tu propuesta. Hablaremos más tarde.

Mara se levantó de la mesa pero no le dio tiempo a buscar a nadie más, pues Victoire y Alexei la abordaron de nuevo con una expresión más animada en el rostro.

—Alexei ha tenido una idea—dijo Victoire—. ¿Por qué no unimos fuerzas? Sin importar quién de las dos acaba con el título de baronesa. Dividiéndonos en pequeños grupos no vamos a sobrevivir a explorar las Tierras sin Señor. Unámonos y matemos al Barón Proscrito. Y entonces tú y yo decidimos quién se lleva la recompensa. Un sistema de puntos, aquel que acabe con el barón, una votación de nuestros compañeros... ¿Qué te parece?

Acababa de asentir a Lia y levantarse para dejarla reflexionar tranquilamente, cuando se encontró con Victoire y Alexei de bruces.  Tras oír lo que estos acababan de proponer Mara se sintió muy complacida. Por ese motivo, con una gran sonrisa, Mara les dijo:

- Me parece una idea magnifica Alexei –comentó mirando directamente a este a los ojos y haciendo un leve gesto con la cabeza en señal de agradecimiento y añadió. – Pero sí no os importa de todo lo que habéis propuesto, me gustaría que aquellos que nos acompañasenfueran los que decidieran quien debería ser la baronesa. El camino será largo, y de esta manera todos tendrán tiempo para decidir, en caso que lo consigamos, quien debería reclamar el título.

Mara pensaba que esa era la más justa de las propuestas que le había hecho Victoire y por eso se había decantado por ella. Pero había algo más que le gustaría añadir, así que volvió a tomar la palabra.

- También me gustaría que los acuerdos a los que hemos llegado con nuestros compañeros para su unión, fuesen respetados sea quien sea la persona que acaba reclamando el título nobiliario. Puesto que, por mi parte, así será. Incluso lo que os propuse hace unos minutos quedaría vigente en tal caso.

Tras eso, fijó su mirada en Victoire; y acompañado de una sonrisa, le tendió la mano diciéndole:

- ¿Te parece adecuado? ¿Tenemos trato?

—Yo que tú tendría cuidado—le dijo Niobe fingiendo que le hablaba al oído—. ¿Y si le ha prometido a Alexei casarse con ella para así ser él el barón y compartir el título? Porque si a mi un chico con ese pelazo me hace esa propuesta no me lo pensaría. Y entonces le partirías el corazón a Helmuth.

Alexei se puso rojo como un tomate mientras Victoire, riendo le estrechaba la mano a Mara.

—No, no, Alexei, no me ha pedido nada de eso. Sólo quiere que sus padres tengan una buena vida. Respecto a Gambrinus...—parecía que la arquera se había adelantado a la espadachina para reclutar al mediano—. Dice que todavía no sabe lo que quiere. Mencionó que le construyera una torre, ya sabes, la clásica torre de magos. Pero tampoco lo dijo muy en serio, parecía más bien que estuviera divagando.

¡Victoire, Alexei y Gambrinus se han unido al grupo!

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