Partida Rol por web

Arielus se dispone a saludar a Violant, pero ésta le saluda con desgana y sale de la posada, y como parece sumida en sus pensamientos, el clérigo prefiero no importunarla, asi que se dirige hacia el resto del grupo.

- Bienhallados de nuevo amigos- dice abriendo los brazos y con una amplia sonrisa en el rostro - Parece que Violant no está de muy buen humor- Termina diciendo mientras se acerca a ellos.

-Donde te habías metido? No pensarias librarte de nosotros? le pregunto a Arielus mientras me acerco alegremente hasta él sonriendole y guiñandole un ojo. -Te hubieras perdido el gran viaje que vamos a hacer..

-Cuenta, cuenta... exclamo mientras tiro de su mano para acercarlo hasta la mesa.

 Zelmar saluda al clerigo levantando su copa, a la par que se inclina en la silla y coloca los pies en la mesa y así estar mas cómodo - eso parece... pero se le pasara en cuando vea que llevar sus monturas por las rocas de los acantilados, es muy peligroso y nos veríamos obligados a dar rodeos innecesarios para acceder a las cuevas...

- moviendo la mano, para cambiar de tema... - nos dirigimos a las tres bahías, en busca de pistas e indicios que nos ayuden a esclarecer quien esta detrás de una serie de robos, que al parecer tiene alguna conexión con el espejo de la guarida de Biggum ya que curiosamente los robos se centran en objetos de poder... interesante ¿no te parece?

- bebe de su copa - espero que nos acompañes... partiremos mañana por la mañana...

- Amigo mio, os debo demasiado como para querer librarme de vosotros, además he estado orando por todos nosotros, y por el valeroso Iledar, narrando su historia para que no caiga en el olvido, se cantará su gesta!!- Dice Arielusmientras apoya su mano sobre uno de los hombros de Nok.

Tras eso, buscó con la mirada a la camarera para pedirle algo de beber y luego se giró de nuevo hacia Nok. - ¿Un viaje dices?  ¿Acaso por eso estaba tan enfadada Violant?- Pregunta curioso, pero casi a la vez Zelmar responde a las preguntas.

- Por supuesto que podéis contar conmigo, sin duda había alguien tras Biggum y hay que detenerlo.- Comenta de manera tajante.

En tu equipo no, pero puede que sintara o amara te dejen lgo hasta que te compres algo.

Como si lo hubiera oido desde la cocina, en ese momento sale amara y se acerca al sacerdote.
w-buenos dias, arielus. ¿como te tratan en ese templo?¿Has comido ya? ¿te apetece tomar algo?

Arielus se giró al oir la voz de Amara, sonriente y afable como en cada visita que había hecho a la posada.
-Lo cierto es que vengo hambriento, y donde mejor para poder disfrutar de un buen trozo de queso y una buena jarra de hidromiel!!!- Contesta con un una amplia sonrisa.

Tan sólo necesito un leve vistazo a la habitación para cerciorarme de que no tengo nada decente para ponerme.

Tras unos segundos de cavilación, decido aprovecharme de la amistad de Amara o Sintara, ya que dudo que Violant tenga algo más que ropa de viaje, y menos aún de mi talla. En el camino, un vestido sólo sería una carga inútil. Pero no estaría mal disponer de uno para momentos como éste.

Salgo de la habitación y me dirijo a la de Amara, para tocar a la puerta y comprobar si está.

Si nadie responde, pruebo suerte con la de Sintara.

Amara está abajo asi que decides probar suerte con sintara.
La bardo se muestra encantada de prestarte alguno de sus deslumbrantes vestidos. Los encuentras de todos los tipos, sintara suele cambiar de vestuario durante sus actuaciones. Tres llaman tu atencion mas que el resto. El primero, de color escarlata y de corte elegante, geométrico, con escote palabra de honor y falda larga. El segundo, azul mar con varias capas de telas, como una cebolla, de gasa y varios materiales que van de transparente a opaco a medida que se acercan a la piel del que lo lleve. El tercero, de un verde satinado, ceñido y revelador, de falda larga con una abertura lateral y escote en V.

-Elige el que quieras, todos te sentarán bien.

Decidida, escojo el vestido escarlata. El color azul es el que más me gusta, pero en conjunto prefiero las formas del primero. Esbozo una sonrisa, divertida, al imaginarme llevándolo puesto. Estoy acostumbrada a llevar ropa nada elegante, pero creo que el cambio me sentará bien. Al menos por un día...

Le comento a Sintara mi elección, y después de darle fervientemente las gracias, lo cojo con cuidado y me encamino a mi habitación para prepararme.

Lo primero será prepararlo todo.

Con cuidado, voy sacando los objetos que guardo en la capa y los voy dejando en la cama de forma ordenada. Mucho me temo que en el vestido no hay lugar para todo esto.

Una vez terminado, empiezo a arreglarme. Con esmero, me lavo para quitarme la suciedad y el barro que llevo encima. Te protege del Sol, pero no es adecuado conservarlo una vez llegas a la civilización. Aunque no hubiese quedado, ya era hora de limpiarme. No me gusta estar sucia. En fin.

Cuando considero que ya estoy suficientemente limpia, busco un cepillo en los cajones. Por fortuna, encuentro uno en buen estado, al lado de otros utensilios cuyo uso desconozco. Seguro que es cosa de Amara.

Con cuidado voy peinando y desenredando el cabello. Al estar mojado no ofrece mucha resistencia, aunque lleva trabajo. Una vez está liso, me miro en el espejo mientras pienso qué puedo hacer con él. Pocas veces me he arreglado el pelo, pero recuerdo haber visto a algunas damas de la corte con un peinado extravagante.. Pero no.

Al final, decido hacerme una pequeña trenza con mechones de la coronilla, de forma que cae sobre la espalda con apariencia de sencillez. Contenta con el resultado, me apresuro a ponerme el vestido con cuidado de no arrugarlo ni despeinarme. Me miro en el espejo por última vez antes de decidir que estoy lista.

Cuando voy a salir de la habitación, miro hacia la cama, donde se encuentra mi daga. No creo necesitar protección para ir a cenar, siempre puedo recurrir a la magia.. Pero si algo ocurriese en el camino, me gustaría contar con algún tipo de defensa.

Pasa una hor mas y la puerta de "La sirena" se abre para revelar al Capitán Archen. Viene recién afeitado y se nota que ha estado puliendo su armadura, pues brilla más que la última vez que lo visteis. Su mirada fiera y decidida se relaja al toparse con la vuestra.

-Saludos, amigos, Amara, Sintara... ¿Como os encontrais todos? -dice el capitán.

Amara le saluda con la mano desde lejos y contesta a su vez:

-Polgara está acabando de prepararse, ¿quiere que le sirva una cerveza mientras espera, capitán?

-Una copa de vino mejor, Señorita, Djorkalen. -contesta el joven de la armadura. Esta es una noche especial -concluye con una sonrisa blanca como el marfil.

Entras en el establo, situado junto a la taberna, asomando casi al tremendo acantilado que da al salvaje océano. Tus bestias están allí y, al oirte llegar, relinchan y caracolean, contentas de ver a su ama.

Desafortunadamente, no hay lugar donde esconderla en el vaporoso vestido, así que suelto un pequeño suspiro y salgo de la habitación para encaminarme a la salida.

Una vez equipada con mis armas y lleno el odre de agua salgo a dar una vuelta con ellos.

– Daremos una vuelta a las murallas de la ciudad para que podáis estirar un poco las patas.

¿En cual montas y a cual llevas atada?

Antes de que podais contestar a Archen escuchais el ruido de una puerta abrirse en el piso de arriba y veis a Polgara desdender las escaleras. La joven hechicera (casi una niña para los estándares de los elfos como Zelmar) se ha vestido con un espectacular vestido de color escarlata de cortes rectos y geométricos, con falda larga y escote palabra de honor y sin mangas, dándole el aspecto de una poderosa señora venida de algún lugar lejano. Una tiara dorada de fina elaboracion (prestamo de Amara) remata la imagen de vuestra amiga que baja acaparando las miradas, sobretodo del joven capitán.

Algo asi.

Archen se queda unos instantes boquiabierto hasta que parece reaccionar y se adelanta para ayudar a Polgara los últimos escalones (en realidad no necesita ayuda pero Archen se muere por verla de cerca).

-Lady Polgara... No sé qué decir... Si uno pudiera elegir sus sueños yo elgiría ver cada noche al dormirme lo que están viendo mis ojos ahora mismo.