Partida Rol por web

No somos dueños de nuestro propio destino, al menos eso se suele decir. El hombre no es más que una marioneta que se mueve al son de unos hilos tirados por caprichosos dioses, o eso nos han hecho creer.

Ni aún permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar puede el hombre escapar de su destino, pues este pasará a buscarle allá donde se encuentre.

Pero en ocasiones, sólo en muy pocas ocasiones, el hombre se ha alzado con mayor o menor fortuna en contra de su destino con pequeñas acciones... y es entonces cuando nacen las historias.

Historias, mitos y leyendas que alegran nuestros corazones y nos hacen soñar con emocionantes aventuras y lejanos parajes.

Y ésta que os voy a contar es una de esas historias, en la que unos pocos hombres se alzaron para hacer frente a su destino y cambiaron el rumbo de la humanidad.

Todo comenzó durante el atardecer de un caluroso día de Junio cuando unos extraños gritos alertaron a un grupo de personas que se encontraban en el distrito comercial de Du´Lucart.

El extraño ruido pènetra en mis oidos casi al mismo tiempo en el que mi cuerpo reacciona a dirigirse rapidamente en esa dirección. Mi instinto y enseñanza no me permitian dejar de lado las situaciones como esta.

¿Que sera lo que sucede?

¿Y eso?

Mordida por la curiosidad, me resultaría difícil resistirme a investigar algún ruido misterioso, sobretodo si éste tuviese que competir con el aburridísimo día que he tenido.

La curiosidad mató al gato... pero yo no digo miau...

Canturreo mentalmente mientras me acerco disimuladamente y con todo el sigilo del que soy capaz al callejón, a echar solo una miradita.

Solo una miradita. Después iré a casa y le explicaré a Joe el castigo que me ha impedido ir a clase de canto. No me quiero meter en más líos... ¿Verdad?

Entráis a la habitación, en ella os encontráis dos montones de paja acomodados a modo de cama y sobre ellos unas telas a modo de sábanas, realmente aquel lugar da pena. Junto a las mal llamadas camas unas mesitas de noche con una pequeña lámpara de aceite y un armario donde guardar la ropa que llevéis.

No ha pasado ni media hora desde que subísteis hasta que unos extraños ruídos os llaman la atención desde la ventana.

Haciendo un además indico a Talia que se aparte de la ventana Mi señora, alejaos... esto puede ponerse muy peligroso Aparto un poco la tela que cubre la ventana (si la hay) e intento vislumbrar que que produce ese ruido sospechoso, sin exponerme demasiado.

A través de la ventana puedes ver a un par de individuos extrañamente parecidos a los que asaltaron a Talia a lo lejos de la calle, no llegas a divisar qué están realizando pero parecen tener prisa en ir hacia el lugar desde donde se han escuchado los ruídos.

Por otro lado parece ser que una chiquilla que estaba limpiando las paredes de la escuela y un tipo que pasaba por la calle se han interesado y miran extrañados hacia esa zona.

Podéis ver como dos individuos vestidos de negro salen corriendo de una calle en dirección a donde se han escuchado los gritos, parecen llevar prisa y estar algo nerviosos lo cual os llama la atención.

En una ventana de la posada parece haber un hombre interesado en lo que está ocurriendo también.

¿Gritos? ¡Alguien puede necesitar ayuda!

Acallando la voz de la sensatez que aboga por alejarse del lugar, tal vez por preocupación por el prójimo, tal vez por pura curiosidad, sin pensármelo más veces me dirijo rápidamente al origen de los gritos.

¿Qué sucede Jebediah?

Talia se acerca a la ventana espectante.

¿Has visto algo?

La hecho atrás suavemente para que no se asome a la ventana. Suavemente, por si hay "oídos" cerca Por el amor de Dios, nos os asomeis a la ventana... "ellos" están por las cercanías. Es necesario pasar desapercibidos durante esta noche, para partir mañana al alba temprano... Echo la cortina de nuevo, dejando sólo una fína línea para poder seguir obsevando el exterior cada cierto tiempo.

Sentándome en la cama intentando aclarar las confusas ideas que tengo en mi cabezas en esos momentos, pregunto a Talía con voz sosegada Mi señora, es hora de poner los puntos sobre la íes... debeis decirme quienes son esas personas que os persiguen con tanto ahínco para finaros. No son meros ladrones pues su contancia en eliminaros es más que notable...

Los negocios iban bien.
Esa era la sencilla maxima de todo agente del pequeño pero prospero emporio comercial de Lucien Soulbane.
Tras rematar un acuerdo comercial fructifero con un grupo de comerciantes de la lejana Dafne; aquellas mujeres eran como un dolor de muelas cuando se trataba de dinero, pero en realidad no se distinguian tanto del resto de los seres humanos.
La noche de Lucart lo sorprendio en el exterior; atender negocios era la tapadera de Lucien pero en realidad era una forma de poder
mantener su verdadera vocacion..
Dominaria la nigromancia aunque tuviera que arrancarle el corazon a todo habitante de la tierra de Gaia..
Su sombra se agito tremula resonando a sus emociones, era su foco para la conjuracion, todo ser convocado por el nacia de ella y a ella pernecia atado.

Te noto enfurruñado amo susurro en su mente la fria voz de Shadovara ¿acaso no ha salido bien el trato?
Siempre sale bien siseo por eso Lucanor aun no me ha matado

La fria risa del interior de su mente provocaria escalofrios a un esqueleto.
Ajeno a ello, Lucien guardo con cuidado el pergamino que sellaba el trato en el inteior de su tunica; tendria que mostrarselo al principe; con el sus mercaderes, por ende los agentes de Lucanor tenian paso libre para comerciar al inteior de la lejana Dafne.
Habia sido una buena tarde...

Sin prestarle mucha atencion a esos hombres continuo el camino hacia el lugar de procedencia de los gritos, ese sentimiento de siempre acudir a la ayuda de alguien me surge de nuevo, un extraño calor que obliga a mi cuerpo a actuar por el que lo necesite.

Espero que no suceda nada grave allí

Está bien...

Talia agachó su cabeza.

Pertenezco a una organización llamada Réquiem, nos encargamos de vigilar los poderes sobrenaturales en el principado. Los hombres que me persiguen son los secuaces de Jared, un compañero y antigo amigo mío.

Talia gira la cabeza negando.

Jared cree que soy la responsable de la muerte de su hermano, y trata de buscarme para vengarse. Pero se trata tan sólo de una trampa que me ha tendido alguien, no sé quien. Sin embargo es posible que los hombres de Jared estén atacando a alguien inocente, y debemos... debo ir a pararles. Tú puedes quedarte aquí siquieres o acompañarme, esto no te incumbe, aunque te agradezco tu interés.

Cuando os acercáis podeis ver cómo los dos hombres que habían salido corriendo y otro más están enzarzados en un duelo a espada contra un extravagante caballero vestido con ropas muy coloridas, parece que los otros tres no son rivales para él y que su destreza con la espada es muy superior y de hecho otro hombre yace muerto en el suelo, posiblemente el grito que escuchásteis.

Atropelladamente Pe-pero... si hacéis eso lo único que conseguireis será que os encuentren y acaben con vos... ¡¡es-es una locura!! Frunzo en ceño perceptiblemente, bajándome un poco el ala del sombrero, incómodo.

Se cuidar de mí misma aunque no lo parezca Jebediah, no deberías juzgarme sólo por mi aspecto. Aún así, no permitiré que muera ningún inocente.

La expresión de Talia se vuelve dura y arrogante.

Hay que hacer lo que hay que hacer.

Oh cielos... un... un... ¡Asesinato!

Notando como me flojean las piernas, intento torpemente hacer que me obedezcan para salir de ahí lo más rápidamente posible. Espero tener la suerte de mi lado y poder escabullirme de ahí antes de que nadie me vea...

¡Mala idea, mala idea! ¡Fue una mala idea!

Al ver la imagen de lo que sucede intento no perderme por lo que veo. Continuo llendo hacia alli y grito para llamar la atención de los peleadores.

Oigan! ¿Que sucede aquí?