Fue una noche dura, pero uno ya se sabía lo que podría esperarse allí: frío, miedo, insomnio... No obstante, debía mantener la calma o la situación terminaría apoderándose de mi cuerpo. «Sigo vivo», murmuré recordándome a mí mismo que aquello era lo único importante.
Me dirigí hacia el bosque más próximo, donde seguramente estaría mejor refugiado y encontraría alimento.
Tiradas realizadas en la casilla E3. Error mío.