Partida Rol por web

Llego al bosque completamente exhausto, al final hemos conseguido escapar Espiga y yo juntos. Pero estoy tan cansado que necesito descansar un tiempo.

-Espiga ven aquí. Necesito descansar. Toma este arco, lo usarás tu mejor que yo. Si quieres dame el cuchillo que es mi especialidad ¿quieres?- digo antes de efectuar el cambio.

Me siento a los pies de un árbol a descansar esperando que no venga nadie y si viene sacaremos nuestros dientes para que no nos hagan nada.

Kinu me da el arco. ¿Debería darle mi cuchillo? Parece abatido.

Con cierto temor le entrego el cuchillo y me quedo con el arco. Yo era bueno con el arco. Había cazado MILES de mofetas para que mi tata me hiciera su empanada riquísima que a mí me gustaba y siempre repetía, así que me sentía más seguro con él.
No tenía intención de matar a nadie y suponía que no habían mofetas por allí, pero me sentía más cómodo si lo llevaba colgando.

Miro desesperanzado a Kinu. Estaba realmente muerto de cansancio. ¿Le pasaba algo? ¿Estaría enfermo?

- ¿Kinu estás bien?

Por un momento pensé en huir hacia el bosque, lejos de allí, pero no podía dejar a mi nuevo mejor amigo allí tirado, así que decido esconderme tras un seto grande, desde donde puedo ver a Kinu descansando. Mientras espero, no puedo evitar entretenerme cogiendo unas bayas que hay por allí tiradas, aunque me las guardo en el bolsillo para enseñárselas luego a alguien por si son venenosas. Nunca se sabe. Ya había visto morir a un par de hombres del distrito por comer setas.

Me guardo mi última acción para atacar desde el seto si Kinu me necesitara.

Por favor, por favor Señor, ten misericordia de mí. Que no venga nadie a por mí, Señor, que no venga nadie. Si haces lo que te pido, te prometo de todo corazón que le haré caso siempre a la tata, que no me portaré nunca mal, que haré todas mis tareas sin quejarme, que no le tiraré piedras al gato y no me tocaré la colita.

Aunque esto último lo digo sin demasiada convicción.
 

Cuando han pasado unas horas y viendo que Kinu está más descansado decido salir de mi escondite entre mis arbustos.

-¡Vamos Kinu! Es hora de continuar...- aviso a mi nuevo amigo para que vaya levantando el culete. -Tenemos que buscar a Regina y seguir alejándonos un poquito más, venga perezoso.

Dicho esto me recoloco todas mis cosas y me dispongo a correr.

Cuando me veo lo suficientemente descansado decido levantarme, en ese preciso instante sale Epiga de entre unos arbustos para meterme prisa.

-Ya voy, ya voy... en la Cornucopia me cansé en exceso pero ya estoy bien jejeje- me rasco la cabeza mientras sonrío. -Si, vamos a buscar a Regina. Estará muerta de miedo tan solita en el bosque.- temo un poco por la seguridad de la niña, es de mi distrito y no me gustaría que estuviera sola así que hay que darse prisa.

Una vez estoy listo empiezo a correr justo detrás de Espiga.