La puerta herrumbrosa parece una costra sobre el alicatado de a pared, azulejos amarillentos que parecen dientes viejos. Jack cruza la puerta. Una escalera traqueteante desciende por un hueco de cemento lleno de churretones de humedad. Apenas hay una bombilla cada dos tramos de escalera. Y hay alguien abajo, moviéndose en las sombras.
[Jack White] - ¿Quién anda ahí?
[Alguien] - ¿Quien va?
[Jack White] - ¿Quien viene?
[Alguien] - ¡Hombres del Rey!
[Jack White] - Me gustaría hablar con el señor de la cera... ¿Pueden llevarme ante él? Bueno, con cualquiera de ustedes: Tengo un trato que proponerles.
Los pasos suben por las escaleras. Jack aguarda, tranquilo.
[Jack White] - ¿Y bien?
Dos hombres aparecen subiendo por la escalera. Sus rostros son... informes. Cubiertos por una capa de cera amarillenta que les borra el aspecto. Llevan palos y ropajes sucios.
[Hobre de Cera] - ¿Y cómo sabemos que eres amigo?
[Jack White] - Supongo que tendréis que confiar en mí. Soy enemigo de vuestros enemigos, de esos chicos del periódico que os roban espacio aquí abajo.
Los hombres se miran con ojos ciegos... y asienten.
[Hombre de Cera] - De acuerdo, el Rey te juzgará entonces.
[Jack White] - Que así sea...
Desciendes entre los dos hombres, tramo tras tramo de escalones hasta las entrañas de Mad City. A través de un hueco en la pared, cruzan hacia los túneles, y comienzas a ver velas encendidas en los nichos y huecos de las paredes.
[Jack White] - Supongo que la vida aquí abajo debe de ser dura, ¿verdad? - pregunta, tratando de entablar conversación para no fijarse demasiado en los horrores que subyacen bajo la ciudad.
[Hombre de Cera] - Algún día recuperaremos la Ciudad.
Los pasos comienzan a sonar amortiguados... cuando el suelo empieza a estar cubierto por una capa de cera.
[Jack White] - Sí, seguro que será un buen día. ¿Puedo andar por aquí sin peligro? - pregunta, señalando la cera a sus pies.
Tras muchas vueltas, atravesáis un derrumbe de ladrillo cubierto como una catarata de cera, y entras en El Salón del Trono.
Salís al espacio de seguridad del túnel. Los azulejos de las paredes parecen dientes viejos y amarillentos. La puerta resalta como una costra ennegrecida en la pared.
[Michael Lowell] - Vamos, busquemos a Jack... - dice recordando un viejo anuncio de colonia...
[Juan Arana] - Sí, este lugar es francamente desagradable.
[Michael Lowell] - Al final nos quedamos sin saber más de ese Rey de Cera... habrá que andarse con ojo.
[Juan Arana] - Ojalá que no nos lo encontremos.
Carol sigue a los hombres cada vez más inquieta pues el tiempo pasa. Michael abre la puerta, y la atraviesa. Juan aguarda a que entre Carol y luego la sigue.
Más allá de la puerta hay una bajada, una escalera de metal se hunde en las profundidades de cemento de Mad City. Una solitaria bombilla ilumina cada poco los tramos de escaleras.
[Michael Lowell] - Vamos... abajo.
[Juan Arana] - Al parecer, lo de "allí debajo" era literal...
[Carol Koontz] - Este sitio me da escalofríos...
[Michael Lowell] - Mientras solo sea eso...
Las escaleras resuenan con vuestros pasos mientras bajáis. Poco a poco, os fijáis en un rastro en el suelo: Cera. Gotas de cera seca que en un momento dado, se desvían por una grieta en la pared de cemento, perdiéndose en las alcantarillas.
Michael se agacha y rasca un poco de la cera.
[Michael Lowell] - ¿Creéis que Jack se ha encontrado con el Rey tal y como decía el taxista?
Juan niega con la cabeza. - Ni hablar de seguir por ahí... ¿O sí?
[Carol Koontz] - ¿Lo de cera era literal? Dios santo...
[Michael Lowell] - Eso parece.
[Juan Arana] - Aquí va todo al pie de la letra... ¡Pero qué pasa con los números!
Michael mira la grieta y las escaleras alternativamente.
[Michael Lowell] - ¿Que números Arana?
[Juan Arana] - Disculpa, estoy un poco nervioso.
[Michael Lowell] - Hay que tomar una decisión.
[Carol Koontz] - Tomadla vosotros... yo no tengo ni idea de qué hacer... - dice esas palabras en un tono flojo, como dándose por vencida.
[Juan Arana] - ¿Entre qué y qué otra cosa?
[Michael Lowell] - Entre ir por la grieta y buscar al Rey o seguir bajando e ir al Periódico.
[Juan Arana] - Maldición...
Carol piensa en la posibilidad de su hija aún con vida en este lugar, y la impotencia de no saber como recuperarla.
[Juan Arana] - Estúpido Jack... - echa un vistazo a Carol. - No sé, no lo sé, la verdad.
Michael sigue agachado, observando la cera. Rasca la cera y levanta algo.
[Michael Lowell] - Un trozo de cristal... - rasca otro trozo de cera - Creo que Jack ha ido por aquí. - Señala la grieta - Apuesto a que los cristales son los de la cafetería. ¿Se lo habrá llevado el Rey? - Se levanta y mira la grieta.
[Michael Lowell] - Tenemos que ir por ahí.
[Carol Koontz] - Pues vayamos... - sigue en un tono conformista y derrotado
[Juan Arana] - ¡Carol, anímate! Tenemos que encontrar a Jack, es cierto. Él está metido en el ajo. Tenemos que... que salvar a tu hija.
[Carol Koontz] - No estoy tan segura de que sea tan fácil...
[Michael Lowell] - Aquí nada es fácil, pero mira... íbamos a estar despiertos de todas maneras, ¿no?
Juan asiente.
[Carol Koontz] - En eso llevas razón...
Michael da un paso y se adentra en la grieta. Carol ,tras dudar unos segundos, le sigue. Juan echa un último vistazo a su espalda y hace lo propio.
Los túneles se adentran en las alcantarillas. Cada poco, comienzan a aparecer velas que iluminan los túneles, sobre tuberías, agujeros en las paredes y montañas de escombros.
[Michael Lowell] - Sin duda le gusta la cera.
[Juan Arana] - ¿Será él mismo de cera?
[Michael Lowell] - Eso sería cuando menos curioso... ¿Habéis visto esa película? Si hombre, la que sale Paris Hilton...
[Carol Koontz] - ¿De qué hablas Michael?
[Michael Lowell] - Si, si, que hacían estatuas de cera con la gente...
[Juan Arana] - No...
[Michael Lowell] - Era mala de cojones...
[Juan Arana] - No, lo siento. Mi peli favorita es Pi.
[Michael Lowell] - Hay que salir más... ¿eh?
Poco a poco, las velas se multiplican. A medida que os adentráis en los túneles, aparecen por todos lados, y la cera gotea por las paredes, cubriendo los ladrillos con una capa suave y lechosa.
[Michael Lowell] - ¿Pi? Ah... que demonios... no se por que me extraño.
[Juan Arana] - Cube también estaba... Por favor, centrémonos.
[Michael Lowell] - No hay mucho más que hacer que seguir este túnel... ¿Que hora es?
Carol ignora la conversación de Michael y Juan mientras queda embobada con la paredes cubiertas de cera. Juan mira su reloj.
[Juan Arana] - Falta muy poco para esa imposible hora trece - digo, después de tragar saliva.
Tras la caminata, cuando ya camináis por el interior de un enorme tubo de cera, casi orgánico, veis una luz surgiendo tras una montaña de escombros, cubierta de cera, como una catarata solidificada. Carol nota como se le encoje el corazón al pensar que no podrá hacer nada por su hija. Juan contempla sobrecogido el espectáculo.
Un hombre vestido con una armadura cubierta de cera os mira desde lo alto. Sus ojos son dos llamas azuladas desde sus cuencas vacías.
[Michael Lowell] - Creo que hemos encontrado al rey - susurra Mike
Michael le mira - Majestad...
[Carol Koontz] - Jo... der...
El hombre os mira.
[Caballero Ciego] - El Rey os aguarda en su Trono. Subid, hombres Despiertos.
Juan estaba pendiente de la actuación de Michael, quien al parecer se había inclinado demasiado pronto.
[Michael Lowell] - Erm... vale...
[Carol Koontz] - ¿Nos aguarda? ¿Nos esperaba? - comento por lo bajo a mis compañeros. Empieza a trepar por la montaña de cera.
Juan aguarda para ayudar a Carol a ascender. Carol sube tras Michael ayudada por Juan.