Tu marido, al que señalas a tu expareja, se encuentra en una pose poco elegante.
Boca abierta, como si estuviera roncando. Con los brazos lacios sobre el vientre, y totalmente desmadejado. Kazou alza una ceja, y te mira como si no se creyese que le hubieras dejado por... eso.
- Volveremos para que te rescate de mis garras.
Lo miro con los labios muy fruncidos, casi formando un punto en mi boca. Si fuera un dibujo animado un goterón habría aparecido en mi sien.
-Ehm... vale, pero voy a avisarle.-Y a mejorar un poco su pose poco elegante.
Vas hacia él y le despiertas.
Se despereza leeeentamente, sonriendo por encontrarte a su lado.
Le avisas de que te vas con Kazou, aunque no parece muy confiado. Te recomienda cuidado, y que te lleves el teléfono, por si acaso.
Así que caminas con Kazou, al exterior, para aclarar todo... todo lo que crees saber.
Fin de escena