Acerca de lo que se ha olvidado
El ángel prometió que dormiría en los corazones de los hijos del caballero cuando la guerra concluyo, ellos lo habían liberado de su tumba, pero sus alas estaban rotas y ya no podía subir, como era más espíritu que carne, decidió quedarse allí y el caballero no dijo no, aunque no entendió sus palabras sino hasta volver con su mujer.
Un último hijo se gestaba en el vientre limpio de ella y por años la paz y las cosas buenas cayeron por sobre la familia.
Con los años, los hijos del caballero murieron, y aunque sus hijos siguieron viviendo, la rama más joven resulto la más cargada en bendiciones y en temor a ser llamados brujos optaron por soluciones menos drásticas y se entregaron a la bondad de los sacerdotes.
Con los años la tradición de ser guardianes del espíritu azul se perdió, cayendo en el olvido el pequeño santuario que construyeran en su día para él, aunque no con ello los beneficios que obtuvieron de él, y cada hijo de la sangre del ultimo hijo nació con dones que según decía la gente les daba Dios en retribución a la fidelidad de la familia.
De tal modo llego el momento y un día sin tardanza, pasaron de ser simples caballeros a ser condes.
Michel nació hijo de los condes de Brooke y no mostro nunca ni debilidad ni temor, su voz tenía la claridad de cierto hechizo natural, que hacía que los hombres confiaran en él como no habrían confiado en otro, su cuerpo pertenecía a la batalla, pero como no había guerras entrego el corazón al fanatismo religioso y el día que lo recupero fue a perderlo, junto con la cordura en los ojos de un espíritu, que no era ni azul, ni puro.
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Llego a España por llamado obispal, rumores contaban, según dijo la nota que se ha perdido, que había brujas por donde él estaba.
Si los creyó no lo sabremos, pero como no era sacerdote era capaz de llegar sin ser visto con malos ojos por gentes que no hablarían con un sacerdote, se presentó ante quienes debía presentarse, en compañía de otro hombre noble cuyo nombre se ha perdido también, y llegado el momento llego a la ciudad donde le esperaba el obispo.
El Obispo católico era ya viejo y había luchado toda su vida en contra de las huestes diabólicas, corría el tiempo de las brujas y era por tanto uno de los que dormían con una versión del martillo de las brujas antes que con una biblia.
Esa misma noche le comunico sus deseos.
Un aquelarre se escondía en la ciudad, y un diablo menor de las huestes infernales las acompañaba, ¿Qué otra razón había para no poder hallarlas la pista?
Michael prometió hacer lo que pudiese para hallarlos, y saco pendiente una reliquia familiar, una cruz de plata quemada, que respondería a la presencia del demonio.
Al poco fue a conocer a Helena, hija de un hidalgo, y a su hermano Serle, y la cruz ardió en su pecho como mil llamas condenadas.
Los gemelos no reaccionaron mejor que el extranjero, cuya mano y voz dudaron. No, debieron saber ya por entonces, al cruzar por segunda vez la mirada con el inglés y luego entre ellos, que en poco tiempo serían irreconciliables enemigos.
Michael les odio casi de inmediato, pues su corazón respondía a una fe inquebrantable.
Lo que ocurrió en el tiempo antes de que la desgracia tiñera su linaje no he logrado averiguarlo y lo que he averiguado es completamente insulso, fiestas, reunión y amistades contrarias, un hombre desconocido que tenía tanto de humano como yo de bestia y otros temas que escandalizarían incluso a hombres de nuestra época.
Michael estudio a sus enemigos y busco las pruebas de su perfidia, con tal ahínco que termino por hallarlas, aunque mientras él hacía tal cosa, la bella sospechosa fue a comprometerse con un recién llegado, noble por su porte, rico por el oro que escapaba de sus manos, y desconocido a todos e nombre de su familia. Su amor fue inspiración para un par de romances que se cantaron entonces.
Pero… que siempre ha de haber un pero o no habrá historia, Michael vio más allá del amor, de la pureza de la frente blanca de la hija de Olino y de la rapidez de la espada del hijo del conde, vio incluso más allá de la fidelidad que había entre los miembros de la familia y vio a Gabriel, el prometido de la noble española.
Lo vio y sé bien que él supo más verdades de las que su diario cuenta, no le fue nada difícil entonces, saber porque Helena participaba en los aquelarres, no le fue difícil saber que Serle se adentraba en el interior del convento para recibir los favores de una mujer prohibida, y no le fue difícil dar nombre a las extrañas especias que a veces se olían en el castillo de los Olino.
Como tampoco le fue difícil saber que era en realidad el noble desconocido que se había ganado el favor de la familia que señalo como su enemiga, si la cruz ardía en presencia de los gemelos como si saliera del horno, en presencia del prometido de la bella, las llamas no se cortarían de aparecer.
O tal cosa sospechaba él, Encontró las pruebas que buscaba, más para que ambos ardieran en la hoguera era necesario más, y fue a inventar las que le faltaban, noches de intriga y traición tendrían su final en su logro mayor.
Helena ardió en la hoguera, manchando su nombre y su título, el hermano rabio lo indecible más apresuro a huir antes de que la iglesia se lo arrebatara todo.
Y Michael, junto con una orden de hombres santos, encerró al demonio en una espada que se hizo en parte con los restos de la reliquia que lo ayudo a hallarle.
Le dejo la espada al obispo que le llamara, y luego volvió a casa.
Más tarde la espada le seguiría a su hogar, tras la muerte del obispo, y al poco de la espada los condes perderían el favor de los dones que habían tenido hasta entonces siendo trocado esto por una locura breve que de cuando en cuando, ataca a cada nuevo noble que tuviera el título, a veces fuerte, a veces débil.
Lionel Stratford
El último de un linaje que ha alargado harto su fin, Lionel nació como nacen los niños elegidos. De un padre y una madre que no sabían el amargo destino que aguardaba a su vástago.
Pero Lionel lo sabía, lo supo y lo vio incluso en sus primeros instantes y lloro siete noches con sus siete días desde que nació, después de eso no volvió a llorar y fue un infante tan callado y dócil que sus padres le amaron por mil vidas pero la felicidad de los primeros años se acabo cuando a los ocho años la madre de Lionel enfermo, enfermo de forma tan virulenta y fatal que en vez de médicos se recibían sacerdotes cuando se solicitaba ayuda, no había salvación para ella, Lionel lo sabía porque un día soñó con un funeral y no era el de su madre.
La duquesa se lo llevo entonces, un intercambio sencillo, y el niño no preguntó porque ya no podía vivir con sus padres,sabía las mentiras y conocía las verdades. La duquesa era poderosa y lo sería toda su vida aunque no conociera el futuro, sabía quién era Lionel, así como Lionel sabía quién era ella, sus padres eran humanos normales no la duquesa, cuyos ojos resplandecían de locura y cuyas manos se cuidaron de no tocarle nunca para no verse afectada.
ella había nacido condenada como Lionel, así que no era necesario juzgarse mutuamente y Lionel no lo hizo. cuando tres meses más tarde su madre murió, Lionel se vistió de negro y dejo de hablar, porque tampoco fue capaz de llorar la muerte de su madre como debía.
Tres meses más tarde su padre se suicido y él empezó a ver las manchas verdes en los hogares de aquellos cuya cordura se perdía y caían al abismo y los meses fueron años.
Todos eran familia, y todos victimas de la misma mujer a la que siglos en el pasado un fanático de la familia había ofendido, y Lionel fue enviado a Eton y más tarde a Oxford.
Pero fue en Eton, a los quince años, que conoció a Sevenoaks, que era de la familia pero cuyos antepasados habían logrado diluir la sangre Brooke, no enloquecería nunca, y su destino sería brillante si continuaba vivo los siguientes diez años, en los siguientes años Elliot Sevenoaks paso a poder de la duquesa, pero en ese aspecto no pudo saber las razones, lo que si supo era que Elliot le abriría las puertas del Lynd y que de ese modo conocería a aquel hombre que viviría su destino antes que él lo hiciera.
El marques de LyndBrooke vivía al filo de la navaja, certero y cruel podía amar con una devoción enfermiza y odiar con el doble de pasión, fue sencillo saber que moriría solo en una mazmorra tratando de solucionar un antiguo error, un error más antiguo que ellos dos pero más joven que los dones que habían perdido.
El marques le desvelo los secretos del lobo y la dama, como los conocía aunque no le contó todo.
La duquesa le desvelo los secretos de la familia, esos que ni tan siquiera Tristan conocía porque no era como ellos.
Y Lionel sabe, con esa absurda seguridad de los videntes, que sería más fácil liberar al lobo y morir, que salir vivo del Lynd sin sacrificar sangre Brooke original.
Porque así era Tristan, un hombre astuto y una maldita sanguijuela que cumpliría su juramento a la bruja aun a costa de su propia familia.
Pero no se le podía culpar.
Lionel también había amado.
En otras vidas.
Recomendaciones:
Elegante y cortes, eres un noble y actúas como tal, con esa natural capacidad de actuar con tus iguales como si fueras superior y con tus superiores como si fueras un igual.
Mas inteligente que la mayoria, te las arreglas para cultivar un aire de elegante desenfado e ironia en tus círculos comunes, pero eres servil y agradable con la duquesa porque sus habilidades son mayores que las tuyas, porque se presentaron mas alla de los veinte y ella no perdía la cabeza a la primera de cambio, a diferencia tuya.
Conoces el secreto de la mansion o crees hacerlo, y harías cualquier cosa por no liberar a la bruja, sin embargo el cuento de la espada y el demonio que guarda siempre ha sido suficiente para ayudar a Tristan y esta vez no sera diferente, sabes que los dones (ver el futuro, calmar a las fieras, curar, etc) no volverán a la sangre, pero si se van quizá tú no tengas que enloquecer y eso no estaria de más, detestas con toda tu alma saber lo que pasara, pero por lo menos no oyes a los muertos como lo hizo Tristan, la gran diferencia es que tú no irias a ayudarlos por tu propia voluntad.
Sabes también que morirás en el interior del Lynd, llevas teniendo pesadillas al respecto desde siempre sin embargo, sabes que lo harás viendo el rostro de alguien a quien amaste, por tanto no te ha provocado un gran pesar.
Pd: estas seguro de que el titulo de Lyndbrooke se perderá y lo lamentas profundamente.
Sobre Prudence: estas seguro (y la marquesa tambien) que la joven dama esta ayudando a una de las entidades en guerra dentro del Lynd, contra todo pronostico también te has sentido atraido por ella desde que la viste.
-...tás bien? ¿Que ha sido eso? -la voz era suave y apenas un susurro que pudo oir gracias a sus sentidos siempre alerta por un segundo desconocida, más enseguida aquel tono suave y dulce fue reconocido... si, era Lirio Beaumont, la actriz, pero si mal no recordaba la habitación al lado...
-Un jarrón que se ha caído -contesta la voz entre susurros, por un momento parece ser un sueño pero no puede dudarlo: es el honorable Stratford -De todas formas no importa, ven debemos tener prisa ¿Estás segura de lo que me has dicho? ¿Completamente segura? Lirio, si me mientes esta vez... te matare, juro que lo haré -amenaza con un tono que apenas puede reconocerse como suyo, no es difícil adivinar un hombre atormentado tras esas palabras.
-No te miento -contesta la joven - por favor Lionel, solo puedo decírtelo a ti ¿y si creen que me he vuelto loca? tú lo sentiste también lo sé... vi tus ojos, no puedes mentirme, por favor... si no me ayudas ¿quién lo hará? Tristan te quería y creo que tú también a él - ruega.
-Es cierto que sentí algo, pero ¿Cómo podemos bajar allí? ¿y si no lo encontramos?... yo... calla, he oído algo -dice repentinamente .
-¿Qué es? -pregunto, tras unos segundos de silencio, la voz de la señorita Beaumont, se oía preocupada -¿Nos ha escuchado alguién? -parecía alterada en parte.
-No, no lo creo, pudo ser un animal, un gato posiblemente -contesto el honorable.
-entiendo, pero si eso era todo.... ¿me ayudarás? por favor -suplico de vuelta.
-No lo sé, no e mires así, sabes que no puedo, si mi tía se entera esta vez no habrá quién te salve de su ira y a mi tampoco, lo sabes, ella sospecha.
-Sospechas... esa mujer sabe Lionel, lo sabe y no hara nada, solo para que tú te quedes con el titulo
-Cuida tus palabras Lirio, cuidalas bien, ella no se atrevería a algo tan bajo.
-Ella no, ¿pero y los otros? -el silencio se hizo y luego volvio a hablar -Por favor, ayudame, si lo que pienso es mentira y lo comprobamos no volvere a insistir con esto, pero por favor, solo tú podrías obtener esa llave, por favor -casi sientes que la voz esta al borde de las lagrimas.
-Debo estar loco por hacerlo... pero está bien, ven a reunirte conmigo a las doce, te lo advierto, no pienso esperarte... ahora vete, mi tía puede venir y no tenemos excusa para estar solos.
“Lionel
Mi tiempo en estos rumbos se acaba, y no creas que mis palabras son fruto de la fiebre, pues no la he sufrido aún, pronto he de pagar los pecados cometidos, y solo me quedara rezar no ya por mi salvación sino por la tuya y la de los que te seguirán.
Mis manos han creado una jaula que tarde o temprano te atraparan a ti y aquellos que pueden poner fin a nuestro pesar, o extenderlo un tiempo más largo que obligue a sus participantes a dormir de nuevo.
Dar a los nuestros un poco más de tiempo.
¿Qué decir que no te haya contado ya? ¿Qué susurrar con la seguridad de que puedas creerme y no pensar que he terminado de enloquecer? El infierno es muy breve para las palabras que usamos los hombres, y sin embargo tiene más que ofrecer en comparación a la información que veces le robamos.
No repetiré mis ensueños de antes, creía sin temor a dudas que estaba en lo correcto, tenías razón en un punto, yo erraba en mis elucubraciones, pero no eran fruto de mi invención, había más de lo que yo mismo pensaba.
El pesar que hay en nuestra familia remonta siglos en el pasado pero se ha mostrado más veces que una sola y en diferentes formas, pero no durara más, he hallado un modo infalible de acabar con la locura que agota la mente de los herederos, pero si acaso yerro, será tu mente la que sufra lo que la mía ya invoca: la locura, el dolor, la deshonra y el precipicio al infierno.
¿Cómo puedes entenderlo tú? Nunca has conocido el pesar primo mío, y lo que sabes del amor se resume a haberlo tenido en el instante en que lo has querido, por mi parte saber que aquellos a los que amo serán las víctimas directas de mi perfidia es más de lo que puedo soportar y prefiero la muerte a permitir que tal cosa ocurra.
Y sin embargo es el único modo, tú eres por ley él que sigue, tu sangre es incluso más roja que la mía, y sé bien que tus temores son más abiertos que los antiguos, no hay verdad más negra que la que nosotros tenemos y por ello te conmino a no olvidar lo que te he dicho.
Helena desea a su amante de vuelta, ¿Pero que pasara una vez ambos se liberen? ¿Tendrán piedad de nosotros? ¿Podrán entender porque el inglés supo que encerrarlos era el mayor bien que podía hacer?
Los demonios no han de caminar en la tierra, y los espíritus paganos tienen su propio infierno asegurado.
Tú y yo no somos hombres de fe para saberlo y sin embargo yo lo sé y tú has de saberlo más tarde, cuando la veas extender los dedos a tus ojos y te lleve a ver lo que debe pasar.
Cuando llegue el momento primo, sabrás lo que espero de ti.
Y espero, tal como una vez os dije a ti y a Lirio, que salgáis vivos cuando todo concluya.
No he de rogarte que asistas una vez oigas el llamado, sé que tu honor te llevará a ir incluso sabiendo que hay en mi mente.
Con todo el amor que te tengo.
Tristán”