El hombre sonrio ante tus palabras, al parece satisfecho de ellas, puesto que te presta su completa atención.
-Mucho me temo mi lexico no es tan rico como el suyo, señor Forrester, pero le agradezco su afinada respuesta -dice curvando los labios en una sonrisa -Mi nombre, es Frederick O'hara, hijo de una noble aunque desconocida familia del norte de Escocia, mi hogar se encontraba hasta hace un año en ese bello país, sin embargo a la sazón de los caprichosos deseos del destino se cambio a esta bella tierra, por asuntos de heredad, de ahí que quisiera saber su nombre y razón,harto lamento decirlo, aun no he terminado de conocer la amplia gama de vecinos que pobla la campiña -termina con un brillo extraño en los ojos, evidentemente divertido.
-¿Que hace un caballero como vos aquí? en un camino tan perdido, si a usted le place saberlo, yo me dirijo al lugar que abandonasteis hace poco, Londres -sonrie.
-Sumo gusto conocerles a vos y a vuestra historia, amigo mío. ¿La motivación que guía mis pasos? Algunos de mis parientes comparten mi destino, ansiosos por obtener los placeres que proveen las tierras, las posesiones y el vil metal, especialmente aquellos tomados de las manos ajenas...en lo que a mí respecta, mi guía es la que siempre ha sido, a lo largo de mi humilde existencia. La vida, la pasión y la belleza. He sido invitado a la mansión de Lyndbrooke, a raíz de la sinceramente trágica defunción del estimado Tristán Brooke. Planeo aprovechar mi estancia para degustar los manjares, intelectuales, artísticos y carnales, que pueda ofrecer esta hermosa tierra-respondió con su habitual artificio.
No tenía claro qué le llevaba a omitir sus amplias sospechas respecto de la suerte corrida por su pariente y su intención de averiguar cuanto pudiera en relación a esta, mas algo en su interior le había impulsado a tal fin. Una fría capa de inquietud se posaba sobre su espalda cada vez que a su mente acudía tal cuestión. Era probable que tan solo se debiera a los extraños sueños sufridos durante la noche pasada. Disimulando su interno meditar, se inclinó con gesto despreocupado con objeto de acariciar al minino.
el caballero sonríe hasta que oye nombrar la mansión señorial de Lyndbrooke, momento en que notas en sus ojos como el brillo se apaga y parece preocupado, por unos segundos antes de recuperar su afable semblante, te observa acariciar al gato y sonriendo comenta.
-Ciertamente un paseo digno de darse, amigo mio,Lyndbrooke es un buen lugar para admirar -corresponde - permitame hacerle llegar mis más profundas condolencias por el fallecimiento del buen marques, no tenía idea de que hubiese muerto, aunque de cierto el orgullo de su familia es alto y no merece más que respeto -dice inclinando brevemente la cabeza -Sin duda han de obrar en respeto a su memoria, la gran mayoría -se sonríe, evidentemente ha captado el desdén al ambicioso actuar de querer sus bienes sin haber cadáver.
Sientes un inevitable aprecio por ese hombre que no conoces y que quizás no vuelvas a ver... o puedas ver si el azar así lo desea
Mientras oyes sus palabras, el hermoso felino acepta tus caricias a placer, ronroneando suavemente contra la palma de tu mano, y por un segundo todo va bien, es un animal muy hermoso...
"Tráelo contigo... las brujas tenían espíritus familiares y los gatos eran sus favoritos"
La voz te causa una automática sensación de calma, porque tu ser no la reconoce como malvada, es tan suave y amable, pero aun así... toda la lógica de tu mente se rebela contra el sentimiento... ¿que te ocurre?
-Agradezco vuestras palabras, amigo mio...siempre es una lástima ser informado de que seguramente uno no volverá a coincidir con una persona honrada e ingeniosa, en especial considerando la falta de tal clase de individuos que sufren los relucientes salones de la alta sociedad-comenta con tono afable, todavía pendiente del simpático felino, aunque mirando a su interlocutor como mandan los buenos modales-. Mas decidme, Mr. O'hara, ¿algo en mi relato os ha perturbado? Lamentaría en grado sumo que así fuera.
A cada momento siente la extrañeza más profundamente arraigada en su alma. No logra comprender las circunstancias en que, inadvertidamente para los presentes, se encuentra, y a pesar de ello...¿qué daño podría hacerle preguntar al posadero acerca de las opciones de viaje de ese minino cuya aura parece llenarle de placidez?
El caballero te observa tranquilo, al escucharte y luego asiente, de acuerdo contigo, es una perdida, en todo el sentido de la palabra.
-Perturbado no es quizás la palabra correcta, aunque debo decir que tras conocer al marques, y conociendo de sus viajes, no había pasado por mi mente pensar que podría haber muerto -explica con una expresión de disculpa.
Edgar realizó un hercúleo esfuerzo, cuya dificultad no hubiera sabido discernir si nacía de una verdadera complejidad o de la simple falta de costumbre, por subyugar los mandatos de su corazón a los dictados de su mente racional, y desterró las supersticiosas y en exceso suspicaces dudas de su pensamiento. Realizado este trámite, contestó:
-A decir verdad, amigo mío, comparto vuestra perspectiva respecto de la defunción de mi querido pariente. No dudo de que numerosas aves carroñeras se reunirán sobre unos restos que, atendiendo a cuanto en verdad sabemos, bien pudiera no existir-afirmó con velado desprecio, e inclinándose hacia adelante con una sonrisa cómplice en los labios agregó-. Mas puedo aseguraros que tales bestezuelas hallarán en mí un comprometido y apasionado incordio en cada una de sus viles dentelladas. Quiera el Altísimo, en su infinita y ante todo sutil bondad, que Tristán se halle nuevamente entre nosotros antes de que logren arrancar la ansiada y banal carnaza de su hogar...
Asintiendo a tus palabras, el caballero sonrió levemente, pudiste ver en sus ojos un breve chispazo de emoción.
-Que así sea mi buen amigo y que el altísimo tenga alguna amabilidad con el buen marques - dice con una voz clara y serena, casi como un juicio repentino-Sin ir demasiado a juez, el marquesado conserva una gran historia, y buenos lideres en él -comenta.
Tienen un desayuno agradable comentando algunas cosas del Lynd, tras hablar logras desentrañar que alguna vez fue invitado en el Lynd, comenta con cierta fascinación acerca de la biblioteca del Lynd y de las tertulias que compartio con el marques un par de ocasiones, aunque ningun comentario es verdaderamente profundo, puesto que habla con cierta floritura que le impide hacerlo, sin embargo deduces que aunque en cierto grado contrario a los gustos del marques, le tuvo un sincero aprecio.
Es entonces que el desayuno termina y sonriendote se despide.
-Ha llegado la hora, mi buen amigo de despedirnos, si algún día nos volvemos a ver o decidis quedaros por aquí y estáis dispuesto a disfrutar de mi hospitalidad, la mansión de mi casa, solo debera buscar el Earl Kind* -dice con voz tranquila, aunque puedes distinguir que habla con bastante sinceridad -que su viaje le sea grato, y por supuesto que su llegada al Lynd le sea satisfactoria. Hasta que el destino, el azar o una decisión mas humana nos permita volvernos a encontrar señor -inclina la cabeza extendiendote una mano blanca a modo de despedida, mientras escucha tu despedida y se retira.
El minino observa el intercambio con una actitud bastante tranquila aunque jurarías si lo vieras bien que presta mucha más atención de la natural en un animal...
Hay un momento en que te mira y podrías jurar que dice
"no te olvides de mi"
con los ojos
Más calmado su irracional nerviosismo, sin que este alivio mermara un ápice la fascinación que el felino le producía, Edgar no dudó en consultar enérgicamente al posadero y asegurarse de que el minino se uniera a su diario como inestimable y preciado compañero de viaje.
Tras el desayuno y con tus cosas en el carruaje, solo tuviste que hablar con el posadero, el hombre parecía un poco reticente a dejarte llevar el gato, pero al final suspiro rendido, aceptando que fuera tu compañero de viaje, te suplico, con voz suave que lo cuidaras mucho.
Al final terminaste en el carruaje con un compañero de viaje bastante tranquilo, el gato emitió un maullido que te sonó a despedida mientras se iban juntos en dirección al Lynd..
Mientras lo acariciabas tranquilamente solo sabías que el Lynd te esperaba y lo que hubiera ocurrido con Tristan debería de desvelarse allí.
Fin del prologo, si lo deseas puedes colocar un último post. por lo demás continuamos en una recepcion encantadora :)