Todos sois conocidos y la trama se desarrolla en Bree. Comenzáis en el salón del smial de los Pulgarverde, reunidos para preparar un plan de rescate y sacar a Tolman Pulgarverde de la celda en la que se encuentra. Sabéis que no ha hecho nada y su tío, el alguacil, le ha encerrado por su bien. Todo está relacionado con el robo de unas ovejas...
En El amanecer llega temprano se presentaron vuestros PJ y las tierras de Bree, al este de la Comarca. Después de la desaparición de unas ovejas, Nat Vainadesémola y Gil Tumbademusgo acusaron a vuestro amigo Tolman Pulgarverde de ladrón. Mientras tanto, Tolman, un Buscador experto, estaba buscando las ovejas desaparecidas y dio con el auténtico villano: un troll.
A su regreso, Tolman fue arrestado por el alguacil, su tío Holfast. Tolman os envió una nota explicando el peligro que significaba el troll y pidiéndoos que lo rescatarais. Como respuesta a su petición, vuestro grupo de aventureros se reunió para ayudar al hobbit a salir de la prisión y acabar con el troll.
Escabulléndoos a través de la villa, llegasteis a la prisión y liberasteis a Tolman, y entonces partisteis en busca del troll. Fuisteis al claro del Bosque de Chet, donde fortuitamente conocisteis a Meriadoc Brandigamo y a Peregrin Tuk. Os dijeron que habían visto a los trolls debajo del puente del Camino del Norte. Al dirigiros hacia allí, encontrasteis no uno sino dos trolls, que vivían bajo el puente de piedra en las afueras de la villa. La batalla empezó poco antes del amanecer. Gracias al coraje de Gláin y a vosotros, derrotasteis a los dos trolls. Estos eran auténticos trolls de piedra y, al salir el sol, se convirtieron en la piedra de la que fueron hechos.
Apareció Gandalf, montado en Sombragrís, y después de curaros, os dijo la dirección de un estrecho sendero que llevaba a la cueva de los trolls. Encontrarla y seguirla fue muy sencillo, pero allí se encontraban Gil y Nat, blandiendo sus garrotes. Este par de truhanes trató de "silenciar a los curiosos" y dejarles de comida para los trolls. Fue una insulsa lucha, que acabó con Gil y Nat en prisión. Los trolls habían almacenado un buen tesoro, suficiente para haceros ricos y compensar a las gentes de Bree por la pérdida de sus ovejas.
Después de regresar para ser recibidos como héroes en El Poni Pisador, solamente una cosa enturbiaba la agradable velada. Gil y Nat mencionaron el nombre de Imledair, el rey de los bandidos, y la venganza que tomaría sobre Bree. ¿Quién es este Imledair y dónde está? ¿Cómo evitaréis que moleste a la apacible ciudad de Bree?
En Más negro que las Tinieblas fuisteis despertados por Nob, que golpeaba la puerta de vuestros aposentos en el Poni Pisador con insistencia. Al abrirle os enterasteis de que durante la noche se había prendido la chimenea de la señora Groundsel, produciendo graves daños en su casa. La gente estaba asustada por los recientes acontecimientos y eso fue el colofón. Reunidos gran parte de los vecinos de Bree esa mañana en la posada, estaban charlando para contarse todos los chascarrillos que se oían y ver qué ibais a hacer vosotros, recientes héroes, al respecto.
Unos pocos vecinos creyeron que el fuego había sido provocado por los bandidos de Imledair, como represalia por haber detenido a sus dos esbirros, Nat y Gil, por lo que esperaban una respuesta del alguacil y de vosotros, al haber sido los responsables de su captura. Holfast ideó una estratagema muy sutil para que aceptarais el encargo de acabar con Imledair y sus bandidos, aprovechando la situación y os nombró sus ayudantes. Vosotros, agasajados por todos, aceptasteis de inmediato, aunque Lily tuvo alguna reticencia.
Al día siguiente partisteis en busca de Imledair y su banda para acabar con su dominio sobre el Gran Camino del Este. Fuisteis a la Colina de Storch para empezar la búsqueda y allí encontrasteis algunas pistas. Al seguirlas, os adentrasteis en territorio salvaje, yendo hacia el este por un sendero poco transitado. Bordeando colinas y más colinas, llegasteis a un terreno lleno de piedras erguidas. Os habían advertido sobre ellas, y al ver que se aproximaba una gran tormenta desde el oeste, decidisteis dar media vuelta y encontrar refugio.
Atraídos hacia el túmulo mediante la magia de Hir Rusark, despertasteis dentro de él horas después. Allí, os enfrentasteis a un enemigo mucho más terrible que un simple mortal. Solamente el coraje desesperado y un poco de suerte os permitió salir con vida de allí. Después, sacasteis los tesoros de la tumba y los dejasteis al aire libre para terminar con el poder del tumulario.
En la anterior aventura, Hombres malvados. ¡Ladrones!, Gandalf apareció después de vuestro encuentro con el tumulario. Su energía os sigue sorprendiendo, y parece conocer a todo el mundo en la Tierra Media y todos sus sucesos. Ciertamente, tiene un firme dominio de vuestras propias acciones. Se las arregló para exprimirles un poco más de información a Nat y a Gil en la cárcel de Bree, os alcanzó a continuación para deciros los puntos destacados con los que identificar la guarida de Imledair, el rey de los bandidos, y como de costumbre, no estuvo con vosotros mucho tiempo.
Viajando sin la compañía del mago, localizasteis la atalaya de vigilancia de los bandidos y formulasteis una inteligente estrategia para aproximaros a la colina sin ser vistos. Allí no había nadie, pero encontrasteis una cueva cercana, donde pasasteis la noche. Después de vuestro sigiloso ataque sobre los dos canallas que iban a vigilar la atalaya, fuisteis hacia la fortaleza en ruinas donde se escondía el resto de la banda. El combate fue violento, pero los bandidos perdieron. Durante mucho tiempo, no darán más problemas a los viajeros cumplidores de la ley. Pero quizás, más importante que la derrota de Imledair, fue el descubrimiento de un mapa marcado con hachas y con hojas de mallorn...