Partida Rol por web

 ¡Un flashback! ¡Tapaos el culo!

Revilville, 24 horas antes.

Los revilvillanos sobrevivieron al holocausto con coraje y con una muralla de materiales diversos alrededor del Edificio del Gobierno de la ciudad. Dentro de los límites de las defensas, son el último bastión de la vida tal y como la conocemos. Fuera de los límites impuestos por la valla, el Orden Natural ha sido destruido, de modo que echar un vistazo fuera de la muralla significa mirar a los ojos al Caos, es ver como la lógica muere y reina la sinrazón.

Aun así, los supervivientes hacen cuanto pueden por preservar la cultura humana y seguir adelante. Aun siendo escasos en número, saben que son la última esperanza de la humanidad, y siguen fomentando la creación artística, como máximo exponente de la creatividad humana, y en el campo religioso se avanza también, adaptando las viejas enseñanzas a los nuevos tiempos. 

Se podría decir que están viviendo un nuevo Renacimiento, y sin duda no nos equivocaríamos, puesto que el nivel tecnológico viene a ser el mismo, o incluso menor.

Los artífices de esta nueva Tierra Prometida, los Héroes que salvaron la ciudad, hace mucho que desaparecieron. Nadie sabe a dónde fueron, pero todos están seguros de que se marcharon a intentar acabar con la Plaga, aunque se marcharan corriendo en dirección contraria a un numeroso grupo de zombis que asaltó la ciudad días después de que la salvasen.

La única persona que queda en el lugar y que hace las veces de viejo venerable para tomar decisiones es el llamado "Profeta", aquel que trajo a los Héroes y les indicó el camino. El mismo que ahora mismo, incorporado sobre un oxidado carro de la compra como si de un extraño centauro mecánico se tratara, se dirige a los supervivientes con un cartel en su mano.

Es aquél al que se le conocía en otros tiempos como "El General".

- ¡Norteamericanos y supervivientes en general! Debemos afrontar la situación y dejar de abandonarnos a la entropía. Es cierto que tenemos poco suministros y que se han perdido muchos de los saberes antiguos que nos permitían crear potentes armas. Sin duda, estas dos semanas tras la plaga zombi nos han dañado mucho, y hemos involucionado de la Civilización a la Barbarie. Y es lógico, ¿quien no se volvería loco tras dos semanas sin televisión? No os sintáis mal por comportaros como gañanes, porque la situación nos ha obligado a ello.

- Sin embargo ¡el enemigo sigue ahí fuera! Y observad lo que ha puesto en la muralla.

- ¡Esos malditos zombis han evolucionado del Animalismo a la Barbarie! ¡Si nos mantenemos en esta progresión, pronto ellos habrán alcanzado la Edad Media mientras nosotros nos sumimos en la Edad de Piedra! ¡Y nos machacarán con Onagros y Caballería pesada! ¡Y nosotros ni siquiera sabemos fabricar picas! ¡Es IMPERATIVO que aprovechemos que nuestro nivel tecnológico es similar para atacarles, ahora que aun tenemos la ventaja de movernos con fluidez por no estar podridos!

El General señala al escaso gentío que le rodea, apenas unas 20 personas. Bueno, hay personas y bichos y traterrestres y cosas. En estos días de la extinción total, es normal que se ignoren las diferencias mientras se tenga en común un sistema circulatorio operativo. O algo así.

- ¡Debéis marchar al Este! ¡Seguid durante todo un día, y encontraréis una base militar! ¡Una vez allí, entrad dentro de la instalación, y buscad la sala de Control, en su interior estará la solución a esta Horrenda Plag...!

Y justo en ese instante van y aparecen 30 zombis de los normalitos por una brecha en la muralla, jodiéndole el discurso al General.

En la sala colindante con la del general aparece un hombre por el lateral de un escenario montado con cartón piedra delante de una de las audiencias más exigentes del planeta.

El recien aparecido no tiene mucho de especial...es un revilvillense más, de hecho es el director del colegio y la audiencia espectante son los niños del colegio de Revilville.

Se lleva una mano a la boca, como si en ella tubiera un micrófono y empieza a gritar para que le escuchen todos los asistentes.

- ¡Por fin niños! ¡Ha escuchado vuestras peticiones, ha leido vuestras cartas y emails, le han gustado vuestros dibujos y por fin ha venido! ¡La gran estrella que todos esperabais, nuestro entrañable amigo! ¿Con quién aprendeis vosotros más?

Los niños eufóricos empiezan a gritar todos a la vez como si fueran un mismo ser, aborregados por los mass media y la cultura de la televisión.

-¡Con Espinete! ¡Espinete, Espinete, Espinete, Espinete, Espinete, Espinete, Espinete!

A pesar del paso del tiempo y de lo obsoleto que estaba esta vieja gloria en España, acababan de comprar los derechos de emisión en Revilville y en varios pueblos cercanos. El bajo coste del programa Barrio Sesamo fue un aliciente para la compra, Los ejecutivos de las televisiones locales no creyeron nunca que ese prográma tan barato podría tener éxito por lo que se sorprendieron al ver el inmenso fenomeno fan que se produjo entre la infancia al poco de empezar a emitirlo. Los niños escribían montones de cartas, obligaban a sus padres a llamar a las cadenas para solicitar la presencia del entrañable erizo rosa y por supuesto se hicieron fan de él en el Faceboock.

Ahora, tras buscar a Espinete en el barrio marginal donde vivía, hacerle un tratamiento de desintoxicación urgente y ponerle presentable, podían mostrárselo a los niños.

Las luces de la sala se apagaron y se iluminó el escenario.

Ahí estaba.

Al acabar la canción, los niños, rallando la histeria colectiva se lanzaron al escenario para abrazarle. Eso salvó al 80% de ellos pues una horda de zombies irrumpió en la sala, atacando a todo lo que se movía y parecía tener vida.

En pocos instantes se vivieron momentos de auténtico terror, se podía ver como entre dos zombies cogían a una niña y mientras uno le rompía la cabeza para acceder a sus sesos el otro le arrancaba las piernas para comérselas, o a algunos de los padres que presenciaban el espectáculo con sus hijos, que intentando protegerles sacrificaban sus vidas en una muerte sangrienta y practicamente futil, pues enseguida llegaban más zombies que se comían a los niños por los que se habían sacrificado.

Entonces el equipo de seguridad cargó para proteger a la estrella. Estamparon sus porras en las cabezas de los zombies y los padres que huían hacia el escenario por igual y cuando se vieron sobrepasados uno de ellos sacó una magnum del calibre 44 y se lió a tiros...sólo pudo acabar con tres zombies antes de morir destripado y devorado.

El equipo restante escoltó a Espinete y a los niños que estaban con el hasta el autobús de la gira. Dispuestos a ir hacia el Este para huir de los putos zombies.

Bill despierta...o mas bien abandona el mundo de los sueños ya que no se le podría considerar una persona lo que se dice despierta.

Mira hacia arriba y contempla el cielo. Mira hacia los lados y ve la calle desierta.
-Mierda!me volví a quedar dormido andando

Se pone de pie y comienza a andar o por lo menos lo que el considera andar ya que cada 5 pasos que da uno de ellos es hacia detrás.

-Pero...vamos!hay un montón de gente allí seguro que es por las rebajas y tiene que haber cosas super-interesantees!!

Mientras dice esto se sube una de las perneras del pantalón hasta la rodilla, se arranca una de las mangas y se despeina por completo.

Y al grito de FAMA!!!!!! comienza a correr hacia la gente.

Una vez allí y de oír al susodicho general se lanza a matar zombies. Un trabajo que parece hecho para....MOFETA-MAN!!

Coloca su colo en pompa hacia los zombies y lanza tres sonoros peos que derriten a cuatro de esas cosas.

Me encontraba allí, en aquella mierda de salón de actos, grabadora en mano, captando todas y cada una de las palabras que se estaba diciendo en la sala.

Mira, al general ese le puedo cascar un multazo gordo de la SGAI por hablar por el micro y no pedir permiso para hacerlo. Al Bill Cosby, por utilizar el nombre de un actor que existe de verdad, a Espinete, por patrocinar un programa cuyos derechos creo que o tenemos, o podemos fingir que tenemos nosotros, a los dos ratonejos esos de la primera fila, por meterse a ratones en Umbría, cuando ya hay una ratona más molona que todos ellos juntos -y a ver si no se entera de que les saco los cuartos, y me quedo con la pasta de los derechos, que me haría falta una cancha de tenis nueva para colocar al lado de la piscina olímpica climatizada que tengo en el chalet pequeño, el de fin de semana-)...

Mientras estaba felizmente repantigado en mi butaca, pensando cómo sacarle los cuartos a todo el personal aduciendo que debían pagar derechos a mi SGAI -Sociedad de Gilipuertas AsocIados-, y pensando en qué gastarme la pasta que robase recaudase de los pobres, de clase media y ricos para dárselo a Mamoncinillo, sus amigotes, otros parásitos, los más ricos del país los que más lo necesitan, una horda de tíos feos aparece en escena, y en cuanto los veo entrar, es que no quepo en mí de gozo.

Pensaréis que los voy a acusar de plagiar el Thriller de Michael Jackson, pero os equivocáis.

Tampoco plagian al mismo Michael Jackson, por aquello de que se caen a cachos. También equivocados.

Ni a la Duquesa de Alba, en la forma de hablar y el tono de la piel. EEEErrrrooorrr.

No, está muy claro a quién están imitando estos malditos.

-¡Seréis cabrones! ¡Estáis imitando al mismísimo Mamoncinillo en sus años de cantante, con sus mismas ropas, su mismo peinado**, su mismo talento musical... ¡Y hasta os movéis igual! ¡Por la SGAI que esto no quedará así!

Saco de mi bolsillo un par de chapas de la SGAI, que rezan: "NO PRONUNCIARÁS EL NOMBRE DE MAMONCINILLO EN VANO", y se las espeto en la frente a los dos primeros zombies que llegan hacia mí. ¡Sí! Igual que antiguamente a los adúlteros se les grababa una A, como quien marcaba a una vaca de campo, yo marco a los piratas musicales con la chapa de Satanás la SGAI.

"Si se ponen violentos, como el peluquero ese al que fui a pedirle pasta por poner la radio en la tienda, tengo el porsche que gané con los derechos de autor multando a cada niño de Parvulitos que se le ocurriese bailar como Pocoyó con quitarles los 5 euros de paga semanal, sí, ese porsche, parado justo ante la puerta, por si tengo que salir cagando hostias de aquí".

Lo recordaba bien, si todo había comenzado cuando comenzaba a filmar su nueva película. Un cowgay en Beverly Hills, y como todos sabemos, no hay mejor lugar para filmar la playa y el mar, que el extenso desierto de Reviville, y luego usar la magia de la edición para insertar un mar computarizado, muchos ruidos de caracolas en el micrófono, y algunos extra haciendo como gaviotas. Y él, era el Desperado que había estado con sus dos punto tres minutos de fama, y que iba a lanzar al homosexualismo más allá de la pantalla grande. Si es que claro, había otro día de filmación...

Pero todo estaba silencioso en el set de filmación. -Bzzzz... odio a los que llegan tarde- zumbó mientras movía las manos y los buscaba, y los encontró parados allí, como si fueran muertos vivientes, esperando a que llegara, y con un alarde de lógica envidiable, lo achacó a la llegada de su brillo del estrellato. Sonrió saludando y mandando besos a todos. Claro está, todo el equipo se veía raro, cansado, como si el sol los hubiese puestos pálidos, o rojos en el caso de algunos, y poco conversadores... incluso algunos olían peor que si estuvieran muerto. -O sea, como que mejor te bañas Feliiiiiii...- dice sacudiendo al camarógrafo, quien asintió con un gemido que a los espectadores les resultaría muy familiar, pero a este no.

-Estoooo... si... hemos decidiiiiidooooo cambiaaaaar la peeeeeeeli- dijo el director con tono de escasa actividad cerebral.

-Ka-Ka-Ka-Ka-KA-COMO?- abrió los ojos y se puso las manos en el trasero, nuestro querido vaquero.

-Siiii... es mejor una nueva temática...- y saca un afiche que seguramente había hecho toda la noche.

Pero claro, sorprendido se quedó, con un verdadero gritico. -Aaaaayyyssssssssss, como odio que me cambies el guión...!!!- se quejó estrujando el afiche.

-Tenemos muchos extras eh je je je je- dijo el director. Todo el elenco sonrió, mostrando una dentadura mal cuidada y un hambre no-humana.

(A estas alturas, el avezado espectador se habrá dado cuenta que todo el equipo de este vaquero, se había transformado en zombies... no obstante, con voz en off, creo oportuno hacer la aclaración... me temo que en la sala y entre los críticos no hay "avezados". Si, son los 30 zombies )

Esto es el momento dramático, el vaquero frunce el ceño, y por unos instantes parece un heterosexual con exceso de esteroides. Él mira a los zombies. Los zombies le miran. Él mueve apenas sus dedos sobre el cinto, donde están sus revólveres. Ellos los miran y dudan.

Mierda, son de utilería

Y entonces, ell grito más maricón salió del vaquero más .... maricón! a falta de un mejor calificativo. -No es jussstooooo, donde está mi dobleeeeee de accióooon...- y la cosa comienza.

(Por favor, reproduzca la música para entender lo que queda del post)

Y el vaquero huye, seguido de una horda de 30 zombies, la cámara, los enfoca saliendo y entrando de la cámara, al ritmo de la repetitiva música de una comedia británica, luego, los zombies huyen del vaquero, luego, el vaquero y los zombies huyen de un grupo de policías ingleses (y vete tu a saber como putas salieron allí), luego, los policías huyen de los zombies, los policías persiguen al vaquero (empuñando sus porras), el vaquero persigue (con funestas y libidinosas intenciones) a los policías, y luego, el vaquero va hacia la cámara, seguido de los zombies, saltándose la barda, hacia donde hay más personillas raras.

Y ese fue el caos, todos empiezan una carnicería, y él, que quería su película, ahora solo corría como si montara a caballo. Pero entonces se detuvo... y decide que es el momento de encararlos como un Hombre.

Recordó una de sus películas favoritas entonces... Las imágenes pasaron por su mente.

-¡¡¡SOY UN CACAHUATEEEEEEEEEEEEE!!!-

La canción se repite en su esplendor, pero los zombies, no son tan tarados... y hasta ellos se quedan con una mirada de "Estúpido inútil"

Y no estaban tan equivocados...

Así que intenta correr, pero recuerda su arma mortal... si, es el momento del Ass Hamster, sacó de su bolsillo un Hamster de juguete (para evitar el escándalo por la violencia animal) y un tubo, baja sus pantalones, y con inmenso placer, introduce la segunda herramienta en la consabida abertura que todos podemos visualizar (no a gusto). Luego, empuja al hasmtercillo metálico hasta el fondo, y hace un gesto inconfundible, producto de la demostración de que el animalillo relleno había llegado a su destino.

No parecía dolerle, de hecho, le gustaba... el sado estaba codificado en su código genético, quizás tan fuertemente como su latente homosexualismo.

-Esto lo aprendí de mi última parejaaaaaaaa...- y haciendo fuerza, con un fósforo, lo deja caer hacia atrás, por la salida del tubo, y KA-BOOOOM, tenemos un cañón casero, que lanza un flamífero roeador, en contra de una manada de hambrientos muertos vivientes, quienes son atravesados y destrozados.

-Yeeeeeeeeehaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaw- dice con emoción, hondeando su sombrero, pero todos sabemos que la razón de su felicidad no son los zombies caídos... sino la sensación, la euforia de su plan... (es decir, el placer de aquella defensa carnal).

Éste hombre estaría en los anales de la nueva historia... está a la altura de un flashback.

El salón de actos era un ejemplo de histeria colectiva. El general escupía sus soflamas enardeciendo el espíritu de su ayuda de cámara (que era el único que le prestaba atención) y creando malestar en un nutrido grupo de niños que esperaban la aparición de un erizo rosa mientras cantaban absurdas canciones. En un lado del escenario, un individuo con más pluma que una convención de Sioux y disfrazado de John Wayne tapeteaba sobre la tarima con los taconcitos de sus botas mientras corría hacia el equipo de rodaje que se había instalado en el exterior.

Y allí, abstraído de toda aquella confusión, se hallaba Luisito Pelaez (alias empollón gafotas) inmerso en el estudio de su Biblia particular “la Enciclopedia Británica”.

Su mente atesoraba los conocimientos desde la A a la Z y tan solo le restaba memorizar la Datapedia. Decenas de páginas repletas de información que ningún friki debería desconocer. Y menos desde que aquél ataque zombie había eliminado cualquier posibilidad de acceder a Internet.

Ahora que la Wikipedia es historía solo yo tengo el conocimiento… MUAHAHAHAHA….

De repente, un ensordecedor griterío hizo que Luisito perdiese el hilo de sus pensamientos. Un grupo de zombies había irrumpido en el salón devorando a todo el que pillaba en su camino.

¡¡¡Queréis hacer el favor de callaros!!! Así no hay quien estudie. Luisito se encaró con la primera línea de muertos vivientes Datapedia en mano. Donde se ha visto que para comer haya que hacer tanto ruido, hombre. La decidida acción del chaval desconcertó en un primer momento a la horda haciendo que titubeara. Venga va, dijo en un tono más conciliador, ahora seguid comiendo pero en silencio, no os vaya a dar un corte de digestión.

El primer grupo se giró y, rascándose la cabeza, continuó la faena tratando de no hacer mucho ruido pero ya se sabe que en toda familia que se precie hay un garbanzo negro (4 en este caso). Varios de los zombies  se acercaron con aviesas intenciones al joven dejando claro que las buenas maneras no iban con ellos. Armándose de valor y de conocimiento asió firmemente la Datapedia y se dispuso a aleccionar a aquellos desaprensivos que habían desoído sus consejos.

Antes morir que perder la vida gañanes!! Dijo Luisito lanzando un golpe sobre la cabeza del primero de ellos y haciéndola rodar varios metros.

Encarándose con el siguiente al grito de: Un proverbio chino reza “Se aprende poco con la victoria, en cambio mucho con la derrota” así que toma conocimiento bastardo, le estampó el libro en el pecho descoyuntando su podrido cuerpo.

Los 2 zombies que seguían en pié se acercaban peligrosamente por lo que Luisito tuvo que correr. Al llegar a la biblioteca tuvo una idea.

Mientras los muertos le buscaban por entre las estanterías el joven cogió un libro AJA!!! Aquí está. Tomad, leed esto. Dijo entregando el tomo a sus perseguidores. Estos, extrañados cogieron el libro abriéndolo. Un estertor de muerte recorrió sus decrépitos cuerpos un instante antes de que cayesen fulminados.

Lo sabía, dijo Luisito mientras cerraba el libro y lo devolvía a la estantería, no sin antes echar un último vistazo a su portada “Atlas de Medicina Forense”

- ¿Qué cojones es esto Pinky? ¿Le has dado al botón de rebobinar en algún momento?

- No lo sé, Cerebro, creo que me comí el control y al tirarme un cuesquete le he dado sin querer con la parte interna de mi ombligo.

- ¿¡Pero cuantas veces te he dicho que no te lleves esas cosas a la boca!? ¿No ves que después te hacen mal? Ahora parece que por alguna razón ( seguramente alguna puñetera cuenta fallida de alguien ¬¬ ) estamos de vuelta al principio. Si estabamos bárbaro en el otro tiempo... ¿por qué, Dios mío? ¿¿¡¡Por qué!!??

- No te preocupes Cerebro, esto lo arreglo yo en un pis pas. Sabes que voy rápido de cuerpo, así que no te aflijas que en cualquier momento cago el mando y volvemos al presente.

- Pues mientras haces la puñetera digestión, ¿sabes lo que estoy pensando?

- ¿Estás pensando en poner tu boca en mi culete y hacer succión para que salga más rápido?

- No, podemos esperar un poco si eso. Estaba pensando en lanzarles rayos desintegradores a esos Zombis, que por alguna razón también están aquí.

Y así, Cerebro concentró su energía en su magnifica cabezota y un rayo fotónico salió de su tercer ojo hacia uno de los zombis, calcinándolo en el acto y quemando un pelín a otro que estaba a su lado, haciendo desaparecer a un par que iban en grupo montados en una especie de polla gigante.

- ¿Has terminado Cerebro? Por qué creo que ya me sale... arrrg, mira, siento la puntita en el agujerito... ya... ya... ¡Ya salió!

- Bien cabozahueca, dale al botón de "return" así regresamos al mismo lugar y espacio y tiempo que hace un rato.

Al fondo de la sala se encontraba hablando entre si un trío de lo más peculiar: un tipo con bata verde moco y mugrientos pelos en punta, una rata de metro ochenta y ciento veinte kilos de peso y una colegiala con cara de felicidad (de las pastillas que se había tomado no de la compañía). Ninguno de los habitantes de Revilville sabía muy bien de donde coño habían salido estos tres. Un día llego, se metió en un zulo con una cámara, según el a rodar un programa educativo (aunque los niños que lo han empezado a ver no han llegado a acabarlo, los que no se lanzaron de cabeza contra un montón de zombies terminaron con el cerebro licuado) y hasta que hace un par de días volvió a salir la gente ni se acordaba de que existía.

Cuando el grupo de zombies hace su estelar aparición, la niña saca una cámara de video (efectivamente, la niña no lleva bolso y la ropa no tiene bolsillos, mejor no preguntéis donde la tenía guardada).  “Oye Beakman, ¿Por qué los zombies tienen esa pinta tan asquerosa? pregunta la rata mirando a cámara.

Me alegra que me hagas esa pregunta, mi amigo roedor. La gente piensa que la sequedad y los desgarros de la piel se deben a que están constantemente expuesto al sol, pero se equivocan contesta pelo-erizo mientras hace rápidos gestos con ambas manos hacia la rata. Los zombies que podemos encontrar en las cercanías de Anchorage, Alaska, tienen exactamente la misma horrible pinta que los de aquí. ¿Por qué? La respuesta es muy sencilla: gases.

Pero me refiero a los gases normales que puede tener una persona después de un buen plato de alubias, sino de gases celulares tan tóxicos que ni las mismas células los pueden soportar y mueren podridas dice mientras se va acercando a uno de los zombies, señalándole con el índice derecho pero mejor os lo explico con un ejemplo: ¡PSEUDOSCOPIO! En respuesta del grito, la rata Lester saca una especie de pantalla gigante (si, las ratas tampoco tienen bolsillos, os digo lo mismo que con la niña, mejor no preguntéis) y la lanza hacia el zombie señalado por Beakman, aterrizando sobre otro desafortunado zombie que estaba frente a el muriendo aplastado. La pantalla se enciende de repente y se empiezan a ver unos círculos azules con cara bastante cutres en su interior. Aquí tenemos las células de los zombies las cuales son similares a las que tenemos nosotros, pero como ya he dicho, poseen unos terribles gases uno de los círculos de la pantalla se tira un señor cuesco representado con una nube marrón, que se superpone a otros círculos azules, los cuales mueren en una horrenda agonia y aquí podemos ver el resultado de uno de los gases. Estudios científicos han demostrado que uno de esos pedos es como una mini-bomba nuclear, ya que no solo arrasa con todo a su paso, sino que además evita que las células se regeneren allí donde han pasado. Y es por eso que tienen esos agujeros en la piel, son las zonas en las que las células has soltado su pesado y oloroso lastre.

Además es también la razón por la cual los zombies le tienen pánico al fuego. Al estar constantemente rodeados de gases, cualquier chispita los hace arder el tipo se acerca al general, le mete la mano al bolsillo y le saca un mechero. Con permiso general, tengo que hacer una demostración ante mi publico. Ahora veréis niños que pasa si lanzo este mechero encendido hacia esos seis zombies que están allí. ¿Alguno ha estado en las fallas de Valencia? Pues esto se va a quedar pequeño el mechero vuela haciendo un arco en el aire hasta los zombies, los cuales lo miran con miedo en su cara. Y efectivamente, como nuestro querido chiflado a explicado, en cuanto la llama se ha acercado a menos de un metro de los zombies estos han empezado a arder cosa mala, entre gritos y carreras (bueno, entre "uuuuuuuurrrrrgggggggglllll" y un par de cojo-pasos, al fin y al cabo siguen siendo zombies).

En ese momento, dos pingüinos salen de debajo de la bata del tipo. "Lo ves Don, te dije que no teníamos que habernos movido de Anchorage". "Tienes razón Herb, volvamos a casa". Después de este corto dialogo, los pingüinos se dirigen hacia la salida. Eso si, llevándose por delante la cabeza de unos cuantos zombies a aletazo limpio. Nadie se pone en el camino de un pingüino, ¿me entiendes? NADIE.

Buenos chicos, ¡al Beakcar, tenemos una misión que cumplir y un montón de cosas que enseñar a los niños! grita el pelos mientras se dirigen hacia un extraño coche mal aparcado en doble fila en el exterior.

Bada bing, bada bang, bada Beakman.

Había aparcado el Buick en una especie de manifestación hippie o algo así. Mientras gastaba las últimas hojas de aquel Corán para hacerme un cigarro, escuché al tipo parado en alto que echaba aquella filípica insoportable. Un militar.

No era hora para militares y me moría por echar un polvo. Eché un vistazo a esa marea heteróclita de gilipollas. No parecían demasiado sorprendidos por ver a una gabardina suspendida en el aire que fumaba desafiante. Pero claro, yo tampoco lo estaba de ver a un erizo de dos metros rodeado de niños. Putos hippies.

La verdad es que Revilville no había cumplido mis expectativas tanto como pensaba. Los clientes a los que les endilgaba un seguro se habían convertido en zombis cuando llegaba la hora de firmar. Y eso sin contar el enorme desastre que suponía para los seguros de vida la no-vida. Si no podías morirte, ¿qué sentido tenía tener un seguro de vida?

Mi futuro era tan negro como el culo de Michael Jackson y tan apretado como el de su sobrinito de 9 años. Así que el plan era empaquetar mis cosas, montarme en el Buick, pasar de estos hippies de mierda y salir escopetado. Quizá en el camino podría aplastar a ese vaquero maricón o a esas ratas parlantes.

La verdad es que no hay nada como una plaga zombie para darse cuenta de que Darwin era un gilipollas que no tenía ni puta idea de biología. Aquí no han sobrevivido los más aptos, sino los más subnormales.

Cuando estaba planteando cómo sería tirarme a la colegiala que acompañaba a una especie de celador cuidador de pingüinos, treinta zombies imbéciles irrumpieron en la escena. La ensalada de tiros que se desató después me hizo sentirme orgulloso de ser invisible. Saqué la Smith & Wesson del bolsillo y sentí su tenso palpitar metalico.

En realidad, no sentí nada porque las pistolas no palpitan. Era una figura retórica.

Los hijos de puta de los hippies estaban acabando con todos los zombies cuando una de las alcantarillas de la calle empezó a moverse, y de su interior emergió una simiesca figura.

-¡Joder, un puto italiano!

Mi pistola escupió venganza anglosajona como si eyaculara muerte sobre todo Nápoles.

Esto por Al Capone, Al Pacino, el Pepperonni y Monte Cassino. Cada bala, regalo envuelto de muerte con punta de acero, recordaba una afrenta que nuestro gran país sufrió a manos de esos comepasta con complejo de Edipo y de las sobredimensionadas caderas de sus madres.

Escupí el cigarrillo al suelo y me monté en el Buick. Había disparado a un italiano.

Ahora me faltaba echar el polvo.

Tras la horda de zombies que entra por el agujero de la pared aparece persiguiéndoles un fornido tipo ataviado con un elegante calzón que viene haciendo molinetes al estilo de Popeye con una cruda estaca no-lijada y aun menos barnizada.

- ¡No huyais, apestosos despojos humanos!

Al entrar como una tromba gritando y haciendo molinetes con su estaca parece no sorprenderse demasiado ante su nuevo público y el hecho de que ya no queden zombies en pié.

No obstante, más sorprendido se queda Caractacus cuando el último molinete de la viril estaca de Romeo aterriza accidentalmente sobre su cráneo con un sonido muy característico, como de traumatismo craneoencefálico pero en amplificado.

MArio estaba con la princesita Peach en su mundo virtual, felices y contentos...cuando de repente y sin saber muy bien por qué Bowser volvió a secuestrar a la princesa otra vez delante de las narices de Mario.

Este vio, pasivo y hastiado la escena que se repetía por quincuagesimo octava vez y ya estaba hasta las pelotas, pero la princesa estaba forrada y como se casara con ella pegaría un braguetazo que pasaría a los anales de la historia, así que otra vez, cogió sus bartulos, sus setas, sus herramientas de fontanero y salió corriendo detras de BOwser y de la princesa. Estos se habían metido por una de las cientos de alcantarillas verdes y amplias que había en ese mundo y que para lo único que servían era como medio de trasporte...Mario era un fontanero muy feliz, no se había ensuciado jamás las manos y como mucho había tenido que resolver algún atasquillo que otro.

Lamentablemente Bowser que era un monstruo de tres metros corría más que Mario, que estaba fondon y era un retaco acostumbrado a la buena vida de palacio en los momentos que no tenía que rescatar a la princesa...y claro Bowser empezó a tomar ventaja y Mario lo perdió de vista.

Y llegó a una encrucijada, había dos caminos a elegir, el izquierdo, que era una tubería Roja y el derecho, que era una tubería...¿Gris? Mario sin dudarlo cogió la de la derecha...total siempre cogiera la que cogiera llegaba hasta la princesa...

- Puta Peach de los cojones...al final me la voy a tener que follar en cuanto la encuentre para dejarla un bmbo y que esté obligada a casarse conmigo, joder, que me estoy haciendo mayor para ir saltando de puto champiñon con patas en puto champiñon con patas...

Y así iba rezongando cuando salió por la salida de la tubería.

El mundo nuevo al que llegaba le recibía con un montón de sensaciones nuevas, unos graficos apabullantes, un monton de gente a la que se le caían cachos de piel y un general arengando a la peña...

-Joder, aquí hay que ponerse las pilas

Hizo un comentario inteligente al ver que los zombies se comian a la gente, así que él se comió su seta...y creció lo menos tres centímetros...pero el se sentía poderoso, que eso es lo que cuenta.

Iba a saltar encima del primer zombie para matarlo cuando una gabardina con una pistola le pegó un tiro. Mario, que era un tio rapido de reflejos y con años de experiencia tiro mano a su cinturón donde siempre llevaba una tubería en fomra de U para esas ocasiones que siempre se dan que alguien te dispara y tu inocentemente le devuelves el tiro gracias a la tubería...Pero esto era el mundo real y una bala y una tubería de plomo...bueno, digamos que no entra y sale por un agujero y por el otro...el plomo es muy maleable y al recibir el impacto de la bala esta se queda atascada en el plomo de la tubería.

- ¡Me cagüen tu puta madre!

Le increpa Mario a la Gabardina. Viendo que la situación era bastante hostil se volvió a meter en la tubería con la esperanza de que esta vez le llevara a donde tenía qiue ir.

- Joder, ya con la puta princesa.

Caractacus seguía preocupado al dirigible en el que estaban secuestrando a su esquizofrénico padre, el cual iba felizmente cantando:

Por supuesto con su coche volador no tenía problemas para seguir al lento dirigible que se dirigía a la mansión del Barón Brockwurst en Revilville.

Desgraciadamente cuando Caractacus entró en el espacio aereo perteneciente al Barón, todas las torretas antiaereas que tiene todo multimillonario americano en su finca abrieron fuego, por lo que Caractacus decidió aparcar en tierra e ira a rescatar a su padre por una via más segura y que no entrañara cañonazos hacia su persona.

Por más que ojeaba sólo veia lugareños de Revilville en las calles, en una posible manifestación en contra de los dirigentes políticos o algún motivo que creara indignación generalizada entre la gente de bien, como puede ser la inclusión de Karmele Marchante en el programa de Eurovisión, o al menos eso percivía Caractacus cuando veía las agresiones y luchas que tenían los supervivientes con los zombies...Caractacus era de Inglaterra y desconocia si la fisionomía local incluía pústulas y trocitos que se caen...

Por fín divisó una zona relativamente libre de personas y decidió aparcar ahí su coche, llegó justo a tiempo para escuchar la maravillosa diatriba del general exhoratando a la gente a actuar y el decidió apuntarse a la fiesta porque le pillaba de camino a la mansión del Barón.

Pero entonces oyó unos ruidos como de garza indignada y tramposa que surgían de los bajos de su coche...el sabía que no había puesto ningún invento que emitiera ruidos extrañamente humanos en el coche, así que decidió mirar...y se horrorizó al ver que sin querer había atropellado a Romeo "Estaca" Montesco.

Encerrado en una jaula de máxima seguridad, ahí estaba Traterreste mientras el general daba su discurso. No estaba encerrado por nada del otro mundo, solo por ser un violador en potencia y por ser un extraterreste salido. Lo peor no era eso, era las esposas patentadas de seguridad que tenía alrededor de su marciánico pene.

Al menos con eso, no violaría a nadie. Lo único que Traterreste quería, era salir de allí sin que nadie se diese cuenta. Si era capaz de violar humanos sin que se diesen cuenta hasta que estaban abiertos en canal en el suelo, podía escaparme sin problemas, si lograba alguna distracción. La ocasión vino que ni pintada cuando aquellos pútridos humanos irrumpieron en el lugar.

Con unos hábiles movimientos de otro mundo, Traterreste salió de la jaula, se quitó las pene-esposas, y se puso unos pantalones que vió por allí.

Ahora solo tenía que encontrar su nave, aunque no sería fácil. Había mucho revuelo, y vaya usted a saber dónde la habían aparcado cuando lo pescaron.

Intentando reprimirse, y no violar a nadie, esquivó a un par de humanos, unos ratones, y cuando casi había salido y recuperado la nave, aparecieron de repente, unos malvados humanos chungos.

Cogiendo lo primero que enganchó del suelo, una barra de plomo bastante pesada y consistente, decidió enseñar lo que sucedía cuándo se ponían en el camino de un marciano con una enfermedad mental como la ninfomanía.

Con gracia y soltura, bajé los pantalones de todo aquel que se interpuso en mi camino, y me dediqué a introducir al barrita por su recto. Sabía que era suficiente cuándo dejaban de moverse. Al parecer, aquellos humanos no eran muy dados a ese tipo de prácticas sexuales. Bueno, yo tampoco.

Tras eliminar el problema, encontré mi preciada nave, y decidí salir de allí cagando calabazas...

Y allí estaba yo, un negro con su polla gigante, en un meeting Georgebushiano de un General Americano (tos, facha, tos) cuando aparece un jodido grupo de blanquitos hiperleprosos, arramblando con los alli presentes, deborando a las dulces féminas. Y creereis que como negro de un rol serie B, deberia haber sido atacado, masacrado, mutilado y guardado en tupperware (si, se escribe así) pero como no, los americanos siempre tan empáticos con sus congéneres recojedores de algodón, veo que pasan a mi lado, y que solo se para uno, que me mira y me dice:

-Cerebross...na, estás quemado...cerebros-.

Puto zombie los cojones, que hace distinciones.

-Que sepas que llamaré a mis colegas del Bronx, y mis brothers te encularán-.

Pero no me llega a escuchar porque un friki le arranca la cabeza con un tomo que parece la agenda de telefonos de Bill Clinton. Tras unos breves momentos de publicidad:

De repente, una pistola dispara a un italiano ilegal que sale de una alcantarilla, y un alien pervertido se escapa de una jaula, y se pone unos pantalones, dos ratas parlantes se me quedan mirando y comentan:

- ¿Quien es este Pinky? ¿Ha tomado el sol demasiado, o es que nació tostado?

- No lo sé, Cerebro, pero parece que se pueda apollar sobre tres piernas.

- ¿Qué cojones dices Pinky? ¿Que este mamón puede hacer eso?

- Creo que si, Cerebro. Habrá que dejarlo bien...

Lo que me faltaba para completar el día, un par de ratas Árias, y encima insatisfechas con su relación cola/tamaño.

-¿Pero que mierda es esta?- Intento chafarle la cola a uno,  pero parece que el maricón del raton me ha esquivado. Despues de este dia tan exasperante, cojo y me voy a mi coche, enciendo el motor y siguo a la persona mas coherente que encuentro, un puercoespín rosa de 2 metros pederasta, me enciendo la radio y me pongo a cantar:

That's where motherfuckers is endin up

Dear mama, I'm caught up in this sickness
I robbed my adversaries, but slipped and left a witness
Wonder if they'll catch me, or will this nigga snitch
Should I shoot his bitch, or make the nigga rich?
Don't wanna commit murder, but damn they got me trapped
Hawkin while I'm walkin, and talkin behind my back
I'm kind of schizophrenic, I'm in this shit to win it
Cause life's a Wheel of, Fortune here's my chance to spin it
Got no time for cops, who trip and try to catch me
Too fuckin trigger happy, to let them suckers snatch me
Niggaz gettin jealous (jealous) tryin to find my stash
Whip out the nine, now I'ma dive and pump your ass
Peter picked a pepper, but I can pick a punk
Snatched him like a bitch, and threw him in the trunk
The punk thought I was bluffin, but swear I'm nothin nice
Before I take your life, first wrestle with these, mics
I listen to him scream, Tray Deee went insane
I guess the little, mites had finally found his brain
New Rovers pull me over, I'm sentenced to the pen
Remember that little, bird, he snitched and told a, friend
It's trouble on my mind, I'm with the old timers
And fuck five-oh, blaow blaow.. turn em into forty-niners...

El día ha mejorado.

Antes de que el salvador magnanime, ecuanime, pacificador digo pacifico, dictador digo dictaminador, grandioso, perfecto, fantastico, lucidisimo, ilustrisimo, catatonico, masterisiisisismo y hermoso General apareciera en publico subido sobre el carrito de mercado en el cual seguramente estuvo pidiendo limosna hace un rato en la autopista y recogio latas para reciclar y hacerse unas moneditas. Se habia prometido un show con el cual se daria un toque de esperanza a los estupidos ojerudos y sin ilusiones sobrevivientes que aun corrian cuando el profeta hablaba.

Un contrato de algunos pañales, tabaco y teteros era mas de lo que podia esperarse y menos de lo que habria cobrado si se tratase de la paramount pictures o Fox Chanel...

En fin, luego de que el pobre Roger Rabbit hubiese sido cocinado por los zombies en una orgia de locura y que la pelicula Quien se comio a Roger Rabbit fuera todo un exito, nos toco buscar a un doble que le sustituyera y por mas que lo intentamos con mas de un conejo por ahi de esos que se vendian por cualquier zanahoria probamos con el Dr Muelitas, sr bigotes, bugs bunny, el conejo de duracell, quiky el conejo del chocolate, lola bunnyyyyyy, el maldito conejo de Winny Poo y un millon mas, finalmente dejamos a un tio que se difrazara...era lo mas barato del mercado de conejos.

Cuando nos encontrabamos preparando nuestra rutina detras del escenario y el magnanime general, sargento o coronel hablaba idioteces...

Sucedio lo que sucedio, esos desgraciados aparecieron y nos tiraron el espectaculo por lo que me subo en el lomo del idiota que esta disfrazado de roger rabbit...por cierto que payaso tan bajo ha caido y empiezo a brinconear como si de un toro mecanico se tratara ijjjjjaaaaa!!!!

Con mi voz mas grave que la del propio general magnanimo, sorprendente y perfeccionista profeta, comienzo a maldecir a los zombies con blasfemias salidas del infierno y que harian sonrojar al mismisimo diablo

¡¡¡Gonotrofias!!!...¡¡¡Pichurrriiiiiasss!!!....caremondásss!!!! Y en si toda una gama de groserias que hace que los zombies se tapen los oidos o los orificios engusanados mientras que preparo mi gran golpe maestro, doy un brindo en el aire cual acrobata del circo de berlin y me lanzo un pedo de esos que quedan luego de que te has bebido tres teteros completicos y nadie te ha pegado en la espaldita

PPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPP!!!!!!!!!!!!! Pero depronto sin darme cuenta mi conejo se ha volado el muy desgraciado dejandome tirado en medio de esos bichos a lo que echo a llorar cual bebe desamparado y cagado

BUUUUUUUAAAAA!!!!! y tan solo una caricativa dama poco exhibisionista o sensual me ha salvado llevandome entre sus pechos calidos hasta su limosina..mammma miaaaaa..esta zorra de donde ha salidooooo

¿Pues entonces por qué no puedo ir a por Mamoncillo?

Bueno mirad, si puedo ir a por Mamoncillo bien y si no a por Caracactus.