Partida Rol por web

 ¡Anda ya, tarao! ¡No son ninjas!

La acción es tan trepidante que hasta a algunos les parece que han hecho cosas que no han hecho. Caso del mamoncinillo de cielo, que la ha espichado creyendo nosequé mierdas sobre ser chachi y en realidad se ha limitado a morir con una ametralladora acoplada al recto y con sus cuencas oculares vacías.

O como las putas ratas de mierda, que se atreven a gastar metraje en publicidad. Aun sabiendo que el público objetivo de esta película nunca tendrá el gusto mínimo para apreciar todas las virtudes de una KDD, o ya están apuntados, o están a miles de kilómetros. Y porque todo el mundo sabe que la KDD es un evento cojonudo que se vende sólo y que cualquiera que tenga una mínima posibilidad de ir lo hace por pura lógica, porque no ir sería como no matar a las dos putas ratas.

Sería un despropósito y una ofensa a los Ojos de Dios.

Por eso esa publicidad sobre la V KDD en Empuries, que será del 14 al 17 de Mayo, es innecesaria. Porque nadie con pulgares oponibles puede inventar una excusa lo suficientemente buena como para dejar de ir a la KDD. Y como es innecesaria, esas ratas deben morir por castigo Divino, como deben ser castigados quienes no acudan a la llamada de la KDD.

Pero como hay buena intención, una morirá de forma rápida. La otra morirá lentamente por alguna enfermedad de esas que se contagian por meter el pájaro en jaulas insalubres. Pero antes lo habrá pasado bien. De esta forma:

Porque al menos una tenía derecho a una muerte rápida y misericordiosa, aunque luego fuese humillada post mortem. Y la otra merecía un último desfogue, aunque luego la sífilis ortoreumatoide galopante la convirtiera en un tumor andante.

Y de tanta actividad que hay, pues resulta que el traterrestre ni llega a salir en pantalla. Posiblemente se haya ido a dar por culo a otro sitio, o le estén dando por culo en otro sitio, lo que la conmutatividad decida. O los zombis culeros.

Por lo menos, sabemos que Bill Cosby sigue intentando darse de gorrazos a si mismo. Que tesón.

De un modo u otro, la piara de protagonistas acaba con la amenaza zombi (la inmediata amenaza zombi) y se adentra en el complejo militar, del mismo modo que una manada de ñuses cambia de pastizal: porque no les quedan más cojones.

Una puerta mal disimulada en una colina y abierta de par en par permite entrar en el recinto chachiguay de la muerte de los militares, que es un hangar espacioso con un par de platillos volantes con marcianos disecados de decoración. Y al fondo hay un túnel con un cartel "Sala de Control - Prohibido el paso si no es para salvar/destruir el mundo". Paice que ya queda poco para arreglar el lío.

En cuanto os quitéis de en medio a los tipos raros que están trabajando en el hangar y que parece que no les hace ni puta gracia que hayáis venido a dar por saco con vuestras cosas de vivos.

Que mal fario que dan, joder. Y mira que cuando habéis entrado parecían sólo maquinas que daban mal rollo.

Umbrianos, el plazo para apuntarse a esa reunión de chusma marina que será la V Quedada Nacional Umbriana en Empúries (14-17 de Mayo de 2010) acaba el próximo 10 de Marzo. Como veis, queda poco tiempo para subiros a bordo. Las amarras penden de un hilo, y dado que ese hilo es más frágil que la seriedad de Black Sirius, se nos acaba el tiempo.

Pero te queremos a TI con nosotros. Quedan muchas cubiertas que fregar, mucho ron que beber y sobre todo MUCHOS DADOS QUE TIRAR.

¡Apuntaos en el siguiente enlace, no perdáis más tiempo!

¡¡A bordo, marineros de agua dulce!!

¡¡¡Rumbo a Empúries!!!

Y después de decirlo, su alma ratónida se fue a los cielos en busca del queso prometido...

Me calé el sombrero y bajé del Buick.

Demasiado tarde, pensé, cuando oí los huesecillos quebrarse bajo mis zapatos.

Mierda. Había pisado a una puta rata. Usé la tarjeta de un cadaver que ponía algo así como ESGAI para limpiarme los restos de mis zapatos de dudosa piel de castor curtida.

Aquello parecía una base militar, de esas que se la habrían puesto dura a Nixon. En realidad a mí me la ponían dura. Creo que el mundo se divide en dos clases de personas: aquellos a los que se la ponen dura los misiles y los comunistas. No tenía mucha idea de qué hacía en aquel lugar, porque el ejército no estaba para contratar demasiados seguros de vida y la "resistencia" pos-holocausto zombie me había defraudado mucho. No sólo me parecían la caterva de inútiles más esperpéntica del planeta, sino que ni siquiera yo, que tendría que venderles un seguro de vida, daba medio centavo por sus posibilidades de supervivencia.

Eran el tipo de gente que se saca un ojo masturbándose.

Los que supieran.

Quizá -pensé, mientras liaba un cigarrillo que (más tarde lo supe) para mi desgracia iba a saberme a rata muerta-, hubiera alguien dentro de este remedo de área 51 que pudiera darme al menos una pista. O qué coño, simplemente armas más gordas. Bombas H. Bombas A. Bombas Z. El complejo tecno-militar más poderoso del mundo no podía haberse ido al garete sólo porque de repente todos los mexicanos del mundo se hubieran levantado de las fosas comunes donde les enterraron sus propios padres y hubieran decidido que eso de la muerte no iba con ellos. Putos liberales: los chicanos se hartaron a pedir derechos y al final ni morirse han querido, como todo el mundo. Se les empieza dando el derecho a la sanidad y se acaba con una plaga zombi.

Pero debía haber algo ahí dentro, algo que poder usar para devolverles a todos a las junglas de México a las que pertenecían. Jodidos colombianos.

Avancé un par de pasos con calma mientras delante de mi una miriada de zombis mecanizados se preparaban para saludarme con escaso afecto.

Sabía que estaba sólo, que no podía contar con vaqueros maricones, empollones vírgenes, científicos retrasados, erizos hipertrofiados, italianos babosos, negros lisiados, cavernícolas desnudos y bebes idiotizados.

El mundo es una puta mierda. Y este cigarro sabe a rata muerta.

Mi Smith & Wesson empezó a repartir "derechos" a esa hez de zombis morenos mientras escupía restos de rata sobre el pavimento. Cayeron tres y dejé a uno gravemente herido: lo suficiente para mearme en su cara.

Un detective no esta nunca solo mientras siga teniendo sus dos pistolas.

Romeo agudiza la vista (para amedrentar al prójimo, no porque sea miope) y observa que se enfrenta a una difícil situación que requiere de medidas desesperadas. Así pues, Romeo una vez discernido claramente, gracias a su mente preclara (porque piensa con claridad, no porque se esté quedando calvo) que el mayor problema con el que se enfrenta el grupo es la desmoralización provocada por la mera presencia de tan poco varonil individuo se pone manos a la obra, entendiéndose por obra sus genitales.

Sujetando entre sus poderosas mandíbulas su no barnizada estaca, estira con su mano izquierda su viril y deportivo calzón elástico, de forma que puede introducir su mano derecha en el templo sagrado de su virilidad para extraer ceremoniosamente una hebra de masculinidad, una de las fibras con las que se teje la Leyenda de los Hombres de Verdad, una oscura, rizada y recia columna compuesta por uno solo de sus vellos púbicos, que muy dignamente anuda a los extremos de su estaca (la de madera no-barnizada, no la otra), de tal modo que la convierte en un poderoso arco en el que sus mandíbulas han conformado la que habría de convertirse en la Empuñadura de la Dentellada.

Usando la hiperdesarrollada uña de su meñique izquierdo a modo de espátula sobre el fino algodón egipcio (mezclado con fino poliester chino) del interior de su deportivo calzón, consigue reunir una esfera (figura geométrica perfecta por antonomasia), de un concentrado de masculinidad no refinado, que usa como proyectil con el que apunta sabiamente hacia el afeminado rostro de Luisito, pero arrodillándose antes frente a el, no porque desee rendirle pleitesía sino más bien porque desea apuntar directamente a su fosa nasal izquierda (para que el aroma de la virilidad victoriosa en forma de gloriosa esfera de éxito inunde sus sentidos, y de paso le asfixie) y de este modo, al ponerse de rodillas frente a Luisito, el ángulo de entrada resulta más ventajoso para sus muy masculinos intereses.

Interesante... dice Luisito observando la extraña mezcla de carne revivida y máquina que se aproxima, mientras se reposiciona las gafas en su sitio con el dedo anular.

Su curiosidad, la sempiterna abstracción en la que vive y un par o siete de dioptrías mal rectificadas hacen que ignore al troglodita que repta a sus pies con una mano escarvando en los gallumbos.

Estoy seguro de que leí algo sobre biomecánica por aquí, dice mientras abre la Datapedia y pasa diligentemente hoja tras hoja.

De repente, por el hueco que queda entre el libro y su cuerpo observa cómo el barbudo termina de dar forma a algo que coloca en un extraño arco provisto de una negra cuerda, probablemente confeccionada con pelo de morsa dada la textura, y dispara directo a su fosa nasal.

serás cab... no tiene tiempo de acabar la frase cuando una edionda esfera penetra en su tocha, digna del mejor perfil griego, y se incrusta en su cerebro, haciendo que el libro caiga de sus manos hacia la cabeza del pérfido arquero.

Desde que habían entrado en el complejo científico ese, el pobre Beakman parecía uno de los zombies que se había cargado no hace mucho: más que andar deambulaba, balbuceando cosas sin sentido, con un hilillo de babas cayéndole por la comisura de los labios. Eso es lo que pasa cuando metes a un científico con un grave trastorno mental en una instalación secreta del gobierno.

Estaba flipando con todas las cosas paranormales que se estaba encontrando en la instalación: un post de umbría con errores gramaticales el cual el pato no corrigió, una post humilde de la tortuga con disculpas incluidas, un listado de puntuaciones sin errores de cierto crítico con tendencia al alcohol. Y la pieza más importante de la exhibición: un examen de matemáticas del director sin un solo fallo. Una colección como para que cualquiera perdiera los sentidos al verla. Literalmente.

Tan flipado estaba que no se dio cuenta de que esas cosas feas de cojones (aunque al menos no daban tanto grima como el tipo ese de la SGAI) se iban acercando poco a poco con intenciones bastante malsanas. Como ya sucedió antes, nuestra querida rata Lester estuvo rápida de reflejos e hizo despertar al científico con una pregunta, que por otra parte todos nos estábamos haciendo (si todos incluido tu, ya verás como es así) “Oye Beakman, ¿de donde salen los robo-zombies esos?

El hombre de la bata verde vuelve en si como si le hubiesen apretado las pelotas con un alicate buena pregunta mi orejudo amigo. Pero la respuesta es muy sencilla. Estas cosas salen cuando a la gente le da por hacer prácticas sexuales extremas y poco recomendadas, como podemos ver en este ejemplo abre la bata y saca una enorme foto, mostrándola a la cámara:

Así que chicos ya sabéis, mantener siempre relaciones con protección y con miembros de vuestra misma especie, o palmípedos y galápagos solo en casos de más absoluta desesperación. Ahora si me disculpáis, voy a continuar observando las maravillas de este lugar. Y dicho esto, volvió a sus deambulares por la zona. Y tan ensimismado estaba que sin querer golpeo en una de las estanterías haciendo que se cayera uno de los objetos de la colección entre un grupito de zombies.

Dicho objeto no era más que un viejo y podrido yogur. Pero no era un yogur cualquiera. No mis queridos amigos, ¡era ni más ni menos que el yogur primigenio, aquel del que el Chemiurgo saco la web! Y claro, el contacto con el ser más poderoso a este lado del ciberespacio, unido a la cantidad de tiempo que llevaba fermentando en la base militar (exactamente, aun quedaba contenido en el yogur, Chemo estaba tan emocionado con el hallazgo de la web que ni se preocupo de tomárselo) habían creado un pequeño campo de anti-materia en su interior, haciendo que este explotara con al caer al suelo, y se llevo por delante a los ya mencionados zombies.

Y ahí estaba yo, en medio de una supermegahiper base secreta del gobierno, que han encontrado 4 pinpines y yo mismo. Y mierda, super hipermega zombies de una supermegahiper base secreta del gobierno, encima mecanizados y cabreados.¿No podian ser tostadoras con rayos laser? No, mierda. Y bueno, en una supermegahiper base secreta del gobierno puede haber de todo, desde yogures intracósmicos hasta el primer html del mundo.

-Bueno, a faenar se ha dicho.

Cojo un arma supermegahiper secreta de una supermegahiper base secreta del gobierno, y cuando disparo, un zombi/tostadora mecanizado que pasaba por hay recuerda el sentido de la palabra "jaqueca".

Pam, ese es el sonido de la bala cuando sale,plash, el del cerebro cuando explota,puagh es un trozo del splash en mi zapato.

-Oh, mierda...  

El entrañable erizo rosa se desprende de los dos pútridos zombies caracterizados como la pareja homosexual más famosa de la historia en vista de que en la nueva instalación no le van a servir de mucho.

Sin embargo su audiendia clama por nuevos conocimientos. Ansían aprender y Espinete es su maestro televisivo.

- ¡Muy bien amiguitos!- Dice Espinete cogiendo un soplete que había por ahí tirado- Ahora aprenderemos una nueva lección. ¡Vamos a aprender a contar hasta diez!

Sonrie a su entusiasta audiencia y se dirige a un zombi con un número tatuado(llevo tu nombre tatuaaaaaado...errr a lo que estábamos) en la frente, un precioso y semi redondito 10.

-¿Qué número es este?-Les pregunta a los niños.

-¡El dieeeeeeeeeeez!

-Eso es amigos, ahora vamos a contar los cachitos en los que se puede desmontar Robotillo el pardillo-Dice señalando con el soplete al robo-zombie que mira extrañado como le ponen un mote nuevo y exclama indignado.

- bzzzzz 10111111 01010000 01100001 01110010 01100100 01101001 01101100 01101100 01101111 00111111

A lo que Espinete no contesta, no sabe binario por más que los demás podamos acceder a este enlace http://www.eztigma.tk/juegos/binary.php y averiguarlo, sin embargo lo que hace es empezar a cortar en pedazos al robozombie, con cada pedazo cuenta.

-¡Bieeeeeeeeen!- Aullan los histéricos proyectos de ser humano y futuro de la humanidad.

-Muy bien niños, ahora vamos a repetirlo pero contando hacia atrás con ese robotillo con cara de pillo.

El robozombie con el 9 a sus espaldas mira resignado como el erizo se le acerca y le empieza a descuartizar en once partes, contando desde diez hasta cero.

Luego de un merecido descanso, parecía que se avecinaba el momento de darse una escena sabática... por aquello de las estatuillas y de disfrutar la fama.

-Cría fama y acuéstate con algún jurado bzzzzz- dijo mientras con la mano de algun de los putrefactos cadáveres de la escena anterior, y movía el hueso que se asomaba de la extremidad cercenada, haciendo que se quebrara, y he aquí que el marica vaquero había encontrado su juguetito, la mano multi-usos, alcanzaba lugares lejanos, le evitaba tener que quebrarse él y le ayudaba a rascarse esos sitios inalcanzables de la espalda. Así como juegos eróticos varios que incluyen culos, dedos y una ingente homosexual dosis de placer.

Pero se entró con ese grupo de locas reprimidas, o de heterosexuales matazombies, a aquel complejo lleno de expendedoras de refresco muertas... como si no estuvieran muertas ya.

-Vamos a matar los zombies mis amigaaaaaaaaaaaaaaaaaas, ains!- dice con su tono lejanamente varonil, y por si fuera poco, casi podríamos escuchar a mancuspia gritar tras bambalinas, con un megáfono sacado quien sabe de donde, que el cowboy amariconado debía haber dicho matar zombies y no a los zombies, en un claro intento de tocar huevos (o tocar los huevos).

Así que nuestra amiga vaquera ejem, nuestro protagonista decidió encararse, y engrosar su voz una vez más para hacerle frente a los desalmados muertos vivientes mecanizados, surgidos de la imaginación del malo.

Por favor, siéntase libre de ambientar el post con la música

Y como todos sabemos, se acerca el momento definitivo, el momento "tuti-tuti" en el que el malo malote aparecerá puerta grande para joder a los protagonistas, y darles por el culo. Claro que en este caso, supondríamos bien al decir que el Hombre con algún nombre, estaría encantado de esta enculada... metafóricamente hablando, claro, como la enculada... claro, porque eso nunca ha pasado en una peli como Motel Gore antes.

Así que salta, con sonrisa de oreja a oreja, las perspectivas nunca fueron tan atractivas, y aterriza sobre uno de lo muertos mecanizados, y de una de esas palancas de atrás, lo utiliza de toro mecánico. -Que frio y sedsual estás mi muerto amigaaaaa... aynssss si fueses un poquito más apasionado, te comía a besssossssss bzzzzzzzz- le dijo al oído.

Y mientras tanto, un tierno recuerdo de su infancia, interrumpe este ambiente Wildestezco, para recordarnos que tipo de sujeto es este.

-It's ok to be Gay Amigo!- gritó en un estado de euforia e histeria, pocas veces visto

Si, también reproduzca este video, por favor

Y al ritmo de su canción tarareada, cabalgó su montura, aferrándose para no caerse de jeta contra el planeta, aquí y allá, parecía disfrutarlo, tanto casi como un consolador anal viaje en caballo real, casi.

-Estaré encantado de recibir al menos un Oscarcito de la academiaaaaaaaaaaaa, si princesa, ayúdame- y el zombie se mueve de forma asustada, ojos bien abiertos, clava su cabeza mecanimuerta contra el pecho de otro zombie, en un reguero de vísceras, el caballo mecanizado no-vivo comecarne, cae retorciéndose, mientras los movimientos incitantes del vaquero parecían apuntar a una escena de necrofilia que nadie quiere ver, y el otro muerto, con un hueco en su pecho, se continúa moviendo hacia otra de sus víctimas.

-En tiempo de guerra cualquier hueco es trinchera mi amooooor- dice mientras empieza a bajar hasta el trasero del zombie muerto. De aquí en adelante, dejaremos esta escena a la imaginación de los críticos, está claro que nadie quiere ver lo que pasa, ni se necesita verlo, para mejorar o empeorar el nivel de esta película.

Mario aún no había encontrado a la princesa. Ya empezaba a sospechar que se había equivocado de camino cuando, por fin, llegaron a la base militar.

- Ah, esto es otra jodida cosa, seguro que este el es puto castillo donde esta el hijolagranputa de Bowser o alguno de sus retoños y yo tengo que hacer el gilipollas como siempre para rescatarla.

Mario, se bajo de los lomos de su caiman y le dió unas palmaditas en la cabeza.

-Te has portao bien, tontolapolla, pero esto es algo que sólo yo puedo hacer, porque soy muy macho, que coño, soy el más macho de todo el puto lugar. Siempre rescato yo a la puta de Peach, que en el fondo voy a empezar a creer que se va con Bowser queriendo. Puedes irte a tomar por culo.

Y dicho esto da la espalda al caiman el cual, aprobechando la oportunidad que se le concede, sale reptando a toda pastilla fuera de escena.

Mario se pone en la puerta y se encara con los zombies.

-Ahora vereis, cabronazos.

Coge carrerilla y con un salto acaba en la cabeza de un zombi con un 13 como número de serie. El peso de Mario, unido a la inercia que llevaba resulta en un descabezamiento del robozombie cuya última visión en es mundo de dolor fue el trasero del fontanero italiano malsonante.

- Eso te enseñará, pedazo de mierda.

El zombi que lleva el número 14 por muy biomecánico que sea no es gilipollas y sabe contar...sabe que antes tenía amigos y ahora solo le quedan dos y uno está bastante desmejorado, el pobrecillo, por lo que decide hacer un mutis por el foro y desaparecer discretamente antes de irse a reunir con la placa madre que le pario en el cyberparaiso. Pero la paciencia de Mario hace escenas que se acabó, por lo que continúa con su orgía de muerte y destrucción saltando también sobre la cabeza del pobre 14.

-¡Ja! Y mi profesor de gimnasia decía que con mi mierda de salto tenía menos futuro que dedos en la mano izquierda un carnicero diestro ciego. Que se joda.

La larga búsqueda de Caractacus se acercaba a su fin. Su padre, que había sido raptado por el malvado Barón Brockwurst, estaba en las celdas de contención de la base militar, último reducto de los guardias fieles al barón. Lamentablemente, estos guardias se habían convertido en su mayoría en zombies por lo que el rescate sería más duro.

Por suerte para el padre de caractacus había sido encerrado con otros científicos que eran aficionados al Equipo "A" y entre todos habían decidido montar un vehículo semiblindado, completamente funcional,a partir de piezas sueltas, para escapar de la prisión.

Mientras, en la entrada de la base,los hijos de Caractacus, Jeremy y Jemima, dormitaban apaciblemente en el asiento trasero del coche y Caractacus masticaba un caramelo de su invención...Cuya única pega, curiosamente, era que tenía agujeros...bueno, ya le buscaría utilidad a eso más tarde.

Iba tan enfrascado en la meditación sobre las futuras aplicaciones de los agujeritos en los caramelos que no vió al zombi, que vagaba medio destripado por en medio de la entrada, y su querido Chitty Chitty Bang Bang pasó por encima del susodicho enjendro biomecánico, destripándole y esparciendo sus vísceras y piezas varias por doquier.

-¡Vaya! ¿Qué habrá sido eso?- Se preguntó Caractacus al percivir el bache. Se giró para comprobar el destrozo y al verlo puso cara de asquete- Beeej, eso ni con mi limpador de alfombras por succión sale.

Por supuesto no puedes conducir mirando hacia atrás, no ves lo que tienes delante. Y lo que Caractacus tenía delante era un zombi electromecánico automatizado, que estaba escribiendo su testamento y una carta para despedirse de su familia y que tenía una banderilla en la cabeza que indicaba, con un claro número rojo, 15.

Al destrozo que Caractacus contemplaba se le sumó otro destrozo, aún más sanguinolento, cuando por su distracción, normalmente inofensiva, pero que cuando se ponía al volante del coche solía tener desastrosas consecuencias, le hizo llevarse por delante, por debajo, por encima y, en general, por todos lados al último zombi superviviente. Quedando la banderita con el 15 adherida en el radiador del coche..

-Caray, será mejor que me baje.-Dicho esto, detiene el vehículo y se baja de él para reunirse con el resto de la horda destructora de zombies .

- Vamos hijos, que hay que salvar al abuelo y, si eso, al mundo.