Cruak!
Voló Pito al hombro de Leo tras asustarse con los efectos mágicos de la capa multicolor. Por un breve instante se quedaba sin palabras.
Tranquilo, Pito, no es peligrosa esta prenda, sirve para despistar a los arqueros y atacantes en general, pero no te hará nada. Le contesta su amo.
Cruak, susto, susto grande! Parece salen más princesas! Una bien, más no, mucho jaleo! JALEO!
Más jaleo haces tú, truan! Cierra el piquito un rato delante de las damas. Leoncio se empezaba a sentir incómodo, pero lo podía disimular todavía.
Mmmm... Que hombre tan... raro. Pensó la clérigo al escuchar sus palabras, pero ya más calmada al haber fijado su atención en el trueque de Abyl y la tendera, pudo responderle con normalidad.
- Yo soy Lona, sacerdotisa de Pelor. Su luz me guía y protege desde muy temprana edad. He de decir que no me pareces un marinero común... aunque quizá sea simplemente que no estoy habituada a que los marineros tengan conocimientos de hechicería. Espero - por tu bien - que tus habilidades satisfagan a nuestra capitana. Un consejo: cuida la lengua de tu familiar, algunos integrantes de nuestro grupo son algo... susceptibles y diría que una vez en alta mar no le harían ascos al estofado de cuervo.
Una vez hecha a la idea de quedarse con el grupo, Lona decidió velar de forma más activa por el mismo. Había sido demasiado laxa, había permitido demasiadas atrocidades y no había dado su opinión sobre demasiadas cosas. Su debilidad, su timidez y su bondad la habían hecho relegarse a un segundo plano desde el que no había logrado cumplir el papel que tenía en esta historia. Pero la luz de Pelor era fuerte en ella... Si me quedo con ellos es para guiarlos y ayudarles, así pues tendré que ser más fuerte a partir de ahora.
- Por mi parte, -dijo volviéndose a la Lormyriana- podemos marcharnos cuando quieras.
Con un saco lleno de objetos mágicos, como si de SantaClaus se tratara, Abyl vuelve al puerto
Jou Jou Jou
Al llegar al barco abro el camarote de Scarbelly, NO, Mi Camarote, y dejo el saco de objetos mágicos y los maletines de pociones, dos finas copas de vino hay sobre la mesa del antiguo capitán, y cogiendo una me dirijo hacia una de las batayolas, tras la cual solo haya mar, y colocándola sobre la madera me aparto.
¡ Leo !
Leo aún parece ensimismado observando el Venganza Sangrienta, un relativamente pequeño barco pirata, cuya fama habia surcado más de un mar, con una sangrienta y belicosera tripulación de orcos se habían ganado un buen renombre, y ahora Abyl, había pasado por el filo de la espada a toda la tripulación y ocupaba su nuevo puesto en el barco.
Cuando Leo mira a su nueva Capitana, esta le señala la copa de cristal
Ahí está tu objetivo
Muéstrame el peligroso rayo de la muerte, espero ver como se agrieta el cielo y se desintegra esa copa
Si moses y la nueva guitarrista ya están en el barco, pega el mensaje en la escena que consideres