Partida Rol por web

Muertos Venerados: Ritos de la Cosecha

[PRAL] Capítulo 1: Diva en Movimiento

Cargando editor
15/08/2020, 19:11
Ania

- Ania,... Aunque sospecho que la mayoría saben más de mí que yo misma - no podía evitar que sus músculos se tensaran ligeramente con aquella mujer apegada a su espalda - los tiempos han cambiado, relájate - pensaba para si misma, y esque sus instintos le pedían que acelerara un par de golpes contra quién daba la sensación de cortarle el paso, como si tuviera alguna intención de huir - para próximos paseos, pediría que no me cierre el paso a mi espalda,... Mi bestia aulla en mi interior, y creo que sabes bien lo que pasa cuando acorralan a una bestia.

Sus pupilas se ensanchaban ligeramente, quizás los tiempos cambiaran pero ella no era una gangrel de ciudad, necesitaba espacio,... Y peor aún, se dirigían a una máquina de esas que caminaban solas, ir a pie sería más rápido sin duda, aunque esta parecía tan pulcra que no sabía que esperar.

Aún no sabía que querían de ella ahora, ni si volvería al letargo al acabar, pero mientras pudiera no le molestaría descansar en el hueco de algún árbol, el olor del ambiente era demasiado desagradable, como si la naturaleza estuviera muerta, ningún aullido a la distancia, y a duras penas algún ulular temeroso y agotado. Sin duda este tiempo era peor que los que olían a pólvora y fuego.

Cargando editor
18/08/2020, 13:25
Billy Drago

MM una assamita un tzimisce , una gangrel y un ventrue esto sonaba a un chiste o algo asi. Nos estaban llevando a algun sitio para hablar imaginaba pero a donde o con quien. Habria mas gente metida en todo esto?. Miro al coche hacia el que nos dirigimos. 

Relajemonos despues de todo estamos juntos en todo esto, no para pelearnos entre nosotros. Idona solo hace su trabajo. Aunque no creo que Ania vaya a ningun lado despues de todo en esta ciudad esta mas perdida que una monja en un boys...

Cargando editor
19/08/2020, 18:08
Narrador

Idona y Totentanz encabezaban la marcha hasta llegar al vehículo. Un sedán azul marino cotidiano, seguramente de alquiler. La Assamita abrió y se sentó en el lugar del conductor. Totentanz abrió la puerta he hizo un gesto a Ania para que se sentara detrás, mientras que a Billy le indicó el asiento del copiloto. Con lo que el Tzimisce se sentará detrás con la Gangrel, probablemente para conversar durante el viaje.

Notas de juego

Continuamos aquí

Cargando editor
01/09/2020, 19:19
Bahuman

-¿Mi sire?- miré enarcando una ceja -¡No! Ella es del clan Toreador y yo soy Brujah de pura cepa. El cómo nos conocimos es una larga historia.- Comento sin añadir nada más -Ven, salgamos por aquí- indiqué una escalera que daba a la calle. Subí por ella y, una vez fuera le alargué una mano para ayudarle a salir. Empecé a sonreír cuando miré más allá de él... -¡Eh!¿Ves eso?- 

Al fondo de la calle se veía el bar La Aguja. De él salían tres individuos. Un tipo alto, moreno con los rasgos afilados y perfilados como si de una escultura griega se tratase -Ese es el Tzimisce con el que contactó Khafra- comento sorprendido -¿Qué hace en el pub?- el local quedaba bastante lejos como para que ellos deparen en nosotros. Tras el hombre va una mujer -Ania, la Gangrel va con ellos- y rematando la marcha un tipo vestido con un traje blanco que remata con un sombrero blanco -Y ese es Billy Drago. También estuvo en el tren de los antiguos camarilla cuando atacaron los anarquistas de Linn- frunzo el ceño -Aquí está pasando algo muy raro- 

Tanto Billy como el Tzimisce debieron entrar después de habernos marchado. Annia se quedó con Tatiana luego es lógico pensar que la líder anarquista se ha visto obligada a llegar a un acuerdo. -¿Qué le habrá dado el Tzimisce a Tatiana como para dejar que se lleve a uno de los antiguos recién despertados?-

-Cathrain, yo tengo que volver. Nos veremos en el pub mañana a media noche. en ese momento ya será tuyo y de Øystein- me despido de él dispuesto a correr hacia la entrada una vez que aquel extraño trío salga de mi línea de visión.

Cargando editor
08/09/2020, 11:03
Cathrain

Claro. Ya me parecía a mi. No hice comentario alguno ni insistí más, no iba a sacar nada de momento, y era mejor no presionar demasiado; a su debido tiempo, si el otro quería, me enteraría; por el momento, la curiosidad solo era eso, y no justificaba avasallar a nadie. Le seguí.

Dejé que me ayudara a salir y, una vez fuera, miré hacia dónde me indicaba. No tardé en identificar a los hombres —vampiros— a medida que los señalaba, y mi línea de pensamiento no difirió mucho de la que él mismo debía de tener en esos momentos. ¿Qué hacían esos allí? Me temía que Tatiana estaba jugando demasiadas partidas a la vez, o tal vez era la misma, pero ocultaba demasiado a los jugadores interesados. Informaré también de esto. Y tal vez la Toreador tuviera a bien de explicar algo, cuando se reuniera con él. Si es que al final lo hacía.

Bahuman apenas tardó un instante en largarse, dejándome solo, a la espera. No me quedaba otro remedio que quedarme ahí, pues se suponía que la diva iba a aparecer en cualquier momento, llevarme a un refugio secreto, y tener una reunión conmigo. Irme, como estaba deseando hacer, habría sido una falta de decoro si realmente se presentaba. Suspiré. A veces mi trabajo era una verdadera mierda.

Cargando editor
09/09/2020, 09:53
Narrador

El tiempo se escurrió lento, pesado. Las horas pasaron sin que allí apareciera nadie. Ya sólo faltaban dos horas para el amanecer y aún debías llegar al almacén. Estabas decidido a irte cuando sentiste una presencia a tu lado. -Tatiana, por fin- pero al girarte te topaste con la otra mujer: Vanessa, del clan Giovanni.

Cargando editor
09/09/2020, 09:55
Vanessa

-Siento la espera- susurro con mi voz aterciopelada -¿Qué habías hablado con Tatiana?- pregunto sin andarme por las ramas para luego dirigir la mirada a un portal que había en frente. -Es ahí. Primer piso, allí. Desde la primera ventana se ve el local.- Responde -Estas son las llaves. Disculpa que ella no se presente. Justo cuando os habéis ido han entrado los Tzimisces que tanta guerra están dando. Tatiana te transmite sus disculpas y me envía a mí, personalmente, para ello- Esperaba que él fuera tan consciente como yo de la importancia de aquel gesto. Extendía la mano para que cogiera el llavero con dos llaves, la más gruesa del portal y la más ancha de la vivienda.

Cargando editor
09/09/2020, 09:59
Narrador
Sólo para el director

Notas de juego

En el piso le espera Molly para interrogarlo a golpes si es necesario. Ella le contará lo sucedido con Khafra en un combate eroticosalvaje.

Cargando editor
14/09/2020, 11:11
Cathrain

A punto había estado de irme. Cada minuto me ponía más nervioso, allí, y cada hora estaba más claro que Tatiana no aparecería. O se estaba burlando, o había ocurrido algo, pero en cualquier caso no iba a tener la reunión esperada. La noche, además, empezaba a clarear ligeramente, claro indicio de que amanecería a no mucho tardar. Un momento peligroso para seguir en la calle, no podía esperar mas.

Me había dado la vuelta ya, para dirigirme a la furgoneta, cuando sentí que allí estaba. Ya era hora. Las palabras murieron en mi garganta antes de pronunciarse, reconociendo a la mujer. Fruncí el ceño y di un paso atrás, receloso.

No era a ti a quien esperaba —respondí de inmediato. Empero, rápidamente me contuve. Suspiré al aceptar las llaves—. No importa. Estás aquí, lo agradezco.

La pregunta era, ¿podía confiar en ella? Que la Toreador la hubiera enviado, si es que de verdad había sido así, no quería decir necesariamente que si. No conocía de nada a los Giovanni, y no tenía ni idea de si hablar más de la cuenta con ella se pondría en mi contra, y de La Camarilla, en algún momento. Por desgracia, no tratar con ella, podría considerarse un insulto a la Diva, cosa que no quería, sobre todo cuando iba a producirse una tensa reunión en poco. Era suficientemente arriesgado de por si, sin añadir más agravios al cóctel. Además, a lo mejor podía enterarme de algo más, para informar posteriormente.

¿Qué ha ocurrido con los Tzimisces? He visto que se han llevado a la Gangrel. ¿Por qué? Durante la reunión hablábamos de la posible Alianza entre tu... ¿Qué sois vosotras dos? ¿En calidad de que estás aquí? —Hice un gesto descuidado con la mano, restándole importancia—. Da igual, entre los Anarquistas y Lía. Estaba claro que uno de los puntos que iba a tratar eran esos Sabbat. Y también quería que opinara sobre que creo que harán los míos, o si intentarán atacarla. —Me encogí de hombros—. Yo no tengo opinión. Sigo órdenes, y no entro en esos asuntos más que para acatar la decisión que se tome. ¿Que si es posible? Si, puede ser, incluso que me manden a mi a hacerlo. Pero ahora mismo saben que Berlín no nos pertenece, y que las cosas están a punto de irse a la mierda, así que es probable que no lo hagan, que prefieran tener atada esta ciudad de otra forma. A mi me da igual. Tenía más curiosidad por sus planes. ¿De verdad Tatiana pretende pactar o busca otros objetivos? ¿Y qué pintas tú en todo ésto, que deseas obtener?

Cargando editor
24/09/2020, 19:20
Vanessa

Un brujah, camarilla. De los pocos que quedan. -Hablas mucho para no estar en su refugio, bajo la protección de Tatiana.- Estaba claro que había que dejar algunos puntos claros -Soy quien permite que Tatiana esté donde está.-- Respondo y guardo silencio cuando él hace el gesto con la mano. Mantengo un halo de oscuridad en torno a mí. Mis ojos oscuros están fijos en los suyos. -Yo no tengo opinión, sigo órdenes- 

-Los Tzimisces están jugando. No ha podido controlar a la Gangrel que se ha ofrecido como moneda de cambio por la liberación de Raider. La Gangrel, la chiquilla de Saiasi. Su sangre es más intensa que la del sire de esa analfabeta, Gaia. Eso es lo importante... la sangre... siempre es lo importante.-

Sonrío -Tatiana sólo tiene un objetivo. Sobrevivir. Es un ratón en una jaula, en nuestra jaula. Controlamos a los anarquistas de Berlín ¿En qué posición os deja eso?¿Crees que Lía está en una jaula? No, claro que no. Ni tú, ni ella lo estáis porque nada os ata a esta ciudad. Los vampiros que se anclan a un fragmento de tierra tienen una mentalidad anticuada. No he venido a pactar, no he venido a responder tus dudas. Tú eres un peón que ahora mismo me une a mis enemigos, el emisario de la guerra. Está claro que Lía y tú os marcharéis de esta ciudad, pero ni yo, ni los Tzimisces vamos a dejar nuestra búsqueda. Dile que lo encontraremos, o lo haremos nosotros o lo harán ellos.- Estaba dicho, no tenía más que hablar pero me detuve antes de marcharme mirando a Cathrain y no al peón que representa -¿Qué sabes de Lía? Ten cuidado en quién pones tu lealtad porque puede traerte la ruina.- Aquel último consejo fue gratis. ¿Consejo o semilla de duda?

Cargando editor
24/09/2020, 19:35
Narrador

Los Giovanni y los Anarquistas; Los Tzimisces y los Gangrels... la situación no era buena pero las contundentes afirmaciones de Vanessa se desinflan cuando tu mente analiza los hechos. Al menos hay un Anarquista que no responde ante Tatiana; al menos hay una Gangrel que también es leal a una coterie "camarilla" ¿no?

Los Tzimisces usarán a Annia para influir en los Gangrels; los Giovanni están usando a Tatiana para influir en los Anarquistas. En el otro vértice de este triángulo está la Camarilla y acabas de ser testigo de los tratos entre Tzimisces y Anarquistas. Dos contra uno. No pinta nada bien.

Es hora de volver al almacén e informar.

Cargando editor
27/09/2020, 19:17
Cathrain

Era mucho en lo que pensar, me di cuenta cuando Vanessa se fue. No tenía ni idea de hasta que punto desconocía el juego, e incluso a los jugadores, pero sabía que durante un momento había estado a punto de ser un peón menos en la partida. No sabía de que era capaz esa mujer, pero a pesar de no parecer gran cosa, su presencia me atemorizaba. ¿Eran, tal vez, sus ojos? No podía asegurarlo, pero bien podría ser. El caso es que tenía la sensación de que si hubiera presionado más, posiblemente no habría salido de allí. De hecho, volver a hacerlo, podía tener el mismo resultado.

La Giovanni había sido clara al respecto. No estábamos al mismo nivel, ella era una ficha importante y yo un simple mensajero, prescindible. ¿Sabía Lía dónde me estaba mandando desde el principio? ¿Lo sabía Malware? Por todos los demonios, la pregunta importante, en verdad, era qué importaba eso. Cumples órdenes, recuérdalo, estúpido. No era un gran consuelo, pero sí el único que tenía. Si mi no-vida tenía que llegar a su fin, que así fuera, qué más daban tres que diez bandos. Un enemigo era un enemigo, punto, y ahora al menos tenía algo más claro a qué atenerme. De hecho, gracias a mi osadía, sospechaba que la Camarilla iba a darse cuenta como yo que tenía todas las de perder; la cuestión era si se resignarían a aceptar ese destino y aceptarían la derrota luchando con honor, o verdaderamente se retiraría de Berlín. Ah, querría decir que será lo primero, que como antiguamente me dejarán ser alguien respetable, un Brujah, un irlandés, como ya no quedan... Pero me temo que no será así, y si me dicen que toca irse, lo haré aunque sea con el rabo entre las piernas. Esta ciudad está fuera de nuestro alcance, ni siquiera sé que buscan.

Descarté aquellos pensamientos tan pesimistas con un cabeceo y me puse en marcha, directo a la furgo, intentando un acercamiento a esas mismas ideas desde otra línea. Los Giovanni parecían un clan independiente que, de alguna manera, habían conseguido controlar a los Anarquistas; los Tzimisces, uno de los dos clanes del Sabbat, habían logrado una tregua con éstos últimos, y ahora tenían en su poder a una Gangrel, por lo que parecía claro que pretendían influir en dicho clan. Otro clan prácticamente independiente que, de llegar a una alianza, se opondría a los míos. Eso eran cuatro contra uno, pero en ambos casos la Torre tenía sus propias cartas; empezaba a ver la importancia de Gaia y Øystein en todo aquello. ¿Sería suficiente para cambiar las tornas? Hasta ahora los planes no estaban saliendo muy bien, pero era solo mi opinión, y yo tampoco comprendía los enrevesados hilos tendidos por todo el tablero. Ratón, en cambio, si que sería capaz de ver en todo aquello una estrategia, analizar cada dato de información, traducirlo a su particular lenguaje, y programar el siguiente movimiento. Esa cabrona era una ajedrecista magnífica, al servicio de otra mucho mejor todavía. Si, aún podíamos hacer algo. Era reconfortante.

Ya en mi sitio, tiré el móvil al asiento del copiloto tras mirar el maps para saber la dirección y evitar atascos, arranqué y pisé el acelerador, saliendo del callejón y enfilando la avenida principal para llegar al almacén, el refugio, antes de que los primeros rayos de sol me convirtieran en un polvo. Ya podría relajarme allí e informar sin la amenaza de que la puta luz pusiera fin a mi existencia de una manera tan patética.

Cargando editor
29/09/2020, 09:36
Narrador

Con la mente en ebullición vas al almacén sin contratiempos ni retrasos.

Notas de juego

Seguimos en "base de operaciones"