Partida Rol por web

Nieve Carmesí [DM 06/19]

Nieve Carmesí

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14/05/2019, 17:59
+Narrador+

Habían amanecido en medio de una nueva maldita tormenta que parecía empeñada en acabar con sus vidas. No era una exageración, aquel tiempo podía matarles si es que no lo lograban antes los proyectiles de artillería que les llovían desde cielo y que eran lanzados por ambos bandos.

O quizá los rusos habían visto el fuego de la pequeña hoguera, y ahora les mantenían como blanco de tiro. 

Lluvia, viento, arena, nieve… y metralla. Las fuerzas de la naturaleza y el hombre combinadas para crear un infierno en mitad de la estepa. En mitad de ningún lugar. Perdidos en la inmensidad de un desierto, en la profundidad de una niebla impenetrable, en el corazón de una guerra interminable, injusta, cruel, sin vencedores ni gloria.

Estaban perdidos y sus vidas tan sólo dependían del cruel azar. En las últimas horas el escenario había variado levemente, pasando del desierto y la estepa a un bosque no demasiado denso. Mas tan sólo fue eso lo que varió, pues sus cuerpos seguían siendo azotados por la tempestad y las explosiones continuaban sucediéndose a mayor o menor distancia de ellos, provocando un sobresalto general cuando un proyectil impactaba lo suficientemente próximo. En más de una ocasión incluso tuvieron que echar cuerpo a tierra y cubrirse tras unas rocas hasta que cesó la lluvia de metal.

A pesar de los árboles continuaban perdidos. Avanzaban por inercia e intuición, obligados más por la necesidad imperiosa de alejarse de la zona bombardeada y por encontrar refugio de la tormenta que por llegar a algún destino concreto. 

Cinco almas luchando contra el vendaval y rezando a todos sus dioses para que ninguno de aquellos proyectiles que silbaban en el cielo tuviera la retorcida intención de caer sobre sus cabezas. La situación era desesperada. El agua comenzaba a escasear. Y entonces...

…apareció como un fantasma de entre la niebla, esquiva, irreal. Una luz en el horizonte. Se hizo visible por momentos, mas desapareció al instante siguiente. Se miraron sorprendidos, presas de una mezcla de esperanza e incredulidad. La luz apareció de nuevo, tan sólo un rasguño entre el muro blanco que los atenazaba. Avanzaron decididos hacia ella y ésta respondió mostrándose más nítida, más clara. 

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16/05/2019, 19:12
Teniente Diederick

-¡Un momento! ¿Qué es aquello?

¿Acaso...?

-¡Si! ¡Es una luz!

Una luz en la distancia, débil pero se percibía a través de la niebla. Era posible que se tratara de alguna granja o una casa de campo. Fuera lo que fuera se trata de una oportunidad única, un salvavidas.

-¡Corred! ¡Hacia la casa!

Sí... era una casa... o mejor... una Mansión enorme...

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31/05/2019, 23:00
Grüber

El camino estaba siendo muy duro, el frio, la humedad, el hambre, sentía que me desplomaba a cada momento, pero tenía que seguir, no estaba preparado para este tipo de condiciones ambientales, no era esto para lo que había estudiado. De repente aparece ante nosotros una casa, la miro y me siento confundido.

De repente me di cuenta que mi superior manda a ir hacia ahí.

-¿Una casa?… ¿señor y si es del enemigo señor? -Miro al campesino y le digo- ¿qué es este lugar?…¿conoces?

Pero no sabía si el hombre ese nos entendía, era posible que no supiera el idioma, no había hablado mucho desde que lo encontramos, no entendía porque seguía a nuestro lado, ¿qué hacia este hombre aquí?

En mi interior quería comer caliente y dormir en una cama con el fuego cerca…

Así que pensando en eso solo seguí las órdenes.

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31/05/2019, 23:11
Pieter Strauss

Pieter ya había empezado a perder la esperanza de salir con vida de aquel infierno helado. Sin embargo, la visión de aquella luz en medio del muro blanco que les rodeaba por todas partes, se convirtió en una esperanza de supervivencia que instantes después se tornó en una realidad inesperada. Tras la carrera hacia la luz se toparon con una inmensa construcción que podía salvarles la vida, al menos por una noche más. Y si no conseguían pasar la noche, al menos morirían calentitos en el interior de aquel oportuno caserón en medio de la más pura nada.

Lo primero que hizo Pieter al ver aquello fue buscar la mirada de su hermano. Él también le miraba, era algo intuitivo, algo que no solía fallar. Pieter sonrió, pues después de mucho tiempo, por fin tenían ante ellos una buena noticia. Al menos a priori, pues no sabían si aquella casa estaba habitada y por quien, pues podía estar repleta de soldados rusos esperando a accionar los disparadores de sus fusiles al verles avanzar hacia el caserón a la carrera.

¡Jajaja! ¡Tranquilo Grüber, no tenemos nada que perder! - Río contento ante la expectativa de pasar una noche a cubierto, en la que recuperar el calor corporal perdido y quien sabe si hasta llenar su rugiente buche. - ¡Esto si es una suerte, hermano! - Le dio una palmada en la espalda. - ¡Vamos! ¡No hay tiempo que perder!

Aunque había pensado en la posibilidad de que la mansión estuviera llena de enemigos, era algo que no le preocupaba en esos momentos. ¿Por qué? Estaba demasiado cansado como para preocuparse y sabía que si no podían internarse en aquella construcción, iba a dar bastante igual que murieran por fuego enemigo, pues al final el frío acabaría con ellos esa misma noche. Así que... ¿Por qué tener miedo ante aquella oportunidad? Debían acogerla con los brazos abiertos. Sin pensarlo dos veces, siguió las órdenes del teniente. Comenzó a seguir sus pasos a la carrera, tan rápido como sus maltrechas piernas y la nieve le dejaron.

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01/06/2019, 10:20
Hans

El pragmatismo, la lógica, las matemáticas, el sentido común, guiaban el comportamiento de Hans en la mayoría de ámbitos de la vida, junto con una alta moral, cierta religiosidad y un ojo curioso sobre el mundo científico. Todo esto hacía que aguantase de manera estoica, sin queja alguna, los rigores de una infernal climatología acompañada por el acostumbrado día a día de la guerra que conocía desde meses atrás. Bombas y más bombas, explosiones, el rugir de la tierra herida y el crepitar de la madera de los árboles en llamas.

Era cuestión de suerte que un proyectil te diese de lleno en la cabeza. Así que no se preocupaba por ello, su mente y su cuerpo se concentraba en avanzar, hacia donde nadie sabía, echándose a tierra cuando escuchaban el silbido del cercano obús rozando sus cascos militares. Caminaba, corría o se arrastraba por el barro helado. Sujetando con fuerza su fusil y sin perder la ocasión de ofrecer una tibia sonrisa a sus camaradas.

Incluso al campesino ruso. Un pobre hombre tan perdido como ellos, atrapado entre dos bandos, seguramente preguntándose qué coño hago yo aquí. La misma cuestión que se planteaba Hans. Pues matar, proteger a tu hermano, sobrevivir y regresar a casa. A fin de cuentas eso es la guerra, se decía, matar al enemigo y que no te revienten el culo.

Grüber tenía razón. Aquella edificación apenas silueteada en la distancia podía estar llena de rusos. Que se dedicarían a la caza del alemán como si fuesen conejos en fuga. Miró de nuevo hacia la mansión. Perplejo y sorprendido. Apenas podía creer en sus ojos.

-Tómalo con calma, Pieter, Acercamiento prudente, reconocimiento de la zona. Que no seamos un blanco fácil.

Pero ya corrían. Hans arrugó la nariz. Decidió seguir adelante, cubriéndose con los troncos de los árboles, sin avanzar muy deprisa. Y cuando llegaron a terreno abierto, fue parándose a intervalos, agachado, apuntando ocasionalmente hacia la casa, en un intento, tal vez vano, de cubrir la carrera de sus camaradas.

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01/06/2019, 10:43
+Narrador+

Corrieron, como les había ordenado el Teniente, y para su sorpresa, lo que les había parecido una luz segundos antes, claramente además, ahora no era tal. 

La Mansión se alzaba allí delante, entre la niebla y la nieve, como un fantasma de otra época, muerta por tanto. Los ventanales se percibían en los muros, a oscuras. No había luz en el interior, en absoluto.

Quizá lo que habían visto había sido un reflejo en el hielo, o en los cristales, quizá alguna bomba había estallado detrás y la había iluminado súbitamente, quizá...

...lo que fuera, no era luz que proviniera del interior. Estaba deshabitada, abandonada.

El viento aullaba aún más, henchido de tormenta, henchido de lamentos ululantes arrancados de gargantas inexistentes. Un paseo flanqueado de álamos desnudos conducía hasta la puerta de hierro forjado que coronaba la impresionante reja que presidía el muro que rodeaba toda la casa. Los árboles batían sus ramas, agitaban los dedos faltos de hojas, azotándoles cuando paso a paso avanzaban hacia ella, venciendo con dificultad la ventisca, soportando apenas el aguijón de la arena, la tierra y la nieve mezcladas, que hería sus rostros, sus manos, y doblegaba sus cuerpos...

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01/06/2019, 19:25
Pieter Strauss

Pieter se detuvo de golpe. La luz que les había advertido de la presencia de aquella mansión ya no estaba. Posiblemente había sido un reflejo, aunque era extraño. Realmente daba igual si era un reflejo u otra cosa, lo importante es que tenían cobijo e igual daban con alguna lata de conservas.

- Avancemos con precaución. - Dijo Pieter. Se le acababa de ocurrir otra posibilidad. - Puede ser que nos hayan visto llegar y hayan apagado la fuente de luz...

Agarró su fusil y comprobó que tenía bala en la recámara. A partir de ese punto iría con mucho ojo. En aquel edificio podía haber un francotirador esperando tenerlos a tiro. No le apetecía morir en esa región helada, tan lejos de su madre patria.

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01/06/2019, 20:11
Grüber

Esperaba alguna respuesta del campesino, pero ciertamente no dijo nada por el momento, mientras tanto yo iba con cuidado atrás de los demás- ¿Una casa tan grande abandonada?, ¿en este sector?- no entendia como podía estar algo tan enorme sin que el enemigo no se lo hubiera tomado, no era militar pero mi sentido común me decia que posible  esta casa seria una base de operaciones perfecta, y si esta ocupada, oh por mi Dios espero que no se mate a ningún inocente.Tenía que aceptarlo, tenía miedo, todo parecia ser una amenaza, no era un soldado de verdad, era un médico que hubiera preferido que lo hubieran mandado a un hospital de tropa.

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02/06/2019, 00:52
Grigori

Grigori se apoyó en uno de los árboles cubiertos de nieve y hielo, escondiéndose de las miradas que pudieran venir del interior de la casa, y miró al que el resto de soldados habían llamado Grüber, el único que, a aquellas alturas, reparaba en su existencia.

-No, no conosco. Perro tus compañerros no deberrían correr como perros hambrrientos hacia la prrimerr lugarr con techo.

Su mirada estaba fija en aquella construcción, salida de la nada en mitad del infierno. Su ceño, fruncido, en un gesto de disgusto que no intentaba disimular, dejaba ver claramente su desaprobación a aquel acercamiento suicida al caserón.

-No abandonada. Luses ensendidas antes y ahorra apagadas.

Chasqueó la lengua y negó, ajustándose la chaqueta de lana que llevaba puesta y mirando alrededor. Si aquellos soldados no eran inteligentes iban a caer en una trampa. Ellos morirían rápido y a él lo fusilarían igualmente si el destacamento que había allí dentro lo reconocía. ¿Donde quedaban las tácticas de guerra del ejercito alemán? ¿Se basaban en aproximarse a campo descubierto al enemigo? Era fácil adivinar quien iba a ganar esa guerra si seguían así. La caminata había sido dura, pero no debían perder el cuidado a que una bala bien dirigida les volase la tapa de los sesos en cualquier momento.

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02/06/2019, 10:03
Hans

El soldado Hans no se había parado a pensar en esa momentánea luz. Apenas había pensado que fue la iluminación causada por uno de los tantos estadillos de los proyectiles que llovían sobre ellos. Un reflejo del sol en los cristales.

Se cubrió detrás de un álamo. Tal vez sí, había luz en su interior y la apagaron al verlos a ellos. No. No se creía eso. La fuente de la luz no era una simple lámpara de aceite, la pudieron ver a través de la niebla y la ventisca. Con seguridad la explosión de una bomba.

Corrió hacia otro árbol. Y luego otra carrera parapetándose en el siguiente álamo. Correr, ocultarse, apuntar, cubrir el avance de sus compañeros. Hans seguía al milímetro las enseñanzas de la apresurada instrucción recibida. Concentrado en su obligación de cuidar de su vida y la de su hermano. Siseó al campesiono escondido tras otro álamo.

-¿No conoces? Esta edificación es inmensa. De algún aristócrata o noble.

Quizá les mentía. Pronto descubrirían si allí se resguardaba un hormiguero de malditos rusos.

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02/06/2019, 11:40
+Narrador+

La visión era inquietante, porque a medida que se acercaban una impresión de desasosiego, de vida latente a pesar del evidente estado de abandono, era más y más palpable. El Teniente no se detuvo sin embargo por ello, no volvió atrás ni tan siquiera una mirada. Para él y sus hombres esa Mansión sería un refugio en las tinieblas, un oasis en el desierto.

Llegaron a la reja, una magnífica pieza de hierro forjado que mantenía un color negro profundo entre los claros que los densos zarcillos de enredadera seca, espinosa, dejaban entrever. Se alzaba hasta muy por encima de sus cabezas, y a lo largo se perdía en la niebla, rodeando sin duda toda la casa. La puerta estaba abierta de par en par, desencajada una de sus mitades, inclinada y atrancada en la nieve, y firme la otra en el suelo helado. En ella el hierro forjado se retorcía en unas caprichosas formas simétricas, estrellas y espirales acabadas en sendas puntas de lanza, al igual que las que erizaban la parte superior de toda la reja.

Desde allí se divisaba ya en toda su grandeza la Mansión, un edificio imponente y regio, que algún día había debido brillar en toda su gloria, pero que ahora sólo lucía apagado en el resplandor mortecino de la nieve. Y se vislumbraba también lo que debía haber sido un frondoso jardín, pletórico de fuerza. Ahora los cipreses y los cedros vencían sus ramas por el peso de la nieve acumulada, y a un lado, más lejos, las ramas de unos sauces llorones se inclinaban, agotadas, tristes, llorosas. Algunas esqueléticas, despojadas de las hojas, rozando con sus huesos la superficie helada de un pequeño estanque... una fuente de piedra, gris, rota...

...y aún más lejos, en un rincón, entre volutas vivas de niebla cambiante, una estatua. Una mujer, pálida la piedra, quizá mármol, una hiedra trepando en su base. Y, tras ella, adivinándose apenas, pero inconfundibles, las cruces y lápidas de un cementerio...

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02/06/2019, 12:15
Director

Notas de juego

Los que quieran que me hagan una tirada de notar o de espíritu, lo que tengáis más alto. No es necesario que sea oculta, pero sí sólo al director.

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02/06/2019, 12:19
Pieter Strauss

Si alguien se encuentra en el interior u no hemos sido recibido por salvas de balas, lo más seguro es que no sean hostiles. - Dijo el, soldado. - ¿Civiles asustados? - Se encogió de hombros y se colgó sobre el hombro el rifle. 

En distancias cortas se sentía más seguro armado con su luger 9mm parabellum. Sacó la pistola de su funda y agarró la corredera tirando la pistola hacia adelante y de esa forma cargando una bala en la recámara. Aún si eran civiles los que se encontraban en el interior de aquella mansión, podían recibirles con cuchillos, hachuelas, o incluso con escopetas de caza o armas de guerra robadas en un campo de combate. 

Esos no me preocupan. - Dijo con una sonrisa en los labios mientras miraba las lápidas de aquel cementerio familiar. - Los que deben preocuparnos no son los que están bajo tierra, sino los que todavía se mueven entre los vivos. - Y entonces soltó una risotada que trató de cortar a medias. Todavía no habían registrado la vivienda y debían tratar de ser sigilosos 

Armado con su arma corta, Pieter tomó la iniciativa poniéndose a la altura del teniente y caminando directo hacia la entrada de la mansión. Cuanto antes comprobaran que estaba vacía, antes podrían registrarla en busca de comida y una vez hecho eso, relajarse en algún sofá o cómoda cama, mientras entraban en calor, que era precisamente lo que aquel soldado más anhelaba en esos momentos.

Vamos... - Le dino al teniente cuanto estuvo listo para adentrarse en la mansión y acto seguido miró a sus compañeros y en especial a su hermano, esperando que ellos estuvieran en la misma linea de actuación que él.

Cargando editor
02/06/2019, 12:21
Pieter Strauss
- Tiradas (1)

Notas de juego

Nos hemos pisado...

Aunque dada la tirada, creo que no noto una mierda, por lo que mi curso de acción bien podría ser el que he descrito. Aunque tuviera un mamut delante no lo vería.

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02/06/2019, 12:30
Director

Efectivamente, no notas una mierda. De hecho has pifiado, así que me la guardo para más adelante: alguien o algo sí que te ha notado a ti... Muahahaha...

Cargando editor
02/06/2019, 13:29
Hans
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Notas de juego

¿y por qué el +1?

Cargando editor
02/06/2019, 13:40
Director

Notas de juego

Después te digo lo que notas, si nadie supera tu tirada.

EDITO: Al haber sacado el valor máximo del dado éste explota, y suma una nueva tirada, que en este caso ha sido de un uno.

Cargando editor
02/06/2019, 18:50
Grüber
Sólo para el director
- Tiradas (1)
Cargando editor
02/06/2019, 22:32
Pieter Strauss

Notas de juego

Genial!!! No esperaba menos jajaja.

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03/06/2019, 10:58
+Narrador+

Conforme te vas acercando a la carrera hasta la reja de entrada a la mansión comienzas a sentir algo extraño, una inquietud que crece y crece en tu interior como una fatiga incontenible que surge de tus propias entrañas. Es un sentimiento perturbador, incómodo y desagradable. La certeza de que algo va mal.

No puedes explicar en qué se asienta. Simplemente lo notas, como ya te ocurriera algunas veces en tu vida. Tus sentido protector a veces es capaz de captar cierto tipo de cosas: ¡como el mal! Y eso es precisamente lo que te golpea en el alma al acercarte a la mansión. En su interior puedes percibir una presencia ancestral, un poder irresistible, apenas contenido entre sus muros. La impresión de un mal puro, innato, total.