La celda era fría. Cada uno de vosotros fue encerrado en lugares distintos. Nublaron tu vista de un modo que no podías comprender y te dejaron inconsciente. Al cabo de lo que te parecieron unos segundos despertaste en una celda. Las paredes eran de un azul claro casi blanco, y no parecía haber nada. No había puerta, o si la había eras incapaz de distinguir donde se encontraba. El lugar estaba completamente vacío, y el silencio resultaba perturbador.
Permaneciste allí sin saber cuánto tiempo llevabas allí, daba la sensación de que aquel lugar trasmitía el tiempo de manera diferente. No sabías si llevabas allí horas, días, o minutos. Lo que sí que es verdad es que tuviste mucho tiempo para pensar... para meditar sobre todo lo que había ocurrido y lo irreales que eran los hechos. ¿Cómo pudiste acabar allí?
Tras un largo rato, dormiste. Un ruido te despertó. Una puerta parecía abierta, aunque no recordabas que hubiera una puerta en ese lugar. En la entrada Ann te miraba con gesto de urgencia.
Zach se encontraba tras ella. No decía ni pío y parecía en cierto modo traumatizado, aunque no sabías por qué. Ann te hizo un gesto para que fueras hasta ella y comenzó a hablar en susurros apenas perceptibles.
- La situación es extrema. Hemos sacado a Dallas de su celda. Está condenado a muerte, igual que tú y Zach. Apenas tenemos tiempo. Zach me lo ha contado. Solo hay una oportunidad... Debéis volver y cambiar las cosas.
Te miró esperando que pudieras comprenderla.
- Debes ser sigiloso, tienes que llegar hasta la torre y tocar la luz azul, crearemos una explosión y confiaremos en que esto sea suficiente para devolverte al pasado, o alguna otra línea temporal donde tú y dallas tengáis más posibilidades de sobrevivir. ¿Estás con nosotros?
Asentí sin dudarlo. Era eso o quedarme esperando la muerte... daba igual lo locura que sonaran las palabras de Ann.
- Entiendo. Vamos, no hay tiempo que perder, pero... ¿por qué nos ayudas? ¡No nos conoces de nada! - no entendía las motivaciones de Ann y ciertamente a mis ojos no tenía mucho más sentido. Quizá es que sentía algo por Zack y no quería que el joven muriera... o quién sabe.
Miré a Zack y me disculpé por lo acontecido antes: - Lo siento chico. No debí usarte como escudo pero fue mi primera reacción... no pensé... y no hubiera dejado que te pasara nada. - no era cierto pero mi voz sonaba serena y confiaba en que al chico le valiera.
Zach no contestó. Tenía la mirada perdida. No estaba seguro de si eras la persona que necesitaban para cambiar el mundo, pero de algún modo extraño estaba convencido de que solo le quedaban unas horas de vida. La suya era una misión suicida, y aunque Ann parecía aceptarla de buen grado, él no podía comprender la idea de que moriría en una explosión... De repente... y sin sentido. Sus recuerdos aparecían apelotonados en su cabeza, y quería aferrarse a la vida tanto como le fuera posible.
Te miró, y te escucho. Pero no dijo una palabra. Hicieron el camino en silencio, tratando de proteger a Dallas que al parecer estaba allí, en algún lugar, protegido de algún modo con algún extraño tipo de invisibilidad, que al parecer tenía un límite de actuación.
En teoría, la situación era simple. Debíais llegar hasta la fuente de energía azul. Tú y Dallas debíais tocar la luz, y luego habría una explosión... y volveríais al pasado. Esa era la teoría.
Todo estaba envuelto en una extraña oscuridad. Caminasteis sigilosamente, y notaste que aquellas personas eran expertas en no hacer ruido, con una experiencia que no se adquiere en ninguna academia, sino que se adopta con horas de práctica. Te sorprendiste entonces de que fueran gente tan joven.
El resto, vino por sí solo. Antes de que te dierais cuenta llegasteis a una zona llena de robots. Una antinatural luz azul provenía de los edificios que se encontraban alrededor de un gran patio. En el extremo de dicho patio había una gran piedra, casi similar a un tótem, con varios trazos de luz que la recorrían de arriba abajo dibujando extrañas runas. El suelo era la única parte que permanecía en silencio, haciendo imposible ver los pies de ninguno de los robots que caminaban por allí.
Caminasteis sigilosamente, guiado por Zach. Te hizo un gesto para que te acercaras al tótem, por primera vez notaste el tacto de algo invisible, que dedujiste que era Dallas y comenzasteis a andar hacia aquella piedra tan peculiar. Tras dar un par de pasos su invisibilidad se evaporó.
Todo se desarrolló muy deprisa. Una irritante alarma sonó por todas partes. Ann te hizo un gesto y Dallas tiró de ti para tratar de llevarte al suelo, donde la oscuridad podría ser vuestra aliada. Los robots comenzaron a acudir a esa zona, y en menos de dos segundos todo estaba lleno de linternas y luces que recorrían el patio.
Ya había visto algo de lo que podían hacer aquellos robots, y no iba a permitir que me cogieran. Me lancé al suelo a toda velocidad, junto a Dallas, intentando buscar un escondite.
Si nos veían toda opción de llegar a tocar la luz, la explosión y volver al pasado... todo se desvanecería.
Fueron los momentos más tensos de vuestras vidas. El silencio inundó la zona unos instantes, solo roto por el pequeño ruido de los motores y mecanismos de los robots. En la oscuridad del suelo no podías ver a pocos palmos de ti, y cada vez que te parecía ver las luces de los robots barriendo la zona te estremecías un poco ante la idea de que pudieran encontrarte.
La columna estaba algo lejos, pero con una buena carrera podríais alcanzarla. En eso mismo estabas pensando, conteniendo la respiración, cuando notaste voces, desde tu posición pudiste ver junto a ti como la luz alumbraba un calcetín, un pequeño calcetín blanco en mal estado. Notaste enseguida, por la distancia y la forma que se trataba de Dallas. Oíste su voz a escasos metros de ti:
- Yo les distraeré. Corre. - Fue apenas un susurro, que te sorprendiste de poder oír.
En ese momento viste como Dallas se levantaba. Todo se desarrollaba demasiado deprisa, una descarga eléctrica recorrió la zona. Zacharías se alzó en la otra punta del patio, oíste nuevas descargas, voces, gritos... La columna permanecía intacta con ese suave sonido de electricidad. Todas las posibilidades de salvación habían recaído en ti.
El caos de la situación y que Dallas se ofreciera como blanco eran la única oportunidad que teníamos y no iba a desaprovecharla. No sabía si su plan funcionaría, pero la verdad es que no tenía mucho que perder. Estaba en otro tiempo, fuera de mi época, y difícilmente podría adaptarme a la vida ahí.
Sólo podía rezar porque sus suposiciones fueran ciertas y pudiera regresar. De lo contrario era mejor estar muerto.
Me mentalicé, cogí impulso y me lancé a correr con desesperación, como si no hubiera mañana, en dirección a la columna. Tenía que alcanzarla y tocarla. Fuera o no estúpido... Zacharías, Dallas y Ann se estaban jugando la vida porque yo pudiera hacer eso. Al menos se lo debía.
La situación se precipitó. Los robots estaban por todas partes, pero parecían más inmersos en Dallas y en Zach que en ti. Fue una carrera corta, pero intensa. Tus capacidades entrenadas estaban muy por encima de ellos... Llegaste al final. Tocaste aquella extraña estructura con forma de tótem... y todo se precipitó. Otra explosión. Un haz de luz azul... todo estaba oscuro, un dolor intenso en la cabeza, acompañado de un pitido te hicieron perder el conocimiento y todo se volvió oscuro. Era el final.
Escena cerrada. Continuamos en el Epílogo.