Partida Rol por web

Ya hacía rato que el mar había engullido al sol en el horizonte del puerto de Londhs dando paso a una noche fría que calaba el salitre hasta los huesos. La mente de Gunter estba llena de dudas y de una embriagadora mezcla entre tristeza y rencor. Si alguien era digno de admiración para él había sido su capitán, guerrero cargado de honores sobre unas espaldas que habían visto lustros de batallas y años de una firme entrega al orden y administración del puerto de la ciudad estado... ahora solo esperaba que su entierro fuera tan digno como la vida llena de entrega que había tenido. 

Tan solo una hora después de que se descubriese el cadáver del capitán Von Fray en su propio despacho ya habían acudido como moscas a la mierda los malditos Casacas Negras. Era innegable la relevancia del asunto, pero un oscuro manto de secretos y de rumores de indecorosos asuntos había manchado el buen nombre del capitán y nadie soltaba prenda. No obstante era arriesgado enfrentarse a los inspectores inquisitoriales, aun no poseyendo rango militar excepto el de su capitán debían obedecer sin chistar sus ordenes, ellos solo respondían ante el su Majestad el Rey.

Desde un rincón oscuro el sargento observaba a los inspectores Black y Le Noir, quería averiguar que sabían, necesitaba saber que había llevado a alguien a asesinar a una persona tan distinguida y valorada en la ciudad. Parecían satisfechos con su última visita al interior de una casa situada entre una posada y un hotelito de dudosa reputación, pero aun así seguían cargando con esos maletines, era como si aun hubiera más... las sombras de la noche en los callejones de la ciudad estado se tragaron de un solo bocado aquellas dos figuras que parecían formar parte de ellas en dirección a los amarres... solo pudo entender unas palabras "Dei Gloria" y "necesito una espada".

No sabía que le había pasado al compañero para no averiguar nada de nada, y no comentar lo más mínimo en el relevo. Sabía que algo le tenía que haber afectado mucho, y eso no era bueno. Eso es que o lo visto era superior a sus fuerzas, cosa que no se creía tras años de servicio en el puerto, o le habían hecho algo, pero tenía dudas. ¿Igual lo han comprado, coaccionado o lo que sea los malditos casacas? No dudaba de su lealtad, pero si de que lo hubieran convencido de cualquier otra manera, y las amenazas pueden ser un buen modo. Igual solo por unos días, hasta que se le pase el susto, pero ya estaba condicionado. Igual esa gente con poderes lo había manipulado. Sabía que los inspectores tenían la llave de todo lo que sucedía, y era un peligro hablar con ellos, pero seguirlos no era una solución. De todas maneras no tenía remedio. Igual no lo solucionaba, pero si podría averiguar algo. No me habían dado pista o dato alguno, pero había que correr el riesgo. Había que hablar con ellos, y lo difícil era encontrar el momento. Por ahora se contentaría en seguirlos todo lo sigiloso y discreto que pudiera.

Tenía que aprender, averiguar y conseguir información. Tenía sospechas, pero nada que le indicase lo que había sucedido de verdad. Avisó a la guardia. - Chicos, voy a hacer unas pesquisas de investigación. Vendré en una hora o así. Y con el gorro puesto, casco bajo el brazo y sus armas habituales salió a investigar en pos de los inspectores.

No distaban mucho los cuarteles de la guardia portuaria del de los casacas negras. Fue oportuno que los dos inspectores se pasaran por su arsenal para armarse hasta los dientes para luego dirigirse definitivamente a los amarres en busca de un barco llamado Dei Gloria. Gunter aprovechó para hacer lo propio y se pertrechó por si había que sacar a relucir hojas de espada.

Pasados unos minutos tanto los inspectores como el sargento portuario llegaron a la zona de amarres. Los casacas no tardaron en hacer abuso de su condición para interrogar al primero que pasó por allí, quien acobardado cantó sin pensárselo. Gunter estaba demasiado lejos como para escuchar nada, pero quizás acercándose un poco...