Partida Rol por web

Aliviados por dejar atras a los dos Omega, que siguen su camino alejandose de vosotros, os dirigis hacia el hangar tres donde retienen a los prisioneros. Segun los numeros en las paredes de cada hangar estais frente al numero uno, de modo que apenas teneis que andar cincuenta metros para llegar a vuestro destino.
A medida que avanzais por el aerodromo comprobais los estragos del estilo de vida de los saqueadores. Suelo y paredes estan llenos de charcos de orin, vomitos e incluso excrementos humanos. Si bien el refinamiento y la educacion se convirtieron en un lujo hace años en el caso de los saqueadores directamente ha desaparecido.
Cuando llegais al hangar os asomais sigilosamente a la puerta antes de entrar. Veis que hay un coche en el interior y, para vuestra sorpresa, parece funcionar o al menos esta en buen estado. Tras el vehiculo hay un par de Omega armados con fusiles. A su espalda el hangar queda tapado por una enorme lona negra que os recuerda a las utilizadas en Termopilas.
Por encima de las lonas, que no llegan al techo, veis el fulgor del fuego que ilumina y calienta el lugar.

No sois capaces de saber que hay tras las lonas, no se oye absolutamente nada al otro lado pese al silenciona reinante en el aerodromo.

Un hombre sin dientes y con pelo tan largo y sucio que le tapa la cara te ofrece un cigarro que parece haber sido liado a mano de una forma un tanto chapucera.

- Aqui tienes, pero recuerda que el tabaco puede acabar contigo.

Casi todo el grupo rie ante el comentario del saqueador. Por supuesto sus palabras estaban cargadas de ironia, no conoces a nadie que haya fumado lo suficiente para morir a causa de ello. Aunque tampoco conoces a nadie que haya vivido tanto tiempo como para fumar hasta morir por el tabaco.

Mientras el tipo bebe de la botella que le has prestado a cambio del cigarro otro hombre, con la cabeza rapada y una fea cicatriz sobre la oreja izquierda, se dirige a ti ante la atenta mirada del grupo.

- Nunca te hemos visto por la zona. ¿A que banda perteneces? Tienes pinta de Escorpion. ¿Eres uno de esos buscadores de chatarra?

Una vez en el nuevo hangar que nos señalaron aquella patrulla de Omegas, suelto ligeramente el agarre que ejercía sobre Maiara.

Así que aquí debe estar Magnus... reunido con la cupula de los Omega, o algo así..

Sigo observando con atención el lugar. La verdad es que con tanto silencio reinante no se me ocurre una forma segura de acercarme a mi objetivo. Un ruido imprevisto y estaría seguramente muerto , no parece que a los saqueadores se les permita entrar aquí.

¿Se os ocurre algo para colarse ahí?

Susurro.

Mientras observais el interior del hangar os sorprende la aparicion de un saqueador procedente del hangar vecino.
Lleva una caja en sus brazosy se acerca a vosotros trazando una linea poco recta. Rapidamente adoptais vuestro papel de carceleros de Maiara en cuanto el hombre esta a escasos metros de vosotros.
Se detiene junto a vosotros y os mira durante un par de segundos intentando enfocar su vision.

- Theodore me dijo que llevase esto a Magnus, asi que aqui tienes. - Empuja la caja contra el pecho de Allan y este lo sujeta para evitar que caiga al suelo. - Es la mejor bebida que hemos podido reunir, entregasela por mi.

Sin mediar mas palabra el hombre vuelve sobre sus pasos, mas o menos, y se gira antes de entrar en el otro hangar.

- Si se queja porque las botellas estan abiertas no es culpa mia, asi que a mi no me metas. Nunca me has visto, ¿vale?

El saqueador borracho desaparece por la puerta del siguiente hangar dejando a Allan con una caja llena de botellas que, segun él, son para Magnus, quien presuntamente esta tras las lonas.

A nadie parecía ocurrírsele una buena idea para entrar allí, mientras yo seguía divagando y con la mirada perdida observo al tipo que se acerca. Escucho sus palabras y miro hacia abajo y a la caja que me ofrece. 

Sí, espero que no se cabree..-le contesto aún algo aturdido.

Vaya, quizá dios si que exista..-pienso tomándola sin pensarmelo dos veces. Aquello si que había sido un golpe de suerte, ya tenía un billete de ida hacia Magnus. Cuando el tipo se marcha saco mi pistola y compruebo las balas del cargador, no quería dejar ni una fuera del cuerpo de ese maldito asesino.

 Tras ello la apoyo debajo de la caja a la vez que sostengo esta. Parece que tendría mi oportunidad de cargarme a ese bastardo, aunque quizás no la de volver con vida. La granada falsa de Eddie también me acompaña , quizás ese pudiera ser mi billete de salida.

Me despido de la pareja con un leve asentimiento de cabeza y entro al recinto con paso firme en busca de mi objetivo. Una vez dentro preferiría explorar la zona en sigilo pero no sabía que seguridad iba a encontrarme, quizás me llevara directamente hacia el cabrón.

Veis como Allan adopta la funcion del saqueador y, tras tomar la caja, se adentra en el hangar en direccion a los Omega.
Permaneceis en la puerta atentos a todo aquello que podais oir procedente del interior. Sois conscientes de que si esperan a un mensajero seria muy arriesgado entrar los tres, sobretodo llevando a alguien identico a una de las prisioneras.

Los dos centinelas revisan el contenido de la caja y despues permiten que Allan siga su camino. Veis como desaparece a traves de las lonas internandose en el hangar.

Dejas a tus compañeros en la puerta y entras en el hangar con la pistola oculta bajo la caja.
En cuanto te ven los dos Omega que vigilan el recinto preparan sus armas aunque no te apuntan. Al llegar a su lado uno se aproxima a ti.

- Llegas tarde. A ver que llevas ahi.

Sin esperar a que dejes la caja en el suelo abre la tapa para revisar el interior. Tal y como dijo el saqueador borracho la caja esta llena de botellas con distintas bebidas alcoholicas. Algunas de las botellas apenas llegan a la mitad de su capacidad.
El Omega da su visto bueno y te hace un gesto para que avances, el otro aparta la lona para que puedas pasar.

Al otro lado de las lonas ves una hoguera rodeada por cuatro sillones que sin duda no estaban aqui antes de la llegada de los saqueadores.
Formando un cuadrado perfecto observas a los ocupantes de los sillones, sentados y relajados como si todo lo que ocurriese de puertas para fuera tan solo fuese una historia de ciencia ficcion.
Pese a los cambios en su rostro debido a la edad reconoces a Magnus, sentado en el sillon del fondo, a la izquierda. A la derecha, tambien mirando en tu direccion, ves a un hombre con el uniforme de los Omega. Aunque luce algunas insignias y una corta capa que lo identifica como alguien superior dentro de la organizacion.
Los otros sillones tambien estan ocupados, aunque desde tu posicion solo ves el perfil de dos hombres.

Pese a ser conscientes de tu presencia continuan con su conversacion. Parece que estan hablando de la gestion del ejercito Watanabe y de como, segun ellos, adiestran a sus hombres para una guerra que no se resolverá con infanteria.

Cuando revisan la caja espero en silencio y miro de reojo el interior. El bastardo se iba a cabrear al ver que se habían bebido la mitad del contenido. Pero me daba igual, no iba a darle tiempo para ello. 

Le reconozco sentado al fondo junto a otros seguramente de su calaña. Me quedo paralizado observando su rostro , recuerdos de cuando era niño afloran a mi mente y el miedo intenta poseerme. Casi lo consigue, pero el recuerdo de mi madre asesinada hace que vuelva a tomar el control de mi cuerpo, aunque para que negarlo estoy nervioso, muy nervioso, no quiero que salga mal, sólo tendré una oportunidad.

Me acerco con paso firme hacia Magnus, cada paso me parece tan largo como un año. Voy observando los rostros de los otros tres presentes por curiosidad y evitando que vean mi arma oculta hasta que finalmente me paro frente a Magnus. 

Aquí está tu bebida..

Sonrio levemente con ironía.

La mejor reserva del Monte Worthintong, espero que la disfrutes. Su gente y mi madre te envían sus saludos..

Le doy unos segundos para que el capullo pueda pensar en mis palabras y ver su rostro. Suelto la caja, después descargo todo el cargador a bocajarro sobre la cabeza, el pecho y en definitiva todo el cuerpo de aquel hijo de la gran puta.

Cuando aprieto el gatillo y veo que las balas se han acabado, busco con la mirada desesperado una ruta de escape , en el fondo no quiero morir. Pero supongo que este también será mi fin. Tiro la pistola vacia y cojo la granada de Eddie para amenazar a los aún seguramente perplejos otros 3 miembros de sus butacas.

¡Quietos o volaremos todos!

La cara que pone Magnus cuando mencionas el Monte Worthintong indica que ni siquiera recuerda sus propias matanzas.
Comienzas a apretar el gatillo una y otra vez y la cara de duda de tu enemigo se convierte en una masa sanguinolenta. A medida que el cuerpo cae al suelo las balas pasan de destrozar su cara a licuar su cabeza y cuello.
Cuando terminas el cargador y sacas la granada los dos Omega del otro lado de las lonas ya estan apuntandote con sus armas. Los tres acompañantes de Magnus apenas han tenido tiempo de reaccionar e incluso dos de ellos se han quedado petrificados en el sillon. El tercero se ha levantado a tiempo para impedir que sus hombres te acribillen.
Durante un par de segundos sientes los cañones de sus armas apuntando a tu cabeza mientras sujetas una granada de mentira. La mano levantada del que parece el lider de los Omega es lo unico que te separa de la muerte.
Sin embargo, para ellos, lo que separa a todos los presentes de la muerte es la granada que sujetas y que seguramente soltaras si te disparan.
El lider Omega se dispone a hablar, seguramente a negociar por su vida y la tuya. De repente, cuando esta a punto de articular palabra, una explosion sacude el hangar. Todo se vuelve negro y algo te golpea en el pecho y la cara arrastrandote.

Cuando recuperas la consciencia no sabes si han pasado horas o segundos. Hay algo sobre ti, parece una lamina metalica. Por suerte no pesa mucho y puedes apartarla.
Tienes la boca llena de sangre y te ves obligado a escupir para no ahogarte. Apenas puedes abrir el ojo derecho y por el dolor deduces que tienes un par de costillas dañadas.
Te pasas la mano por la cara para comprobar que esta llena de sangre. El dolor al tocarte indica que tienes cortes y brechas en la frente y la cabeza. Por suerte no parece que tengas ninguna articulacion rota o sangres lo suficiente como para morir.
A tu alrededor el hangar esta irreconocible. Un enorme agujero en la pared permite ver el interior del siguiente hangar. La pared metalica ha actuado de metralla dañando todo el interior. Uno de los sillones ha caido sobre la hoguerra y esta ardiendo.
Por el suelo estan repartidos los cuerpos de los lideres de los Omega y los saqueadores, tambien ves a los dos Omega. No sabes si han sobrevivido o no han tenido tanta suerte como tú, pero lo que si sabes con certeza es que Magnus esta muerto.

Padeces una sordera que esperas sea temporal, apenas puedes oir un trozo de techo al desplomarse. Entre el humo ves que los supervivientes del otro hangar comienzan a levantarse. Los unicos que saben que eres hostil puede que no esten en condiciones de delatarte, aunque uno de los Omega se esta moviendo lentamente.

Hijo de puta... ni siquiera se acuerda de ello -pienso mientras vacio el cargador. Pero incluso después de matarlo de aquella manera tan violenta y salvaje mi rabia no se apaga, no encuentro la paz que tanto ansiaba y creía que lograría con mi venganza. Nada me devolverá a mi madre..

Para mi sorpresa el plan de la granada funciona. A pesar de la situación no tiemblo, la certeza de mi muerte me da cierta seguridad y confianza en mi mismo. Pero me siento como un idiota sosteniendo un granada vacía, ahora entiendo a Eddie y no es tan fácil amenazar sabiendo que es un farol lo que llevas.

Observo al líder de los Omega, no parece saber que soy uno de los que le robaron. Qué más da. Parece temer por su vida y eso prolonga la mía, pero siendo sincero, no se como coño voy a salir de esta, no tardaran en darse cuenta de la mentira.

Una bomba. Y de pronto, oscuridad...

...

Ya puedes descansar en paz madre, voy contigo...

...

Me levanto aturdido y sanguinolento. No estoy muerto. Voy a empezar a creer seriamente en dios después de esto. O quizá el karma equilibra la balanza por fin. Intento buscar la granada de Eddie lo primero, sería una pena perderla , me ha salvado la vida. Pero un capullo de los Omega parece moverse , es una amenaza para mi escape si quiero salir de esta. 

Me acerco todo lo sigiloso que puedo y aprovechando el humo, el polvo de los escombros y el descontrol me acerco como si fuera a preocuparme por su estado y preguntarle si está bien.

Ey tio , ¿estás bien?

Mientras disimulo le hundo en el cuello el cuchillo de caza que por suerte aun llevo encima. Hacia mucho que no lo usaba.

Pues ya no -susurro.

Le registro rapidamente para tratar de hacerme con sus armas y me escabullo de allí cuanto antes. No quiero que me pillen los del otro hangar y me acribillen a preguntas. Me gustaría acercarme a rematar al líder de los Omega pero no tengo tiempo, no puedo desaprovechar la oportunidad caida del cielo, y nunca mejor dicho...

Me froto la cabeza mientras escupo más sangre , apenas puedo ver con el otro ojo pero me dirijo hacia la salida por la que entré.

Totalmente aturdido te levantas y ejecutas al que parece ser el unico superviviente enemigo. Tras acuchillarlo el Omega muere rapidamente, no le quedaban muchas fuerzas para sobrevivir. Al igual que tú la explosion le ha despojado de todo su equipo, aunque en tu caso has logrado conservar el cuchillo y la granada de Eddie.
Cuando das un paso hacia la salida pateas algo metalico, al ver que se trata de un subfusil lo recoges y compruebas su estado mientras continuas tambaleandote hacia las lonas. El arma esta en buen estado, sobretodo comparandolo contigo.
En la puerta del hangar ya no estan tus compañeros, deben haber huido al oir las explosiones.

Sales por la puerta y pese a tu vision reducida te percatas de que la situacion en el aerodromo ha cambiado drasticamente en apenas un par de minutos.
Todos los saqueadores han salido a la pista ante el bombardeo que estan sufriendo los hangares. La torre de control yace convertida en escombros en mitad de la pista de aterrizaje.
Un fuerte chirrido hace que te gires sorprendido. A poco menos de un metro de ti se ha detenido un vehiculo. Se trata de uno de esos coches que existian antes del caos, recuerdas que se llamaban Jeeps o algo parecido.
Del vehiculo bajan dos Omega y entran corriendo en el hangar del que acabas de salir, otro se queda al volante esperando a sus compañeros.
Tras ellos, en los otros hangares, algunos Omega estan arrastrando piezas de artilleria a la pista, seguramente para usarlos o para que no se destruyan.
Toda la escena esta rodeada de humo, gritos y explosiones. Casi agradeces el pitido en los oidos que reduce tu audicion.

A duras penas aparto las lonas para salir afuera. Antes no sentía nada por la adrenalina del momento pero ahora me empieza a doler el cuerpo. El pítido de una oreja aún no se me ha ido. Observo como aquel vehículo se acerca a mi posición. Antes de que pueda decir nada ya se han metido dentro, puedo imaginar a por qué van. Seguramente a salvar al líder Omega si es que aún sigue vivo.

Definitivamente esto ha sido un ataque de artillería y parece que no solo impactó en mi hangar sino en la torre cercana también.  Y quién sabe cuando llegaran los proximos obuses. 

Observo al tipo del jeep y después el subfusil que llevo en las manos con disimulo. Con todo el sigilo que mi maltrecho cuerpo me permite rodeo el jeep como si me fuera a ir de allí y en cuanto tengo oportunidad me subo tras el tipo y le encañono en la nuca con el arma. Tenía que amenazarle pues yo no tenia ni idea de manejar aquel trasto.

Arranca y sacame de aquí ahora o te reviento los sesos y se los revendo a los caníbales.  No hagas ninguna tontería, nadie va a oir un grito tuyo ni un disparo mio con el jaleo que hay armado..

La frialdad con la que hablo me sorprende hasta a mí, pero tratar con esta panda de asesinos y militares que se creen los reyes del páramo no hace que saque lo mejor de mí precisamente.

Pese a tu aturdimiento ves una salida facil y rapida a bordo de ese vehiculo. En cuanto te responde el conductor sabes que tu amenaza ha tenido exito.

- De-de acuerdo, tranquilo. No tengo ninguna intencion de morir aqui y ahora.

Arranca y empieza a avanzar en direccion Oeste, siguiendo la pista de aterrizaje lejos de los hangares.
Cuando estais a poco mas de cincuenta metros llega una nueva lluvia de fuego sobre el aerodromo. Esta vez han corregido la punteria y los proyectiles dan de lleno en la hilera de hangares.
Todo salta por los aires y te giras para ver un espectaculo unico. La noche deja de ser oscura cuando las explosiones se elevan decenas de metros sobre el suelo. Apuestas a que el estruendo se puede oir incluso desde Termopilas.

Tras unos minutos os habeis adentrado en el gran valle y el conductor baja la velocidad. Aunque lo notas tenso por tener un arma apuntando a su cabeza estas seguro de que en el fondo se siente aliviado de seguir vivo.

- ¿Hacia donde conduzco? No se ve casi nada y si no usamos un camino o una carretera podemos estrellarnos en cualquier piedra.

Todo está yendo sobre ruedas , nunca mejor dicho. Encañonar a aquel omega había sido algo desesperado pero era mi mejor billete de huida y parece que hice lo adecuado. Observo de reojo la nueva caida de obuses sobre el recinto y me pregunto si aún seguiría vivo de haber escogido otra forma de huida.

El tipo tiene miedo, eso es bueno pienso. Cuando me pregunta que hacer dudo unos instantes. El vehículo este podría sernos útil para alejarnos si Nimitz lo pilotara.  Busco un grupo de piedras o hondonada lo suficientemente grande como para ocultar el jeep.

Deten este trasto allí, tras las piedras.

Cuando bajamos del vehículo le sigo encañonando. Me tomo unos segundos para reorientarme, le hago darme sus armas, que se vende los ojos y le obligo a andar hacia la dirección en que Eddie y Nimitz prometieron esperarme. 

Andando.., si colaboras no morirás. Pero al mínimo intento de algo .. vacio el cargador en tus tripas.

Mientras caminamos en la noche y para hacer más llevadera la marcha decido hablar con el.

Dime, el tipo al que fueron a buscar tus compañeros es vuestro lider verdad? Que hacía un ejercito como los omega aliado con esa escoria bandida?

Espero que esos dos no nos disparen nada mas vernos

Ocultais el vehiculo entre un par de desniveles lo suficientemente pronunciados como para que solo sea visible a corta distancia.
Tras comprobar que sigues en el gran valle continuais el viaje a pie en direccion Noroeste.
El conductor Omega apenas tiene una pistola y una linterna, parece ser que su labor no requiere mas equipo.
Tu prisionero caminar torpemente por el irregular suelo del valle. Tras unos cuantos tropiezos comienza a dar pasos elevando mucho los pies para evitar caer nuevamente.
Mientras avanzais se suceden explosiones a vuestra espalda, en el aerodromo. Cuando el fuego ilumina el lugar ves que tras cada ataque quedan menos estrucutras en pie. Apuestas a que los supervivientes se pueden contar con los dedos de las manos.

El cielo encapotado comienza a cambiar de color, el amanecer se acerca cuando llegas a la pared norte del valle. Mientras buscas el camino que lleva a la cabaña de Nimitz preguntas al Omega por su jefe y sus aliados.

- El enemigo de mi enemigo es mi amigo. Si el ejercito Watanabe se expande se acabará la supremacia Omega y los saqueadores seran masacrados o expulsados de la region. Era mano de obra barata, carne de cañon para detener a Watanabe. Y si, ibamos a evacuar a nuesto lider. Su seguridad esta por encima de nuestras vidas.

Continuais el camino por la ladera de la pared montañosa que rodea el valle. Tras responderte el Omega intenta tambien obtener informacion de ti. Por tu pregunta entiendes que ha llegado a la conclusion de que no estabas alli con ninguno de los dos bandos.

- Si no eres saqueador ni perteneces al ejercito Watanabe, ¿que hacias en el aerodromo?

Aun queda un buen trecho hasta la cabaña, las explosiones han cesado pero aun se puede ver la luz que desprenden los multiples incendios en los hangares.

Mientras caminamos me doy el lujo de encenderme otro cigarro de esos que creía que no iba a volver a probar. Joder, que bien se siente uno de estar vivo, aunque aún me duela todo y alguna herida siga sangrandome. Daría lo que fuera ahora mismo por una ducha bien fría con jabón. 

El omega parece empezar a coger confianza conmigo pero eso tampoco es del todo bueno, al menos de momento. Pienso en como contestarle, quizás haciendole creer que tambien son mis enemigos acceda a contarme más, bueno, de hecho lo son.

Dígamos que fui a "saludar" a un viejo amigo. Y sí, ciertamente los Watanabe tampoco son mis amigos.. intentaron matarme.

Pero no sería más facil que Watanabe y Omega llegaran a un pacto entre ellos? Joder, el mundo está destrozado, no hay tanta gente viva como para pelearse,y es lo suficientemente grande para que haya tierra para todos para al menos dos siglos..

Comento pensativo mientras sigo fumando el cigarro y empuñando el subfusil con la mano libre. La verdad no entendía muy bien tanta disputa, aunque la idea de dos ejercitos opresores unidos era si cabe aún peor.

¿Qué pasará si tu líder ha muerto en el ataque? Hay un segundo al mando o se declarará una lucha de poder entre varios aspirantes? Lo más seguro es que nadie haya sobrevivido a la masacre salvo tú y yo . Deberías agradecermelo muchacho, no merece la pena morir por los ideales de otro.

Le observo calculando la edad que debe tener. Ahora que va amaneciendo voy viendo mejor a mi secuestrado.

¿Qué años tienes?

Cuando por fin llegamos junto a la cabaña nos detenemos a unos cincuenta metros. Observo que todo esté en orden y sólo entonces me decido a alzar un poco la voz.

¡He vuelto!

La ultima vez que recorriste este camino no parecia tan inclinado, aunque aquella vez no habias sido bombardeado.
El Omega te responde a la situacion actual de su organizacion.

- Existe una cadena de mando, todos saben donde deben reunirse y se reestructurará la cadena si es necesario. He sobrevivido al ataque, pero te lo agradeceré si mi destino es mejor que una muerte violenta.

El nivel de luminosidad se va incrementando lentamente. Las perpetuas nubes impiden que haya una gran iluminacion, pero al menos la distancia de vision es superior a hace unos minutos.
Mientras continuais ascendiendo hacia la cabaña el muchacho revela que tiene veinte años y que no hay hecho otra cosa en si vida que servir a los Omega.

Rememorando tu primer encuentro con Nimitz decides anunciar tu llegada. Rapidamente aparece la figura del veterano soldado por detras de unas rocas situadas frente a la maltrecha cabaña.

- ¿Ahora haces prisioneros? - Dice señalando al Omega. Despues se acerca a ti sin soltar su pistola. - Hemos visto lo que ha ocurrido en el aerodromo. Sinceramente no esperabamos que ninguno sobreviviese, fue todo tan rapido que parecia imposible huir de ese infierno.

Al llegar a la puerta de la cabaña ves a Eddie durmiendo totalmente desnudo. A su lado tiene su ropa y su sombrero, casi preferirias que no se hubiese deshecho de su ridicula ropa interior.
Nimitz se aproxima para evitar que el Omega os pueda oir.

- ¿Que vas a hacer con él? No me gustaria que nos viese la cara, por mucho que prometa no decir nada estos tipos son unos fanaticos.

Miro a Nimitz y sonrio cansado y dolorido.

Yo tambien me alegro de verte. -digo con ironía al ver que me acosa a preguntas nada mas llegar- ¿Prisionero? -miro al omega, la verdad es que solo era un chico y no se me había pasado por la cabeza la idea de matarle- Bueno... puede darnos información útil, después de todo era el chofer del jefe de los Omega. Que no creo que haya sobrevivido..

No te preocupes, vigilale .. -mientras Nimitz vigila yo le pongo una venda mas gruesa en la cabeza , para después atarle las muñecas y finalmente las piernas cuando estamos dentro de la cabaña.

Miro a Eddie y hago una mueca de asco al ver sus rincones mas íntimos.

Ya veo que aún dandome por muerto no ha tenido dificultad en el sueño...

Le pego una patada leve en sus partes para despertarlo. Cuando los tres nos reunimos y nos sentamos les cuento todo lo que vi y lo que ha pasado en el interior del aereodromo, mi venganza exitosa y mi huida precipitada en el jeep. Evitando dar nuestros nombres y los de los nuestros amigos al estar el "prisionero" presente.

Te debo una negrata..

Le devuelvo su granada.

Tenemos un jeep esperandonos para partir lejos de aquí. La cuestión es... ¿a donde? Es triste o extraño pero ahora que he cumplido mi venganza creo que no tengo objetivo en la vida.. 

Las heridas vuelven a escocerme y entonces me doy cuenta de lo jodido que estoy. Retiro la ropa para ver la gravedad de mis heridas, luego miro a Nimitz por si me hecha una mano.

Una vez asegurado de que el prisionero no puede escapar te dedicas a examinar tus heridas.
Cuando tocas tu ropa notas que esta empapada, al ver tus manos manchadas de rojo empiezas a preocuparte. Comienzas a desvestirte con dificultad y compruebas que las heridas son más graves de lo que creías. Seguramente la adrenalina de la huida ha enmascarado el dolor.
Tu torso presenta numerosas heridas de metralla debido a la explosión, algunas esquirlas metálicas asoman por tu piel y desconoces su tamaño y por tanto cuan profundas están clavadas en tu cuerpo.
Al ver la situación Eddie no duda en sugerir la necesidad de un medico, pero ninguno de los presentes tiene los conocimientos necesarios. Nimitz sabe dónde encontrar ayuda, pero para ello necesitará el coche si queréis llegar a tiempo.
Le das indicaciones del paradero del vehículo mientras recibes algo parecido a primeros auxilios por parte de Eddie.
De repente empiezas a sentir frio y tienes serias dificultades para mantenerte consciente. Lo último que ves es el destrozado techo de la cabaña y las caras de Eddie y Nimitz gritándote algo. Después todo es oscuridad.

Te llega un olor familiar, aunque hace muchos años que no lo olías no lo has olvidado. Es bacon, bacon frito. Estas tumbado y te sientes bastante débil.
Lentamente abres los ojos, estas en algún lugar cerrado y escasamente iluminado.
Intentas moverte pero algo te tira del brazo, cuando miras ves una vía clavada en él. Sigues con la mirada el pequeño tubo de plástico hasta una botella de lo que parece ser suero salino.
Alrededor de tu cama hay sabanas colgando del techo, de pronto una de ellas se abre y ves a Eddie entrar con un plato lleno de comida. Cuando te ve su cara refleja alegría y sorpresa, se dispone a abrazarte pero se detiene para dejar el plato y después retoma el abrazo.

- Tío, no te has muerto. Cuando vimos que tenías medio hangar clavado en el cuerpo creíamos que ibas a palmarla allí mismo. Nimitz te trajo aquí a toda velocidad, aunque ese trasto se quedó sin combustible en Romeo. Por suerte esas tías del Matriarcado nos dieron un par de caballos para llegar hasta aquí. Por cierto, siguen siendo todas lesbianas.

Al oír a Eddie hablar también se acerca Nimitz, quien no es tan efusivo en el saludo pero no dudas de su sinceridad al decir cuánto se alegra de tu recuperación.
Te cuentan como viajaron por las espantosas carreteras a bordo del coche después de dejar libre al Omega, el cual prometió no buscar venganza ni delatarlos.
La colaboración del Matriarcado en Romeo y la llegada a Termopilas, donde estas ahora, para ser operado de urgencia por uno de los pocos cirujanos que quedan en la región: el viejo John Elliot.

Tras una semana de recuperación por fin has despertado. Visiblemente más delgado y con una colección de cicatrices y algunos huesos rotos que no sabias ni que tenias.
Poco a poco vas mejorando y recuperando tu estado de forma. La vida en Termopilas es realmente sencilla y el asentamiento carece de la maldad que hay en cualquier otro lugar conocido. Vlad, el Patrullero asignado a la ciudad, te ayuda en todo lo que necesitas.
Las noticias del exterior llegan a través de los comerciantes itinerantes. Tras la destrucción del aeródromo toda la región ha cambiado rápidamente durante las últimas semanas.
El Ejercito Watanabe, autor del ataque, cruzó el paso y se hizo con el control de Boxter y el gran valle. Barescu capituló para evitar un conflicto y la ciudad pasó a formar parte del territorio Watanabe.
En su registro de la ciudad encontraron un extraño terminal que indicaba la ubicación de los bunkers de los Omega. Gracias a esto el ejército pudo hacerse con todos y acabar con los pocos efectivos de los Omega que aun quedaban en la región.
Con el fin de los Omega y la imposición del nuevo orden los saqueadores se vieron obligados a huir en busca de nuevos lugares donde continuar sus actividades.
Del mismo modo los esclavistas fueron masacrados sin piedad y sus víctimas liberadas.
Watanabe otorgó el control del gran valle a Corona, dejándolo bajo su responsabilidad.
También delimitó una zona de control para Romeo, en este caso las condiciones eran que todo ciudadano tendría unos derechos y responsabilidades acorde con la ley Watanabe.
El Observatorio también fue visitado por Watanabe, según cuentan tras una larga reunión con Julius el ejercito dejó un destacamento para proteger la zona. Se desconocen las causas pero hay cientos de teorías sobre lo que realmente esconde el observatorio en su interior.
Siguiendo con las negociaciones le llegó el turno a Termopilas. Ajena a los conflictos de la zona la resolución tomada tan solo fue establecer una embajada con el fin de asegurar la colaboración entre todos los nuevos territorios.
Las noticias también hablaban de la reconstrucción de Iglesia, el hogar del Matriarcado que fue destruido por los Omega y los saqueadores en su camino hacia el aeródromo.
Finalmente Watanabe se entrevistó con los Patrulleros. Se les otorgó de autoridad real y recibieron el encargo de asegurar y proteger todos los nuevos dominios del ejercito Watanabe.

Han pasado dos meses desde que despertaste en Termopilas. Aunque la ciudad túnel apenas ha cambiado sí se perciben nuevos aires del exterior. Eddie regresó ayer tras varios días de viaje, dijo que fue a buscar algo que habíais olvidado en Boxter.
A su regreso te ha mostrado un enorme cajón lleno de insulina cargado en el coche que antes llevaba al líder de los desaparecidos Omega.
No ha necesitado decirte cual es el objetivo de recuperar la medicina. Has cogido tus cosas y has subido al vehículo para partir en busca de Julia, la mujer de Thomas. Sabéis que vive en un apartado valle al Sur y que necesita la insulina. Nimitz, pese a su reticencia inicial, finalmente os acompañará.
Y con este objetivo te marchas de Termopilas, nuevamente en una carrera contra el tiempo para salvar la vida de alguien que no conoces.
Tan solo esperas que al menos esta vez no sea todo tan complicado.

Sigo hablando mientras mi vista se va turbando. Creo que ya he perdido la noción de lo que estaba diciendo y seguramente este desvariando. Finalmente parece que mis heridas eran graves y todo parece indicar a que es mi fin. Nimitiz me pregunta donde dejamos el vehículo y a duras penas le indico antes de desfallecer y sumirme en la oscuridad. Una oscuridad acogedora...

Veo a mi madre a lo lejos, me está esperando , aunque su figura es borrosa y distorsionada. A su lado también está alguien a quien supongo que será mi padre. Madre parece sonriente y orgullosa de mí tras la venganza pueden descansar en paz. Pero cuando casi estoy a su lado me indican otra direccion a seguir y desaparecen. Miro hacia allí y entonces despierto.

Eddie me suelta una parrafada pero no se da cuenta de lo aturdido que estoy, apenas entiendo palabras sueltas de lo que dice. Solo atisbo a responder tras unas fuertes toses - Gracias tios.. os debo una más..

Muevo y miro mis manos, parece que es verdad que he vuelto a renacer. Aunque seguramente este accidente me deje algunas secuelas de por vida no puedo quejarme, he sido afortunado de haber sido atendido por el único cirujano de la región. Su trabajo me fascina y me aterra pensar que hombres así de fundamentales desaparezcan cuando el muera. Quizá sería una buena idea hacerme su aprendiz y retirarme a una vida tranquila lejos de los peligrosos caminos.

Siento no tener nada con lo que pagarle señor Elliot, pero prometo ayudarle con lo que necesite - le miro agradecido y sincero. En ese momento lamento haber perdido la pequeña fortuna que robamos a los Omega.

Desde ese entonces hemos pasado dos meses tranquilos en Termopilas. Yo me he dedicado a intentar saldar mi deuda con el cirujano y a su vez tratar de aprender algo de él y su arte. Pero apenas había empezado a indagar en la ciencia de la medicina cuando Eddie regresa con una nueva tarea para nuestro pequeño 'comando' rebelde si es que se le podía llamar así a un viejo , un negro charlatan y yo.

Thomas había muerto en el ataque al aerodromo, o así lo dimos por hecho tras dos meses sin noticias suyas era lo más seguro. Poca gente salió viva de allí. Pero había prometido llevar las medicinas a su familia en caso de que las cosas se torcieran para él, así que eso hice.

Me resultaba increíble que Eddie también se unierá a la expedición.  En el fondo parece que es un tio honorable, eso o que se aburre mucho y le gustan las aventuras con adrenalina y nuevas historias que distorsionar , enaltecer y contar a sus fans. Algún día llegará a algo grande, como ser dueño y líder de algun asentamiento o ciudad, lo sé, tiene papeletas y mucho morro. Espero que en ese entonces se acuerde de mí.

Sonrio sacudiendo la cabeza para apartar esos pensamientos y subo al coche. Miro al cielo mientras me enciendo un cigarro recordando a Thomas y susurrando.

Tranquilo, las salvaremos..